Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Wednesday, December 30, 2020

Mank (David Fincher, 2020) – 9. 5/10


Una joya en blanco y negro, sobre el proceso de escritura del guion de la cinta que será considerada por muchos como la mejor película de todos los tiempos: Citizen Kane. 

Ficha IMDb

Encerrado en una casa en el fondo de un jardín, con su pierna enyesada y unas botellas de alcohol inaccesibles, Herman Mankiewicz, “Mank” (Gary Oldman) tiene 60 días contados para escribir el guion que le encargó Orson Welles (Tom Burke)  para su próxima película. Con la ayuda de Rita Alexander (Lily Collins), secretaria inglesa capaz de tomar los dictados más rápidos, y de Fraulein Freda (Monika Gossman), enfermera judía alemana que ayudo a escapar de Alemania con toda su familia, el escritor no tiene más opción que obedecer ya que su jefe vigila de lejos, sobre todo que tienen regularmente la visita de John Houseman (Sam Troughton ),  emisario que controla el avance de la tarea. 

Sin embargo, la flojera y el alcoholismo pueden vencer todos los obstáculos y Mank pasa más tiempo durmiendo, soñando o recordando que escribiendo. Cuando el plazo se volverá más apremiante, cuando la cuenta regresiva se acelerará, sabrá como recuperar en pocos días lo que no se hizo en largas semanas. 

David Fincher firma ahí lo que tal vez será su obra maestra. Esta vez, nada de suspenso, nada de perversiones. Una simple biografía. Pero el cuidado que aporta a la técnica, a los colores, a pesar de ser en blanco y negro, a los encuadres, los escenarios, logra crear un ambiente que es un homenaje brillante al cine de Hollywood en los años 30, cuando los grandes estudios tomaban todas las decisiones, imponían un código de moralidad y escogían proyectos, temas, directores y actores. Un sistema que permitió , sin embargo, que se expresaran los mas grandes artistas del séptimo arte. 

Citizen Kane, la película superlativa, vista, analizada, explicada, citada decenas de veces desde que salió en 1941, es conocida como la obra de un solo genio, Orson Welles, quien impuso su guion, su dirección, su interpretación. Sin embargo, Fincher lo deja de lado, enseñándolo muy poco ,casi siempre escondido bajo su sombrero o simplemente bajo la forma de una voz telefónica. Esa decisión produce un doble efecto: le resta importancia para restituirla al guionista, posición reforzada por las ultimas imágenes y comentarios explicativos del final. Al mismo tiempo, proyecta la sombra casi dictatorial de un director empresario implacable, todopoderoso, dueño de la vida de su subordinado, el pobre hombre que obliga a escribirle un guion. A quien finalmente robará la gloria al adjudicarse la escritura del guion. 

Gary Oldman, a quien le queda muy bien el blanco y negro, ocupa todo el espacio, todo el tiempo , sin maquillaje ni prótesis, al natural. Desde su cama, Mank impone el ritmo. El ritmo de su trabajo o falta de trabajo, de sus noches alargadas, de sus recuerdos. Las relaciones que tuvo con Louis B. Mayer (Arliss Howard), director de MGM , con el mismísimo William Randolph Hearst (Charles Dance ), imponente magnate de la prensa y su joven amante Marion Davies (Amanda Seyfried), demasiado inocente en un mondo arribista, con quien Mank logra establecer una amistad basada sobre un mismo sentimiento de no pertenecer a ese universo cínico.  Ella trata de escapar con una ilusión sentimental, el prefiere el alcohol en cantidad monumentales. La actualidad política se mezcla a las maniobras de la prensa : Upton Sinclair( Bill Nye) , candidato demócrata a la gubernatura de California es presentado como comunista y su fracaso preparado cuidadosamente. El rompecabezas de los recuerdos que estructura la cinta de Fincher es un eco a la estructura de Citizen Kane . Aparentemente complicado, funciona como la libre asociación psicoanalítica. Mankiewicz escribe como ha vivido y como recuerda su vida, en desorden. Así será construida la cinta de Orson Welles, así está construida la película de Fincher, en un juego de espejos que se reflejan entre sí y a sí mismos. 

Homenaje al guionista explotado y olvidado, la cinta es también un homenaje de una gran belleza al cine de los años cuarenta. Los movimientos de cámara, los ángulos, están llenos de nostalgia . Los juegos con la profundidad de campo recuerdan a veces a John Ford. El blanco y negro, suntuoso, táctil, iluminado por Erik Messerschmidt , tiene la textura de las películas en carretes. 

Se trata también de un homenaje de David Fincher a su padre Jack, fallecido en 2003 quien escribió el guion en los años 90. El hijo retoma el proyecto y le insufla toda su sofisticación, su búsqueda permanente por la perfección del detalle. El resultado es una película con capas de significado, con alusiones,  una película que da ganas de volverla a ver, y de volver a ver el mítico Citizen Kane.


Testimony: The Story of Shostakovitch (Tony Palmer, 1988) – 8.5/10



Angustiosa película adaptada de las presuntas memorias de Shostakovitch, impregnadas de la presencia obsesiva de Stalin. Con una interpretación muy nerviosa de Ben Kingsley. 

Ficha IMDb

Todo empieza por el final : Dimitri Shostakovitch (Ben Kingsley) narra en voz off y desde el más allá lo que fue su vida durante los años del estalinismo. Escenas de su vida van a alternar con pasajes oníricos. Un ambiente expresionista impregna un relato a veces laberíntico que recuerda a veces al Proceso de Orson Welles (1962). La fotografía en blanco y negro de Nic Knowland refuerza la sensación de hostigamiento sufrido por el músico a lo largo de años de un régimen socialista que se fue transformando en la dictadura de uno solo. La personalidad enorme, opresora de Stalin (Terence Rigby ) es vivida por el músico como una presencia antagónica permanente, una amenaza sobre su arte, su inspiración, sobre su vida. Un ser omnipotente y omnipresente, que lo sabe todo de todos, que ve hasta el fondo de los pensamientos de cada uno, que utiliza todos los recursos del aparato de estado para favorecer a sus preferidos y eliminar a los que no le dan satisfacción. Shostakovitch se pasó la vida haciendo acrobacias para mantenerse en la cuerda floja en un ambiente político y artístico que podía cambiar de la noche a la mañana según las voluntades del ”Padre de los pueblos”,  ídolo venerado por su pueblo. 

En los episodios recordados por el músico pasan sus hijos Maxim (Mark Asquith) y Galya (Magdalen Asquith), niña curiosa de todo a quien su padre da la clave de varias de sus composiciones, su esposa Nina (Sherry Baines). Grandes músicos contemporáneos como Khachaturian (William Squire), Meyerhold (Robert Stephens) tienen que doblegarse ante las exigencias, las criticas, las humillaciones de un Andrei Zhdanov (John Shrapnel), comisario de la cultura soviética, padre del realismo socialista), el brazo artístico de Stalin, quien pretende que “el pueblo es quien debe decidir cuál es la buena música.”

Una gira en Estados Unidos en 1949 para la Conferencia Cutural y Científica para la Paz es un momento fundamental para entender el peso del poder estalinista cuando la delegación artística soviética tiene que sostener una visión ideal del sistema, frente a las preguntas de los periodistas en el Hotel Waldorf Astoria de Nueva York, con un H. G. Wells (Brook Williams) particularmente incisivo, que no puede entender bajo qué amenazas viajan, viven los artistas del otro lado de la Cortina de Hierro. 

Tony Palmer logra expresar una visión totalmente subjetiva, el mundo interior lleno de miedos que se expresa en el libro de Volkov, biografía probablemente falsa, inventada por el periodista y musicólogo que pretendía juntar entrevistas en su libro Testimony publicado en 1979 que Shostakovitch probablemente nunca leyó ni autorizó, y que el gobierno soviético prohibió.  

Ben Kingsley interpreta un Shostakovich habitado por el miedo, el nerviosismo, siempre a la defensiva, viviendo un desgaste emocional al cual trata de escapar con composiciones sutiles, que a veces tiene que esconder, y dará a conocer después de la muerte del dictador. Su obra, rica de 15 sinfonías, 15 cuartetos de cuerdas , seis conciertos , operas, sonatas, ballets, ciclos vocales, algo de jazz, música para para el teatro y el cine, es la muestra de un talento extraordinario, pero que tuvo que expresarse con sumisión, como tuvieron que hacerlo todos sus compañeros artistas. El compositor se limitaba a decir “Quien tenga oídos para escuchar, que escuche.” y sembraba en sus composiciones dobles sentidos, como en el final de la Quinta Sinfonía que esconde un estremecedor llamado de auxilio bajo una aparente glorificación efusiva del régimen. 

La narración, biográfica u onírica, se ve interrumpida en momentos por intervenciones en colores de la Orquesta Filarmónica de Londres , con Rudolf Barshai a la batuta y con solistas por delante como Felicity Palmer o John Shirley-Quirk.  Inútil montaje que no aporta nada al relato ni al conocimiento del personaje que fue el gran músico y parecen más una ilustración documental, fuera de contexto. Mientras que el uso de fragmentos de noticiarios de la época, con imágenes de las dos guerras que sufrió la Unión Soviética cumple plenamente con el propósito de enmarcar con hechos históricos la vida personal de los artistas del momento.

La película logra transmitir la angustia vivida por el músico, el temblor permanente del genio que tiene que someterse y suscita en el espectador el deseo de saber más y sobre todo de escuchar más.   


The Founder (John Lee Hancock, 2016) – 8/10



La prodigiosa historia del nacimiento de la cadena de comida rápida más famosa del mundo.

