Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Friday, March 26, 2021

Morte a Venezia (Luchino Visconti, 1971) - 9/10



Un viejo músico llega a un lujoso hotel del Lido para descansar. La belleza de un adolescente trastorna totalmente su vida y todas sus certidumbres, mientras una enfermedad mortal invade lentamente la ciudad. Una reflexión filosófica sobre el arte y la belleza, más que sobre el amor, con la interpretación inolvidable de Dirk Bogarde. Como El Gatopardo, obtuvo La Palma de Oro en Cannes.

Ficha IMDb

Después de una travesía insomne, Gustav von Aschenbach (Dirk Bogarde) llega a Venecia al amanecer. Cansado fisca y mentalmente, el compositor taciturno se pelea con todos antes de llegar al lujoso Grand Hotel des Bains, lleno de familia ricas provenientes de toda Europa para pasar el verano en la playa del Lido.

Solo, y sin deseos de romper esta soledad, Aschenbach se introduce al ritmo y el ritual del hotel. Pero su soberbia se ve perturbada por la visión de un adolescente polaco, Tadzio (Björn Amdresen), único hermano de tres niñas, acompañados por su institutriz francesa (Nora Ricci).Tadzio tiene las ocupaciones de cualquier adolescente en la playa : nadar, jugar con otros chicos, dejarse mimar por la institutriz y platicar un poco con su lejana y hermosa madre, la baronesa Moes (Silvana Mangano). El peso de la constante mirada del hombre mayor le hace voltear la cabeza y entrar a un juego del gato y el ratón, haciéndose cómplice de la emoción obsesiva del artista.

Para Aschenbach, no se trata simplemente de una tentación pedófila, para él que nunca tuvo esta tendencia. Se trata de un cuestionamiento filosófico y humano. Varios flashbacks nos presentan sus debates estéticos con su amigo músico Alfred (Mark Burns). Para Aschenbach, la belleza se alcanza después de mucho trabajo, es una harmonía de equilibrio, de perfección que sólo los intentos y correcciones pueden autorizar. Para Alfred,   la belleza es revelada en forma espontánea, por medio de los sentidos. Apolo contra Dionisos. Ideal contra pasiones. La convicción que guió el trabajo y la vida misma de Aschenbach se derrumba al ver a Tadzio. En un instante le es permitido tocar a la hermosura, por el sentido de la vista. Sin preparación, sin intentos laboriosos, sin trabajo. Ahí está. Existe a parte de cualquier reflexión intelectual.

Por otra parte, la contemplación de un cuerpo joven en su traje de baño a rayas, de una cara imberbe, de una cabellera rubia y ondulada, de una flexibilidad natural y sin esfuerzo, le hace tomar conciencia de la vejez de su cuerpo, de sus canas, de la muerte cercana para él. Otros flashbacks y la presencia de fotografías en su cuarto de hotel revelan otro motivo para el abatimiento de Aschenbach. Murió su hija, murió su esposa (Marisa Berenson). Lo rodean los fantasmas, lo esperan. Otro fantasma es el de su carrera de músico. Todo se acabó. Como padre, esposo, artista, su vida ha perdido su sentido, cuando aparece un joven casi anónimo que viene a dar una esperanza de nueva vida al hombre Gustav von Ascenbach. La perturbación es demasiado intensa y el pobre, totalmente rebasado, trata de escapar. Decide volver a su país, pero un error administrativo hace que sus numerosas maletas no toman la dirección correcta. Aschenbach toma el incidente como prueba de la voluntad del destino. Un magnifica sonrisa picara se dibuja en su cara cuando se da cuenta, o decide, que ya no le queda de otra : tiene que volver al hotel y contemplar a Tadzio, cada día hasta el final. 

