Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Wednesday, March 25, 2020

El silencio de la ciudad blanca (Daniel Calparsoro, 2019) – 6.5/10

Una buena historia de suspenso, un poco convencional, ligada a la historia y los monumentos de la ciudad de Vitoria en el País Vasco. Es la adaptación de una novela de Eva García Sáenz de Urturi, que ha sido muy exitosa en España

Ficha IMDb

En la ciudad de Vitoria – Gasteiz reaparecen los cadáveres : se trata de un joven y una chica de 20 años, desnudos, en la cripta de la Catedral. Poco después aparecerá otra pareja en la Casa del Cordón, otro lugar emblemático de la ciudad. Y después, otra pareja debajo de la plataforma de la Virgen durante la procesión de la Virgen Blanca. Cada vez una diferencia de 5 años en la edad de las victimas, lo que viene a completar una lista de crímenes parecidos hace 20 años. Para esos crímenes se condenó al arqueólogo Tasio Ortiz de Zarate (Alex Brendemühl) quien está a punto de salir de prisión. Otro punto común es la presencia de abejas como arma de muerte y de uneguzkilor, flor de cardo, sobre las partes sexuales de los cuerpos.

Alba Díaz de Salvatierra (Belén Rueda) vuelve a la ciudad de sus principios, acompañada de su esposo el periodista Mario Santos (Manolo Solo), para trabajar con el inspector Unai López de Aya (Javier Rey),  apodado Kraken no se sabe por qué, ayudado de la joven Estibaliz Ruiz de Gauna (Aura Garrido) .

Todo pasa muy rápido, los descubrimientos se suceden, siempre en lugares y momentos constitutivos de la identidad de la ciudad. Se hace referencias a la mitología alavesa, o sea vasca . Álava es una de las tres regiones que, con Vizcaya y Guipúzcoa, constituyen, la comunidad autónoma de Euskadi. Curiosamente en esta cinta, cuya intriga es tan ligada a las raíces profundas de la región, nadie habla vasco. Eso contribuye a una cierta impresión de falsedad, de una historia pegada pero no integrada a su entorno.

El suspenso se diluye al dar a conocer muy pronto la identidad del asesino. De tal forma que el interés de la búsqueda de un asesino en serio, súper inteligente y casi artista, tipo Se7en (David Fincher - 1995) se pierde totalmente. El motivo de su venganza, que acaba siendo el elemento dominante del suspenso, no está profundizado . El papel de presunto culpable de la primera serie de asesinatos, tipo Aníbal en El silencio de los inocentes (Jonathan Demme - 1991), se ve reducido a unas cuentas visitas para destilarnos unas cuantas informaciones.

Con todo eso y una relación entre los dos personajes principales que no tiene mucho sentido, pero permite unos encuentros nocturnos de corredores y algo de sexo, el resultado es un poco aburrido por falta de verdadera originalidad, sea en la historia misma, en el estilo cinematográfico o en las interpretaciones.

Tuesday, March 10, 2020

The Invisible Man (Leigh Whannell , 2020) – 8.5/20

Entre ciencia ficción y abuso matrimonial, esta cinta funciona sobre todo como historia de suspenso y miedo. La cámara sabe provocar el miedo y la protagonista se defiende con valor y talento.

Ficha IMDb

En una noche silenciosa, Cecilia Kass (Elisabeth Moss) huye de su magnifica casa aislada a la orilla del Pacifico y de su esposo Adrian Griffin (Oliver Jackson-Cohen) después de darle algunas pastillas para mantenerlo sedado. Logra escapar gracias a la ayuda de su hermana Emily (Harriet Dyer) quien la lleva a vivir a casa de un amigo policía, James Lanier (Aldis Hodge) y su hija adolescente Sydney (Storm Reid). Durante días Cecilia debe luchar contra la agorafobia, pero poco a poco se recupera, sobre todo cuando aprende el suicidio de su esposo. Su cuñado Tom (Michael Dorman) la pone al tanto de las condiciones de la herencia. La vida puede volver.

Pero Cecilia empieza a percibir una extraña presencia en la casa y se convence de que su esposo, genio en óptica, ha encontrado la manera de volverse invisible. Objetos aparecen o desaparecen. Extraños incidentes se multiplican, explicables solamente si el esposo sigue vivo. Sin embargo, nadie cree a la viuda y se empieza a pensar que se vuelto loca, lo que permitiría al hermano del muerto recuperar la fortuna del muerto.

En un ritmo que no decae en ningún momento, la película nos lleva de los indicios sutil a la visión cada vez más clara del cuerpo del hombre invisible. Si, en las primeras apariciones sabemos y vemos más que la protagonista, poco a poco nuestras visiones se van emparejando hasta el momento en que ella ve más que nosotros, ya que ha aprendido a esconderse tal y como lo hacia su acosador. En la secunda parte, la visibilidad de la ficción le quita algo de terror y la cinta se vuelve más tradicional.