Ficha IMDb 

En 1954, Raymond Kroc (Michael Keaton) se pasa la vida en las carreteras de Missouri tratando de vender su maravillosa e innovadora máquina de hacer malteadas. Duerme en moteles, come en su coche, habla por teléfono cada noche con su esposa Ethel  (Laura Dern) que se queda cuidando la casa en Illinois. El día que se entera por su secretaria que se pidieron seis en un restaurante de San Bernardino en California, decide ir a ver el prodigio. Así conoce a los hermanos McDonald, Richard “Dick” ( Nick Offerman) y Maurice “Mac” (John Carroll Lynch) y su novedoso sistema de restauración. Los clientes no tienen que esperar sus platillos en su coche como se acostumbra en los drive-in de moda. Todo está perfectamente calibrado: el peso de cada steack, el tamaño de cada porción de papas fritas, la temperatura del aceite y el tiempo de fritura, las dos rebanadas de pepino, las dos gotas de mostaza y de kétchup. Se entrega casi instantaneamente después de pagar. Todo se sirve en papel, platillos y vasos desechables, se come en el coche, en una banca o caminando. Sin mesas ni sillas, se elimina el servicio de limpieza, las meseras, la necesidad de lavar trastes. Después de comer, cada comensal desecha todo en los botes de basura. El éxito es fenomenal. Asisten trabajadores manuales, albañiles, secretarias, oficinistas,  adolescentes con sus novias, familias enteras, solteros. Todos hacen largas filas para pedir sus platillos de un menú limitado al máximo: hamburguesas, papas fritas, malteadas. Porque, además, las hamburguesas, las papas fritas y las malteadas están deliciosas y los precios muy, muy razonables, mitad de los competidores.

Kroc obviamente, busca hablar con los hermanos geniales y ellos les cuentan la historia de los diferentes restaurantes que pusieron y de sus sucesivos fracasos hasta llegar finalmente al éxito. Su problema es implantar sucursales porque no logran que se siga al pie de la letra sus indicaciones. Kroc les propone establecer una línea de franquicias y se ponen de acuerdo para firmar un contrato que garantice a los hermanos el control total sobre todas las evoluciones y cambios que proponga el nuevo socio.  El sueño de William McDonald es la arquitectura uniforme de sus restaurantes con un doble arco amarillo en forma de M, semejante a la entrada de una iglesia. 

Kroc actúa con determinación y empieza a agrandar los negocios, incluyendo el famoso arco amarillo que evolucionará a lo largo de los años a un gigantesca M dorada. Logra convencer a jóvenes parejas para que inviertan y pongan su negocio . Un encuentro con su examigo Rollie Smith (Patrick Wilson) dueño de un restaurante le da la oportunidad de conocer a una mujer hermosa y ambiciosa, Joan (Linda Cardellini), esposa de Rollie. Ella es quien encuentra una forma de ahorrar sobre el delicado problema de la malteada y el costo que presenta el almacenamiento de los helados. El invento de un polvo instantáneo para hacer malteada es un punto de discusión muy áspera con los humanos McDonalds ,partidarios de la calidad y la tradición de la malteada bien hecha.  Cuando su amigo administrador Harry J. Sonneborn ( B.J. Novak) le sopla una idea genial para caminar su modelo de negocio : establecer una nueva relación con sus sucursales, Kroc ya se convirtió en un empresario voraz, molesto por las pequeñas ganancias que le permite su contrato con los hermanos.  Se trata de comprar los terrenos y rentarlos a los nuevos restauranteros. Así ganará dinero que le permitirá comprar más terrenos para rentar, y le dará el poder de no renovarles el contrato a los que no apliquen al pie de la letra los estándares de los restaurantes McDonalds.

Gracias a una astucia Ray Kroc aparta a los hermanos McDonald’s de la cadena: se ven forzados a aceptar todas las condiciones de su socio malvado y su pedido de quedarse con 1% de las ganancias de por vida es rechazado. Se quedan literalmente sin nada.

Ray Kroc se ha convertido en el pionero de la comida rápida, el “fundador” que será copiado a través de los años y a través del mundo. Cuando los hermanos McDonald le preguntaron porque no había simplemente copiado su sistema de elaboración y venta , Kroc contestó que lo más valioso en su invención era el nombre McDonald’s porque era un hombre que aludía a la familia americana, al contrario de todos los títulos conteniendo Burger o Fast o Steack que siempre habían fracasado.

Si bien es cierto que la cinta es otra biografía de éxito americano,  lo que en sí es bastante convencional, resulta ser atractiva interesante por su ritmo y su ligereza. Plantea la operación comercial de Kroc como un gigantesco juego, basado en un sentimiento de confianza en sí y en su producto que es tal vez la marca del gran sueño americano, esa capacidad de seguridad en su poder de cambiar su vida. Las interpretaciones son excelentes. Michael Keaton con su cara pálida y su pelo casi rapado transmite una agudeza que poco a poco se vuelve extraña, preocupante por no decir angustiante. El hombre, de bonachón, inseguro y casi lastimoso, se vuelve una amenaza. El perdedor tipo Hermanos Coen, que ensaya frente al espejo su discurso de venta y repite oraciones de autoayuda dictadas por un disco, evoluciona a un orador convencido y convincente.  Su logorrea es capaz de convencer a cualquiera y su energía es totalmente arrebatadora. Nadie puede resistir los ataques de tal aplanadora. Quiere vender, quiere ganar, quiere triunfar y nada lo detiene. En el camino, traicionó a su esposa, a los inventores del concepto que lo enriqueció, a sus socios. ¡Pero al diablo los valores morales! El único valor que importe es el éxito económico. 

Aunque se le puede esconder bajo un eslogan motivacional : el único ingrediente necesario es la persistencia. Eso sí es un valor moral. Y es la base del sueño americano. 


Tuesday, December 29, 2020

Snowden (Oliver Stone, 2016) – 6/10

La biografía del lanzador de alertas más importante desde Julián Assange no logra interesar al espectador y resulta por momentos hasta aburrida. Oliver Stone perdió su fuerza inquietante.

Ficha IMDb 

La cinta empieza por un encuentro en un centro comercial en un Kong. Dos periodistas esperan a un hombre que los conocerán por su cubo Rubik, insignia de los jóvenes genios actuales. Se trata de Laura Poitras (Melissa Leo), realizadora de documentales y Glenn Greenwald (Zachary Quinto), periodista. Los dos son miembros fundadores de la Freedom of the Press Foundation. 

El hombre los lleva a su cuarto de hotel y ahí empieza la filmación de sus revelaciones, filtrando unos 9000 documentos de la NSA. Se une al equipo Ewen MacAskill (Tom Wilkinson) corresponsal del Guardian, se organizan las discusiones con la dirección del periódico para saber si se lanza o no el artículo. Mientras tanto la película en flashback cuenta la historia de ese hombre.

Edward Snowden (Joseph Gordon-Levitt ) es un joven de lentes sin nada particularmente especial aparte de su patriotismo para defender a su gran país, decide entrar al ejercito, pero el entrenamiento muy pesado lo deja un buen día con la pierna fracturada de muy mala manera. Después de varias semanas en cama viene una larga temporada de rehabilitación y obviamente se le da trabajo de oficina.

Entra a la NSA como analista y su primer día de trabajo lo pone en el camino de Hank Forrester) (Nicolás Cage) cuyo puesto se parece al de un conservador del museo ya que reina sobre una colección de antiguas máquinas de cifrado. Snowden se señala muy rápidamente por su talento, su rapidez y su eficiencia y se gana la admiración de su superior Corbin O’Brian (Rhys Ifans). Durante ese tiempo encuentra a las que será su novia, Lindsay Mills (Shailene Woodley) , maestra de pole dance y de ideas bastante más izquierdistas que las suyas.

Durante una misión para la CIA en Suiza Snowden comete algunas imprudencias que lo devuelven a Washington ;se pelea con su novia; se vuelven a contentar y es cuando él tiene su primera crisis de epilepsia. Lo mandan a Japón y después forma parte de una misión como consultante en Hawái para la NSA . Ahí descubre el centro de información SIGINT en los subterráneos que sirvieron de base militar a Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial. Vive feliz con un excelente salario en una linda casa cerca de la playa y es cuando decide revelar al mundo lo que ha descubierto, después de entender que su casa, su novia y el mismo están vigilados.

Hace contacto con los periodistas que cita en Hong Kong y sigue la aventura de la revelación. A partir de ese momento, Oliver Stone decide utilizar más los recursos que le gustan habitualmente, como son fragmentos auténticos de televisión de la época. Nos bombardea con la acumulación acelerada de noticieros de todas las partes del mundo, de primeras páginas de periódicos que mencionan la revelación hecha por Snowden del programa de vigilancia PRISM y de qué el gobierno estadounidense espía literalmente a todos los ciudadanos escuchando sus conversaciones telefónicas y leyendo sus mensajes electrónicos.

Sigue la huida de Snowden. Una emotiva despedida con los periodistas, en particular Laura Poitras quien le da en regalo y coartada su propia cámara mientras él le regala su cubo Rubik . Primero salir del hotel y llegar al aeropuerto de Hong Kong, tomar un vuelo vía Moscú hacia uno de los 21 países a los cuales dirigió una solicitud de asilo. En la capital rusa se queda bloqueado en el aeropuerto ya que el gobierno estadounidense inválido su pasaporte. Lo que sigue es conocido : la intervención de Putin para darle asilo temporal, la interdicción de diversos estados para que el avión de Evo Morales procedente de Moscú sobrevuele su espacio aéreo bajo la sospecha que Snowden está a bordo, creando un incidente diplomático. Finalmente, Putin dará un derecho de residencia por tres años , prolongado en 2017 por tres años más, que se transformará en un titulo de residente permanente en Rusia donde su novia lo alcanzará. 

La última escena de la cinta no se sabe si es divertida, triste,  de ciencia-ficción mal hecha,  o si fue real. Es una entrevista del analista en fuga, escondido en alguna parte y que no puede aparecer en público. Se hace la entrevista por videoconferencia, pero para hacerla más teatral, literalmente, el periodista, sentado sobre el escenario al modo de james Lipton durante las entrevistas de Inside the Actor’s Studio, habla con una pantalla de computadora sobre patas que puede ser desplazada de forma remota así que Snowden se encuentra encerrado en una máquina. Para coronar y autentificar su cinta ,Oliver Stone decide en ese momento presentar al Snowden real como terminando la entrevista. Se ve particularmente poco natural. Funciona más como una excusa del director por no haber sabido convencer con su personaje dramatizado, como un ultimo argumento para defender sus intenciones.

Durante sus dos primeras tercios la cinta no tiene nada particularmente original: ni la estructura de flasback interrumpido por retornos al momento actual, ni las interpretaciones, ni el estilo cinematográfico presentan nada innovador. En el último tercio, Oliver Stone se lanza a su técnica habitual de documentos auténticos de televisión y periódicos mezclados con momentos dramatizados en un ritmo rápido. Parece que finalmente despertó el director y entendió que tenia que cambiar algo para evitar que el espectador caiga dormido. ¡Tal vez hubiera sido mejor empezar por esta secuencia!