Pero en ese mismo instante, en esta misma sala de espera de la estación ferrocarrilera de Venecia, el destino abre la puerta sobre otra dimensión : un hombre pobre se cae al cielo, se sacude y muere. Inmediatamente los empleados lo sustraen a la vista. Y los indicios se multiplican : se riega las plazas, los pozos, las paredes de la ciudad con desinfectante. Nadie quiere contestar a las peguntas de Aschenbach, se argumenta que el verano, que el siroco… hasta que el director de su banco le explica con muchos detalles geográficos, sociales y económicos sobre los desplazamientos desde Asia, que una epidemia mortal esta llegando. Aschenbach se imagina entonces avisando a la madre de Tadzio, convenciéndola que deben dejar el hotel, que ella le agradece su atención y lo deja tocar el pelo del joven. Pero el breve acercamiento es sólo un sueño despierto.

La intervención “artística” de un barbero (Franco Fabrizi)  transforma al viejo Aschenbach a golpe de tinte en el pelo y los bigotes, rojo en las mejillas y los labios. La mascara de falso joven o de verdadero viejo pedófilo, o de músico homosexual como el que canta en la terraza del hotel y asusta a Tadzio, es un ultimo intento de acercarse a la belleza y a la juventud.

Al final del verano, el hotel ya está casi desierto,  son las ultimas horas de Tadzio en la playa, las ultimas horas de contemplación para Aschenbach. Un amigo trata de aprovechar en un juego casi erótico sus últimos momentos con el adolescente, bajo la mirada tensa del viejo, incapaz de moverse. La revelación de la sexualidad para Tadzio es al mismo tiempo clímax sensual y muerte para Ascehnbach, que cae retorcido sobre su sillón de playa, una línea de tinte negro escurriendo en su cuello.

De la novela homónima de Thomas Mann, Visconti ha conservado el ritmo lento, lleno de angustia y de admiración. Pero ha cambiado su personaje, de escritor como Mann a músico. El uso repetitivo como en leitmotiv del adagietto de la Quinta Sinfonía de Malher, las semejanzas con ciertos aspectos de la vida profesional y personal del compositor hasta ahora poco apreciado han hecho entender a la película como un momento biográfico del compositor alemán.

El tema de la muerte es anunciado desde el principio de la cinta. El amanecer de un nuevo día, con sus magníficos colores de pintura de Turner o de Monet, es manchado por un humo negro que sale de la chimenea del barco. El enorme baúl de Aschenbach, detalle realista de las condiciones de viaje de los ricos, con su color oscuro, parece el ataúd , listo con sus iniciales, que el músico lleva consigo. Es, además, el extravío del baúl que lo llevará a volver al hotel, donde pasará sus últimos días de vida. El gondolero que impone el trayecto directo al Lido sin pasar por Venecia como le indicó Aschenbach, y pide el pago que este decida, es un siniestro Caronte.  El músico se somete a su decisión, de la misma forma que no querrá volver a Múnich sin su ataúd-baúl. Aschenbach ya tuvo un ataque cardiaco en Múnich, tiene otra vez un problema en el hotel. Su muerte al final ha sido anunciada : tres golpes del destino, como los tres golpes del Commandatore de Don Giovanni. Los empleados de la ciudad, que desinfectan las calles son otros emisarios anónimos de la muerte, como el hombre que cae en medio de la indiferencia de los viajeros en la estación.

Frente a Tanatos, Eros se manifiesta con toda su fuerza obsesiva. Visconti la maneja a golpe de zooms hacia adelante y hacia atrás. Adelante para tomar posesión de la belleza deseada, hacia atrás para volver al mundo interno y la disimulación del adulto, y para enmarcarla en el mundo material : mundo invadido por la acumulación barroca de adornos, floreros, plantas, sombreros, plumas. La riqueza desbordante de los objetos recuerda los salones del Gatopardo (Visconti -1963). Los largos travellings son el intento de acercarse, tender la mano para tocar, rozar subrepticiamente. 

El ultimo intento de Eros amenazado por Tanatos es el desesperado tratamiento cosmético : Aschenbach se deja maquillar, peinar, pintar. Ya es casi el maquillaje de embalsamador. De la misma forma, las paredes de Venecia están maquilladas con cal, para desinfectar, pero también, metafóricamente, para darle una ilusión de limpieza, de salud. El hombre como la ciudad se ponen una ultima y desesperada mascara para hacer creer a los demás y a si mismos que todavía son jóvenes, hermosos, y en buena salud. 

