Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Wednesday, February 27, 2019

The Favourite (Yórgos Lánthimos, 2018) – 9.5 /10


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Una maravilla despiadada sobre el poder, la manipulación, filmada con un dominio técnico cercano a la perfección. Tres mujeres se pelean por el poder y el placer en un momento histórico muy particular. Tres actrices rivalizan de talento. Una ganó el Oscar. Las tres lo merecían.

Ficha IMDb

La reina Ana de Inglaterra, (Olivia Colman), la ultima de los Stuart y la primera reina de Gran Bretaña, no esta muy interesada en la gestión de su reino que duró de 1702 a 1714. Después de la muerte de su esposo George en 1708, que la dejó sola e inexperimentada en el poder, prefiere atender a sus diecisiete conejos, recuerdos de sus diecisiete embarazos fallidos. Su salud física es muy delicada con ataques de gota, tal vez diabetes, una adición a los dulces y pasteles, y un notable sobrepeso, aunado a un terrible mal gusto, que le impide vestir de forma elegante: la comparan a un tejón. Además, manifiesta en privado y a veces en publico un estado mental algo débil, depresivo y quejoso. Deja a su favorita, Lady Sarah Jennings (Rachel Weisz) llevar la política, en particular los asuntos militares, ya que su esposo John es el famoso Malborough (Mark Gatiss), vencedor de los franceses, ancestro de Churchill, y personaje de una famosa canción popular.

Pero la supremacía de Sarah se ve amenazada cuando llega a la corte, sucia y mal vestida una pariente lejana, de la vieja aristocracia ahora caída en pobreza, Abigail Hill Masham (Emma Stone). Ha pasado por todas las pruebas y desgracias posibles: vendida por su padre para pagar deudas de juego, ya no cuenta las violaciones, ha tenido hambre, ha viajado lejos en condiciones abominables. Pero esta decidida a llegar a alguna forma de poder. Llega reptando, avanza suavemente, y acabará aplastando.

Mientras Sarah se dedica a la política, peleando para un aumento de los impuestos que permitirán financiar la guerra de su esposo, con el apoyo del primer ministro Godolphin (James Smith) , frente a la oposición liderada por Lord Harley (Nicholas Hoult), Abigail se dedica a acercarse a la reina suavizando sus dolores físicos por medio de recetas herbolarias, seguidas de un acercamiento sexual después de sorprender la relación lesbiana entre Anna y Sarah. Ganada la confianza real, podrá dedicarse a recuperar su rango aristocrático dejándose casar con Lord Masham (Joe Alwyn).

El trio de damas que se construye es un juego despiadado de influencias, utilizando mentiras, amenazas,sexo,caricias,promesas. Tres que sufren ataques, envenenamientos, humillaciones, muertes de sus próximos. Tres que se levantan. Cada una representa una relación al poder: la reina le tiene miedo, a punto de desmayarse en el momento de anunciar un nuevo impuesto en la cámara; Sarah abusa de él; Abigail nada mas lo desea para dominar. Entre iras, risas, drama, farsa, cada una va caminando en la dirección que se propuso y las otras dos son sus medios, sus herramientas para conseguir lo que anhela. Es un juego de ajedrez como el que diseño Choderlos de Laclos en sus Relaciones Peligrosas (1782). La guerra está en todas partes, empezando en el exterior, como un segundo plano, dando un ambiente de fondo, con los combates entre Francia e Inglaterra. El conflicto se adentra en la corte, donde todos tratan de eliminar a todos. Los hombres, en cambio, son unos seres vacíos, vanidosos e inútiles, manipulables y desechables. Ninguno está a la altura de estas mujeres.

El uso casi general de gran angular o ojo de pez construye espacios amplios, redondos, al opuesto de lo que Lánthimos presentó en The Killing of the Sacred Dear, todo en líneas rectas, espacios gélidos y colores fríos. En The Favourite, los colores son marones, rojos apagados, principalmente en las escenas interiores, con la madera de los muebles y los pisos de parquet. Se usa una extrema sensibilidad de película para momentos alumbrados únicamente por una vela, pasadizos escondidos en el espesor de los muros, momentos en que un personaje solitario surge de una pantalla casi totalmente negra, como en cuadros del siglo XVII: Le Nain, Caravaggio. El objetivo en ojo de pescado permite crear la ilusión de estar viendo a través de una cerradora, de espiar lo que uno no debería saber, de sorprender una intimidad.

