Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Monday, March 20, 2017

Split (M. Night Shyamalan , 2016) – 8.5/10

Una excelente historia de suspenso sumada a una excelente trama psicológica y una magnifica interpretación. Vuelve el director que nos fascinó con El sexto sentido (1999) y La aldea (2004) 

Ficha IMDb

Todo empieza como las acostumbradas historias de suspenso y secuestro. Un hombre se lleva a tres adolescentes, Claire (Haley Lu Richardson), Marcia (Jessica Sula) y Casey (Anya Taylor-Joy), en un estacionamiento, después de deshacerse del padre que los acompañaba al salir de la  fiesta de cumpleaños de una compañera de clase. Pero este hombre, Dennis (James McAvoy parece extrañamente obsesionado por la limpieza. Y una de las chicas fue invitada solo porque todo el grupo iba  a ir y no se la quiso hacer de lado. Con eso ya se dibuja el tipo de relación que puede existir entre esos cuatro personajes, por el momento aparentemente protagónicos.

Pronto las prisioneras se encuentran en un búnker subterráneo. Lideradas por Casey, cada una va a proponer o adoptar estrategias diferentes frente al secuestrador: algunas se voltearán en contra de ellas, pero poco a poco, Casey enseñará su superioridad y una inteligencia particular de la situación. Su experiencia de niña, en dramáticos flash backs, explica porque la situación de abusada le recuerda estrategias de defensa. 

En el subterráneo sin embargo, se presentan otras personas para atender a las víctimas: Patricia, una mujer ya mayor, Hedwig, un extraño niño de nueve años con cuerpo de adulto. Todos se están preparando para la llegada de “la bestia”. 

Paralelamente, una psiquiatra experta en trastorno de identidad disociada.,  la Dra. Karen Fletcher (Betty Buckley), recibe en su consultorio a un talentoso joven diseñador de moda, Barry. Ambos saben que es una de las veintitrés personalidades que protegen a Kevin Wendell Crumb, quien fue un niño abusado por su padre. En los últimos días esta personalidad, aparentemente estable en su vida gracias al tratamiento, ha estado enviando mensajes a la doctora para avisarle de la inminente llegada de una nueva personalidad, mucho más peligrosa. 

Mientras Casey trata de manejar a las diferentes personalidades que se turnan en el sótano, la doctora trata de utilizar las personalidades protectoras de Kevin para evitar que emerja esta personalidad numero veinticuatro, más poderosa y visceral que podría poner a todas las anteriores en peligro.

Como en todas las cintas de suspenso, todo acabará en una larga escena de confrontación La victima más resistente, figura del bien, podrá subyugar a su enemigo, figura del mal, en un duelo donde usará del apoyo de la psicóloga y de la palabra mágica que esta le dejó: el verdadero nombre del niño abusado, talón de Aquiles de la bestia, personalidad primaria y verdadera. 

La cinta se desarrolla siguiendo tres puntos de vista diferentes, cada uno aportando información particular de y a su personaje. Dos son en realidad ex niños abusados, actuando desde una sensibilidad impulsiva, mientras la tercera es una figura maternal, inteligente, expresando y explicando desde un punto de vista reflexivo lo que está pasando. Lo que da profundidad y complejidad a todo eso es que el punto de vista de Casey se divide entre sus recuerdos de niña víctima y las lecciones que de ahí puede sacar la victima adolescente. Y el punto de vista de Barry, Dennis, Patricia, Hedwig son barreras para proteger al niño victima Kevin, conscientes de su fragilidad, razón por la cual se preparan a recibir una personalidad mucho más fuerte, la bestia. La niña Casey y el niño Kevin han desarrollado cada uno una estrategia para sobrevivir. Cada uno ha encontrado una forma para poder crecer y construirse una personalidad a pesar de los abusos sufridos en la infancia.

Shyamalan supo construir muy bien su narración, empezando con una situación banal en cintas de suspenso, para irle agregando elementos de terror, y elementos de racionalidad, que le permiten al público sentir empatía para con las víctimas y reconocimiento para la doctora quien explica, entiende (en todos los sentidos de la palabra), y acompaña tanto a su paciente, como al espectador.

Como en otras buenas cintas del director, casi al final de la historia, se produce un giro dramático que acelera la tensión, aumenta el miedo. Pero no es más que la resolución lógica de todo lo que había pasado, la conjunción de todo lo que se sabía, para producir la explosión final de la cual solo puede salir una resolución. La mente dirigió todos los sucesos. Solo la mente puede acabar con ellos.

Porque la mente, como lo explicó  la doctora en una conferencia, manipula y utiliza el cuerpo, lo transforma según sus propias necesidades. El mismo cuerpo, ocupado por personalidades diferentes, actúa de forma diferente, sufre, siente, se ve, de forma diferente.

