Es de estas películas de periodistas que investigan casos extraños, y, a partir de un caso de homicidio o suicidio, desembocan sobre un oscuro caso de conspiración política al más alto nivel. De la inspiración de All the President’s Men ( Alan J. Pakula - 1976) ¿Qué tiene de original? No mucho. El periodista es un amigo muy cercano del político sospechoso y ha sido amante de su esposa. No falta la joven periodista ambiciosa y una editora presa de las decisiones económicas de los dueños.
Ficha IMDb
Muertes extrañas llevan a la revelación de la infidelidad marital del senador Stephen Collins (Ben Affleck) con su asistente Sonia Baker ( Maria Thayer) . Pero el periodista Cal McAffrey (Russell Crowe) , molesto por la ambición de Della Frye (Rachel McAdams), blogger en su periódico, mientras él trabaja a la antigua usanza, acepta investigar para su amigo el diputado, al mismo tiempo que su antigua relación amorosa con Anne (Robin Wright Penn), esposa separada de Collins, lo pone en una situación comprometedora. Evidentemente , las pistas llevaron a algo mucho más grande que un simple adulterio : un negocio sucio con compañías e mercenarias en Irak.
Algunas locaciones en la ciudad deWashington dejan al espectador insatisfecho. La ciudad parece limitarse a las columnas del Capitolio. El personaje principal (Russell Crowe), gordo, desaliñado, pelo largo sin peinar, quiere ser la imagen finalmente clásica del periodista comprometido con su trabajo y nada más.
La historia avanza a golpes, destruyéndose a sí misma, en el sentido que todas las hipótesis sobre las cuales va avanzando el trabajo periodístico, se van deshaciendo poco a poco y el espectador no sabe finalmente que es lo queda en firme.
De repente surge una revelación por lo que dice la esposa ex – amante. Que finalmente aporta una solución solamente a parte del problema. Da la solución para la muerte de la asistente del político, pero no para la muerte de la primera victima.
Se deja ver, tiene buen ritmo, entre confrontación entre periodistas, colaboración para encontrar la verdad y ganarles a la policía. Alterna escenas intimas, del periodista con su amigo, con su ex amante. Pero no se puede decir que uno espere con ansia el final.
La nula profundización de los caracteres hace que los actores no tengan mucha presencia. Ben Affleck es guapo y elegante, le queda bien el abrigo negro. La esposa tiene algo de misterio. Helen Mirren parece un poco perdida e impotente entre las presiones financieras de los dueños y las exigencias de plazos de los periodistas.
Finalmente, la película parece más ambiciosa de lo que realmente logra hacer.
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