La reconstrucción de época del siglo XVIII esta sumamente cuidada, en los trajes, la vajilla, la decoración de los cuartos, los accesorios, como por ejemplo las armas usadas en el juego mortífero de caza al pichón, otro símbolo de las relaciones en la corte. Es la época del libertinaje, de la crueldad abiertamente cínica, la perfidia y el salvajismo más brutal bajo apariencias de razón e Ilustración, son los primeros años del siglo de la Revolución Francesa, tiempo del barroco exagerado, de las pelucas desproporcionadas y de Marie Antoinette. Las cabezas pronto rodarán en el aserrín. Las realezas europeas bailan sobre un volcán, prefieren pelear entre sí por pedazos de territorios que ver lo que el pueblo está sufriendo y la amenaza que representa. Excesos de todo tipo, abundancias, falta de respeto por cualquier autoridad que no sea la del propio placer. Lánthimos exagera aún más esta falta de mesura como por ejemplo en un baile de coreografía anacrónica y ridícula. Algo podrido invade el reino, los humanos ya no saben portarse como humanos y se acercan cada día más al comportamiento animal, en su sexualidad, su alimentación, su agresividad.  

Por momentos, la cinta recuerda a Barry Lindon y sus cuadros de época, pero hay en The Favourite algo mucho menos apacible, algo más tortuoso, ya que Lánthimos sabe transmitir, infiltrar de forma sutil y maligna, una incomodidad difícil de racionalizar, un poco como Haenecke. El germen del mal toma posesión en forma insinuante de cada personaje, de cada rincón, de cada objeto u animal. Se siente que en cualquier momento puede salir a flote.

La cinta se presenta en una estructura claramente enunciada, y aparentemente racional, con los títulos de ocho capítulos en una tipografía y un diseño sorprendentes. La música de época, Handel, Bach, Purcell, Vivaldi se combina con composiciones más románticas de Schuman o Schubert, o modernas como Olivier Messiaen, hasta Elton John.

La escena final es una maravilla de sadomasoquismo, de violencia metaforizada, y de técnica con sus tres imágenes sobrepuestas en un contrapicado que se vuelve extremo. Toda la historia de la cinta se resume en esta conclusión que anticipa un futuro de maldad recíproca. 

Monday, February 18, 2019

Glass (Night Shymalayan, 2019) – 7.5 /10


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Tercera parte de una trilogía cuyas dos primeras películas parecen no relacionarse, esta hace una síntesis de elementos para seguir el camino al asociar los personajes anteriores, recuperando capacidades excepcionales y debilidades para construir una historia más o menos coherente.

Ficha IMDb

Los títulos de las tres cintas hacen cada uno referencia a uno de los personajes: David Dunn es el protegido de Unbreakable (2000), Kevin es el fragmentado de Split (2017), ahora le toca a Elijah Price ser Glass, personaje epónimo de la tercera parte del tríptico. De la misma forma, el primero en aparecer en esta cinta es David, después viene Kevin, en su personalidad Hedwin, Elijah aparecerá mucho más tarde.

La acción empieza unas tres semanas después de acabar los sucesos de Split: cuatro animadoras han desaparecido. David Dunn (Bruce Willis), ayudado por su hijo Joseph (Spencer Treat Clarke), hace su propia investigación. Con sus talentos de percepción y su fuerza y resistencia a prueba de todo, desempeña cada noche una labor de protección en las calles. Pero al ser un tipo de “justiciero” está también buscado por la policía. Su capucha angustia a la gente bien. Hedwig (James MacAvoy) personalidad infantil de Kevin Wendell Crumb cuida a las cuatro víctimas y las prepara para la próxima visita de la Bestia, otra personalidad de Kevin, dotada de una fuerza y de una violencia fuera de control.

Cuando Dunn encuentra a Hedwin, llega a liberar a las chicas, se enfrenta a la Bestia, pero los dos acaban detenidos y transferidos al hospital psiquiátrico Raven Hill donde vive desde años Elijah Price (Samuel L. Jackson), en una silla de ruedas dentro de una celda acolchada que lo protege de cualquier golpe que podría acabar con su frágil persona, afligida del síndrome de los huesos de vidrio, y bajo una buena dosis de sedantes para proteger al mundo de sus malas intenciones.

Todos están ahora reunidos para el estudio de la doctora Ellie Staple (Sarah Paulson).  especializada en el delirio de grandeza de los que se creen superhéroes. Cada uno de los tres protagonistas tiene su propio fan: David Dunn tiene a su hijo Joseph; Hedwig, o tal vez Kevin, tiene a Casey Cook (Anya Taylor-Joy) quien logró escapar de la Bestia en la cinta anterior; Elijah tiene a su mamá la señora Price (Charlayne Woodard), que se siente tal vez un poco culpable de haber traído al mundo a este genio malvado.

La Horda que habita a Kevin:  Dennis el violento, Patricia, la señora correcta y educada, Mr Pritchard el profesor, todos intervienen de una forma u otra en la historia, Jade y Orwell en videos, los gemelos Ian y Mary hacen una breve aparición para ayudar a Glass.Todos están ahí para fortalecer la oposición a los intentos de la doctora para someter a nuestros superhéroes.

