La pura diversión. Una película de aventura como no había habido desde la saga de Indiana Jones (excluyendo al Kingdom of the Crystal Skull, que que porquería fue). Una historia fantástica con acción, movimientos rápidos, música increíble, personajes carismáticos y mucha buena onda: la pura diversión.
La ficha IMDB
Jack Sparrow (Johnny Depp) está dispuesto a todo para recuperar su amado barco, el Black Pearl, que perdió a causa de un motín comandado por el ahora capitán Barbossa (Geoffrey Rush). Mientras, este busca al individuo que lo salvara a él y a su tripulación de una maldición en la que cayeron. Así es como secuestra a Elizabeth Swann (Keira Knightley) cuando en realidad a quien quería era a William Turner (hijo) (Orlando Bloom). Jack se encarga de explotar los deseos de todos en su propio beneficio, hasta obtener aquello que busca.
Lo que es más agradable en Curse of the Black Pearl, es que en ningún momento se toma demasiado en serio. No es un chiste de dos horas sin ton ni son, pero tampoco es una cinta pretensiosa que intente ser más que dos horas de diversión. Y si bien a veces es importante que haya algo más que solo dos horas de diversión, está padre cuando todo el mundo está en el entendido que en eso se va a quedar.
Desde la perspectiva de la producción, la verdad es que está muy bien lograda. La dirección de arte es increíble, con todos los escenarios, vestuarios y props sumamente cuidados hasta el más mínimo detalle. La dirección de fotografía encuentra un buen balance entre lo épico de la historia, lo monumental de los paisajes, y los momentos contemplativos de los personajes. La música refuerza todas estas nociones, sobre todo lo épico, y las lleva al siguiente nivel; mientras que las actuaciones están definitivamente donde deberían.
Hay por ahí un pequeño discurso acerca de la naturaleza del individuo, aceptar quien uno es y hacer lo mas con ello. Esto logra generar una mayor conexión con los personajes y sirve como una buena ancla emocional, pero no va más allá. Y de nuevo no lo pretende.
Tal vez no tan divertida como Dead Man’s Chest, esta película es sin duda, la pura buena onda.
La ficha IMDB
Jack Sparrow (Johnny Depp) está dispuesto a todo para recuperar su amado barco, el Black Pearl, que perdió a causa de un motín comandado por el ahora capitán Barbossa (Geoffrey Rush). Mientras, este busca al individuo que lo salvara a él y a su tripulación de una maldición en la que cayeron. Así es como secuestra a Elizabeth Swann (Keira Knightley) cuando en realidad a quien quería era a William Turner (hijo) (Orlando Bloom). Jack se encarga de explotar los deseos de todos en su propio beneficio, hasta obtener aquello que busca.
Lo que es más agradable en Curse of the Black Pearl, es que en ningún momento se toma demasiado en serio. No es un chiste de dos horas sin ton ni son, pero tampoco es una cinta pretensiosa que intente ser más que dos horas de diversión. Y si bien a veces es importante que haya algo más que solo dos horas de diversión, está padre cuando todo el mundo está en el entendido que en eso se va a quedar.
Desde la perspectiva de la producción, la verdad es que está muy bien lograda. La dirección de arte es increíble, con todos los escenarios, vestuarios y props sumamente cuidados hasta el más mínimo detalle. La dirección de fotografía encuentra un buen balance entre lo épico de la historia, lo monumental de los paisajes, y los momentos contemplativos de los personajes. La música refuerza todas estas nociones, sobre todo lo épico, y las lleva al siguiente nivel; mientras que las actuaciones están definitivamente donde deberían.
Hay por ahí un pequeño discurso acerca de la naturaleza del individuo, aceptar quien uno es y hacer lo mas con ello. Esto logra generar una mayor conexión con los personajes y sirve como una buena ancla emocional, pero no va más allá. Y de nuevo no lo pretende.
Tal vez no tan divertida como Dead Man’s Chest, esta película es sin duda, la pura buena onda.
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