Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Monday, August 29, 2016

La crime (Philippe Labro, 1983) – 6.5/10

Una película policíaca tan efectiva como tradicional. La historia no tiene nada para sorprender pero algunas actuaciones valen mucho la pena.

Ficha IMDb

Al terminar una audiencia en el Palacio de Justicia, el afamado abogado Raymond D’Alins (Jacques Dacqumine) es asesinado en su despacho del palacio por dos hombres vestidos de gendarmes, en presencia de una asistente. Era su primer alegato desde hace mucho tiempo. El comisario encargado del asunto es Martin Griffon (Claude Brasseur), policía solitario, un poco apartado de la Brigada Criminal (la “crime”) desde un asunto trágico anos antes. El alto responsable en el ministerio de justicia quien le da el caso, Millard ( Yves Beneyton) , temeroso de declaraciones políticamente inoportunas ,lo pone bajo la vigilancia del inspector  Jean-Francois Rambert ( Jean-Claude Brialy) con quien Griffon tiene una relación poco amistosa : trabajaron juntos durante cinco años , al final de los cuales Rambert se fue con la esposa de Griffon. 

Este sigue con su trabajo, acumulando pistas, interrogando gente que podría saber mucho y esconder aún más, por miedo. Entre ellos, un industrial ferroviario, Avram Kazavian (Robert Hirsch), la amante exótica del abogado, Suzy Thompson ( Dayle Haddon) ,y el extraño  hijo de este, Philippe d’Alins ( Daniel Jégou). 

La joven periodista Sybille Berger (Gabrielle Lazure) hace la misma encuesta, lo que enoja mucho al policía, al mismo tiempo que despierta en él una debilidad incomoda.

Los muertos se acumulan, algunos inocentes están sacrificados, las frases de odio y desprecio se cruzan, las mentiras se contradicen. Hasta que Griffon logra una entrevista con el hombre clave: el ministro de transportes Christian Lacassagne (Jean-Louis Trintignant), quien se suicida casi en su presencia, después de revelarle la verdad.  

La cinta acabará con un Griffon herido, encontrando el amor y la comprensión en los brazos de la hermosa periodista.

Nada original en todo eso. Una trama lineal más o menos clara, y con implícitos políticos. Algunos sucesos, y algunos personajes poco claros. Pero la historia permite algunas escenas valorisantes para loa actores. Si Brasseur encarna el estereotipo del policía amargado, sarcástico, irrespetuoso pero tierno en el fondo, Hirsch en el papel del empresario falsamente extranjero y sobre todo Trintignant en ministro irreprochable, envuelto en un sentido del honor de samurái, tienen unos momentos muy deleitables

Friday, August 26, 2016

3 coeurs (Benoit Jacquot, 2014) – 8.5/10

Construida como una tragedia clásica, en cinco actos y muchos silencios, esta cinta trata de pasión y de imposibilidades, con un trío de actrices extraordinarias.

Ficha IMDb

En una pequeña ciudad de provincia, un hombre (Benoît Poelvoorde) corre en la noche hacia la estación de trenes. Pero el destino le impide alcanzar su tren. Llega al anden cuando las puertas se acaban de cerrar. Tiene que quedarse. En un café- restaurante-tienda de tabacos, aceptan servirle un agua mineral, cuando ya están cerrando. Y, en ese minuto llega una mujer (Charlotte Gainsbourg) a comprar cigarros. Estaba escrito, tenían que encontrarse. Van a pasar la noche caminando, platicando, fumando. A la mañana siguiente, cuando ella lo acompaña a tomar el primer tren, deciden de pronto volverse a ver, sin darse nombres ni números de teléfono. Solo un fecha: el viernes siguiente, una hora: las siete de la tarde, un lugar: el jardín de las Tuileries. 

Ella vuelve a su casa, la decisión que no podía tomar sola ya se tomó: no va a acompañar a su esposo a los Estados Unidos.

