La fama del legendario comic de Mike Mignola (solo he leído una historia) parece haberle quedado un poco grande a la cinta del gordito del Toro. Aunque el humor es perfecto, por momentos la infantil personalidad del personaje principal lo trasciende y envuelve toda la película.
La ficha IMDB
Hellboy (Ron Perlman) es un demonio de otra dimensión que ahora forma parte del Buro de Investigación y Defensa de lo Paranormal (B.P.R.D.); junto con el simpatiquísimo Abe Sapien (Doug Jones) y, a ratos, la guapísima Liz Sherman (Selma Blair). En esta ocasión, Hellboy se enfrenta al mítico Rasputín (Karel Roden) quien pretende usarlo para fusionar una dimensión llena de seres malévolos con la nuestra.
La trama es poco interesante y la cinta, como es generalmente el caso con las adaptaciones de comics, intenta sobre todo enfocarse en los personajes. Usando el trillado enfoque del “nuevo” (en este caso un joven agente del F.B.I. que se integra al B.P.R.D.) que descubre este universo, la cinta nos presenta a los personajes principales. Nada novedoso ni en la idea ni en la ejecución.
La dinámica entre los personajes es interesante, pero no alcanza a ser los suficientemente envolvente. La tortuosa relación entre Hellboy y Liz, que podría ser muy significativa, se queda en la superficie. Lo mismo pasa con Hellboy y su padre adoptivo, el Dr. Bruttenhold (John Hurt), que si bien parecería que define a ambos, en realidad no trasciende. Inclusive la muerte de Bruttenhold termina siendo poco importante (y casi completamente irrelevante en la segunda cinta).
Para una película que parece querer sostenerse gracias al estudio de los personajes, termina siendo demasiado superficial. La sed de aceptación de Hellboy, como buen adolescente, es el rasgo que domina, y si bien definitivamente logra dar al personaje una cierta dimensión; no es suficiente para cargar con la película.
Los detalles están cuidados, los toques de humor son muy adecuados, pero las buenas intenciones no le alcanzaron para dejar de ser solo una cinta más.
La ficha IMDB
Hellboy (Ron Perlman) es un demonio de otra dimensión que ahora forma parte del Buro de Investigación y Defensa de lo Paranormal (B.P.R.D.); junto con el simpatiquísimo Abe Sapien (Doug Jones) y, a ratos, la guapísima Liz Sherman (Selma Blair). En esta ocasión, Hellboy se enfrenta al mítico Rasputín (Karel Roden) quien pretende usarlo para fusionar una dimensión llena de seres malévolos con la nuestra.
La trama es poco interesante y la cinta, como es generalmente el caso con las adaptaciones de comics, intenta sobre todo enfocarse en los personajes. Usando el trillado enfoque del “nuevo” (en este caso un joven agente del F.B.I. que se integra al B.P.R.D.) que descubre este universo, la cinta nos presenta a los personajes principales. Nada novedoso ni en la idea ni en la ejecución.
La dinámica entre los personajes es interesante, pero no alcanza a ser los suficientemente envolvente. La tortuosa relación entre Hellboy y Liz, que podría ser muy significativa, se queda en la superficie. Lo mismo pasa con Hellboy y su padre adoptivo, el Dr. Bruttenhold (John Hurt), que si bien parecería que define a ambos, en realidad no trasciende. Inclusive la muerte de Bruttenhold termina siendo poco importante (y casi completamente irrelevante en la segunda cinta).
Para una película que parece querer sostenerse gracias al estudio de los personajes, termina siendo demasiado superficial. La sed de aceptación de Hellboy, como buen adolescente, es el rasgo que domina, y si bien definitivamente logra dar al personaje una cierta dimensión; no es suficiente para cargar con la película.
Los detalles están cuidados, los toques de humor son muy adecuados, pero las buenas intenciones no le alcanzaron para dejar de ser solo una cinta más.
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