Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Thursday, January 24, 2013

Conversation with Other Women (Hans Canosa, 2005) - 7.5/10




Se parece a un ejercicio de escuela, a un experimento estético. Pero resulta ser una historia que atrapa al espectador, que lo envuelve y no lo escapar, al punto que no se puede despegar de estas dos mitades de pantalla y de estos dos actores fascinantes, aunque la historia sea finalmente bastante cursi y previsible. Todo está en la forma, no en el fondo,

Ficha IMDb

La historia es sencilla y banal , la mujer (Helena Bonham Carter ) y el hombre ( Aaron Eckard), que no tienen nombre, se vuelven a encontrar en la boda de la hermana de él , de quien ella es dama de honor, porque la chica invitada no se pudo presentar en el último momento. En sus jóvenes años han vivido un gran amor. Ahora ella está casada en Londres con un cardiólogo, y él vive en New york con una bailarina. La conversación casual se vuelve más personal, llegando a la habitación de ella, y todo acaba por la separación en la mañana siguiente.

Lo más remarcable de la película es su estructura, en el tiempo y en el espacio. En el tiempo, porque lo que podría muy bien ser una obra de teatro consta de cuatro partes. Dos largas y dos cortas. La primera, larga, se desarrolla en un espacio amplio, la sala de recepción de una boda, la segunda, breve, en el elevador, lugar muy reducido. La tercera, larga, en el cuarto de hotel de la mujer, y la cuarta, el epilogo, es breve y se desarrolla en el taxi, lugar de lo más reducido.

En el sentido del tiempo, asistimos a un drama casi en tiempo real, casi respetando a la regla de los clásicos. Nada más que a la inversa. No es del amanecer al anochecer. Es de la noche a la mañana.

Pero lo más importante en la composición de la película es la composición de la imagen. Desde el principio la pantalla está dividida en dos partes iguales, con una línea de separación vertical que apenas se distingue. Al principio parece una astucia de créditos iniciales. Para darnos a entender que estos dos se van a juntar en la historia. Pero sigue hasta el fin y el espectador se acostumbra a ver dos pantallas a la vez. Y en cierto punto entiende el funcionamiento : la "otra " imagen , la complementaria, izquierda o derecha según el caso, cubre distintas funciones : puede ser simplemente la manera de enseñar a los dos personajes al mismo tiempo, mostrando así la distancia que existe entre ellos, puede ser una forma de mostrar el mismo personaje, sobre todo ella, bajo distintos ángulos, puede ser la forma de enseñarle al espectador el personaje exterior de quien se está hablando : Sarah the dancer ( Cerina Vincent), la bailarina, novia de él, o Jeffrey the Cardiologist (Philip Littell), el cardiólogo, esposo de ella. Y así adentrarnos al mundo visual de cada uno. Puede también, y es tal vez lo mas importante en la historia de los dos personajes, mostrarnos escenas de la vida pasada de cada uno, y de su vida común. Nos anticipa la comprensión de la relación en su dimensión "histórica".

Estas dos medias pantallas reducen obviamente el tamaño de las imágenes, reducción que se viene compensando por el uso casi sistemático de planos cercanos.. Solo cuando los dos se levantan a bailar, podemos ver que ella viste un vestido corto, cuando el escote topless y la tela de satín, aunados a su papel de dama de honor de la novia no hacían sospechar un vestido largo. Se ve muy poco los cuartos.

La última escena, en el taxi, en los taxis es la culminación de este efecto de separación- reunión. Cada uno en su taxi, cada uno hablando con el taxista, cada uno de un lado del asiento, cada uno en una imagen. Y las conversaciones se mezclan, al punto que parecen estar hablando juntos en el mismo taxi. Así, la separación física no impide que estén las mentes unidas.

