Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Wednesday, January 13, 2021

The Call (Lee Chung-hyun, 2020) – 8.5/10



Terror, temporalidad mezclada, suspenso. Esta película mantiene en alerta todo el tiempo. El final resulta un poco complicado pero la ambientación contribuye a la angustia y al placer de seguir el duelo entre dos chicas y dos destinos familiares.

Ficha IMDb 

A los 28 años, Seo-yeon (Park Sin-hye) vuelve a la casa familiar, mientras su madre (Kim Sung-ryung) trata de curar un cáncer en el hospital de la ciudad. Como olvidó su teléfono celular en el tren, vuelve a conectar el viejo aparato inalámbrico de la casa. Quien le contesta es Yeong-sook (Jeon Jong-seo), una joven asustada que le pide ayuda ya que su madrastra está tratando de matarla. 

Conforme se dan las conversaciones, ya que Yeong-sook es muy insistente, Seo-yeon empieza a entender la situación : la otra chica, de la misma edad que ella, vivió en la misma casa veinte años antes. Las dos soledades se conectan inmediatamente. En el caso de Seo-yeon, la tristeza por la muerte de su padre (Park Ho-san), veinte años antes la llevó a una relación difícil con su madre a quien culpa, lo que puede explicar que decida ayudar a esta extraña maltratada por una madrastra violenta (Yeong-sook (Lee El) , suerte de bruja o curandera, que justifica sus torturas por la maldad según ella innata de su hijastra, poseída según ella por una maldad demoniaca. 

Seo-yeon usa los recursos del siglo veintiuno : por internet logra averiguar lo que pasó en la casa veinte años antes y puede dar a su amiga del pasado informaciones para anticipar los sucesos. En contraparte, Young-sook evita el incendio que provocó la muerte del padre de Seo-yeon. Pero cambiar el pasado cambia el futuro. Empieza a desarrollarse una realidad alternativa en la cual sólo Seo-yeon conoce todas las versiones de la historia familiar. En función de las acciones de Yeong-sook, va a aparecer Seo-yeon de 8 anos (Um Chae Young) acompañando a su papa para visitar la casa antes de comprarla, va a desaparecer el dueño del invernadero de fresas, Seong-ho (Oh Jeong-se). Las escenas del pasado se yuxtaponen a las escenas del presente por el intermedio del teléfono y poco a poco se impone la mentalidad dominadora y criminal de Yeong-sook, quien no duda en eliminar personajes, lo que evidentemente afecta a la infancia de Seo-yeon ,contradiciendo sus recuerdos, y su presente.  

Si la chica de hace veinte años se queda en su tiempo y en su edad, la de ahora parece viajar en el tiempo y en versiones alteradas de su propia historia y de la de sus padres, al mismo tiempo que recuerda lo que vivió antes de entrar en contacto con la criminal. Esta, consciente de su poder para cambiar la vida de la que podemos considerar como la “buena” o la “inocente”, la amenaza para obtener las informaciones sobre lo que fue su pasado y así evitarlo. Un crescendo sangriento llevará a un final de abandono y perdidas. Las temporalidades se mezclan cuando Seo-yeon del presente ayuda a su madre del pasado a salvar a Seo-yeon del pasado y matar a Yeong-sook que secuestró a la niña después de matar a su padre.

La casa, lugar único en tiempos diferentes cambia en función de las nuevas realidades provocadas por las intervenciones de Jeong-sook. El desorden polvoriento y oscuro del principio cambia a un ambiente luminoso de colores pastel para la adolescente Seo-yeon viviendo feliz con sus dos padres cuando la familia puede comer a gusto las fresas del vecino cultivador de fresas Sung-ho (Oh Jeong-se). Será angustiante cuando la niña la visitará con su papa, sin saber que Yeong-sook está encerrada y maltratada en su cuarto. Y acabar áen ruinas negras cuando la locura homicida de esta dominará a todos. La fotografía está a cargo de Jo Young-jik quien trabajó con Kim Ki-duk en la maravillosa, cruda y sin piedad Pieta (2012 ). Director y fotógrafo construyen una personalidad para esta casa parecida a las del horror americano, esas casas que cambian su apariencia según las personalidades de sus habitantes sucesivos. 

Las simetrías entre las dos chicas se transforman poco a poco en oposiciones : una buena, una mala, una protegida por sus padres, una abandonada, una So Yeon quien quiere cambiar el pasado para volver a su infancia feliz, una Yeong Sook que quiere cambiar el futura para escapar de las consecuencias de sus actos. 

El espectador acaba perdiendo la noción del tiempo, y el director no se priva de darle un ultimo golpe mientras desfilan los créditos finales. Desaparecieron las referencias temporales. Seo-yeon está más sola que nunca.