Un gran fresco sobre los deseos de libertad de un niño. Un retrato de la vida en el campo a fines del siglo diecinueve, cuando los pobres de Europa soñaban con la tierra prometida en América. Más que una narración seguida, se trata de anécdotas vividas por un padre y su hijo que buscan construirse una nueva vida. Dominada por un Max von Sydow extraordinario.
Ficha IMDb
Pelle Carlson (Pelle Hvenegaard ) , de unos doce años, llega con su padre Lassefer (Max von Sydow) a Dinamarca. Vienen de un pueblo sueco, Tomomila, donde vivían con la madre de Pelle, quien acaba de morir. Desde el desembarco, se topan con las dificultades para encontrar trabajo. Finalmente, Kongstrup (Axel Ströbye), dueño de una rica granja, le ofrece a Lassefer cuidar sus vacas. Vivirá con su hijo en el establo.
Los días pasan, uno después del otro, con las tareas propias a cada estación, con las actividades y los dramas de los dueños, de los trabajadores. Fiestas, trabajo arduo, comida, bromas, divertidas o crueles. Pelle va a la escuela. En todos partes padre e hijo, viven con esta sensación de ser extranjeros. El padre conserva la nostalgia de las fresas de Suecia para el cumpleaños, del café del domingo en la cama, de los cuidados de una esposa. En la escuela, Pelle experimenta la camaradería y el rechazo, pero aprende a leer.
Pero sobre todo, observa. Y entiende lo que puede. Pero todo gira sobre las relaciones de poder. El dueño quien engaña a su esposa con todas las sirvientas, tiene hijos bastardos y se niega a reconocerlos; la linda sobrina, que viene de Copenhague a pasar un verano y le trae algo de alegría a su tía, la señora Konstrup (Astrid Villaume) hasta que el tío la viola. El castigo impuesto por la esposa es sangriento.
La descripción del funcionamiento de esta comunidad provinciana, inmóvil en sus valores venidos de los siglos anteriores, es implacable. Mientras el terrateniente tiene derecho a engañar y acostarse con quien quiera, dos jóvenes que se aman no pueden hablarse si el padre de ella se opone. Cuando un niño nace de este amor clandestino, ella tiene que dar a luz sola, en el campo. La historia acaba en tragedia.
Tragedia también el naufragio de un barco frente a la costa. Y tragedia la muerte de un niño ahogado bajo el hielo que se quebró.
Mientras el padre sueña con volver a tener la comodidad de su vida anterior con una nueva esposa,y empieza una relación con la Señora Olsen (Karen Wegener), cuyo marido no ha vuelto desde hace un año, Pelle es fascinado por la personalidad de Erik (Björn Granath) , el empleado rebelde, él que toca el acordeón para alegrar las fiestas, él que protesta por la falta de puerco en la cena de Navidad, él que ahorra para irse en busca de libertad, a Estados Unidos. Si el padre de Pelle, en su deseo de quedarse, de adaptarse, acepta, se disculpa, trata de no hacerse notar, de dar satisfacción, Erik, él, tiene código de honor y lo defiende. Eso le costará caro. Golpeado por el balancín del pozo, pierde toda capacidad mental e intelectual.
Cuando la mente de Erik cae en un estado infantil, Pelle decide irse a cumplir el sueño de los dos. Se va caminando a lo largo de la playa, después de despedirse sin drama de su padre.
No hay grandes explosiones de alegría o de violencia en esta cinta. Todo está atenuado, como sumido en una suerte de bruma. El mar está siempre presente, marcando las estaciones, trayendo la muerte, pero permitiendo la salida hacia la libertad. Los países son amplios, bajo la nieve o en el viento. Y la música de Stean Nilsson se armoniza con la lentitud del tiempo. La cinta es a la vez emotiva y dura. Es sobre ilusiones y realidades. Ilusiones de libertad o de comodidad, realidades de opresión e injusticias.
El niño Pelle es muy callado, todo en miradas, y sus observaciones silenciosas lo llevan a tomar decisiones y actuar.Mientras Max von Sydow habla, se preocupa, expresa con efusión sus sentimientos. Pero no progresa. Pelle es el conquistador, pero es Max von Sydow cuya presencia se impone.
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