No se puede escapar a la muerte, a la decadencia. Tampoco las sociedades. El mundo de los ricos en su Grand Hotel des Bains, vive sus últimos momentos de goce antes de la Guerra. La Bella Época corre hacia su fin. De la misma forma, Don Fabrizio Salina sabía que su Sicilia aristócrata se estaba acabando y que la generación de Garibaldi en la política, de Tancredi y Angelica en la familia los iban a desplazar y a cambiar todo. La decadencia de la alta sociedad, a la que Visconti pertenecía, siendo su familia una de las más antiguas de Italia, es un tema recurrente en su filmografía. Muerte en Venecia, película intimista y casi muda, se inserta entre dos grandes producciones: La Caida de los dioses (La caduta degli dei – 1969), cuenta el final de las grandes familias industriales de la Ruhr, dominadas y recuperadas por Hitler, pero también podridas por sus propios excesos y perversiones. Luis II de Baviera en Ludwig (1973) vive el final de la nobleza de Baviera, antes que su pequeño estado este absorbido por la gran Alemania. Helmut Berger y su belleza rubia es el instrumento de la caída de los dioses y el rey loco de grandeza y de drama. En Muerte en Venecia, cinta central de esta trilogía alemana, Visconti une el mundo germano de sus personajes y sus músicas con el mundo latino, el suyo, en un lugar de culto, casi folclórico, superficial al mismo tiempo que lleno de melancolía, de colores atenuados por las brumas y la arena negra del Lido, al contrario de los colores llenos de sol de la Sicilia del Gatopardo. 

Muerte en Venecia es una película de belleza y de reflexión, de amor y de muerte. Intensamente barroca, compleja y pura.


Tuesday, March 16, 2021

Lolita (Stanley Kubrick, 1962 ) - 9 /10



Película de culto como lo es la novela de Nabokov, provocadora en sus caracteres más que en sus imágenes, con un sentido del humor devastador al mismo tiempo que anticipa un debate que se ha vuelto muy actual. ¿Quién es realmente el personaje principal de la película?

Ficha IMDb

Humbert Humbert (James Mason) llega a la mansión de un cierto Clare Quilty (Peter Sellers), decidido a matarlo, pero se encuentra con un triste borracho que se burla de él. Después de un duelo de palabras, recuerdos y desafíos, lo abate detrás de una pintura. Para explicar su odio empieza el flashback.

Humbert Humbert, honorable profesor de literatura francesa llegó a una pequeña ciudad de Nuevo Hampshire a buscar alojamiento. Charlotte Haze( Dhelley Winters), honorable viuda deseosa de rehacer su vida al mismo tiempo que cultiva el recuerdo de su esposo muerto,  no logra convencerlo de las ventajas de su casa hasta que se topan en el jardín con su hija adolescente Dolores (Sue Lyon) apodada Lolita en recuerdo de un viaje a México. Humbert Humbert no puede resistir a la belleza de la joven, renta el cuarto, se casa con la mamá, todo para quedarse cerca de Lolita.

El día que Charlotte, decepcionada del trato amoroso de su esposo, descubre el diario donde este confiesa su deseo por Lolita, sale desesperada de la casa y es atropellada por un coche. Parece que el destino se puso del lado de Humbert. Este, en su nueva posición de tutor legal, va inmediatamente a recoger a Lolita en su campo de verano y la lleva a un largo recorrido. Se instalan por un tiempo en una ciudad donde el profeso consiguió trabajo, pero Lolita empieza a cansarse de la vigilancia permanente de Humbert. Para mantenerse más cerca de ella, este decide emprender un largo viaje hacia el sur, pero ella logrará engañar su vigilancia y escapar, con la complicidad del misterioso hombre que los sigue.

