Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Monday, March 21, 2016

Irrational Man (Woody Allen, 2015) – 6/10

Una historia entretenida, al estilo Hitchcock, con humor a veces negro, a veces erótico, a veces filosófico. Un hombre reencuentra su energía perdida y su amor a la vida después de cometer un crimen. Con bastante buenos actores, convencidos de la calidad de lo que hacen. Divierte pero no quedará entre los grandes de Woody Allen.

Ficha IMDb 

La cinta retoma situaciones ahora habituales en las cintas de Woody Allen: un hombre ya maduro, desanimado o desagradable, vive una relación con una joven muy linda, probablemente inteligente, pero abiertamente inocente.

El hombre de esta última película es un profesor de filosofía. Ya era tiempo, después de ver tantos personajes allenianos discurrir sobre todo y cualquier cosa, a veces con bastante sabiduría. Abe Lucas (Joaquin Phoenix) llega a una universidad en Nueva Inglaterra, donde su fama lo precede: mujeriego, arriesgado. Llega borracho, lo que le da un toque desesperado y romántico. En realidad ya no cree en nada, ni en sí mismo. Buscando vivir intensamente, ha pasado por grandes catástrofes, en Darfur, en Nueva Orleans, pero solo ha visto miseria, material y moral. La vida humana no tiene sentido. Como les explica a sus alumnos, la filosofía es masturbación intelectual. Lo que pasa acontece por azar y las decisiones humanas no tienen mucho peso. 

Sin embargo, les habla de los grandes, de Kant a Sartre. Y los alumnos escuchan muy serios y disciplinados sus clases. 

A pesar de su desinterés, de su aspecto desalineado (en esa universidad todos van a clase en shorts), de su pelo sucio y su barriga, el hombre provoca pasiones. Una de sus alumnas, la lindísima Jill Pollard (Emma Stone), equilibrada, querida por sus padres (Betsy Aidem, Ethan Phillips) y su novio super guapo y paciente, Roy, (Jamie Blackley) se enamora muy pronto: la inteligencia del maestro, su trayectoria, su fama de seductor con las alumnas le impiden ver la realidad bastante menos glamorosa, sobre todo que el maestro no manifiesta ninguna intención de corresponder al entusiasmo de la joven. Pero “Es tan autodestructivo y tan brillante”, dice la joven a sus amigas.

Mientras tanto, Abe se deja llevar a la cama por una maestra de su edad, Rita (Parker Posey), aburrida en su vida conyugal como en su profesión de maestra de ciencias , que sueña con escaparse a España en una  nueva y romántica vida, o mínimo una aventura sexual, con el aventurero Abe, quien se revela totalmente impotente. Pero no importa la cruel realidad, Rita sigue soñando.

Y Abe sigue desanimado. 

Hasta que los azares de una conversación en un restaurante le dan la idea que cambiará su vida: un crimen. Se trata de matar a alguien que no conoce, que nunca le hizo nada. Solo porque es responsable de la infelicidad de algunas personas. Es el crimen perfecto, tipo Strangers on a Train (Hitchcock – 1951). Nadie sospecha. Y Abe vuelve a la vida . 

Ya se sabe superior a todos, capaz de decidir de su destino. La energía ha vuelto a su persona, ama la vida, sabe que es útil. Ama. Es amado. 

Pero lo que no ha aplicado de las doctrinas de los maestros filósofos franceses del siglo veinte, es el tema de la responsabilidad. Y cuando las mujeres de su vida empiezan a entender lo que ha hecho, tiene que tomar decisiones “racionales” para salir de su nueva situación. 

Como en todas las cintas de Woody Allen, los diálogos son chispeantes, la fotografía es perfecta. No hablemos de la música, no puede ser mejor escogida. Loa actores funcionan muy bien juntos, en el triángulo perfecto de edades, caracteres, estilos. La historia avanza como debe, con el ritmo adecuado. Uno sonríe, ríe, tiembla, se siente cómplice. 