La última escena, la entrevista por computadora caminante se ve bastante ridícula y como una tentativa de justificación de la acción del lanzador de alertas y del director. Y lleva a la aparición de Snowden real, como cima de la autentificación, finalmente muy torpe: Snowden no necesita justificarse. 

La noticia escandalizó. ¿Pero realmente sorprendió? Hace ya mucho tiempo que se sabe de la existencia de sistemas de espionaje domésticos. Lo que sorprende, tal vez, es que los adelantos tecnológicos lo hagan tan fácil, pero en esencia es el mismo sistema que los viejos micrófonos escondidos. La velocidad de las computadoras y el uso generalizado del internet por casi todos los ciudadanos han permitido cruzar información con una eficacia realmente peligrosa. Tal vez sea eso el sentido de la aparición fugaz e inútil en la trama de Nicolás Cage : las viejas máquinas que cuida hacían ya el mismo trabajo y fueron en sus tiempos igualmente eficientes.

Las actuaciones carecen de convicción. Snowden permanece siendo un niño idealista, talentoso pero que sigue un camino que se impuso sin parecer exactamente saber por qué. No cabe duda de que tuvo que pasar por momentos de dudas, de cuestionamiento sobre su patriotismo, sus obligaciones profesionales, sus deberes de confidencialidad. La interpretación mecánica de Joseph Gordon-Levitt no muestra ninguna profundidad en un personaje-marioneta y frío. Una narración plana no logra convencer de la razón de su inconformidad. Se da como un hecho que hace lo correcto y punto. El equipo de periodistas parece más convencido de su compromiso con la verdad , en particular la camarógrafa Laura Poitras, que realizará su propia cinta Citizenfour ( 2014), ganadora de un Oscar. No se analizan aspectos realmente personales, a parte de su condición de epiléptico y su miedo a ser fotografiado. Al principio parece ser un joven frustrado por no poder hacer más por su país, y que se refugia en los números porque es el único campo donde puede ser de alguna utilidad para defender a la nación frente al enemigo invisible, el enemigo abominable que provocó los atentados de las Torres Gemelas. Pero esta línea de explicación y humanización del personaje se abandona pronto, seguramente porque le restaba heroísmo.  Oliver Stone quería un héroe de una sola faceta, puro y simple. Sin complejidad.

La fuerza del poder abusivo se encarna en el jefe O’Brian, cuya cara imperturbable es la imagen del derecho ilimitado de los que pretender defender a la democracia y la libertad, y para eso se otorgan el derecho a anular las libertades personales. La entrevista por video llamada, con Snowden solo en una sala de conferencia y la cara de O’Brian sobre una pantalla enorme que abarca toda la pared y e domina literalmente al joven en un acercamiento en contra picado, es un buen recurso cinematográfico simbólico. Por lo demás todo el estilo, encuadres , movimientos de cámaras, ritmos, es de lo más convencional.

Uno mas de los biopics de Oliver Stone, muy lejos de la habilidad técnica y la fuerza polémica que tenía por ejemplo JFK (1991) 


Wednesday, December 16, 2020

Coco Chanel et Igor Stravinski (Jan Kounen, 2009) – 6/10

 Una película bonita, pero sin interés, sobre hechos que nunca existieron . Si las actuaciones son buenas y la producción interesante, situaciones y personajes, mayormente inventados ,no presentan ningún interés.

Ficha IMDb

Suena tan glamoroso entrelazar las vidas de dos personajes reales de principio del siglo veinte que, cada uno en su campo, han revolucionado su arte. Tan glamoroso que inventarles una historia de amor parece ser el colmo de lo romántico.

Nada más que… esta historia nunca existió. Volvamos a lo que cuenta la cinta.

El 29 de mayo de 1913, Igor Stravinski (Mads Mikkelsen) presenta por primera vez su Consagración de la Primavera , en el recientemente construido Théâtre des Champs Elysées en Paris. La orquesta esta de Pierre Monteux (Jérôme Pillement Toda la gente bien de la ciudad acude : políticos, ricos, famosos. Coco Chanel ( Anna Mouglalis ) asiste sola ya que su amante del momento, Arthur “Boy” Capel (Anatole Taubman ) está ocupado en otra cosa. La amiga de Chanel, Misia Sert (Natacha Lindinger) ha ayudado para el financiamiento de la representación. La corografía de la Consagración está a cargo de Vaslav Nijinski ( Marek Kossakowski) bailarín estrella de la tropa de los Ballets Russes de Serge de Diaghilev ( Grigori Manoukov). Vestidos de noche y sombreros de copas se lanzan a la conquista de las butacas rojas. En un camerino, Stravinski espera muy nervioso junto a su esposa Catherine  (Elena Morozova), embarazada. El concierto empieza y la sala explota en gritos, protestaciones …. Tal y como durante la Batalla de Hernani, que acompañó la primera representación del drama de Víctor Hugo en 1830. Los espectadores insultan al músico, a sus vecinos, se dan de golpes. Nijinski tras bambalinas debe contar para que los bailarines puedan seguir ya que no oyen la música. Conservadores y modernos se avientan a la cara todo que encuentran. Diaghilev llama a la policía y, mientras llega, manda encender y apagar las luces de la sala para trata de calmar las emociones. Después de la representación, Stravinski culpa a Nijinski por su estúpida coreografía que, según él, es causa del escándalo.

Siete años después, Mademoiselle Chanel hace una donación sustanciosa y anónima al músico. Abiertamente, le ofrece hospedarse en su casa de Garches ya que el departamento donde vive le queda chico para el, su esposa y cuatro hijos. Ahí, en el campo, tendrá espacio, tiempo y tranquilidad par dedicarse a su arte. Durante largos meses, la familia Stravinski y Coco Chanel van a convivir . Ella asume todos los gastos , va a la ciudad a su tienda y su taller donde trata a sus empleadas con dureza y desprecio, viaja a Grasse para que Ernest Beaux (Nicolas Vaude) le invente un perfume : el Número 5, y en sus momentos perdidos tiene una aventura apasionadamente sensual con el compositor. 

Este se dedica a volver a escribir… la Consagración de la Primavera. Todo acaba en la decisión de Catherine de dejar a su esposo, no sin mandarle a Coco una carta donde le pide de favor dejar a su esposo que es más importante para su familia que para ella, mujer de negocios y soltera empedernida. El colmo del final es la presentación triunfal de la Consagración, dirigida por el propio Stravinski, bajo la mirada feliz y cómplice de Coco.

Un pequeño epílogo muestra a Mademoiselle, en traje sastre, a la edad de 87 años en su suite del Ritz, recordando a su Stravinski , mientras este, en montaje paralelo, vive en Estados Unidos.

¡Qué bonita historia! ¡Y qué romántica! Los genios del arte se entienden, se apoyan y juntos crean obras inolvidables. Cada uno es la musa del otro. Su fuerza creativa no tiene igual salvo su fuerza amorosa.

El problema es que todo es falso en esta cinta. Empecemos por el principio de la película : se nos muestra la función del 29 de mayo de 1913 con la Consagración al inicio de la velada, y se da a entender que fue la única obra presentada. Para empezar, una noche de ballet no se limita a 25 minutos, duración aproximativa de la Consagración. Primera absurdidad. Según los programas de la representación, Diaghilev organizó su noche muy sabiamente, o comercialmente, o simplemente para escandalizar. Antes del intermedio se presentaron las Sílfides, música de Chopin y coreografía de Fokine (1909), en la gran tradición del ballet ruso tradicional heredero de Tchaikosvki y Petipa. Después venía La Consagración. Después del intermedio, dos ballets : El espectro de la rosa con coreografía de Fokine (1911) sobre música de Carl Maria von Weber, seguido de Las danzas polovstianas del Príncipe Igor de Borodin con coreografía de Fokine (1909). Diaghilev decidió insertar una coreografía nueva, escandalosa, en medio de tres ballets clásicos, ya conocidos del publico, bailados por su bailarín estrella, el ídolo del publico. Coincidencias : Nijinski bailaba las tres corografías de Fokine y ¡o sorpresa!, era amante de Diaghilev. La noche del 29 de mayo fue una operación publicitaria del empresario : lanzar a Nijinski como coreógrafo por medio del escandalo, que es uno de los métodos mas efectivos. Porque música y danza de la Consagración son anti-danza y anti-música. Son un regreso a las pulsiones tribales, pre-culturales de un pueblo salido del fondo de los siglos cuando se hacían sacrificios humanos a los dioses para garantizar la fertilidad de las tierras. Es un regreso a los instintos, a la crudeza que Antonin Artaud pedía para el teatro : fuera del texto hay que reanudar que los impulsos, la comunicación con las fuerzas originales de la naturaleza, la vida y la muerte. Artaud vivió un tiempo con los tarahumaras en la sierra de Chihuahua, buscando esta fuerza natural profunda, enraizada en la memoria instintiva de los pueblos.

Es cierto que el escándalo fue inmenso y que el ruido obligó a Nijinski a contar los tiempos para guiar a sus bailarines. Es cierto que Stravinski culpó al coreógrafo del fracaso. Lo que no dice la cinta es que la siguiente presentación de la Consagración, en abril 1914, sin bailarines, fue un éxito. Porque la música estaba perfecta, acabada. 

La cinta nos muestra al compositor en la casa de Garches, trabajando sin cesar en la Consagración, como si hubiera sentido que tenia que corregirla, buscando melodía, harmonías, y imaginando la representación que de allí saldría. Nada más falso. Stravinski nunca corrigió su Consagración. Y no tuvo lugar esta presentación triunfal bajo la dirección del compositor y el ojo protector y feliz de la musa.

Es cierto que Coco Chanel prestó su casa a la familia, pero no hay ningún indicio del más mínimo rumor de la sospecha de una relación entre ellos. Pura invención. Además de ser inverosímil ya que vivían todos bajo el mismo techo.