Años después, Humbert recibe una carta de Lolita que le pide dinero, encuentra una mujer, adulta, casada y embarazada. Su esposo , Dick Schiller ( Gary Cockrell) tiene proyectos para irse a Alaska. Humbert suplica, ruega, se desespera para finalmente aceptar la decisión de su amada, darle todo el dinero que salió de la renta de la casa maternal, de la venta y decide vengarse del hombre que siempre estuvo en la sombra, cómplice y talvez amante de lolita : Clare Quilty.

Nabokov no dejaba muchas ambigüedades sobre sus personajes. Su Humbert Humbert, quien cuenta en primera persona, es abiertamente un pedófilo quien seduce y utiliza a jóvenes ninfitas, Lolita es abiertamente una manipuladora. Kubrick, tal vez por las limitaciones que le oponía el código Hayes, decide salirse del guion preparado por el autor y desplazar el punto de vista. Quien importa en su cinta es Humbert Humbert, hombre cuarentón, apasionado de literatura, autor frustrado, no muy sociable que se ve de repente poseído por una pasión amorosa que lo rebasa. Escoger a James Mason, de apariencia perfectamente correcta, educada, sea en traje, en piyama o en abrigo y guantes, da una dimensión de desajuste para este hombre de libros más que de contactos humanos. Su sentido del humor distante y su sarcasmo hacia Charlotte , sus pretensiones intelectuales y sus amigos muy sociables desaparece cuando se tarta de su propia relación con Lolita. Se encierra en su historia de amor y se vuelve ciego a todas las manipulaciones de la niña diabólica. Es que la niña tiene el apoyo de un maestro en el engaño : Clare Quilty. Este lleva en su nombre la ambigüedad : no tiene nada de transparente, es más bien un prodigio de las transformaciones, de las personalidades múltiples, es un patchwork, un quilt, de papeles. El autor famoso que aprovechó la gira de conferencias para seducir a Charlotte y olvidarla tan pronto, una entre otras, viaja con una amiga de estilo “existencialista”  a la moda en los años 50, observa, analiza, aprovecha. Se hace pasar por policía en el primer hotel del viaje de Lolita y Humbert, y da a este toda una lección sobre apariencias y buenos comportamientos. Después se disfraza de psiquiatra alemán, el dr Zempf para convencer a Humbert de dejar a Lolita participar en el grupo de teatro de la escuela. Posteriormente  es el cómplice escondido y voyeur que los sigue y organiza la huida de Lolita, dejando a Humbert en manos de los vigilantes del hospital. Siempre habla, juega con las palabras, los tonos de voz. Introduce una capa extra de actuación dentro de la actuación. Embauca, seduce, engaña. Nadie se le puede resistir. Es el diablo. 

En cada etapa, Humbert es vencido, rebajado, sometido. Pero su amor no se cansa, su obsesión no cede. Es amarrado a los pies de su Lolita cono lo muestra la escena famosa donde le pinta las unas de los pies. Humbert ya no es nada. Se ha reducido a la sombra del profesor altivo que fue. 

Si la cinta empieza y termina en el asesinato premeditado de Quilty a manos de Humbert Humbert , es porque la narración de la cinta es la de un duelo entre dos hombres a través de una mujer. Quilty le quitó a Humbert el objeto de su deseo. No solamente se lo quito físicamente, pero la transformó. El Humbert de Kubrick no es el simple pedófilo de Nabokov, es un hombre profundamente obsesionado por su amor. El deseo de un pedófilo se acaba cuando el niño o adolescente crece y pierde las características físicas que desencadenaron la fijación. Cuando Humbert vuelve a encontrar a Lolita, es una adulta, lleva una vida de esposa de clase media baja, con su casita, su pila de ropa para planchar, su esposo trabajador y sus preocupaciones de dinero. Sobre todo, Lolita está embarazada. Su cuerpo ya no tiene nada en común con la delgadez en bikini que deslumbró a Humbert en el jardín maternal, con sus lentes de corazón bajo su gran sombrero. Esta Dolores, que ya no es una Lolita, no puede atraer a un pedófilo. Pero Humbert la suplica, quiere tener la en su vida para toda la vida. Y acaba dándole todo el dinero que tiene para que ella se vaya a cumplir el sueño de su esposo en Alaska. La ama de verdad . Ya no es el pedófilo que tal vez fue años atrás. James Mason encarna a la perfección el enamorado triste, sufrido, infeliz. Nunca sonríe. A lo largo de la historia ha sido estoicamente patético. Lo sabe y su decisión de acabar con el culpable de su sufrimiento es un último intento de recobrar su dignidad. Por eso su abrigo y sus guantes elegantes; va a llevar a cabo un duelo, un pleito de honor. 