La profusión de las imágenes, el doble de lo habitual, se compensa por una gran economía de efectos. Ya hablábamos de la reducción de las escenografías, pero también la reducción de los personajes que entran a cuadro con los dos principales. Es un tete-a tete. O un enfrentamiento. Es un juego de seducción en el salón, pero, en la habitación, se vuelve juego de amor-dolor, de auto sufrimiento y ataques al otro, por este mismo sufrimiento al entender que el otro ha escogido su camino, y esta ya instalado y aparentemente feliz en esta nueva vida. Y que ninguno está dispuesto a soltarla y volver a lo de antes, ella al menos. Los dos actores están todo el tiempo a cuadro, mínimo en una de las dos pantallas. Están todo el tiempo hablando. Su presencia es muy intensa, sin ser nunca pesada.

Todos estos elementos concurren para hacer de esta pequeña película una delicada obra de arte. Una pequeña joya.

Crossing over (Wayne Kramer, 2009) - 6.5/10




Sobre un tema ahora bastante frecuentado : la inmigración a Estados Unidos, lo interesante de la cinta reside en antes que todo, en su estructura de historias cruzadas.

Ficha IMDb

Es una historia de familias. Familias que se tocan al menos una vez por alguno de sus miembros. Familia americana, familia árabe, familia iraní, familia china, "familia" de los jóvenes. Y en un momento al menos, uno de los miembros de una familia está en contacto con uno al menos de los miembros de otra familia. Y al final todas estas familias están reunidas en la gran celebración de la consagración a la nacionalidad americana.

La cinta empieza por partes pequeñas, independientes, que presentan cada una a uno de los personajes, y uno de los hilos de la telaraña que se va a tejer. Resultando que en los primeros casos el personaje principal es un actor reconocido.

Primer caso: Max Brogan (Harrison Ford), oficial de la migra con sentimientos humanos. Con compasion. Las redadas que hacen para detener a trabajadores ilegales. Primer caso que se nos presenta. se topa con una joven empleada mexicana, Mireya Sanchez (Alice Braga) que le pide protección para a su pequeño hijo.

Segundo caso, Denise Frankel (Ashley Judd) , abogada quien va a visitar al centro de detención-refugio para menores a una niña africana, probablemente nacida en estados Unidos quien perdió a su madre, tal vez devuelta a su país de origen, y está esperando que la adopten.

Tercer caso, un joven israelí , Gavin Kossef (Jim Sturgess) quien da una clase en una escuela cuando en realidad no tiene derecho a trabajar. Siguiente, Claire Sheperd (Alice Eve) una linda rubia australiana, amiga del joven judío, y obtiene un papel en una obra de teatro o comerciales. Una joven adolecente árabe,Talisma (Summer Bishil) interviene en una clase en la escuela para defender a los terroristas del 11 de septiembre, pidiendo que se les vea como personajes con un objetivo al que creen, no solamente come asesino y cobardes. Un joven de origen chino, Yong Kim (Justin Chon) se ve atrapado en actividades de amigos delincuentes…

Poco a poco a poco se va a desarrollar cada uno de los casos y vamos a ver como se entretejen. Y cada una va a avanzar y va a llegar a su conclusión, conclusión que implica personajes de otra historia.

La abogada es esposa del empleado de Migración Cole Frankel (Ray Liotta).El compañero de Max Brogan , Hamid (Cliff Curtis) es de origen iraki y su hermana Zahra (Melody Zara) es novia del empleado de una tienda de impresiones, quien hace documentos apócrifos, en particular para la australiana. El empleado de migración ofrece un trato a la australiana: dos meses de servicio sexual a cambio de la green card. Etc, etc….

Cada uno pasa de protagonista a segundario, y vice versa. No hay profundidad sicológica. Están todos vistos como elementos de una gran máquina en todos están implicados. Cada caso es desgarrador. Pero ninguno se puede resolver en forma independiente. Las dificultades para poder vivir sobre suelo estadounidense. Casi todos tienen algo para atraer el afecto o al menos la simpatía del espectador. El abanico de edades, situaciones sociales, situaciones familiares, hace que la identificación sea posible aun si no hay profundidad en los caracteres.