Es cierto es que Mademoiselle era una tirana con sus empleadas, es cierto que se lanzó al mundo de los perfumes y que el Número 5 fue un éxito fenomenal que todavía perdura. Lo que no se cuenta es que la compañía de perfumes Bourgeois le pertenecía al 70 % a los hermanos Pierre y Paul Wertheimer y que Chanel tenía solo un pequeño 10%.

Después de su primera elipsis de 7 años, la cinta acaba en otra elipsis de unos 50 años, que incluye la Segunda Guerra Mundial, período en que Mademoiselle mostró sus verdades : como buena antisemita, trató de que la empresa de perfumes sea confiscada a los hermanos Wertheimer que habían huido a Estados Unidos y que le sea restituida, acompañada de une “reparación por prejuicios sufridos durante 17 años”. Paro los hermanos tomaron la delantera y le pasaron los derechos a su amigo Felix Amiot, no judío, quien les devolvería el control después de la guerra. Coco Chanel también aprovechó la Ocupación para cerrar sus talleres y tiendas y así despedir a sus 4000 empleadas, lo que le permitió vengarse de las demandas sociales que estas le hicieron en 1936 en aplicación a las nuevas leyes de Frente Popular. Y ahora se sabe que fue muy amiga del ocupante nazi a punto de espiar para él, como consta en documentos alemanes y de MI6 que se han encontrado recientemente.

Anna Mouglalis, que interpreta a Chanel, transmite muy bien este carácter dominante, ayudada por una voz inusualmente grave. Impone un estilo a la cinta con sus colores, en particular el uso del negro inusual en esos años, cuando era el color dedicado al luto. Decorar una casa totalmente en blanco y negro podía parecer de mal gusto. Su tiranía en el trato de empleadas y colaboradores es fiel a la verdad histórica, así como el cigarrillo que tenía siempre encendido. Fue revolucionaria en la moda, imponiendo formas masculinas. Pero recordemos que ella no fue la primera en quitarle el corsé a la mujer : fue Paul Poiret en 1906.

El resultado de todo eso es una cinta muy bonita, muy cuidada en su producción, Parece un aparador de coches, vestimenta, decoración. En realidad, parece un desfile de modas. Pero es simplemente la lujosa divagación de un novelista, Chris Greenhalgh, de unos guionistas y de un director que se dejaron llevar por la moda de las biografías y no se molestaron en verificar sí lo que contaban tenía un ápice de verosimilitud.

Lástima que Mads Mikkelsen se fue a extraviar en este laberinto,  donde lo limitan a expresar bien poquito, con el pretexto de un reservado carácter eslavo Su talento vale mucho más. Tampoco se entiende muy bien cómo Jan Kounen, después del sarcástico y técnicamente vertiginoso 99 Francs (2007) adaptado de la novela de Frédéric Beigbeder, haya podido caer en algo tan aburrido, lento, repetitivo y pretencioso.


Monday, November 30, 2020

The Social Dilemma (Jeff Orlowski, 2020) – 8.5/10



Documental sobre las tácticas utilizadas por las redes sociales para mantenernos pegados y esclavizados. Entrevistas con los primeros responsables, ahora arrepentidos.

Ficha IMDb

Con tres líneas de exposición que se van alternando, la cinta de 94 minutos de duración, mucho para un documental, logra no parecer demasiado larga. Sus objetivos son todos los sistemas adictivos : Facebook, Twitter, Instagram, Snapchat, Pinterest et YouTube. 

El titulo es la referencia obvia a la cinta The Social Network (David Fincher - 2010 que contaba el nacimiento de Facebook a modo de una success story. En esos años, todavía no se percibía la amplitud de los malos usos posibles en las redes sociales. Se vislumbraba un espacio publico de intercambios, de encuentros y reencuentros. El documental actual es la constatación desengañada de las desviaciones y perversiones que sufrió una utopía.

Una línea bastante clásica para un documental es una serie de entrevistas de gente famosa, o mejor dicho importante para el desarrollo de las redes sociales. No son nombres conocidos del público porque han quedado en la sombra. Todos las entrevistados han renunciado a sus puestos de dirección y aparentemente a los salarios exorbitantes que acompañaban a tales puestos. Tristan Harris, especialista en ética del diseño y ex trabajador de Google ; Roger McNamee, antiguo inversionista de Facebook y Jeff Seibert, ex ejecutivo de Twitter, Tim Kendall, ex presidente de Pinterest; Justin Rosenstein, el creador del botón Like de Facebook.También aparecen expertos o investigadores  como Anna Lembke, experta en adiciones, directora del programa de becas de investigación en toxicomanía en Stanford ; Aza Raskin, co fundador con Harris del Center for Humane Technology ; el profesor Shoshana Zuboff también de Stanford .

La secunda línea, también bastante usual ahora en documentales, es la parte dramatizada, con actores (Skyler Gisondo, Kara Heyward, Vincent Kartheiser) que ejemplifica la vida cotidiana de un personaje normal, al cual el espectador puede identificarse, y los buenos y malos momentos que la conexión a redes sociales le puede aportar. El adolescente Ben acepta el reto de su madre : vivir una semana sin su teléfono.  Este personaje vive en el entorno usual para un adolescente estadounidense: escuela, amigos, chica soñada, entretenimiento. Obviamente no puede sostener el reto mucho tiempo y vuelve a sus antiguos hábitos, lo que lo llevará progresivamente a participar, sin bien saber por qué, a una manifestación y acabar arrestado con su hermana que lo siguió por mera preocupación fraternal.

La tercera parte está directamente ligada a la secunda ya que nos muestra en forma también dramatizada, el tras bambalinas del teléfono de este chico promedio : con la apariencia de tres seres humanos, los algoritmos llevan a las tomas de decisiones, hechas en la realidad por maquinas, de qué anuncio mandarle en qué momento, basándose en la información proporcionada por su GPS, en información que el ingresó a su teléfono, por compras hechas con su tarjeta, por búsquedas que realizó, por los videos o artículos que escogió algún día, informaciones proporcionadas también por los teléfonos que están cerca de él y por los teléfonos de sus amigos.

La cinta va abiertamente en la dirección de la critica, tal vez porque la vida diaria va en la dirección opuesta. Tal vez no sea nada objetiva ya que no menciona que las intenciones primeras, o al menos aparentes, siguen existiendo : conectar gente más allá de las fronteras, dar a conocer hechos , o grupos, denunciar, documentar, permitir la colaboración en proyectos benéficos para la humanidad o para el planeta. Lo que recalca son las intenciones actuales de los que manejan las redes sociales, y el hecho que los usuarios, a pesar de las mejores intenciones que puedan tener, están utilizados en un segundo nivel. La atención que prestamos a estos usos positivos se manifiesta en tiempo en la pantalla. Eso es la riqueza que buscan aprovechar al máximo las cabezas pensantes y calculantes de los grandes grupos vendiéndolo, además de todos nuestros datos de preferencias y hábitos, a anunciantes de publicidades. Entre los tal vez inocentes interlocutores de una red social, hay un ojo agudo, un intermediario oculto que saca millones de nuestras consultas o intervenciones. 

La genial invención del deslizamiento hacia abajo en un rollo sin fin nos pega al dispositivo y nos atrapa en una sed inextinguible de ver más, en la esperanza imposible de acabar, de llegar al final de la lista. Pero la lista no tiene fin.  Esta tendencia humana al TOC se agrava con el deseo cada vez más fuerte de hacerse presente, de participar : re-publicar inmediatamente lo que se acaba de ver para ser “ el primero”,  el mejor informado, tener el scoop, sin siquiera verificar que la información es al menos verosímil. Así se propagan como pólvora informaciones falsas, porque difundir es más importante que informar. Las supuestas campañas de Facebook o Twitter contra fake news son simple truco de buena conciencia, como los criterios de moralidad manejados por sus mediadores que eliminan reconocidas obras de arte porque enseñan un desnudo. 

La ultima palabra es una sentencia que pone en relieve un hecho transcendental para el porvenir de nuestras sociedades y que podría quitar muchas esperanzas a todos los movimientos de lucha que tratan de que se oigan las minorías de género, de preferencias sexuales, de razas, de orígenes : “ 50 diseñadores, todos hombres blancos de entre 20 y 35 años, toman decisiones que afectan a 2.000 millones de personas en todo el mundo”. 

Eso sí es grave. 


Sunday, November 29, 2020

Munich ( Steven Spielberg, 2005 ) - 7.5 /10

Una muy larga cinta, basada sobre hechos reales y traumáticos pero que no logra crear una empatía en el espectador, por culpa de una narración muy repetitiva y una presentación superficial de sus personajes. 

Ficha IMDb

La cinta empieza, como se esperaba, por el atentado perpetrado en la Villa Olímpica de los juegos de Múnich por un comando del grupo palestino Septiembre Negro el 5 de septiembre de 1972.  Las víctimas son 11 miembros del equipo israelí, pidiendo a cambio la liberación de 230 de los suyos, prisioneros políticos considerados por Israel como terroristas. Matan a dos deportistas en los dormitorios y toman los nueve restantes como rehenes que serán ejecutados poco después. 

La narración del suceso, al principio aparentemente completa, empieza a fragmentarse. 

Primero, Spielberg pasa al tema de la familia : Avner Kaufman (Eric Bana ) y su esposa Daphna (Avelet Zurer) esperan su primer bebe, ella sueña con una cocina integral. Son gente normal aparentemente. Pero Avner fue educado en un kibutz, es miembro del Mossad, el servicio secreto israelí, es guarda espalda de la primera ministra Golda Meir, una dama de hierro. Su madre huyó de la Alemania nazi y su padre falleció al servicio de Israel. Es lo que se llama un “sabra”, perteneciente a la primera generación nacida en la Tierra Prometida, un incondicional.

Llamado a una reunión extraordinaria con Golda Meir (Lynn Cohen), figura maternal, tranquila y sanguinaria y Ephraim (Geoffrey Rush) uno de los jefes del Mossad, focalizado sobre los resultados Avner no tiene otra posibilidad que aceptar la misión encomendada : nada mas, nada menos que vengar al país y eliminar once miembros de Septiembre Negro. La Operación Cólera de Dios, o Operación Bayoneta, recibe un presupuesto ilimitado. 