Pero falta algo. No es un gran Woody Allen. Es un Woody Allen de distracción. 

Saturday, March 12, 2016

Room (Lenny Abrahamson , 2015) – 9/10

Basada indirectamente en un caso real, por el intermedio de la novela de Emma Donoghue, la cinta relata el encierro forzado de una madre con su hijo, el escape y la readaptación al mundo exterior. A la claustrofóbico de la primera parte, sucede, después de un tiempo de suspenso, otro tipo de angustia. Los dos intérpretes consiguen una compenetración excepcional. 

Ficha IMDb 

El día empieza con los saludos de Jack (Jacob Tremblay) a todos los elementos del cuarto. Pasa del uno al otro nombrándolo como si fueran personas: lavabo, lámpara, televisor, cuarto. La cámara acompaña su mirada, y nos enseña el espacio limitado en el que vive con su mama, Ma (Brie Larson ) . Es un día especial: Jack cumple cinco años y su mama decide hace un pastel de cumpleaños. A lo largo del día se dan a conocer en forma natural lo que es su rutina diaria desde hace cinco años, desde el nacimiento del pequeño, porque, como cuenta él en voz off, los dos años anteriores, Ma vivía como zombi. 

En la noche, después de hacer ejercicio, jugar, comer, leer, Jack se tiene que encerrarse en un closet, desde el cual ve, a través de las puertas en persianas, la visita de Old Nick (Sean Bridgers) , el secuestrador. Y así siguen los días. Ma ha construido para su hijo un universo donde lo único real es lo que existe en el cuarto. Para que el pequeño no sienta frustración, le ha dicho que el mundo que puede ver en la televisión es falso, inventado, que no hay nada más allá de las cuatro paredes, el tragaluz y la puerta que se abre con combinación. Jack es ágil, listo, sabe leer, conoce historia, tiene un perro imaginario, Lucky. Está muy bien educado, debe cumplir con ciertas obligaciones. Su madre ha logrado no pasarle su angustia, su sufrimiento, y lo ha hecho un niño feliz. 

Cuando, una noche de visita, Jack, asustado sale de su rincón y se topa, violentamente, con Old Nick, el equilibrio, por cierto precario, se rompe. Ma realiza que tiene que actuar para mantener a su hijo lejos de la presencia del abominable hombre que, sin embargo, es su padre. Organiza un plan en el cual el niño tendrá que actuar solo, lejos de ella, en un escape inspirado del de Edmond Dantes, héroe del cual Ma ha contado al niño, además de que su papel de única fuente de conocimiento es el mismo que el Abbé Faria en la novela de Dumas. 

Después de unos minutos angustiantes, en los cuales el niño vuelve a la vida en el espacio exterior, los dos despiertan en un cuarto de hospital. Para ambos, las sensaciones de vértigo producidas por las alturas, el espacio, la luz, son difíciles de soportar. Pero, si el niño ve su nueva vida como fuente de experiencias: los abuelos sí existen, los perros, los libros, otro tipo de comida, para su madre se trata de volver a la vida de antes.

Ma vuelve a ser Joy, a ser la hija de sus padres. Tiene que encontrar un lugar en la dinámica familiar, con todo lo que le ha pasado durante siete años de ausencia. El mundo real reacciona al regreso, y no siempre de forma amable. El padre (William H. Macy) no puede soportar la presencia de su nieto, ve en él solamente el fruto de la violación. En cambio, la madre (Joan Allen ) y su nuevo esposo ( Matt Gordon) saben darle tiempo al tiempo, y construir un nuevo nido protector para el niño, al mismo tiempo que le ofrecen la apertura hacia un nuevo espacio y nuevas actividades. 