Alrededor de este retrato de una pasión, y no es coincidencia si Humbert mata a Quilty el hombre de varias caras detrás de una pintura de retrato, Kubrick hace el retrato de una sociedad. Los años 50 son todavía puritanos, pero tratan de ser modernos, juegan entre las buenas costumbres, la vigilancia de los vecinos y el cuidado de una buena reputación, y las nuevas libertades sexuales. Quilty es la posición avanzada de esta revolución en proceso : pervertido, mundano, , se introduce en cualquier lugar, en cualquier relación, en cualquier situación sabiéndola aprovechar para sacar lo que a él le conviene. El talento polifacético de Peter Sellers anuncia el uso que hará de él Kubrick en el triple papel de Doctor Insolito (Doctor Strangelove : How I Learned to stop Worrying and Love the Bomb - 1964 ).   

Kubrick combina el drama individual de Humbert con la pintura irónica de la sociedad y de ahí se sigue hasta escenas de slapstick : la interminable instalación de la cama plegable en el cuarto donde duerme Lolita es una secuencia cómica que llega al nivel de grotesco de los hermanos Marx, así como la pelea de Humbert contra los enfermeros en el hospital mientras su doncella se da a la fuga con Quilty. Son momentos de risa fácil, que parecen incoherentes con un tono de denuncia, pero sirven en realidad a hacer soportable el intenso drama que vive el protagonista.

Tradicionalmente se considera que la cinta de Kubrick ha contribuido a la construcción de imagen positiva a de la pedofilia, escondiendo un acto ilegal, el abuso infantil bajo una relación sentimental, como la harán después La Pequeña de Louis Malle (Pretty Baby - 1978) con la prostitución de niñas, o las fotografías de David Hamilton y sus películas eróticas (Bilitis-1977). Las adolescentes al ser hypersexualizadas se ven como mujeres y con eso se les quita responsabilidad a adultos legalmente culpables pero que pueden argumentar haber sido seducidos. Sin embargo, la cinta de Kubrick sabe jugar con la ambigüedad : nunca se ve un gesto insinuante, menos un contacto físico sexual entre Humbert y Lolita. La duda se mantiene : ¿Tuvieron Sexo? Cada espectador contesta basándose en el concepto que tiene de la relación. Muy diferente es la cinta de Adrian Lyne (Lolita- 1997 ) con Jeremy Irons que enseña explícitamente las relaciones. 

Kubrick es mucho más inteligente que eso, se ubica al margen de las evidencias y crea una cinta, lejanamente adaptada de Nabokov. Traiciona al novelista para ofrecer un enigma, o mas bien enigmas : en los personajes, en las relaciones, en las motivaciones. De un libro que se quiso provocativo, el genial director hace el punto de partida para interrogantes. 


Paris,Texas (Wim Wenders, 1984) – 8.5/10



Un hombre busca corregir sus errores y, según él, recomponer las vidas que perjudicó. La mirada de un cineasta europeo sobre América con magnifica fotografía, música inspirada e interpretaciones perfectas. Obtuvo la Palma de Oro en Cannes 1984. Pero parece que algo le falta para conmover.

Ficha IMDb

En un inmenso desierto típicamente estadounidense, visión perfecta de western, un hombre camina solo. Con saco, sin sombrero, termina la ultima gota de agua de un bidón de plástico, y sigue caminando. Al llegar a un restaurante perdido en medio de ninguna parte, cuyo único producto es cerveza o cubitos de hielo, se desmaya. En un consultorio lleno de luz verde, el doctor Ulmer (Bernhard Wicki) trata de hacerlo hablar, sin éxito. Sin embargo, encuentra un documento de identidad que le permite avisar al hermano del desconocido. 