No se distingue muy bien hacia donde quiere ir la historia, quien es el bueno de la historia: ¿David Dunn?  ¿La doctora? ¿Kevin?

Poco a poco, pero en realidad demasiado lentamente, se llega a la conclusión de que Glass es la mente maestra responsable de todo: de la soledad y sentimiento de culpabilidad de David quien fue el único sobreviviente del tren descarrilado; de la muerte del padre de Kevin lo que lo dejó a manos de una madre abusiva y lo llevó a protegerse en trastorno de personalidades múltiples, incluyendo la Bestia. Solamente en el tercer tercio se hace realmente presente Glass, en su personalidad de maldad y de maestro del juego. La cinta da demasiado la impresión de que Shamalayan quería sostener una espera, un suspenso, o que no tenia nada que contar, mantuvo una línea plana, pico interesante hasta hacerlo aparecer, ya que él tiene las respuestas.

Las escenas en el asilo se alargan, y no logran establecer claramente para qué sirven. Tal vez la respuesta este en una denuncia de los métodos utilizados en las instituciones que la gente “normal” ha construido para controlar a los “diferentes”. Aquí se trata de gente dotada de poderes supranormales. Pero la denuncia se inscribe en una larga trayectoria que pasa La tête contre les murs (Franju - 1959) o One Flew Over the Cuckoo’s Nest (Milos Forman – 1975). La violencia de este mundo que pretende curar se hace muy visible en la sofisticación de los dispositivos en los cuartos de nuestros superhéroes: para David Dunn, un enjambre de tuberías soltará impresionantes cantidades de agua para ahogarlo si trata de huir, siendo su talón de Aquiles el miedo al agua. Para la Horda de Kevin, se trata de flashs luminosos que se encienden cada vez que una personalidad se muestra agresiva

Si bien la cinta tiene una muy buena secuencia de peleas al final, si bien hay un intento de complicación en el desarrollo con el plan malvado de evasión de Glass, falta algo para que cuaje realmente la historia.

Lo más interesante es la forma: uso de colores, de encuadres, simetrías, vistas centrales. Estética fría y anxiogena, música enfocada a mantener la angustia. Unbreakable era una cinta de acción, Split una cinta psicológica apasionante. Glass no sabe muy bien cómo definirse. El espectador busca hacia que satisfacción se está encaminando y trata de sentirse satisfecho con el homenaje final: los tres protagonistas siempre vivirán, como lo hacen los superhéroes, al ser difundido el video por las redes sociales. La fuerza indestructible de la primera cinta, las múltiples personalidades de la segunda y la maldad súper inteligente de la tercera quedarán para siempre en las memorias

Como en Split, James McAvoy asombra por su capacidad de cambio, pasa de una personalidad a otra con un arte fascinante. Uno se queda casi frustrado de no verlo más. Si Bruce Willis hace honestamente su trabajo sin más, es cierto que es Samuel L. Jackson, quien lleva ahora el mando maquiavélico de la situación., y el protagonismo actoral. Sarah Paulson no ayuda mucho a su personaje de doctora, quien parece sobrar con sus explicaciones tipo psicológicas. El final trata darle una transcendencia y relaciones externas con algo que rebasaría a la simple historia de estos tres que son o se creen superhéroes, como una conspiración universal para deshacerse de esas creaturas extrañas que molestan al mundo normal, tipo X-Men u otros héroes de Comics.

Al final de cuentas, Glass no acaba de dar satisfacción ni en cuanto a narración, ni en cuanto a actuaciones.

Monday, February 11, 2019

Masques (Claude Chabrol, 1987) - 8/10


Un viejo pero clásico Chabrol, con la misma ironía fría en contra de una burguesía con buena consciencia. La maldad revista de buenas maneras, educación y cortesía, con la voz envolvente y el talento malvadamente suave de Philippe Noiret. Una joya, como siempre.

Ficha IMDb

Christian Legagneur (Philippe Noiret) es un renombrado presentador de televisión cuya especialidad son los concursos para gente mayor. Para recompensarlos por sus talentos, su juventud de alma y su romanticismo incansable, se les regala viajes extraordinarios. La suavidad melosa de la voz de Legagneur , su amabilidad, su comprensión y su paciencia por esos viejitos tan lindos, enternece a toda Francia a horario fijo.