Para llevarla a cabo, le dan a Avner un equipo de especialistas, todos judíos : Steve (Daniel Craig), judío de origen sudafricano, Carl (Ciarán Hinds) encargado de la limpieza posterior a cada acción, Hans (Hanns Zischler) experto falsificador alemán y Robert (Mathieu Kassovitz), fabricante belga de juguetes y accesoriamente de bombas.  El proveedor de recursos es un francés amante de los perros, Louis (Mathieu Amalric). Contra sumas elevadísimas, es capaz de encontrar todo lo necesario:  informaciones, direcciones, horarios, transportes, alojamientos y todas las armas o materiales requeridos.

Y la caza empieza, llevando al equipo a través de toda Europa : Paris, Roma, Londres, Grecia…

Pero matar cansa, la familia se aleja. El asco empieza con las preguntas : ¿De verdad están eliminando los verdaderos culpables de Múnich ? ¿De verdad vale la pena ver morir a los compañeros? Sobre todo cuando tienen que convivir con un grupo palestino que prepara también un atentado, y cuyos miembros y objetivos se parecen finalmente mucho a los del equipo israelí : defender su tierra.

La cinta es larga y muy repetitiva. Cada etapa funciona de la misma forma : el contacto con Louis, el viaje hasta el lugar de la operación, la vigilancia del objetivo, la preparación, la ejecución, la huida. Entre los atentados se organizan comilonas. A veces suceden momentos de distracción como un día en la casa de la familia de Louis, bajo la autoridad del patriarca (Michael Lonsdale), quien juega entre familiaridad y amenazas y deja ir su huésped con conservas hechas en casa. O como los viajes sorpresa a Israel para ver esposa y bebe, o un viaje inesperado a Ámsterdam para una venganza personal. Ocurren unas fallas inesperadas en los dispositivos, o encuentros imprevistos, tal vez dispuestos por un Louis traicionero. 

Esta misma repetición que llega a cansar al espectador es la que cansa al personaje principal y lo lleva a sentirse utilizado para un proyecto político y ideológico que lo rebasa totalmente, a punto de estar invadido por una paranoia que envenena sus días y sus noches. El desgaste y el asco terminan en una escena difícil de soportar, en un montaje paralelo de los verdaderos sucesos de Múnich, que no se enseñaron al principio, y Avner tratando de exorcizar sus dudas y su hastío en un encuentro sexual cercano a la violación. Al borde del mal gusto. Era tiempo que la cinta terminara. 

Las intenciones de Spielberg, claras al principio, y aceptables política y moralmente, se diluyen en una acumulación de anécdotas, de escenas extremadamente violentas. Algunos momentos están muy bien logrados, con un suspenso muy bien construido. Pero son pocos momentos que sobresalen en una larguísima duración. 

Eric Bana no logra convencer, igual todo el tiempo, no expresa realmente ni convicción política, ni odio, ni fraternidad. Tal vez algo de miedo al final, cuando es presa de la paranoia. Los demás no tienen ninguna personalidad, y el espectador llega a casi confundirlos y no entender realmente cuál es el papel de cada uno, salvo tal vez Robert porque su oficio de construir bombas se ve claramente.

La pregunta era sin embargo clara : ¿Hasta donde hay que ensuciarse las manos para defender una postura política o ideológica? ¿ Se vale vengarse con violencia cuando se sabe que eliminar a un enemigo hará salir uno nuevo o más, como la hidra mitológica? ¿Es valido responder al terrorismo por un terrorismo decidido por el gobierno? Pero Spielberg no supo o no quiso entrar al terreno filosófico y se limitó a contar episodios sucesivos, como desde afuera, lo que acaba mostrando a los israelíes como exactamente iguales a sus enemigos, sin ninguna explicación de por qué ellos se sentían del lado bueno. Si la Operación Cólera de Dios empezó en 1972 y Spielberg estrenó su película en 2005, significa que unos treinta años han pasado, durante los cuales los palestinos finalmente lograron hacerse escuchar, cambiando toda la dinámica de la zona, y obligando a matizar los valores nacionalistas extremistas. Ahora el estado palestino existe: ¿las acciones que organiza contra Israel son terrorismo? Nada de eso aparece en la cinta. La cinta se queda en un tiempo inmóvil, que se llenó, por decisión política, con un rancor que propicia todo tipo de tráficos, manipulaciones, pagos y derivas, donde pierden los más comprometidos y ganan los más cínicos. 


Mahler ( Ken Russell, 1974)- 9/10


 Otro biopic de músico por Russell, menos descabellado, más equilibrado, tal vez porque la vida y la personalidad de su personaje fueron menos estrafalarios que Liszt o Tchaikovski. Una película llena de música, de naturaleza, y con algunas secuencias oníricas bastante interesantes.

Ficha IMDb

1911: Gustav Mahler (Robert Powell ) está camino de vuelta a Viena donde asumirá la dirección de la orquesta de la Opera, después de dejar la orquesta del Metropolitan Opera de Nueva York donde    Toscanini le hizo la vida imposible. Viaja en tren con su esposa de toda la vida, Alma (Georgina Hale). En cada estación, el tren se detiene, la gente se aglomera en el anden para verlo, darle flores, pedir autógrafos. En cada una, sube una persona a su vagón, se queda unos instantes y se va. La visita provoca recuerdos que van reconstituyendo la vida del compositor. Nada verdaderamente original en esta cinta que funciona, como tantas biografías, a modo de flashbacks sucesivos. 

El periodista Siegfried Krenek (Kenneth Colley), Max (Richard Morant) el amante de Alma, el medico (Andrew Faulds), permiten entender lo que fueron los aspectos tal vez menos gloriosos de la vida de un hombre que, deseoso ante todo de componer, pero necesitado de ganarse la vida dirigiendo, no dudó en pequeñas o grandes traiciones. 

Su situación de judío en una Europa profundamente antisemítica lo llevó a confrontaciones, humillaciones, pero también a una conversión al catolicismo que puede parecer muy oportunista. Su necesitad de silencio para componer lo llevó a tratar a su esposa como una sirvienta, y la convicción de su extraordinario talento le hizo despreciar totalmente los talentos de ella para la composición de una música más ligera.

A la vez protegido y perseguido por una familia muy impositiva : su padre Bernhard (Lee Montague), el tío (Benny Lee), el abuelo ( Arnold Yarrow), la tía Rosa (Miriam Karlin), encontró un guía más flexible e inspirador en la persona de Nick ( Ronald Pickup), que le enseñó la comunión con la naturaleza. 

La película no menciona los encuentros con Freud, otro ilustre vienés de esos tiempos, que aparecen en la cinta Mahler en el diván ( Felix O. Adlon y Percy Adlon – 2010), pero hace presente el psicoanálisis por medio de las secuencias oníricas : la primera y abertura de la cinta es el baile de una oruga envuelta que logra salir de su crisálida para ir al encuentro de una enorme cabeza de piedra representando al Maestro Mahler.  El reconoce que la crisálida es Alma. El encuentro con el amante de su esposa provoca el sueño de su propio entierro, vivo en su ataúd por la ventana del cual puede asistir a una procesión- baile con militares, con Alma bailando en ligeros sobre el féretro. La secuencia más larga es la transposición fantasmagórica de su angustia a la idea de confrontarse a Cosima Wagner (Antonia Ellis), decidora de las artes y heredera del legado de su esposo. Ella es quien tiene el poder de otorgarle la dirección de la opera de Viena. Hay que someterse a ella y a su ideología, según el mensaje transmitido por el Maestro de la Tetralogía: un baile antijudío, guerrero, blásfemo en varios niveles, en estilo de película muda que acaba en comedia musical. 

La perdida de su hermano Otto (Peter Eyre), la locura de su amigo el gran compositor Hugo Wolf (David Collings), la ruptura con su hermana Justine ( Angela Down), la muerte de la pequeña Maria a la edad de 5 años de escarlatina , son reales episodios traumatizantes para el compositor, cada vez más encerrado en si mismo, después de algunas aventuras amorosas resumidas en la cantante Anna von Mildenburg (Dana Gillepsie).

La cinta acaba en la decisión de Alma de quedarse con su esposo y en la llamada telefónica del doctor a Viena para preparar todo para los últimos días de Mahler. En efecto, morirá de una endocarditis unos días después de llegar a la capital austriaca. 

Comparada con a Lisztomania (1975) sobre el rock-star Franz Liszt o a The Music Lovers (Sinfonía Patética -1971) sobre el homosexual reprimido Tchaikovski, Mahler parece austero, casi sereno. El traje negro del compositor, su aspecto serio detrás de sus anteojos, sus declaraciones parcas y su carácter reservado, casi doliente, imponen un ritmo serio,   en escenas que no reúnen muchas personas. Los contactos con las multitudes exteriores son la responsabilidad de Alma. A Mahler se le reserva los espacios cerrados, aun si están en medio de la naturaleza como la pequeña cabaña en el lago.  Nunca se le ve dirigiendo, casi nunca en contacto con los admiradores. Al contrario, pide se cierren las persianas. Siempre rechaza el ruido exterior.

Si la cinta es en general bastante fiel a lo que fue la vida del genial compositor, tiene algunas invenciones : Max el amante de Alma es un resumen del pintor Kokoschka y del arquitecto Gröpius fundador del Bauhaus, el amigo de la niñez Nick es una figura del diablo,  musical seductor de niños como el flautista de Hamelin. ¿Cosima Wagner de verdad fue tan influyente en la Viena artística? Lo cierto es que Mahler niño sufrió abusos de su padre tabernero y golpeador, y que aniquiló la fuerza creativa de Alma . Dicha Alma que no se molestó en acumular los amantes y que fue, además de muy longeva (murió en 1964 a la edad de 85 años en Nueva York), brillante, culta. De no ser callada como lo fue por su esposo, simbólicamente mostrado con los velos que le cubren casi siempre la cara, seguramente hubiera producido obras muy interesantes. De ella nos quedan algunos lieder y una película sobre ella :  Alma la novia del viento (Bruce Beresford - 2001), como la llamaba Kokoschka. 