El hombre perdido es Travis Henderson(Harry Dean Stanton) quien desapareció hace cuatro años sin dejar huella. Su hijo Hunter (Hunter Carson) quedó al cuidado de su tío Walt (Dean Stockwell), casado con la francesa Anne (Aurore Clément) en Los Ángeles.  Es un niño feliz, muy bien integrado a su escuela, muy amado por sus padres “adoptivos” que nunca le han dicho la verdad, tal vez por miedo a perderlo.

Walt no duda ni un instante en tomar un avión hasta Houston y rentar un coche para recorrer kilómetros de carreteras desiertas en busca de su hermano. Con él tampoco Travis habla. El viaje de regreso se organiza, entre fugas, insomnios, silencios. El miedo de Travis a volar los obliga a pasar dos días en la carretera, pero poco a poco el silencio se rompe, a partir de la fotografía de un extraño lugar, Paris,Texas donde Travis quería comprar un terreno. 

Al llegar a Los Ángeles, Travis es tratado con mucha empatía, paciencia. Walt y Anne se preparan a la idea de dejar al niño con su verdadero padre. El acercamiento se va haciendo paulatinamente. La generosidad de la pareja es tal que Anne revela a Travis que ha estado en contacto con Jane (Nastassia Kinski), la madre de Hunter quien hace una vez al mes un deposito a una cuenta bancaria para el niño, en Houston. Travis decide ir en busca de ella y se lleva al niño, feliz de la aventura. Otro viaje empieza, que llevará al encuentro con una mujer independiente que trabaja en un peep show, una cabina para voyeurs. La confesión de Travis permite el reencuentro de madre e hijo.

Wim Wenders, cineasta de la nueva generación alemana, siempre ha sido fascinado por Estados Unidos, como muchos de sus contemporáneos europeos. Los grandes espacios, las carreteras sin fin, el sol abrasador y la música country son motivos estéticos muy alejados de la realidad europea, de dimensiones mucho más reducidas. La fotografía de Robby Müller traduce la sensación de extrañeza del habitante de ciudad europea, París o Berlín, frente a los espacios abiertos, a las pequeñas ciudades que son simplemente una calle central con su tienda que vende de todo, su iglesia, su restaurante y su motel, o los estacionamientos amplios con las tiendas alrededor. Esto es una visión de europeo. Cualquiera que ha ido a Estados Unidos no se sorprende con las calles rectas y anchas, cualquiera que ha viajado en América, del Norte o del Sur, conoce los espacios sin limites y los inmensos cielos. Es hermoso, es impresionante, pero no es extraño.Wim Wenders construye cada imagen muy cuidadosamente, en su composición, sus proporciones, y sobre todo sus colores, fuertes, deslumbrantes. Colores de la América mítica, colores de neón o de ciudades nocturnas. Y, sobre todo, rojo de la gorra de Travis, que poco a poco invadirá la ropa de su hijo, mostrando con pruebas visuales el acercamiento entre padre e hijo. 

Los interpretes son todos perfectamente justos, equilibrados. La bondad profunda de Walt y Anne, su paciencia y su capacidad de someterse a lo que decida Travis son una prueba de amor totalmente desinteresado al punto de aceptar la partida del niño que aman como si fuera suyo. Hunter, magníficamente interpretado por el pequeño Hunter Carson, es un niño feliz, normal, que tiene amigos y pasatiempos, que acepta con facilidad lo que proponen los adultos si estos aceptan entrar a su mundo de niño. Travis es el único que no encaja. Nunca encajó. Su confesión en la cabina de Jane, dándole la espalda y hablando de ellos en tercera persona porque la revelación de su culpa es demasiado grave para arriesgar que una mirada de ella lo detenga, es la confirmación que él fue la causa de la desgracia general. Su amor posesivo, sus celos, su alcoholismo la llevaron a huir con el niño. El sentimiento de su propia incapacidad la hizo dejarlo al cuidado de personas más equilibradas, o menos heridas, que ella. Travis fue el responsable y sobre las ruinas que dejó, todos trataron de reconstruir un equilibrio que, al menos en el caso de Hunter resultó ser un equilibrio de felicidad. Para Jane, si no fue felicidad, fue al menos una vida independiente, sin sufrimiento. 