La sociedad, concentrada en una persona; una periodista televisiva (Wendy Crewson) actúa con morbo. Una entrevista, que permitirá recaudar algún dinero, pone en evidencia las decisiones de Ma de seguir protegiendo a su hijo: nunca conocerá a su padre biológico, nunca llevará su nombre. Jack tiene un solo progenitor, ella. Las veladas acusaciones de la periodista llevan a Ma a la depresión. Las sesiones de psicoterapia, que funcionan muy bien para Jack, prueba de que su madre hizo un estupendo trabajo de crianza, no funcionan tan bien para la madre, entre culpabilizada, enojada por los años perdidos, por la incomprensión que siente , o cree sentir en los demás, empezando por su propia madre. Una noche, Jack encuentra a Joy en un charco de sangre. Mientras ella se recuperará lentamente en una clínica, el niño seguirá su camino hacia la adaptación al mundo real, guiado con mano firme y tierna por sus abuelos: podrá decidir que le corten el pelo, que su madre le había dejado, diciéndole que ahí residía su fuerza, como la de Sansón. También podrá establecer lazos con un verdadero perro, de carne y hueso, y tener un amigo de su edad. 

Cuando Ma sale del hospital, Jack está listo para volver a “Cuarto”. Guiados por la mujer policía que fue su primer contacto en la vida real, visitan el espacio que había sido todo el universo para él durante cinco años, Y Jack se asombra de lo reducido, comparado con el mundo real que ahora conoce. Se despide de cada mueble del cuarto, y le pide a su mama hacer lo mismo. El circulo está cerrado, la vida, real, puede seguir. 

El gran logro de la cinta es de presentar todo desde el punto de vista del niño. Su voz off acompaña en ciertos momentos, pero sobre todo se ve todo a través de su mirada. Así, se conoce el closet en el cual duerme por lo que se ve desde ahí, a través de las puertas. Solo al día siguiente se verá en que consiste este lugar. Old Nick también es visto en trozos, los trozos que el pequeño puede distinguir, mientras oye perfectamente los diálogos con su madre. 

Las interpretaciones de Brie Larson y Jason Tremblay hacen tangible la fuerza de cada uno de los personajes, así como del lazo entre ellos. La fuerza del amor maternal, en una joven de 19 años, sola, abandonada, aislada, le da la sabiduría, la madurez, la experiencia que tendría un núcleo familiar completo. Pone al lado su propia frustración, su propia angustia, su desesperación para transmitir al niño confianza, seguridad en sí mismo. Y lo transforma en este pequeño Sansón, que podrá enfrentar el peligro, con miedo, pero contando con la voz interna que proviene de su madre y lo guía. 

Una cinta muy fuerte, y tierna a la vez, soportada por dos magníficos actores.

Saturday, March 5, 2016

Diplomatie (Volker Schlöndorff, 2014) – 7/10

Pocas horas antes de la liberación de París en agosto 1944, un diplomático sueco y el general nazi a cargo de la ciudad negocian ¿arderá París? Un suspenso diplomático, político, filosófico y psicológico entre dos hombres convencidos de la fuerza de sus argumentos. Un duelo de grandes actores a puerta cerrada.

Ficha IMDb

La cinta es la adaptación de la obra de teatro de Cédric Gely (2009) que se presentó con los mismos actores, en París durante varios años. Es el dialogo inventado entre el cónsul de Suecia Raul Nordling (1881-1962) y el general alemán Dietrich Von Choltitz (1804-1966). En realidad Nordling fue encargado de diferentes tareas por los aliados. Primero, negoció con los Alemanes para limitar las ejecuciones de prisioneros políticos en París, después del desembarque del 6 de junio sobre playas de Normandía, ya que en la prisión de Caen se había matado a todos. Después, cuando empieza la insurrección y liberación de París, obtiene del ocupante que el abasto en alimentos sea garantizado para la capital. 

Si se dio la orden de destruir París, no se sabe exactamente qué significaba esta palabra: ¿destruir todos los inmuebles como se hizo en Varsovia? ¿Dinamitar lugares simbólicos? En realidad, el gobernador de París ya no tenía muchos medios, ni humanos, ni materiales. Los eventos no tuvieron la amplitud épica retratada en Paris brûle-t-il? superproducción de René Clément realizada en 1966, cuando se vivía todavía el recuerdo en forma maniquea y espectacular.