No hay maniqueísmo. En la misma forma que hay personal de los diversos servicios de la migra absolutamente odiosos, como la mujer en el caso de la joven árabe, o como el abogado sucio, los hay compasivos, como los dos personajes principales. Y los migrantes pueden ser unos tiranos como el padre de Zarah y Hamid que obliga a su familia a rechazar a la hija demasiado modernizada. Hasta que la matan por su inmoralidad.

El acto más importante es la culminación, la ceremonia de juramento al recibir la nacionalidad, que también va con el arresto del hermano asesino de Zarah . Es obtención de la green card o es naturalización, pero también es integración a un modo de vivir, en el caso de la familia iraquí. Es a la vez compartir, asimilarse y ser diferente.

Muchas vistas aéreas de la ciudad de Los Ángeles, con las avenidas, instalaciones, patios, casas, escuelas. Pero sobre todo con las avenidas que están cruzando, pasando las unas encima de las otras. Segundos, terceros pisos de autopistas y cambios de direcciones y conexiones.

Es una película sencilla. No hay grandes efectos sentimentalismo. Aunque sí hay momentos fuertes, momentos que enojan, como el acuerdo que separa a la familia árabe y la interdicción hecha al padre que se queda de despedirse de su hija deportada.

Interpretaciones actorales onvincentes en su discreción. Es una película que vale la pena ver, porque plantea todos estos casos particulares, porque el asunto de migración es la suma de infinidad de casos particulares, cada uno con sus detalles dolorosos. Es una historia individual. No hay declaraciones políticas teóricas, no hay simplificaciones extremas, no hay visión intelectual que pretenda analizar. Muestra sencillamente lo individual, lo difícil, lo triste de cada uno. Y al mismo tiempo, lo inspirador que puede haber en cada caso.

State of Play (Kevin Macdonald, 2009) - 5/10

Es de estas películas de periodistas que investigan casos extraños, y, a partir de un caso de homicidio o suicidio, desembocan sobre un oscuro caso de conspiración política al más alto nivel. De la inspiración de All the President’s Men ( Alan J. Pakula - 1976) ¿Qué tiene de original? No mucho. El periodista es un amigo muy cercano del político sospechoso y ha sido amante de su esposa. No falta la joven periodista ambiciosa y una editora presa de las decisiones económicas de los dueños.


Ficha IMDb


Muertes extrañas llevan a la revelación de la infidelidad marital del senador Stephen Collins (Ben Affleck) con su asistente Sonia Baker ( Maria Thayer) . Pero el periodista Cal McAffrey (Russell Crowe) , molesto por la ambición de Della Frye (Rachel McAdams), blogger en su periódico, mientras él trabaja a la antigua usanza, acepta investigar para su amigo el diputado, al mismo tiempo que su antigua relación amorosa con Anne (Robin Wright Penn), esposa separada de Collins, lo pone en una situación comprometedora. Evidentemente , las pistas llevaron a algo mucho más grande que un simple adulterio : un negocio sucio con compañías e mercenarias en Irak.


Algunas locaciones en la ciudad deWashington dejan al espectador insatisfecho. La ciudad parece limitarse a las columnas del Capitolio. El personaje principal (Russell Crowe), gordo, desaliñado, pelo largo sin peinar, quiere ser la imagen finalmente clásica del periodista comprometido con su trabajo y nada más.


La historia avanza a golpes, destruyéndose a sí misma, en el sentido que todas las hipótesis sobre las cuales va avanzando el trabajo periodístico, se van deshaciendo poco a poco y el espectador no sabe finalmente que es lo queda en firme.


De repente surge una revelación por lo que dice la esposa ex – amante. Que finalmente aporta una solución solamente a parte del problema. Da la solución para la muerte de la asistente del político, pero no para la muerte de la primera victima.