Una semana después, ella sube feliz al tren. El recibe a dos chinos en su oficina del Ministerio de Impuestos. No hablan francés, él no habla chino. Lo único que cuenta es que no hicieron correctamente su declaración e invadieron impuestos. Con eso ya se anuncia parte del tema: lo que cuenta es la verdad, no lo que se dice, o se oye.

Mientras ella se instala en su silla del parque, él se apresura a salir. Angustiado porque sabe que no va llegar a tiempo, tiene una indisposición cuando su coche sale del estacionamiento subterráneo. La luz es demasiado fuerte, la angustia demasiado grande: se desmaya. Y cuando llega al parque, ella, decepcionada, ya se fue. 

Volvió a su ciudad, a su casa, a su esposo (Patrick Mille), quien la acogió y la consoló. Volvió a su vida, su madre, su hermana, la tienda de antigüedades. Volvió a la vida normal que incluye un viaje a Estados Unidos con su esposo. Pocos días después, mientras la hermana llora de angustia porque nunca han sido separadas, la madre sirve la última comida familiar.

Semanas después, Marc a quien le han diagnosticado una fragilidad cardiaca, vuelve a trabajar a la ciudad y, otra vez, el destino actúa. En un pasillo encuentra una mujer en llantos, agobiada por unas amenazas fiscales. Marc le propone ayudarla.

Lo que espectador sabe, y que los personajes no saben, es que esta mujer, Sophie (Chiara Mastroianni) es la hermana de Sylvie. Sabemos que algo anormal esta por pasar pero no sabemos en qué tonalidad se va a desarrollar.

Y la tonalidad va a ser la del silencio. El día que Marc, ya casado y feliz con Sophie, descubre en un cajón el encendedor con el cual Sylvie, la mujer anónima, jugaba, se va a mostrar, a distancia, por Skype, sin decir palabra.

El resto es un encadenamiento de encuentros, de miradas, de silencios. Un último intento de volver atrás, de hacer como si no hubiera pasado el ataque al corazón, el físico, y de volver al ataque al corazón original, el sentimental, terminará en otro ataque al corazón, fatal esta vez. Fatal físicamente para Marc. Fatal sentimentalmente para las dos hermanas porque Sophie, finalmente entenderá. 

La historia avanza en forma irremediable, marcada por el destino, como en los cinco actos de una tragedia clásica. Un hombre está dividido entre dos mujeres, a quienes ama de forma diferente. Convencido de haber perdido el amor de su vida, decide con su cabeza y la parte razonable de su corazón hacer su vida con otra. Se trata de su corazón tranquilo, el que puede aguantar solo emociones de tamaño humano, familiar, un amor amistoso. Su otro corazón, el sensible, no puede aguantar la pasión, al mismo tiempo que la desea. Como en las grandes novelas románticas, el cuerpo expresa los sentimientos. Es la metáfora de lo inexplicable. 

No se habla mucho en esta cinta, se dicen solo las cosas de la vida cotidiana, las razonables. Lo demás pasa en las miradas, en los ojos en los cuales pueden asomarse las lágrimas, otra forma de expresar la angustia. La mirada puede entender lo no dicho y la madre, experta en detalles, sean gastronómicos, artísticos, sociales o sentimentales, percibe lo que cada uno trata de esconder.

Se puede pensar en los grandes del cine francés, Truffaut experto en las finezas del amor dividido: Les deux anglaises et le continent, Jules et Jim, o La femme d’à côté. Chabrol, experto en las hipocresías y costumbres burguesas provincianas. 

De la misma forma, la voz off (la del director) de un narrador cómplice del espectador llena las elipses de tiempo y permite sentir el peso de los días mientras la mentira o el silencio se prolonga, como la voz de Jeanne Moreau en las películas de Marguerite Duras.  La extraña música de Bruno Coulais , tal vez demasiado intensa, acompaña los momentos en que algo va a pensar, imponiendo una angustia antes de que pasé lo que impedirá cualquier vuelta atrás. 

