Seguramente la mejor de las películas de Woody Allen desde muchos años, tal vez desde que salió de Estados Unidos, para hacer un lindo paseo por la vieja Europa. Probablemente porque se centra sobre un solo personaje, con una atención y una precisión a la altura de los grandes papeles de La otra mujer o Annie Hall .
Ficha IMDb
Otra vez un tituló mal traducido: Jasmine es el nombre de princesa que se dio Jeanette (Kate Blanchett) al entrar al mundo chic y exclusivo al cual le dieron alcance las empresas de su esposo Hal (Alec Baldwin).”blue” es la depresión en la cual vive ahora que perdió su estatus. Así que el titulo debería ser algo como: Triste Jasmine
La cinta es, por una parte, una pintura de una sociedad rica. Actualmente el lujo es tema de revistas y emisiones televisivas, con tanta o más importancia que los asuntos políticos. . Se le hace una difusión y se muestra como al alcance de todos los ojos. Paparazzis y alfombras rojas enseñan a todos los vestidos, bolsas y joyas de las grandes firmas. Esta sociedad donde la riqueza es cada vez más grande, con su top ten publicado cada año, se hace visible en mayor parte en los Estados Unidos los últimos años. Pero estas riquezas financieras se ven amenazada por especulación y robo financiero. Bellezas y fiestas pueden caerse de un día a otro.
Enfrente, o abajo dela escala, y por culpa de los de arriba, sus malversaciones y fraudes, las clases trabajadoras han perdido su inversión, el producto de una vida de trabajo.
La cinta muestra esta yuxtaposición de dos concepciones de la vida, con las actividades “humildes” del nuevo mundo al que llega Jasmine: se trabaja honestamente como mecánico, cajera, secretaria. Se toman clases por Internet para mejorar su situación.
La oposición es también por cierto inmediatamente notable con la oposición de la morena y la rubia, de la costa este con la costa oeste.
Jasmine es una imagen de magazine, de desfile de moda. Tiene una elegancia, divina de sencillez con vestidos beige, discretos que Kate Blanchett viste con un natural maravilloso, sin ninguna afectación.
Al mismo tiempo, a este lujo de la discreción, Allen le da otro significado.Tradicionalmente, la elegancia se opone a la moda. La elegancia permanece cuando la moda pasa. Es un valor positivo. Pero aquí, esta elegancia de diseñadores es símbolo de falsedad, de superficialidad, de simple lujo otorgado por el dinero. Este dinero no es garantía de cultura, educación o valor moral. Por ende, la hermosa elegancia se ve afectada de una connotación negativa. Lo que contribuye al malestar del espectador. ¿Quién no quisiera vestir este precioso saco con este porte natural divino? Pero esto no significa nada. Es como un amuleto, una forma vacía. Jasmine no se puede desprender de sus pertenencias. Como pretexto le explica a su hermana que si los vende, no le van a dar nada por ellos. Cuestan un dineral al comprarlos nuevos, pero pierden inmediatamente su valor. Sic transit gloria mundi. Jasmine no tiene nada, ni cultura, ni educación, ni estudios. Es vacía, este vacío lo descubre cuando pierde su vida glamorosa, con departamento en New york, casa de playa, viajes, y actividades incesantes. Su propio vacío la asusta y lo llena con los objetos que le quedan. No puede soltar sus maletas Vuitton como lo hacía Bill Murray en The Darjeeling limited (Wes Anderson – 2007) Se va cayendo más y más, las pastillas y el alcohol se hacen más presentes.
Se aferra a su tristeza y su añoranza por un pasado que ya se fue y que se niega a aceptar como terminado. Por momentos, trata de luchar con el deseo de algo mejor, la creencia que lo puede obtener, trabajando en el consultorio de un dentista el Dr Flicker ( Michael Stuhlbarg), para pagarse clases de computación, que le permitirán tomar clases de decoración. O que le puede llegar, caído del cielo, en la persona del seductor y rico Dwight (Peter Sarsgaard) , para quien pretende ser una decoradora experimentada.
Por el otro lado, su hermana, Ginger (Sally Hawkins) parece encarnar el conformismo de contentarse con lo que se presenta, un novio aceptable, dos niños promedio, un departamento pequeño, almejas sobre el muelle, y juegos de football en televisión. ¿Mediocridad? Pero, ¿y si funciona? Como rezaba un título de otro película de Allen : “Whatever Works. “
La filosofía de Allen sigue siendo, a través de años de películas, la misma, entre triste, sin grandes esperanzas, tal vez un poco cínica, con el humor que es “la cortesía de los desesperados”.
Finalmente nadie alcanza la felicidad. La hermana se cree feliz, pero después cae en la trampa de la pasión con Al (Louis C K) para finalmente darse cuenta del engaño del hombre casado y vuelve con su cotidiano y lleno de defectos, y hasta de maltratos, Chili (Bobby Cannavale). Que en el fondo es un buen hombre, y la quiere a su manera. La sabiduría es aceptar que no se vale esperar demasiado en las cosas del amor. Dinero y amor glamorosos no existen, o no duran. Entre un futuro de novela y un pasado de frustración, el presente es de aceptación y moderación.
La estructura narrativa de la cinta es perfecta: cada frustración actual lleva a Jasmine a la evocación de un momento pasado, en una composición perfecta, que nos revela poco a poco los personajes y su pasado, y las razones de la situación actual de Jasmine y su hermana. Un objeto simbólico atraviesa toda la historia. Es, entre todos los objetos de lujo, la bolsa Hermès, el gigantesco Birkin amarillo, casi vacío, que Jasmine no suelta en ningún momento y que derrama su contenido en los momentos en que su vida se desmorona : cuando baja ( o la bajan) del coche del que iba a ser su prometido con vida futura de lujos, lo que la lleva al recuerdo del momento de verdad con su esposo : la revelación y toma de conciencia de las numerosas infidelidades, y la bolsa derramada sobre el sofá.
El final es sin solución: Jasmine se ha cerrado la puerta de su hermana. Ginger ya decidió aceptar a Chili en su casa. Por lo tanto ya no hay lugar para Jasmine quien se encuentra hablando sola sobre la banqueta.
Parpadeos, muecas, sonrisas, brillo en el ojo, rictus, lágrima, sollozo….Kate Blanchett sabe hacer pasar la más mínima esperanza, disgusto, malestar, desprecio. Interpreta maravillosamente a esta mujer deshecha que revive cada vez que percibe una esperanza de glamur, se transforma, irradia felicidad, bienestar y soltura. Que vuelve a ser la señora de mundo del Upper East Side de Nueva York, para después hundirse en el dolor, el miedo, el desprecio por los demás.
Trágica comedia de una mujer sin esperanza, odiosa y enternecedora.
Una gran película y una extraordinaria actuación.
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