Ken Russell se da el lujo de citar a otros cineastas como Visconti de Muerte en Venecia (1971) delicada cinta a partir de la novela de Thomas Mann, que escondía a Mahler mismo detrás del personaje de Gustav von Aschenbach, fascinado por la belleza del adolescente Tadzio, en medio de una epidemia de cólera. La banda sonora de la cinta que utiliza el adagietto de la Quinta Sinfonía como leitmotiv significó el renacimiento del interés por la música de Mahler. También se reconocen a Groucho Marx, referencias a Buñuel, a Bergman. Russell se cita a si mismo y sobre todo, repite algunas de sus obsesiones sobre Wagner como codicioso, antisemita, lo que acaba en este baile erótico guerrero de una Cosima domadora de circo, dominatriz y nazi, blasfematoria del judaísmo, que transforma al judío Mahler en un caballero cristiano nibelungano nazi que come puerco y bebe leche en la misma comida.  

La música invade la pantalla, más que en las películas sobre músicos que Russell hizo para televisión (Prokofiev – 1961, Elgar – 1962, Bartok – 1965, Dance of the Seven Veils – 1979,  sobre Richard Strauss, y algunas más), y parece que la biografía fue más fuerte que el genio interpretativo, y discutible, del director que transformó las vidas de Liszt y Tchaikovski en bailes descabellados, irreverentes, al limite de lo grotesco. Aquí, parece que el director se metió en la cabeza del compositor, se puso a su servicio para ofrecer al espectador la música acompañada de posibles explicaciones o referencias, pistas de interpretación que se apoyan en las sesiones que este hizo con el Dr Freud. La cinta se siente empática hacia el compositor y sus sufrimientos, aunque sin concesiones y sin indulgencias para un hombre convencido de su superioridad. Convicción que la posterioridad justificó.


Saturday, November 21, 2020

The Devil All the Time (Antonio Campos, 2020) – 9/10

 Una América rural, profunda y gótica, obsesionada por el mal y el pecado, atormentada y criminal. Para dar escalofríos al mismo tiempo que fascina.

Ficha IMDb

Varias historias se desarrollan alrededor del mismo personaje hasta finalmente juntarse cuando este encuentra su camino. Se trata de Arvin Russell(Tom Holland). Su carácter y su actitud hacia la vida han sido preparados por su padre Willard (Bill Skarsgard) quien volvió traumatizado, en los años 50, de la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico donde se enfrentó a la refinada crueldad local. Se casó con Charlotte (Haley Bennett) quien se enfermó gravemente cuando el pequeño Alvin (Michael Banks Repeta) tenía nueve años. En una suplicación desesperada, Willard construyó en el bosque un espacio para orar, adonde llevaba a su hijo para interminables plegarias. Un tronco sagrado le servía de altar de sacrificios en la más pura tradición bíblica. Pero la madre muere y el padre no puede soportar la pérdida y se mata.

En el mismo periodo, una pareja diabólica, Carl (Jason Clarke) y Sandy Handerson  (Riley Keough ) recorre las carreteras de la zona, dándoles aventón a hombres jóvenes, para invitarlos a picnics seguidos de sesiones de fotografía y asesinato. Mientras tanto, Lee Bodecker( Sebastian Stan) el sheriff corrupto y clandestinamente homosexual de la zona, hermano de Sandy, esconde las evidencias, pensando en su propia próxima reelección. 

El predicador Roy Laferty (Harry Melling) domador bisexual de arañas venenosas y su compañero Theodore (Pokey LaFarge)  interpretan escenas escalofriantes para los fieles subyugados. Roy se casa con Helen Matton ( Mia Wasikowska)  y tienen una niña, Lenora (Eliza Scanien) pero Roy mordido por una de sus arañas pierde toda noción de la realidad y mata su esposa creyendo que podrá resucitarla. La niña es recogida por Emma( Kristin Griffith)) abuela de Alvin, quien educa a los dos niños juntos. 

Pero el extremo del horror proviene tal vez del nuevo pastor, el joven Preston Teagardin (Robert Patterson) de turbia belleza, quien dosifica a la perfección desprecio, culpabilizacion y seducción, y viola las jóvenes parroquianas, para después abandonarlas en la infamia de la maternidad soltera. Una de sus víctimas es Lenora quien acaba colgándose. Alvin mata al reverendo. 

Las víctimas ruegan a Dios, esperando de él consuelo, protección, esperanza. Los verdugos utilizan a Dios para cubrir sus bajos instintos. Dios está omnipresente. Dios está ausente. 

Todos están encerrados , limitados por sus deseos, por sus miedos, por su pobreza que los obliga a quedarse en este bosque, esas cabañas, en este Gótico sureño implacable y opresor. La voz off del narrador omnisciente es la des autor de la novela, Donald Ray Pollock, él que lo sabe todo porque inventó personajes e historia, pero también porque es originario de esta zona tan alejada de la civilización. El sur de Ohio, entre una ciudad con el imposible nombre de Knockemstiff y un pueblo llamado Cold Creek en Virginia, es un triángulo de las Bermudas donde las almas naufragan.  Es una zona que vive como en la Edad Media europea, cuando religión significaba rituales obsesivos, miedo a un diablo que podía esconderse en cada rincón, en cada persona, en cada animal, en cada pensamiento. Un diablo que había que exorcizar mediante rezos interminables, castigos físicos y confesiones. La cruz domina a todos, para aportarles una esperanza de protección, un ejemplo o un castigo. Símbolo ambivalente de bien y de mal, origen de perversión o de generosidad. 

El ambiente opresivo y rural recuerda a la obra maestra de La noche del cazador ( Charles Laughton - 1955) con Robert Mitchum y sus manos tatuadas “Love – Hate”, aterrorizando a su nueva familia con preceptos religiosos, en su diabólica búsqueda de un botín. 

Entre gótico sureño tipo William Faulkner y novela negra criminal, la cinta es propiamente terrorífica. En la sombra de un dios omnipresente, las acciones humanas toman el rumbo totalmente opuesto a lo que deberían ser. Este dios salido del antiguo testamento, que amenaza y castiga, parece lograr el resultado contrario y solamente permite que aflore lo peor de cada uno. Las diferentes tramas que unen a los personajes, a veces por un azar casi improbable, tejen una trampa en la cual todos caen, un día u otro, a pesar o a causa de sus buenas intenciones. 

La fe católica, más cerca de la austeridad protestante, hace caer en los personajes la responsabilidad de sus actos en el calculo del juicio final para ellos mismos y sobre todo para su prójimo , pero también en el destino de sus familias durante su vida. De ahí una necesidad de luchar contra si mismo, contra el otro, de despistar los intentos de Satán en cada uno, bajo la forma que sea. No hay escapatoria. La perversidad asecha. La fotografía encierra al espectador en el bosque, en la casa oscura, en el motel,  en el coche. Todos los espacios son lugares de crimen. 

Parece que esos hombres y mujeres que salen de la Secunda Guerra Mundial, ya saben intuitivamente que van a caer en otra, la de Vietnam, que los fantasmas que se han dejado en Europa y en el Pacifico están esperándolos en Asia. 


The Man from U.N.C.L.E. (Guy Ritchie, 2015) - 8.5/10

Nostalgia de las viejas series de espías, cuando la Guerra Fría dividía el mundo, cuando los héroes vestían elegantemente y bebían martinis. Pero todo con humor, con un guiño y mucha alegría.

Ficha IMDb

Como en la serie televisiva de 1964 y 1968, en esa época dorada en que se disfrutaba todavía la sociedad de consumo y la buena consciencia, antes de que la guerra de Vietnam, los hippies y los movimientos estudiantiles vinieran a sacudir el mundo, dos espías se ven obligados a trabajar juntos. El único problema es que Napoleón Solo (Henry Cavill) es agente de la CIA y Illiya Kouriakine (Armie Hammer ) del KGB. Dos mentalidades opuestas, dos estilos, dos culturas. El objetivo común de las dos agencias es evitar el uso de un arma nuclear por una organización criminal internacional. Misión clásica de un James Bond cuando los malos no son los estados sino mentes ávidas de poder o de dinero, que actúan afuera de cualquier marco oficial. 

Los dos asociados a la fuerza tienen un único contacto : Gaby Taller (Alicia Vikander), la hija de un científico alemán supuestamente desaparecido. Ella es obviamente un genio de la mecánica y una belleza.  De Berlín el trio llega a Italia, pasa por fiestas glamorosas, pistas automovilísticas, barcos, picnics. Hacen torpeza y media pero nunca pierden su capacidad de seducir y pelear. No puede faltar la mala muy mala y muy sexy : es la italiana Victoria Vinciguerra  ( Elizabeth Debicki), un personaje en realidad muy simplista y no muy útil como lo da a adivinar su bélico nombre .

Obviamente, todo termina felizmente en una escena final donde se revela la verdad del hombre que estaba detrás de toda la operación, la cabeza pensante que había pasado desapercibida : el hombre de U.N.C.LE.,  Alexander Waverly (Hugh Grant), que tenía que ser ingles para poder mantener a raya los dos espías enemigos-amigos. Todos están listos para que sigan las operaciones del nuevo grupo supranacional para el bien de la humanidad : United Network Control Law Enforcement. O sea U.N.C.L.E. 


El flegmatismo es digno de Ian Fleming, la puesta en imágenes es totalmente digna de la época, con su pantalla dividida y su ritmo de montaje jadeante. Como Kingsman:The Secret Service (Matthew Vaughn – 2014), la cinta alude, cita los clásicos del cine de espías, pero lo hace parodiándolos con una amable ironía. 

La música original, compuesta por Daniel Pemberton,  acompaña éxitos de los años sesenta y es un verdadero deleite, completamente en el ritmo loco de las aventuras de los dos míticos espías. 

Las locaciones, los coches, la vestimenta, los colores son un placer estético. Los ángulos de cámara sorprenden, sin que todo eso haga de la película sólo un bonito objeto superficial : un juego de flashbacks permite entender el mundo de cada uno de los personajes. 

En la serie original, Napoleón Solo era interpretado por Robert Vaughn e Illya Kuryakin era David McCallum, quien sigue con su lacio pelo rubio y sus ojos azules, actualmente como el medico forense de NCIS. 


Thursday, November 19, 2020

 Síndrome de Peter Pan, erotomanía o simple falta de madurez, una historia que podría ser la de muchos, frente a las dificultades de adaptación a la vida adulta y las responsabilidades. El resultado es una cinta divertida y triste a la vez, pero con mucha delicadeza.