Marc trata de mantener una  posición que, al mismo tiempo, sabe imposible. Si sus problemas cardiacos son  la manifestación física e incontrolable de su dolor, su trabajo, tan razonable de inspector de impuestos le ofrece una posibilidad de manifestar su desacuerdo con su situación. La auditoría que lanza en contra del alcalde Castaing (André Marcon), amigo de su suegra, invitado a la boda después de celebrar el matrimonio civil, es una forma de aventarse a la fosa de los leones. Es un suicidio profesional, una huida hacia adelante. 

Las tres actrices están perfectas para esta relación cercana, demasiado cercana para poder escapar la una de las otras. Charlotte Gainsbourg, a medida que avanzan los años, se vuelve más humana, más flexible, más sensible, al punto de ser casi hermosa. Chiara Mastroianni y Catherine Deneuve no pueden esconder su parentesco en la vida real. La hija de la pareja ideal Deneuve-Mastroianni, no heredó la belleza de sus padres, pero si la presencia y un talento tal vez mas interior. 

Benoît Poelvoorde, sin embargo, no fue el más indicado para hacer frente a este trio talentoso. Algo le falta, no es bastante “clásico”, tal vez por acostumbrar papeles más ligeros, para transmitir la dimensión trágica de su personaje. 

Tuesday, August 9, 2016

Me Before You (Thea Sharrock, 2016) - 5/10

Otra historia de Cindirella. Otra historia de lisiado que se deja ablandar por un cuidador totalmente diferente de él. Una historia totalmente previsible, entre Intouchables y Bridget Jones, que no logra ser salvada por la luminosa presencia de Emilia Clarke.

Ficha IMDb

En los grandes temas de dramas están, las historia de maestro extraordinario, las de lisiado que se sobrepone a sus problemas, y las de lisiado culto y rico con ayudante inculto y pobre. Una variación puede ser la del lisiado cuyos problemas no pueden ser rebasados. Pero que puede encontrar un sentido a la vida a pesar de eso. 

El caso de Me Befor You usa un poco de varias temáticas, las mezcla, les agrega una linda música, hermosas locaciones, mucho sentimiento y poca coherencia. El resultado quiere ser un drama, pero no logra ser tomado en serio y tiene mucho de comedia romántica, lo que es bastante grave visto lo que podría ser el tema de reflexión real de la cinta.

En una pequeña ciudad inglesa vive Louisa Clark (Emilia Clarke) .Tiene 26 años, es muy linda y sobre todo muy generosa. Sabe hacer la vida más fácil a todos, sean las clientes del salón de té donde trabaja, el dueño, sus papas, su hermana. Pero el salón de té cierra porque la crisis esta fuerte en Inglaterra. Louisa está sin trabajo pero necesita encontrar uno porque es el sostén de su familia, ya que su papa (Brendan Coyle ) está desempleado porque la crisis esta fuerte en Inglaterra. La oficina de desempleo le propone un trabajo serio con gente muy rica, porque en Inglaterra todavía existe un equivalente a la nobleza. 

Total que Louisa obtiene el trabajo de cuidadora de un enfermo. Este es un joven de treinta y cinco años, ex joven dorado, excelente en su trabajo, rico, famoso, deportista. Tenía una novia hermosa y enamorada, practicaba deportes extremos. Hasta que un motociclista lo dejó cuadripléjico, dos años antes. 

En las escuadras de la mansión, rehabilitadas como un departamento de lujo acondicionado para sus necesidades especiales, Will Traynor (Sam Claflin) vive con la ayuda de Nathan (Stephen Peacocke ) el eficiente fisioterapeuta, al alcance de la protección respetuosa de sus padres, Camilla ( Janet McTeer) y Stephen ( Charles Dance ).

Después de unas semanas de cuidados, de convivencia con altibajos, Louisa se entera del contenido de una carta escrita por Will a sus padres: después de un intento fallido de suicidio, acepto esperar seis meses, como un tiempo de prueba, antes de la decisión final: acabar sus días en la clínica Dignitas en Suiza (que existe realmente), dedicada al acompañamiento a la muerte voluntaria. 