 Historia de acoso, de mujer victima, encerrada , que organiza su escape como en Durmiendo con su enemigo (Joseph Ruben - 1991), la cinta funciona como muchas narraciones sobre venganzas o empoderamientos de mujeres que luchan para deshacerse de sus esposos depredadores. Esta temática propicia en sí ya bastante suspenso, que puede transformarse en terror ya que los señores en cuestión no aceptan fácilmente sentirse desafiados por la que quieren a sus ordenes.

Pero, a esta temática feminista y tristemente realista, Whannell sobrepone la temática de ciencia-ficción de la novela de Herbert George Wells, publicada en 1897, adaptándola a una situación social actual. Lo que era una invención química es ahora un progreso de la física, más precisamente la óptica. El personaje dotado de este poder lo usa a fines meramente egoístas y malvados, como en la novela y las adaptaciones anteriores.

Sin embargo, a pesar del titulo, la historia contada en esta cinta no es la del hombre invisible, sino la de la mujer, en su camino de resurrección, de recuperación personal. Como todas las víctimas de un esposo abusivo, debe primero encontrar la fuerza y los medios de escapar, y después la fuerza para superar su propia historia y construirse una nueva vida. Con la anexión de la novela de Wells, se le dificulta aun más a Cecilia todo este trabajo de reconstrucción. La “reaparición invisible” del esposo es real, pero es también la metáfora del miedo, del dominio y la subyugación , tan profundos que ejercen los esposos abusivos sobre sus esposas, y siguen ejerciendo como una huella marcada en ellas. Permite también que se prolongue esta situación vivida por las víctimas de no ser escuchadas , porque se les considera como locas, o simplemente mentirosas.

El esposo de Cecilia es dotado de una inteligencia superior. No se ve invadido por un extraño talento que lo vaya transformando poco a poco en una criatura medio humana, medio monstruo, y al que no puede escapar mientras lo va destruyendo o, al contrario, le permite ejercer su melomanía de científico loco. El ha desarrollado su talento sobrehumano, y lo usa voluntariamente para destruir, para acabar de destruir la que ya era su víctima y trató de escapar. La persigue con su violencia física y psicológica, ahora mucho más implacable gracias a la invisibilidad.  

La dirección de actores y las decisiones de fotografía llevan al espectador a observar con atención la pantalla , buscando como la protagonista donde está la amenaza . Planos fijos que se mantienen mucho tiempo sobre un espacio vacío, un rincón, una ventana . ¿Hay alguien ahí? Lo peor puede saltarnos encima. Las escenas filmadas desde el punto de vista del acosador , del voyeur, nos han dicho que sí existe, que sí actúa. ¿Dónde está? Una de las escenas más espeluznantes es el imperceptible vaho junto a la oreja de Cecilia…. Lo vemos, ella no, pero algo en ella le dice que algo la amenaza.

La casa, forma moderna del castillo gótico,  en la cual empieza y acaba la cinta es una extensión del talento de su dueño, Con un diseño minimalista, impersonal,  deja todo el lugar a la tecnología de automatización domestica. Es uno de los medios que le permiten a un esposo controlar a su esposa. Los planos fijos de la primera secuencia, oscuros, con encuadres sorprendentes que no dejan distinguir los lugares, crean espacios de vigilancia, presencias invisibles. En esta casa, Big Brother observa sin descanso. Al final de la historia, esta misma tecnología es usada para la protagonista para vencer definitivamente a su verdugo.

Una novela clásica del terror, un poco simplista en las adaptaciones anteriores, se ve ahora modernizada y utilizada con maestría para expresar el miedo en que viven muchas mujeres. Servido por una gran actriz, extraordinariamente real y autentica en su expresión del miedo insidioso que toma posesión de alguien al saberse sin recursos frente a un poder masculino que usa de todas sus armas y con toda su mala fe.

El hombre invisible cobra un nuevo sentido, es el mal machista que la sociedad no quiere reconocer. Pavor justificado o paranoia, Elisabeth Moss lo transmite con un talento enorme y nos hace temblar de empatía con ella. El acoso se siente aun cuando no se ve.

Thursday, March 5, 2020

Jojo Rabbit ( Taika Waititi, 2019) – 5/10

Una cinta que no sabe bien cuáles son sus intenciones y busca varios caminos sin lograr a explotar realmente ninguno. La historia no es realmente divertida ni coherente y parece ser más bien un pretexto para que el director haga el payaso.

Ficha IMDb

En lo que parece ser los últimos meses de la segunda Guerra mundial, en una ciudad pequeña de Alemania, un niño de diez años vive su entrada a las Juventudes Hitlerianas.  Jonathan Betzler  (Roman Griffin Davis) es el hijo único de una mama no muy presente, Rosie (Scarlett Johansson) y de un papa aparentemente exiliado voluntario en Italia, considerado desertor por el régimen. Otro ausente es la hermana mayor, Ilde, muerta hace algunos años. Para darse ánimos en las dificultades de la vida cotidiana, Jojo cuenta con un amigo imaginario,  Hitler en persona (Taika Waitit). Tiene también un amigo real, Yorki  (Archie Yates ), el clásico gordito de lentes .