El resultado es fascinante intelectualmente porque permite entender algo de un trastorno sumamente intrigante. También visualmente porque las transformaciones de McAvoy, frente a la cámara, sin ningún apoyo de maquillaje o efectos especiales, son prodigiosas, muestra de un gran talento hecho de miradas, de cambios de voz, de expresión corporal. 

Todos los personajes tienen algo que de cierta forma captura si no la simpatía al menos un interés compasivo. Porque hay en todos una honestidad en su lucha personal. 
Betty Buckley no sorprende en este papel de apoyo a un joven abusado ya que fue la maestra que ayudaba a Carrie, en la extraordinaria cinta de Brian de Palma (1970)

Sunday, March 19, 2017

Au bonheur des ogres ( Nicolas Bary , 2013) - 5.5/10

Adaptación la complicada, genial, loca, novela de Daniel Pennac, la primera de una gran saga familiar, esta cinta, divertida, no le llega al tobillo a la novela (1985). Con razón Pennac tardó tanto en ceder los derechos. 

Ficha IMDb

La familia Malaussène no es una familia, es una tribu. Viven amontonados y desordenados todos los hijos de una misma madre con distintos padres, quien viene a depositarlos al cuidado del hermano mayor Benjamin antes de ir a procrear otro bebe con otro hombre. En la tribu, cada uno tiene un talento, a veces muy extraño. Pero todos conviven, comen, duermen, algunos trabajan, otros estudian, cada quien obviamente en función de su edad. 

Benjamin (Raphaël Personnaz) asume la responsabilidad de la familia , gana bastante bien su vida como consejero técnico de un gran almacén, uno de esos que fueron fundados en el siglo XIX, como Harrods en Londres, Le Printemps, La Samaritaine, en Paris, todos siguiendo el modelo creado con Le Bon Marché, ideado por Aristide Boucicaud en 1852. Esta nueva forma de vender revolucionaria sería continuada por su esposa Marguerite, y descrita y analizada en una de las novelas de Emile Zola, Au Bonheur des Dames (1883).

Daniel Pennac, maestro de literatura, no olvida sus clásicos y hace una referencia clara en el título de su novela. Al mismo tiempo que retrata algunas maniobras capitalistas de manipulación del cliente, introduce unos elementos policíacos e históricos terroríficos.

Maniobras capitalistas porque el trabajo real de Benjamin es de chico expiatorio. Cada vez que un cliente sube a la oficina de reclamaciones, se le llama a Benjamin quien recibe en presencia del cliente una reprimenda espantosa, con amenazas de despedirlo, quitarle del salario el precio de la mercancía, con humillaciones y desprecios ,que llevan a pobre cliente a desistir de su demanda. 

La fantasía deschavetada de la profesión del hermano mayor, aunada a sus talentos de narrador , llena de felicidad a los más chicos , para quienes adapta los incidentes diarios y los convierte en magnificas historias para la ahora de dormir, mientras Thérèse ( Armande Boulanger) )  las escribe a máquina , al mismo tiempo que predice el porvenir para todos. Los hermanos escuchan y reaccionan cada quien a su manera: Jeremy ( Adrien Ferran ) en secundaria, obyecta con groserías, y Le petit ( Mathis Bour)  dibuja ogros, lo que obviamente va a preocupar a su maestra. 

En la víspera de Navidad, la vida normal del almacén se ve perturbada por una primera explosión, que será seguida por varias otras, cada una cobrando como víctima a un hombre. Llega la policía, en las personas de los inspectores Carrega( Thierry Neuvic) y Coudrier (Marius Yelolo) .

 Pero Malaussène lleva su propia encuesta ayudado por una cliente ladrona y periodista, apodada Tia Julia (  Bérénice Bejo ), como todas las amantes pasajeras de Benjamin, lo que evita las fallas de memoria , y les da un nombre familiar y que el amado babeante y asquerosamente sucio , y epiléptico, perro de la familia se llama Julius . Como se ve, la familia tiene su propia lógica de funcionamiento. Que marcha bastante bien. Total que Tia Julia, hermano mayor, niños se entregan a la investigación, ayudados por Stojil ( Emir Kusturica),  un vigilante nocturno de origen polaco que es a la vez los ojos y la memoria del almacén. 

Descubrirán la identidad de las víctimas, lo que las une, quien las une, y por consecuencia quien es el culpable. 

Y es ahí donde el espectador –lector de Pennac queda definitivamente muy, pero muy decepcionado. A una trama histórica complicada y terrible, Nicolas Bary sustituya una intriga psicológica-familiar de niño avergonzado por su padre y que trata de saldar cuentas con una memoria que lo perturba. 