A partir de ese momento, Louisa se dedica a embellecer la vida de Will, llenando la de hermosos momentos, con la idea de que, tal vez, podría hacerlo cambiar de idea. Eso provoca un cambio completo en la vida de los dos, problemas de pareja para Louisa y su novio Patrick (Matthew Lewis) , el deportista obsesivo y egoísta, y excesos físicos que el cuerpo agotado de Will no puede soportar. 

Obviamente, después de la amistad, vendrá el amor. Los dos personajes evolucionan: Will sonríe, Louisa se viste mejor y empieza a apreciar la cultura.

Todo eso es muy previsible. Conforme pasan los minutos, al espectador le vienen a la memoria un cierto número de cintas que ya contaron lo mismo: Julia Roberts en Dying Young, Todo por amor (Joel Schumacher - 1991), François Cluzet y Omar Sy en Intouchables (Olivier Nakache y Éric Toledano – 2011). Como en estos dos casos, el enfermo es de una familia rica, tuvo acceso a una excelente educación y una gran cultura, lo que le da un sentimiento de superioridad (de clase) y unas exigencias aumentadas por su situación física. En frente, el ayudante se siente despreciado y tarda un poco en entender que tiene sus propios valores y superioridades, que el otro, poco a poco, empezara a aceptar e integrar en su propio sistema. 

Además, el ritmo de la cinta sigue exactamente las etapas esperadas en una comedia romántica: subida progresiva del acercamiento, clímax de felicidad, conflicto resolución del conflicto, reconciliación y último acercamiento, que, en este caso, acaba en una separación definitiva. Es el único punto que haga de esta cinta un drama en lugar duna comedia. 

La narración presenta una serie de incoherencias: si la familia de Louisa necesita tanto del dinero que aporta, ¿cómo es que se puede pagar tantos vestidos, falditas, moños para el pelo y, sobre todo, zapatos? Will mantiene su decisión de suicidio por los dolores excesivos, pero nunca se enseña que esté sufriendo. Es más, las realidades de la vida de cuadripléjico no se enseñan en la cinta: solo se ven las dificultades para alimentarse, y muy rápidamente. Todos los aspectos pesados, baño, cuidados de los músculos, de la piel, fisioterapia, funciones corporales básicas, todo desaparece. Su vida no parece tan difícil y, como por arte de magia, puede comprarle a Louisa el regalo de cumpleaños perfecto. Will queda como un joven guapo, de quien cualquier chica se puede enamorar. Su vida se presenta solamente de los hombros hasta arriba, su cuerpo queda en el olvido. 

A eso no ayuda la interpretación de Claflin, bastante limitada expresivamente. Pero es muy guapo. 

En cuanto a Louisa, el intento de enseñarla como una joven alegre, bondadosa y sin pretensiones intelectuales llevó a vestirla como Minnie, con todos los colores posibles, y zapatos inconcebibles para caminar, menos para cuidar a un enfermo. Pero sobre todo llevo a la actriz, adorable por lo demás, a un juego facial excesivo, con unas cejas extremadamente móviles, lo que acaba por cansar. Su paleta expresiva es un poco limitada y su sonrisa omnipresente.

Pero no hay que olvidar los papeles secundarios que cumplen muy bien su función: la pareja de padres de clase media, frente (y nunca se encuentran) a los padres ricos, elegantes, pero que en ningún momento están ridiculizados. El novio corredor es en sí un personaje de comedia, tierno y ridículo, perfecto egoísta inconsciente. 

Una cinta para adolescentes, poco original, una comedia romántica con una pareja de jóvenes actores destinados al éxito, pero que evita cuidadosamente profundizar en lo que podría ser tema de reflexión: la decisión de morir está aquí solo para darle intensidad lacrimógena a la trama, clásica, de amor imposible.