Las mentalidades de los pueblos y de las películas han cambiado. Vivimos una era de individualismos y esperamos películas sobre individuos. Seguramente para poder ponernos en los zapatos de los personajes. Como ya no tenemos grandes eventos que vivir en la realidad, necesitamos sentir la vida de los y las que participaron en grandes momentos. En 1962 se realiza The Longest Day, en 1966  Paris brûle t-il ?, en 1998, Spielberg hace Saving Private Ryan. Cambio de perspectiva.

Además, el origen teatral de Diplomatie explica también el lugar cerrado y la concentración de la intriga sobre dos personajes. 

El cónsul sueco Raoul Nordling (André Dussolier) se introduce por una escalera secreta a la oficina del general Von Choltitz (Niels Arestrup) en el Hotel Meurice, enfrente del jardín de las Tuileries. Durante toda la noche, van a discutir, mientras los combatientes, resistentes de años o de las últimas horas, pelean casa por casa la liberación de la ciudad, y mientras un equipo alemán trata de poner dinamita en algunos puentes para que la explosión libere cantidades de agua que inunden gran parte de la capital.

El tiempo esta contado. Berlín espera una respuesta. El coronel sabe que va a tener que dejar la ciudad pero debe proteger a sus propios soldados. Su esposa e hijos están en situación de rehenes ya que una nueva ley garantiza la obediencia de los altos mandos civiles y militares alemanes, con la vida de sus familiares. Además, tiene un profundo sentido del honor militar. ¿Cuáles fueron realmente las motivaciones de Choltitz?  Sabía que todo estaba perdido ya para Alemania y que su propio interés estaba en no disgustar demasiado al nuevo poder francés que se estaba instalando. 

Si la cinta no es fiel a la verdad histórica, y no se puede ver como un documental, lo que le queda son magníficas interpretaciones. El duelo entre el alemán guerrero y nacionalista, y el sueco pacifista y humanista, se traduce por un magnifico juego del gato y el ratón, entre Arestrup monumental, lleno de certitudes y autoridad, y André Dussolier todo en flexibilidad, astucia y escondites, alusiones culturales. La escalera secreta por la que se introduce a la oficina del gobernador, le servía a Napoleón III para visitar a una amante. Otro cliché: París y el amor. Lo que nos lleva a una significación divertida y metafórica de la obra: la vida parisina y sus intrigas sentimentales derrotan al sistema alemán autoritario. 

La destrucción total de París, como último capricho de un Hitler vencido, forma parte de un mito que permite amplificar el horror hacia un hombre, quien ya hizo bastante para fomentarlo, como si el deseo de reducir en cenizas a la Ciudad-Luz, fuera el berrinche de un niño que rompe un juguete porque no le dan lo que quiere. Destruir París sería el emblema de la barbarie nazi frente a la cultura eternal materializada en los monumentos de París. Un poco como las manifestaciones de simpatía de los países iluminando sus monumentos en azul, blanco y rojo después de los atentados de noviembre 2015. Tocar a París sería más horrendo que cualquier otra cuidad y ciudadanos. 

Friday, March 4, 2016

Carol (Todd Haynes, 2015) - 7.5/10

Muy anunciada, muy elogiada, la cinta , adaptada de “El precio de la sal” ,novela escrita por Patricia Highsmith bajo el seudónimo de Claire Morgan, que cuenta los amores discretos entre una mujer rica y una joven más humilde, no consiguió para ninguna de sus intérpretes un óscar, tal vez por ser demasiado contenida y sofisticada.

Ficha IMDb

La cinta empieza por el final, el reencuentro entre dos mujeres que han tenido un trozo de vida juntas. A partir de ese momento, la más joven recuerda las etapas de su historia de amor. Ella evoca, ella ve. La cinta sigue su punto de vista.  