Ficha IMDb

Mavis Gary (Charlize Theron) tiene unos treinta años, un perrito, un trabajo bastante interesante y un lindo departamento en Minneapolis. La cara triste de la moneda es que está divorciada, es un escritor fantasma y se está cansando de tener que escribir novelas para jóvenes adultos. En el fondo, se aburre. Cuando aparece en el grupo de correo de ex alumnos de preparatoria de su ciudad natal la foto de un hermoso bebe, todos los recuerdos vuelven. Este bebe es hijo de su amor de juventud Buddy Slade (Patrick Wilson) ahora felizmente casado con Beth (Elizabeth Reaser) otra exalumna. Las difusas frustraciones de Mavis han encontrado el punto donde concentrarse : si hubiera seguido con Buddy, ahora estaría feliz, tendría su vida soñada. Y, de hecho, hay que corregir este error. Así que mete su perrito en su cochecito y rueda, llena de esperanzas, de vuelta al pueblo de los orígenes 

Una estrategia perfecta, las frases exactas, el maquillaje y la ropa impecable producen el efecto deseado. Al menos en la cabeza de Mavis quien interpreta todo según sus deseos. Vuelve a encontrar los que fueron sus compañeros, lo que sí tuvieron una vida difícil, los que ella odiaba, los que la odiaron. Varios le muestran la verdad de quien era y de cómo se comportaba, pero Mavis sigue convencida de que ella tiene la razón, siempre la tuvo y que Buddy fue, es y será siempre el hombre para ella y ella la mujer para él. Las explicaciones claras de Matt Freehauf (Patton Oswalt), lisiado de por vida después de la golpiza que le propinaron sus compañeros de escuela por ser homosexual (lo que no es), la gentileza de la esposa de Buddy, nada funciona , 

Es que Mavis representa para el éxito para los que se quedaron en el pueblo : vive en la gran ciudad, escribe libros, es famosa, libre y rica. No ven que su nombre aparece sólo en la contraportada, que escribe por encargo y no saben que la franquicia está ya en el ultimo tomo. No saben que ha perdido contacto con sus padres, que su único amigo es su perrito, que repite las canciones de juventud en sus casetes y su departamento es un desorden asqueroso. Apenas si se atrevan a pensar que tiene un carácter insoportable.

En sus reencuentros con la gente y los lugares de antes, Mavis lleva todo al molino de su propia convicción, hasta el día en que la realidad es mas fuerte que la ficción que ella se creó, y la bomba de frustraciones, deseos y recuerdos dolorosos explota en el peor momento, enfrente de todos. La treintañera soñadora puede ahora volver a Minneapolis, con su triste perrito, su coche un poco golpeado, su libro terminado. Ya no es adolescente, ya no es “young adult ''. Ahora es un adulto completo, consciente de lo que ha perdido, por su propia culpa, y lista, tal vez,  para seguir con su vida de altos y bajos, de satisfacciones y frustraciones.

La eficacia de la cinta descansa principalmente sobre la actuación de Charlize Theron. ¿Cómo una mujer tan bella podría ser frustrada, fracasada, amargada? ¿ Cómo no podría tener al hombre ideal, el trabajo ideal si ya tiene el cuerpo, la cara, la elegancia? Todo. La noción de fracaso parece ser totalmente contradictoria con una mujer así. Fue una idea genial escogerla porque parece ser la antítesis del fracaso. Pero la capacidad interpretativa de la actriz permite ver no solo cambios según los momentos de la narración sino también cambios simultáneos como en capas : los ojos no dicen lo mismo que la sonrisa, el lenguaje corporal no dice lo mismo que la voz. La actriz camaleónica interpreta un personaje camaleónico. Como ya lo hizo en Monster (Patty Jenkins – 2003), Charlize Theron es capaz de modificarse, transformarse totalmente. La cinta insiste en escenas de maquillaje, peinado, selección de ropa, preparación para una aparición completamente ensayada, con diálogo escrito, modificado. No por nada Mavis es escritora : su trabajo consiste en imaginar personajes, los describe y pone palabras en su boca. Hace lo mismo con su propio personaje, el personaje de mujer exitosa, seductora, a quien nada ni nadie puede resistir, menos su amor de juventud, ni siquiera la realidad tranquila de una pequeña ciudad de provincia.

Juego de oposiciones entre el espejismo y la felicidad, glamour imaginado de la gran ciudad vista de lejos y placidez de la vida monótona, sencilla de la provincia, donde cada quien encontró su lugar, la cinta al mismo tiempo que da un mensaje de regreso a los valores tradicionales de una vida provinciana, llama al coraje de enfrentar la verdad de los fracasos y a la humildad de esforzarse con los pequeños éxitos diarios, sin vanidad pero con honestidad. Abandonar los sueños que lastimaron, no estancarse en los sueños y construir día a día una nueva realidad. 

La cinta podría parecer muy moralista, conformista, pero sabe presentar a sus personajes con mucho humor, con empatía para que nadie sea totalmente ridículo u odioso, ni siquiera su protagonista. Cada uno lucha contra sus propios demonios con sus propias pequeñas fuerzas. Hay mucha honestidad en todo eso. 

Wednesday, November 18, 2020

Memoirs of a Geisha (Rob Marshall, 2005) – 7/10


Muy bonita película, con una fotografía hermosa y buenas actuaciones, pero la historia, adaptada de una novela gringa es muy artificial.

Ficha IMDb 

En 1929, dos niñas campesinas de Japón, Chiyo (Suzuka Ohgo) y su hermana Satsu (Samantha Futerman) son vendidas por su padre. Llevadas a la capital, Kyoto,  las separan y Chiyo llega a una okiya , una casa de geishas. Ahí se enfrenta a la hostilidad celosa de la geisha Hatsumoto (Gong Li), la más apreciada del momento en las casas de té, pero también amante de Koichi (Karl Yune), a quien recibe a escondidas, en contra de todas las reglas de la casa y de la profesión. 

Chiyo, relegada al papel de sirvienta, ha perdido toda esperanza de poder reunirse con su hermana o de volver a su pueblo cuando se encuentra con un hombre rico,  presidente de una empresa de energía eléctrica, Iwamura Ken (Ken Watanabe), acompañado de una hermosa geisha, Mameha (Michelle Yeoh) ). Esta decide proteger y educar a Chiyo, volviéndose su “ hermana mayor” y dándole su nuevo nombre : Sayuri. (Zhang Ziyi). Administra sabiamente sus talentos y su belleza, así como su virginidad y hace de ella la geisha mas famosa y deseada del Hanamachi. Al punto que el mejor amigo del presidente, el señor Nobu ( Kôji Yakusho) se interesa de cerca a Sayuri. 

La secunda guerra mundial obliga a Sayuri a esconderse en el campo y la derrota japonesa que permitirá la vuelta de Sayuri a Kioto mostrará a todos que el tiempo de las tradiciones y su elegancia ha desaparecido para siempre. 

Se trata de la adaptación de la novela del escritor estadounidense Arthur Golden y corresponde totalmente al gusto y las ideas occidentales sobre el mundo de las geishas. La seducción, el misterio de estas mujeres, vistas por un ojo masculino y extranjero, permiten la construcción de seres casi divinos, perfectos , hechos para satisfacer las fantasías masculinas accidentales. La realidad de una vida de sufrimiento físico, moral y sentimental se trata en forma muy superficial . Parece más importante insistir sobre la guerra para ser la mas cotizada, sobre las luchas entre competidoras . No se habla claramente de un sistema de esclavización, donde la mujer debe pagar a su empleadora, donde trabajan doble o triple turno y, varias veces, deben simplemente prostituirse. En la cinta como en el libro, se trata d e un mundo glamoroso, de belleza , delicadeza y amor. Lejos del testimonio que de Inoue Yuki, verdadera geisha, verdadera japonesa, en sus memorias publicadas unos veinte años antes que la novela de Arthur Golden. 

La cinta, como el libro, funciona a base de erotismo suave y de exotismo fabricado. Las descripciones están perfectas : telas, salones, accesorios, peinados y maquillajes 

El reparto reúne grandes nombres que ya hemos visto en extraordinarias películas como El tigre y el dragón (Ang Lee- 2000) o La casa de los cuchillos ( Yimou Zhang - 2004)…. Chinas. Parece que, para un ojo occidental, no hay mucha diferencia entre japoneses, chinos o demás nacionalidades de por allá. 

Pero, hay que reconocerlo, la película es muy disfrutable por su gran belleza : a parte de la producción remarcable, las imágenes del barrio de la noche en Kioto, la lluvia y la noche sobre los techos, las callecitas y el reflejo de las luces, crean un ambiente mágico, estuche perfecto para la belleza irreal de estas mujeres, en particular Sayuri, tan extraordinaria que tiene los ojos azules. El agua, lo azul, la lluvia ,construyen el tema de la vida de una mujer que parecer flotar sin tocar realmente la vida cotidiana.  Todo eso construye una obra visualmente impecable, perfectamente fabricada, tan perfecta que no logra emocionar profundamente al espectador. Todo es demasiado dramatizado, demasiado calculado, en tiempos, sucesos, relaciones. Es un cuento de hadas tradicional, amigable y suavizado, donde la pobre niña acaba por entender que el hombre inaccesible que ha amado durante años también la amó desde el principio. ¡Lagrimas de cocodrilo! El preciosismo de la fotografía de Dion Beebe refuerza la sensación de que se trata de una maravillosa tarjeta postal de Japon hecha por un occidental lleno de clichés.

Pero queda que es visualmente agradable el exterior, aun si el contenido no vale mucho.




Tuesday, November 17, 2020

Le grand bain (Gilles Lellouche , 2018 ) – 8.5/10




De la depresión al éxito , gracias a una actividad sorprendente y mal aceptada socialmente. Una película para sentirse bien, divertida con sensibilidad, que alude a nuestros defectos, nuestras ridiculeces al mismo tiempo que vuestra capacidad de resiliencia. 

Ficha IMDb

Bertrand (Mathieu Amalric), en sus cuarenta años, ya no tiene trabajo desde hace dos años. No sabe muy bien si está en un estado de depresión. Tiene un cajón lleno de medicamentos que come a puñados en sus cereales, pasa sus días en el sofá con videojuegos. Ni su esposa Claire (Marina Foïs), ni su hijo (Guillaume   Cloud-Roussel) o su hija (Caroline Grant) le reprochan nada. Simplemente lleva una vida de vegetal. A veces pedalea hasta la alberca municipal, donde lo asaltan los gritos de los escolares. Hasta que un día ve en el tablero un anuncio para unirse al equipo local de nado sincronizado masculino que busca su séptimo miembro. Con su habitual falta de energía, decide ir. 