Un día se presenta un joven periodista, Roland Wolf (Robin Renucci), que dice preparar una biografía del famoso presentador. Nada mejor para acariciar el ego de Legagneur quien le propone a Wolf llevarlo a su casa a las afueras de Paris, para que pasen juntos un fin de semana de trabajo al mismo tiempo que eso le permitirá a Wolf conocer íntimamente su forma de vivir.
La magnifica propiedad, casi un castillo, esta habitada en forma permanente por extraños personajes. El matrimonio Marquet, Emmanuel apodado Manu (Roger Dumas) y Patricia (Bernadette Lafont) se parece más a unos parásitos que aprovechan las bondades de Legagneur . Ella se dedica a los masajes para suavizar los nervios del gran hombre, al mismo tiempo que tiene una pasión para la lectura del Tarot, el esposo es un fino conocedor de vinos, y sabe maridar los deliciosos platillos preparados por Max (Pierre-François Dumeniaud), cocinero y chofer. Este está tal vez, en una pareja con. Colette (Monique Chaumette)  , entre sirvienta, secretaria, enfermera, ama de llaves, cuya principal misión es hacer que la vida de Catherine  ( Anne Brochet ) sea lo más cómoda posible.

Catherine es una joven extraña: torpe, muy silenciosa, fríamente bella, rígida, sujeta a migrañas por las cuales lleva grandes anteojos oscuros. Muy reservada en presencia de su padrino, quien la sobreprotege, se revela apasionada y audaz cuando esta sola. Y parece muy interesada por Wolf.

Pero la intención real de este es investigar sobre su hermana Madeleine quien vivió un tiempo en la casa y desapareció de forma extraña.

Al mismo tiempo que lleva a cabo su propio investigación y que finge preparar su libro, Roland , cada vez mas interesado en la extraña Catherine, hurgue en los secretos del buen presentador. Lo que descubre es aterrador: la respuesta a la desaparición de Madeleine es al mismo tiempo solución a los males de Catherine.

El final de la cinta es la confesión publica y en directo de un hipócrita, cínico manipulador quien se ha burlado durante años de todos: viejitos, público, y ahijada con el único propósito de enriquecerse.

El duelo Legagneur-Wolf, juego de escondidillas en los cuartos, pisos y jardines del castillo, a golpe de partidos de ajedrez o tenis, cuya prenda sería la joven princesa enclaustrada y delicadamente drogada, lleva su ritmo bien controlado, primero tranquilo como un fin de semana de descanso, con sol, buena comida y vinos deliciosos, para acelerarse en las noches y los rincones oscuros. La elegancia y el humor de lord inglés de Legagneur encuentra en la suavidad gatuna de Noiret un interprete perfecto. Su voz profunda y suave es una caricia casi hipnótica. ¿Quién no se dejaría seducir por los desayunos frente al jardín, las conversaciones cultas? Su poder es una mano de hierro en un guante de terciopelo, de seda, de pastelito recién horneado. Philippe Noiret es el padrino que todos deseamos. Más, es la generosidad hecha televisión. ¿Cómo no caer en la trampa de sus buenas intenciones?

Wolf es un joven lobo, decidido a vengar a las doncellas amenazadas, empezando por su hermana quien ya sucumbió. La frágil Catherine, inestable, vulnerable, despierta poco a poco al contacto del joven que llega del mundo exterior. Sin embargo, también él avanza enmascarado. él tampoco es quien dice ser.

Todos en el castillo se desplazan entre espejos y ventanas, abiertas sobre una naturaleza dominada, tan hermosa que no puede ser verdadera. El viejo lobo Legagneur observa sus talentos en la ventanita del televisor. el joven lobo Wolf se observa en su espejo.

El final del cuento es el esclarecimiento, la revelación a la luz del día de los arreglos ocultos. Pero quien tiene la ultima palabra le pertenece al malo quien triunfa al denunciar la hipocresía de la falsa bondad de la televisión, de las falsas recompensas de los juegos: la apariencia rosa de la televisión esconde un negocio mucho mas redituable. Como Legagneur en la vida familiar, la televisión es un gran ogro de la vida publica. Los dos tienen el miso objetivo: enriquecerse a costa de los crédulos. Era 1987, Chabrol ya decía o que todavía nos cuesta aceptar. Los presentadores de esos años: Jacques Martin con L’école des fans, Julien Lepers con Questions pour un champion, Patrick Sabatier con Avis de recherche no son más que actores pagados y su amabilidad es una mascara para atraer y hacer ganar dinero a productores y anunciantes.

Como casi en todas sus películas, Chabrol denuncia una burguesía hipócrita y criminal, esta cinta usa esta perversidad privada para denunciar una perversidad publica, con la misma eficiencia que siempre. Tal vez con efectos un poco previsibles. Pero sobre todo con el actor perfecto para este tipo de papel, por estar siempre al borde del exceso. Exceso de gentileza que casi lleva al precipicio de lo ridículo. Noiret juega con el peligro con un disfrute tangible, y que nos transmite, y nos da a entender muy pronto que “hay gato encerrado”..