Una Navidad en Nueva York en los años cincuenta. Los vendedores de una tienda departamental se preparan para un día de fuertes ventas. Hay una promoción sobre las recamaras Ike and Mamie Eisenhower. El vencedor de 1945 es ahora presidente de Estados Unidos. El modelo familiar es el matrimonial, de preferencia con hijos. Una vendedora del departamento de juguetes Thérèse Belivet (Rooney Mara) está atendiendo a una clienta cuando distingue una mujer muy elegante, envuelta en un lujoso abrigo de visón claro. Intercambio de miradas, curiosidad, atracción. La hermosa clienta se acerca, pregunta sobre un tren eléctrico, o sobre una muñeca que habla, come, hace pipi. La vendedora aconseja el tren eléctrico, aunque sea para una niña, un tren que simboliza la estructura circular del film, que acaba donde había empezado, en una aventura que no permitirá a ninguna de las protagonistas salir realmente de su encierro. 

A partir del momento de la transacción, Thérèse ya es presa del encanto de Carol Aird (Cate Blanchett) quien tiende su trampa. Olvida sus guantes. ¿Cómo una mujer elegante, en el frío invierno de Nueva York, podría olvidar sus guantes? El mensaje es claro y obtendrá la respuesta esperada. A partir de ese momento se va a llevar a cabo un baile de atracción, mientras cada una sigue con su vida y las relaciones que la integran. Thérèse sueña con ser fotógrafa, y tiene una relación con Richard (Jake Lacy) a quien no quiere realmente. Está en un estado de espera. Carol, por su parte, está atrapada en un matrimonio millonario, con un esposo celoso, unos suegros clasistas e intolerantes, y una niña de unos diez años. Las dos mujeres se irán acercando, siguiendo las iniciativas de Carol, mujer decidida, mucho más madura en la vida, las relaciones, el manejo del dinero y de su propio coche. Ella lleva la batuta, dirige, lleva de la mano a una Thérèse entre intrigada, asustada y confiada al mismo tiempo. Los pocos días de un escapa carretero tipo Thelma y Louise, o Lolita y Mr Humbert , las llevarán a la realización de su amor e, inmediatamente después, al final de su aventura, por la intrusión de un detective pagado por el esposo, quien busca pruebas para ganar el divorcio y quitarle su hija a Carol.

La reconstitución de la época, coches, vestidos, abrigos, guantes y bolsos, restaurantes y fiestas de Navidad, es impecable. La elegancia se deja palpar. Los cigarrillos están a la altura perfecta, el volante de los coches y los lentes de sol del tamaño adecuado. Las sonrisas se esbozan, las miradas se esquivan. Todo se contiene. ¿Por exceso de clase y buen gusto, o por exceso de frialdad? Es invierno, llueve, hace frío, las ventanas de los coches están sucias, como las mentalidades puritanas de Harge (Kyle Chandler) ,el esposo, y de su familia . El frío reina en los corazones y las mentes.

Es la historia de una emboscada, es el juego de poder entre una mujer de clase superior, con todo lo que eso conlleva de dinero, comodidades, libertades, y una víctima seducida, feliz de ser distinguida, a quien devuelven a su aparente mediocridad cuando su presencia se vuelve amenazadora para el equilibrio maternal de la poderosa. Y a quien se le deja la aparente libertad de decidir al final, volver a la jaula de amor. En Carol, todo está calculado, medido al milímetro, desde la amplitud de los pasos, la altura de los tacones, el ángulo del brazo, la intensidad del roce sobre el hombro de su presa. En dos ocasiones se deja llevar: en el encuentro sexual, y en la explosión de ira al descubrir el espía del esposo. 

Al querer hacer de su personaje un ejemplo de la distinción cincuentera y la sofisticación aristocrática neoyorquina, el director se fue demasiado lejos, llevándola a un nivel  casi descarnado. Su Carol ya no transmite emoción, a la diferencia de la Blue Jazmín de Woody Allen, o la Cathy de Far from Heaven (Haynes - 2002).