Y su vida cambia : tiene un objetivo para una noche a la semana, tiene compañeros con quienes estar, en el sauna o en el bar. Los escucha, habla un poco, se siente a gusto.

Como paréntesis, la cinta nos información sobre algunos de ellos. Simon (Jean-Hugues Anglade) sigue soñando con ser una estrella de rock, vive en su camping car, tiene el pelo larguísimo, sobrevive con un empleo de cocinero en la cafetería del colegio de su hija, Lola  (Noée Abita ), muy avergonzada por la situación. Marcus (Benoit Poelvoorde) tiene un negocio de albergas que no se venden. Va directo a la quiebra y se la pasa seduciendo mujeres y pidiendo dinero.  Thierry (Philippe Katerine) es el responsable de la alberca. Tímido, sueña con un gran amor. Cuando se automatizan todos los controles de la alberca, ya no sabe muy bien para qué está ahí. Avanish (Balasingham Thamilchevan), de Sri Lanka , habla un idioma que nadie entiende, pero sus intervenciones están aprobadas por todos. Laurent (Guillaume Canet) no sabe cómo comportarse con su tiránica madre (Claire Nadeau ) y acaba criticando a todos y todo mientras su hijo Romain (Mathieu Torloting) no logra escapar del tartamudeo.  La entrenadora Delphine (Virgine Efira) pasa las clases leyéndoles a Rainer-Maria Rilke y reviviendo sus recuerdos de un exitoso pasado profesional y amoroso, cuyo fin la precipitó en el alcohol. 

 Si cada uno tiene sus propios demonios internos, las oposiciones exteriores no faltan : críticas, risas, desprecio por parte del equipo de waterpolo, un deporte que sí es masculino, consejos protectores de la hermana de Claire,  Clem ( Mélanie Doutey) y prepotencia del cuñado Thibault (Jonathan Zaccaï) quien “generosamente” le propone trabajo a Bertrand en su mueblería. 

La instalación de una computadora que controla todas las funciones de la alberca conecta a Thierry con Google y con la existencia de otros equipos de nado sincronizado masculino , y de un campeonato mundial que tiene lugar en Noruega. La alberca, la entrenadora, las sesiones semanales, y la misma existencia del grupo, hasta la vida individual de cada uno, todo toma sentido. Hay que prepararse para participar. Hay que asaltar el supermercado para tener uniformes. Pero la ausencia repentina de Delphine los deja desamparados hasta que Amanda (Leïla Bekhti), la entrenadora de waterpolo los pone a sufrir desde su silla de ruedas con un entrenamiento digno de los Marines. 

La aventura terminará en Noruega después de un largo viaje en el camping car y del pánico al ver el alto profesionalismo de los demás equipos. Pero, como buen cuento de hadas, todo acaba bien : nuestros nadadores, feos y panzones, son la estrella de la noche, con su coreografía de alto nivel, su música d y efectos de luces deslumbrantes. 

Con un trabajo físico importante de parte de los actores que fueron entrenados por la ex entrenadora del equipo olímpico francés de nado sincronizado, Julie Frabre, la cinta tiene un realismo muy interesante : las sesiones de entrenamiento y sobre todo la presentación final del equipo están filmados en gran parte debajo del agua y muestran la fuerza y la precisión necesarias para lograr los efectos estéticos de esta disciplina muy exigente. 

Se pueden observar defectos en la narración como las escenas demasiado repetidas de las pesadas sesiones exteriores con la entrenadora Amanda, o una escena final cuyo triunfo parece sacado de la manga ya que nunca se vio la preparación de los efectos musicales y de luces. Al buscar un efecto sorpresivo se descuidó la coherencia. Es también cierto que el esquema general del relato es el comúnmente usado en las comedias : una línea positiva que va crescendo, interrumpida por un conflicto, accidente o separación, que se resuelve para acabar finalmente en triunfo. Todo para sentirse bien a pesar de los obstáculos. Una lección de optimismo para la vida. Sobre todo con las canciones que acompañan.

Entre risa y depresión, la cinta avanza siguiendo los altibajos anímicos de sus personajes, hombres normales rebasados por los obstáculos de la vida diaria, por los sueños perdidos, por la mirada de los demás. En ningún momento se trata con desprecio a los personajes y sus debilidades. Claro que se parece mucho a The Full Monthy (Peter Cattaneo – 1997) pero las condiciones de los personajes son diferentes. En la cinta inglesa se trataba antes de todo de la situación económica en una ciudad industrial reducida al desempleo por decisiones gubernamentales. Aquí se trata de condiciones interiores de los personajes cuyas vidas adultas no han funcionado como lo esperaban. Eso le confiere a la cinta una tonalidad más intimista y por ende más conmovedora, sin caer en lo lagrimoso o lo dramático. 


Monday, October 26, 2020

Trois jours et une vie (Nicolas Boukhrief, 2019) – 9/10

Entre tragedia social y noir belga, una historia de niños y vidas perdidas.

Ficha IMDb 

En un pueblo tranquilo en las Ardenas belgas transcurren las vacaciones de Navidad del año1999. Antoine Courtin, 12 años, (Jérémie Senez) se levanta temprano cada mañana para ver a su mama Blanche (Sandrine Bonnaire) antes de que se vaya a trabajar con su jefe, Andrei Kowalski (Arben Bajraktarai) quien pasa por ella en su camioneta. Después,  Antoine se reúne con su amigo Rémi de 4 años (Léo Lévy) y la chica de la que está secretamente enamorado, Émilie (Pauline Sakellaridis). Acompañan a la niña a hacer algunos encargos, pasan a casa del Doctor Dieulafoy (Philippe Torreton) para devolver un devolver un libro y tomar prestado otro : Antoine es un apasionado de medicina y sueña con ser médico.

Después los dos niños se meten al bosque cercano donde Antoine ha construido una cabaña con unas ramas caídas. Su gran proyecto es enseñársela a Emilie. En sus expediciones los acompaña el perro de Rémi, galopando atrás de la pelotita que le avientan.

Pero esta tarde a Antoine le espera una mala sorpresa al volver : la chica de sus sueños se está basando en una banca con el chico más popular del pueblo. Furioso y triste, Antonino le lanza la pelota al perro, sin ver que lo hizo en dirección a la calle. Y sucede lo inevitable : un coche lo atropella. Mientras el conductor, alcalde del pueblo (Yoann Blanc ) unos vecinos y Antoine contemplan asombrados al animal agonizando, sale el dueño, Michel Desmedt (Charles Berling), padre de Rémi y Emilie,  con su carabina y una bolsa de plástico negra ,dispara y mete el cadáver en la bolsa, que avienta encima del montón de ¡bolsas que esperan el camión recolector. 

Al día siguiente, Antoine esta destruyendo su cabaña cuando Rémi viene a molestarlo con sus preguntas Antoine, enojado con la vida, con Emilie y con el padre de Rémi, le avienta una rama, el chico cae, se golpea la cabeza en una piedra y queda inmóvil. Antoine no sabe une hacer, busca una solución. La única que encuentra es esconder el pequeño cuerpo en una hendidura del suelo entre rocas.

Y pasan los tres días de angustia, de investigación y de búsqueda. Ni la policía, ni los habitantes organizados en brigadas de búsqueda logran nada. Antoine toma somníferos de su madre y el doctor lo salva in extremis. Se detiene al Señor Kowalski por haberse visto su camioneta parada en el bosque. La noche después de Navidad, una tormenta de fin de mundo se abate sobre la región. Antoine y su mamá ven desde su escalera como el agua sube dentro la casa, como los árboles rompen las ventanas. La tempestad y las ráfagas son tan fuertes que no parecen reales. Al día siguiente, el pueblo es zona de guerra y el bosque está medio deforestado. Se abandonan las búsquedas del pequeño.

Quince años después, Antoine (Pablo Pauly) viene a pasar unos días con su mama antes de partir para una sino en Egipto. Ha realizado su sueño : es médico. Una pequeña fiesta está organizada en honor al doctor quien se retira, quedando el pueblo sin médico. Ahí asiste Emilie (Margot Bancilhon), ahora libre de novio y deseosa de quitarse la comezón del viejo amor de niños. La trampa está lista para atrapar a Antoine. La explotación del bosque se reanuda y se encuentra el pequeño cuerpo de Rémi con un cabello encima, probablemente de su asesino. Nada más falta esperar que aparezca en el sistema el mismo ADN. Emilie , embarazada amenaza a Antoine con una prueba de paternidad, Solo le queda a este casarse y acepar la consulta del doctor, quien, desde el intento de suicidio, entendió todo

Algunos años después, en otra noche de Navidad, Antoine, con esposa, niño y madre, recibe un extraño regalo del Señor Kowalski ; el reloj que había perdido en el bosque. Ese día, detuvo su camioneta porque lo vio salir del bosque ese día, le contó a su mama y todos se callaron. 

Una vida entera de silencios, para proteger a un niño en realidad inocente del accidente que le costó la vida a su amigo. Un adulto que paga con su sueño su involuntario crimen de niño, su momento de enojo. 

Como si no hubiera pasado nada, solo se perdieron tres días de búsqueda, y una vida completa . Por una pobre historia de amor y celos infantiles.

Las interpretaciones delicadas, discretas, de los adultos que saben, que entendieron, que protegen sin decir nada, son un gran hallazgo de esta película que hace un poco pensar en los hermanos Dardenne o en un Claude Chabrol sin ironía. Una historia callada como los grandes bosques en la frontera entre Francia y Bélgica. Una prueba de amor que nunca se delató. Una tormenta natural que vino a exteriorizar la tormenta emocional vivida por un niño incapaz de manejar o de expresar lo que le pasó. 

Esta pequeña película conmueve y deja un sabor nostálgico de un mundo provincial, alejado de preocupaciones modernas y todavía cercano de profundos y silenciosos valores humanos, donde el castigo, por ser invisible a la mayoría, no deja de ser implacable.