Se deja ver, tiene buen ritmo, entre confrontación entre periodistas, colaboración para encontrar la verdad y ganarles a la policía. Alterna escenas intimas, del periodista con su amigo, con su ex amante. Pero no se puede decir que uno espere con ansia el final.


La nula profundización de los caracteres hace que los actores no tengan mucha presencia. Ben Affleck es guapo y elegante, le queda bien el abrigo negro. La esposa tiene algo de misterio. Helen Mirren parece un poco perdida e impotente entre las presiones financieras de los dueños y las exigencias de plazos de los periodistas.


Finalmente, la película parece más ambiciosa de lo que realmente logra hacer.

Tuesday, January 22, 2013

A View to kill (John Glen, 1985) – 5.5/10

Una de las viejas de James Bond, ultima vez que Roger Moore tuvo el papel del agente secreto. Con el viejo equipo de Moneypenny, M (hombre) y Q. Esta vez, el malo es Christopher Walken, quien se ve muy joven. Sigue, obviamente, el esquema tradicional de una película de James Bond, con prologo e intriga principal
 
Ficha IMDb
 
Max Zorin (Christopher Walken), un megalómano deseoso de dominar la producción de microchips, lo que, en esos años, era lo último en cuestión de modernidad. Para alcanzar su objetivo, debe inundar Sillicon Valley y hacer desaparecer las empresas competidoras.
 
Tiene una característica particular: es una suerte de súper hombre, genio resultado de unos experimentos llevados a cabo por un profesor loco, el Dr Carl Morthner, ex alemán Hans Glaub ( Willoughby Gray) . Ha estado al servicio del KGB pero ha decidido volar por sus propias alas y ser su propio jefe, lo que no gusta mucho a los rusos. Esto nos pone en el marco de la guerra fría.
 
Hay una chica Bond, la doctora en geología Stacey Sutton ( Tanya Roberts) , heredera de un magnate petrolero. Tiene una hermosa casa en las afueras de San Francisco y quiere recuperar los terrenos que el malo le ha comprado fraudulentamente a su padre. Ella es quien va a ayudar a James Bond y con quien el espía seductor va a tener la inevitable relación amorosa, epilogo de toda película de Bond que se respeta.
 
El ayudante malo del malo intelectual está presente. Esta vez, se trata de una extraña mujer negra, May Day (Grace Jones) dotada de la fuerza física de un hombre. Viste extrañas ropas, su peinado es de lo más curioso y acentúa su de por si alta estatura. Esta enamorada del malo, y, al final, al darse cuenta que ha sido usada, pasa del otro lado y se va a sacrificar para ayudar a Bond.
 
Bond también tiene un ayudante, Sir Godfrey Tibbet (Patrick Mac Nee , conocido conocido por interpretar a John Steed en la larga serie inglesa Los Vengadores de los sesentas. Así que los servicios secretos ingleses se dan la mano por encima de los años pasados).
Locaciones interesantes. En la primer parte, Siberia. Segunda arte: París, la Torre Eiffel lo que da pie a una bonita persecución en las escaleras y la estructura de encaje metálica de la vieja dama. Después, persecución en las calles de Paris. Sigue un hermoso castillo, que parece ser el de Chantilly. Pero lo más movido es el último tercio de la película que pasa en San Francisco. Las últimas escenas son totalmente vertiginosas sobre el puente del Golden Gate. Eso sí vale mucho la pena.
Por lo demás la historia es muy clásica, con el avance normal de una película de James Bond. El ritmo habitual, con mucha acción, peleas cada cierto tiempo, suspenso. Alternan momentos de dialogo-reflexión sobre las motivaciones de los personajes, planificación por parte del malo con partes de acción.
También hay que notar que como en todos los James Bond de esta época, el final sucede en la guarida del malo, casi siempre un lugar subterráneo donde mucha gente se encuentra muy ocupada en las urgencias de un campo de batalla antes del último combate.
Se deja ver con mucho gusto. No ha envejecido tanto. La vestimenta no se ve tan estrafalaria.
Música muy buena. Un buen rato de diversión.