Las actividades de entrenamiento se desarrollan en el bosque, bajo las ordenes del capitán Klenzendorf (Sam Rockwell) y su ojo de vidrio, su ayudante y admirador Finkel (Alfie Allen ) y una impresionante instructora muy apegada a las reglas, Fraulein Rahm (Rebel Wilson). Curiosamente, hay chicos mucho más grandes, fuertes y experimentos en las artes combativas y el pobre Jojo no se siente a la altura. Cuando le exigen torcerle el cuello a un lindo conejo blanco, igual de frágil que él, no puede y se gana las burlas y el apodo “Jojo Rabbit” .  Pero su amigo invisible acude a salvarlo y, tras una galopada homérica en el bosque, Jojo vuelve con el imperioso deseo de mostrar su valor, lanza la granada del instructor y… acaba en el hospital.

Durante su tiempo de convalecencia y a solicitud expresa de su mama, el capitán K. le confía tareas “cívicas” que lo llevan a explorar la ciudad. Sus estancias solitarias en el domicilio familiar lo conducen al ático donde descubre una adolescente escondida, Elsa (Thomasin McKenzie). Poco a poco la relación se establece entre los dos, primero con curiosidad y después con algo de complicidad. Las ocupaciones subversivas de la madre acabarán en su muerte, y en una visita de la Gestapo. Pero, sorprendentemente, el capitán K. , ahora bueno, salvará a la niña valiente. Cuando llegan los americanos a “liberar “ la ciudad, Jojo escapa de poco al fusilamiento sumario, otra vez gracias al buen capitán y vuelve a la casa para salvar a la niña judía.

La cinta empieza bien, con buen ritmo, mucha ironía, y bastante ternura, maternal y entre amigos “diferentes” : el miedoso y el gordito cuatro-ojos. La presentación del equipo a cargo del grupo de Juventudes Hitlerianas es bastante divertida, pero empieza ya a caer en lo ridículo y poco creíble : un nazi sin corbata, con uniforme descuidado. La critica, el sarcasmo, si quieren ser eficientes, deben basarse en situaciones reales. El escape mental de Jojo con su amigo Hitler funciona bastante,  al ser una fuga en el espacio del bosque y en la fantasía feliz. Jojo ha encontrado una solución para enfrentar el problema, para sentirse valiente y fuerte frente a los chicos del grupo.

Pero a partir de ese momento, la cinta pierde sentido, ritmo y equilibrio. Acumula escenas, algunas tiernas como el paseo en bicicleta con la mama, algunas divertidas como los consejos de Hitler frente al encuentro con esa cosa rara que es una niña, además mayor que él, además escondida, y judía. Las imágenes son lindas, los niños adorables, los adultos ridículos. Pero algo no cuaja. Ninguna escena es realmente cómica, aunque trate de serlo como los “Heil Hitler” repetidos durante la visita de la Gestapo y las apariciones sucesivas del teniente y de la niña convertida en la hermana mayor de Jojo. Tampoco son realmente conmovedoras, como Jojo viendo a su mama entre los colgados de la plaza central, o la mentira suicida del capitán.

Es que nada es creíble, todo suena falso. Los soldados aliados no arrestaban a los niños, la Gestapo no podía ignorar la muerte de Ilse. Un niño no hubiera podido vivir solo en su casa . ¿Cómo Jojo y su mama llevan una relación separada con la misma Elsa? La actitud de esta, al darle a Jojo los elementos para su investigación sobre los judíos, carece totalmente de sentido, o de juego actoral que explique esa actitud al segundo nivel. Además, la niña parece muy tranquila en su escondite. La cinta no tiene siquiera fuerza como melodrama con moraleja anti-odio : todos somos iguales y debemos amarnos.

Y lo peor considerando el tema principal : un niño teniendo a Hitler de amigo imaginario, las apariciones de este amigo se vuelven cada vez mas irregulares y gratuitas.

Hasta se siente que todo es un cuento, que todo pasa en la cabeza del personaje, porque no hay conexiones posibles con un mundo real. La caracterización de los personajes adultos va en ese mismo sentido. La madre con su ropa de colores vivos y sus sombreritos puntiagudos, la instructora alemana gorda, el teniente desaliñado, están en el mismo nivel de farsa que este Hitler bailarín, afeminado y gesticulante.

La sensación de malestar provocada por la cinta es la misma que en La vida es bella de Benigni (1997). Curiosamente, en los dos casos, un director construye toda una historia alrededor de su propio personaje. Utiliza la narración y sus personajes secundarios para organizar pretextos para sus apariciones y sus números de payaso. El uso de canciones modernas va también en este sentido,  con una estética del collage gratuito.

El resultado es una cinta desordenada, desequilibrada, que no sabe adónde va y para qué sirve. ¿Una película para adultos que pretende ser para niños? Muy decepcionante.