El único que no ha logrado todavía curar las heridas es Travis. Ahora, después de años pasados lejos de todos, en México, decidió volver y recomponer lo que destruyó. La música de Ry Cooder utiliza varias melodías mexicanas, como una presencia en contrapunto de la vida escondida del alcohólico arrepentido. Pero Travis, en su obsesión muda y testaruda, avanza sobre su camino, llevando con él a todos, sin preguntarles en qué los está afectando y sí aceptan esos cambios. Al final, después de organizar la reunión madre - hijo, se va. Puede parecer una decisión madura, porque sabe que volverá a caer en celos y posesividad y prefiere sacrificarse para no entorpecer la felicidad de los demás. En realidad, Travis actúa como un cobarde egoísta que sólo busca satisfacer su propia obsesión de reparación. Para alcanzar su objetivo destruye las vidas y los equilibrios que se han construido. En realidad, sigue siendo el mismo abusador que siempre fue, nada más que con la convicción y tal vez la apariencia moral, de actuar bien.

Es un punto de vista finalmente muy masculino, muy dominador. La cinta de Wim Wenders en ningún momento se interesa en el punto de vista de los demás. La construcción, probablemente frustrante, del nuevo equilibrio de Jane. La elaboración del nido familiar, todavía en proceso, como lo muestra la casa todavía sin terminar, por unos padres por obligación, que han aceptado con un inmenso amor a un niño que se les impuso, y que aceptan con la misma paciencia a un hermano que no comparte nada y que se va a llevar todo. Todo eso se ve sacrificado a la tranquilidad de conciencia de un alcohólico recuperado y su imagen de un ideal familiar perdido por su culpa. 

Tal vez es por eso por lo que la película, a pesar de su perfección estética y narrativa, de road movie doble, no logra conmover. Es, a final de cuentas, muy fría, estéticamente egocéntrica, a la imagen de su personaje principal que persigue su idea de reparación de sus culpas como otros persiguen una venganza, avanzando sin mirar a los lados las vidas que afectan. 


Saturday, March 13, 2021

I Care a Lot (J. Blakeson , 2020) – 7.5/10


Una comedia negra que cambia a película de aventuras, mientras trata de dar un mensaje socio-político-humano. Muy divertida a veces, aterradora otras veces y hasta casi aburrida, es sin embargo un momento agradable.

Ficha IMDb

Marla Grayson (Rosamund Pike) vive de cuidar a ancianos. Pero no se trata de labor social o de beneficencia. Literalmente vive del dinero que puede sacar de ellos. Aprovechando las fallas del sistema legal gringo, consigue, con la ayuda de su amiga la Doctora Karen Amos (Alicia Witt) que falsifica los informes médicos, que estas personas, presuntamente incapaces de cuidarse y sin parientes cercanos, sean internadas en asilos, mientras ella se vuelve oficialmente su guardián legal, con el apoyo de su novia y socia Fran (Eiza Gonzalez). Una vez las personas mayores alejadas de todo contacto con el mundo exterior, Marla vacía sus cuantas bancarias, vende sus casas y utiliza todas sus pertenencias para su propio beneficio.

Cuando su cómplice doctora le presenta el caso de Jennifer Peterson (Dianne West), aparentemente sin familia ni amigos, todo parece muy fácil : en un abrir y cerrar de ojos, la anciana es declarada en incapacidad mental y la corte le da la custodia a Marla. Una vez Jennifer acomodada en la residencia de ancianos, bajo los cuidados cómplices del director Sam Rice ( Damian Young), Marla y Fran se ponen a trabajar : vaciar la casa, vender los muebles, visitar la caja fuerte en el banco. La sorpresa es que esta contiene diamantes, que no aparecen en ninguna declaración.  

Es que la aparentemente inocente Jennifer es en realidad la madre del mafioso ruso Roman Lunyov (Peter Dinklage), pequeño en tamaño pero grande en poder y violencia. Cuando manda como cada mes un chofer Alexi Ignatyev ( Nicholas Logan)  a recoger a su mamá y este no la encuentra, su furia se desata. Primero envía a su abogado Dean Ericson (Chris Messina) a negociar con Marla, lo que ella rechaza, mientras Jennifer empieza a burlarse de ella. Román lanza entonces una operación de rescate maternal al asilo, pero Marla y Fran logran frustrarla. 

Roman pasa entonces a la violencia abierta : la primera victima es la Dra Amos. En lugar de ceder, Marla decide también pasar a la velocidad superior y manda a Jennifer a un hospital psiquiátrico, tratando chantajear a Roman con 10 millones de dólares. Este prefiere la guerra abierta, intenta matar a las dos mujeres pero acaba secuestrado y abandonado en una carretera desierta. Al despertarse, descubre que Marla es ahora su tutora legal ya que el no tiene identidad oficial. El negocio sigue en pie : 10 millones de dólares para liberar madre e hijo, a lo que Roman tiene un mucho mejor trato que proponer : establecer juntos una red de cuidado de ancianos, basado sobre la excelente reputación de Marla, un negocio que cubra todas las áreas, desde farmacias, doctores, asilos,  a nivel nacional. 

Pero no contaban con la venganza del Señor Feldstrom )Macon Blair), cuya madre murió sin que el la pudiera visitar, debido a los atentos cuidados de Marla.

La película empieza bastante bien, con ritmo trepidante y convincente presencia de Rosamund Pike y sus trajes de colores intensos. De hecho, los primeros minutos son bastante angustiantes, provocando en el espectador una impotencia furiosa, un sentimiento de injusticia y una indignación contra tanta maldad y tanta incapacidad de un sistema que se supone debe proteger a los indefensos. Llega a ser casi insoportable.

Cuando aparece el mafioso de pequeña estatura, con su adición a los pasteles, su inmenso amor para su mamá, y su trato sin piedad con sus empleados, el ambiente torna a cómico negro, en un estilo un poco Hermanos Coen. El espectador se relaja, lo que sufrió al principio toma sentido y se vuelve aceptable. Estamos listos para la diversión. Las características de los personajes se acentúan : la ironía de Jennifer, el cinismo pretencioso de Marla, desafiante con su vaporizador que la hace echar humo como un dragón. 

Desafortunadamente, todo se echa a perder en el momento que esta rechaza el maletín lleno de dinero del abogado. Se desata la guerra. Se trata ahora de una película de acción y suspenso, con torturas, incendios, golpes, secuestros y una Marla en estilo espía. A un ataque responde otro ataque, ya no hay lugar para sutilidades o ironías. Todo se precipita, en un genero cinematográfico totalmente diferente.

Los colores muy fuertes que nunca dejan espacio para sombras desaparecen para escenas nocturnas o en espacios cerrados. La maldad del mafioso abiertamente violento ya no lucha contra la maldad sofisticada. Los dos predadores se enfrentan en el mismo terreno.  Tiene sentido : los dos son criminales. Pero la cinta pierde de su atractivo porque se vuelve torpe, hasta acabar con una escena que parece una lección de moralidad : la mala es castigada por una de sus victimas.

El final de la cinta trata de recuperar el tono de sátira del principio, pero ya no funciona y la muerte de Marla, como vuelta de tuerca irónica o trágica, ya no impresiona. Algo, o todo, se perdió en las noches de acción. 

Lástima que el guion no supiera mantener un tono y peripecias coherentes con su brillante principio; los actores son buenos en particular Rosamund Pike quien se ganó un Globo de Oro, y Peter Dinklage quien ha sabido ampliar su repertorio después de alcanzar la fama con Game of Thrones. 

De melodrama a comedia negra, hasta película de gánsteres, la cinta se va perdiendo en sus variados esfuerzos de denunciar las fallas del sistema neoliberal y la dominación masculina. Tenía para dar mucho más.