Así, de la misma forma que Bary no supo manejar la locura funcional de la atípica familia Malaussène et de cada uno de sus miembros, no estuvo a la altura de la historia contada, ni de la forma en la que la cuenta Pennac. No queda nada de la complejidad de los personajes, de la variedad de sus discursos, de las reflexiones de benjamín, padre de una tribu sin haber tenido tiempo para vivir su propia vida de soltero, responsable y totalmente perdido, rebasado y feliz, interpretando la vida a base de juegos de palabras. 

Se canceló casi totalmente el mundo abigarrado de Belleville, barrio parisino popular babélico donde se mezclan todas las culturas y orígenes. Si se agradece la resurrección, aunque artificial de La Samaritaine, este almacén de varios edificios junto al Sena, cuyo lema era “Todo se puede conseguir en La Samaritaine”, hay que lamentar que el director haya privilegiado un ambiente ligero, fantasioso, edulcorado, tal vez para gustarles a todo tipo de público, como una fantasía navideña, llena de bonitos sentimientos  

Ningún actor este a la altura de las creaciones de Pennac, salvo talvez la hierática Isabelle Huppert en el papel de la Reine Zabo, editora de libros que contrata a Malaussène para desanimar a los que se creen autores y cuyos manuscritos rechaza. Su personaje se volverá muy importante en una de las novelas siguientes de la saga.

Para Pennac se necesitaba a un Wes Anderson, quien asume totalmente la locura de sus personajes y sus aventuras, hasta el peor humor negro, la máxima ridiculez, y los acompaña con un talento visual sin límites hasta sus extremos. 

Aquí mucha felicidad, pocos ogros, mucha decepción. 

Florence Foster Jenkins (Stephen Frears, 2016) - 7.5/10)

Inspirada en el mismo caso real que Marguerite (Xavier Gioannoli - 2015) esta cinta quiere ser una biografía centrada en los últimos años de la peor cantante de ópera, cuando la película del francés era más bien una transposición en el Paris de la Bella Época, con una extraordinaria Catherine Frot.

Ficha IMDb

Florence Foster Jenkins (Meryl Streep), rica heredera neoyorquina (1868-1944) organizó toda su vida alrededor de la música. Dio a manos llenas dinero para conciertos, fundaciones, funciones caritativas. Sin embargo,su profunda convicción era que ella misma tenía un enorme talento para el canto, cuando en realidad estaba totalmente desafinada. Pero el dinero manda y todos obedecen. 

La cinta de Frears se centra en el año 1944, cuando Florence toma la firme decisión de presentarse en público, un público real y amplio, el de la sala Carnegie en New York. Hasta ahora, le había bastado presentarse frente a una audiencia reducida, de amigos, y gente interesada en su dinero, cómplice al mismo tiempo que discretamente burlona, como compartiendo un secreto a voces. Esta vez el desafío es grande y Florence quiere prepararse seriamente. Contrata a un joven pianista, Cosmé McMoon (Simon Helberg) y un profesor de canto de altura, John Totten (Allan Corduner) quien trabaja con la Opera de Nueva York. Todo obviamente bajo la organización generosa, paciente y siempre sonriente de su esposo St Clair Bayfield,(Hugh Grant) , quien sufre un poco de la misma distorsión autocritica : es un actor elegante , aristocrático e inglés, pero malísimo. El trio comprensivo recibe el apoyo de la mucama, Kitty (Brid Brennan)   quien cuida a Florence cuando su esposo sale a pasar las noches con su amante, la bella y joven Kathleen Weatherley (Rebecca Ferguson). 

Los detalles de la vida íntima de la pareja dan, poco a poco, elementos sobre la realidad de Florence Foster Jenkins, llena de sufrimientos desde su niñez. Desde su padre que no la dejó estudiar música, hasta el esposo que tuvo muy joven y le dio una enfermedad de transmisión sexual, incurable, que la va agotando día a día, Toda su vida aparentemente superficial y egoísta es en realidad un acto diario de valor, una lucha constante contra un cuerpo que la traiciona: es frágil, calva, hinchada . Necesita un apoyo constante. 

La protección que le da su esposo es inquebrantable y sobre todas las frentes, desde los artículos que paga en la prensa, los silencios que compra, las flores que hace entregar. Todo para mantener la ilusión y la felicidad de su amada. Porque la ama, profundamente, en una relación matrimonial donde el sexo es excluido por culpa de la enfermedad sexual y de la debilidad física de Florence. Pero el amor está ahí, inmenso, platónico, amistoso. 

Es donde Hugh Grant es realmente grandioso y casi le quita el protagonismo a Meryl Streep. Ella interpreta su papel con su habitual enorme talento pero se le podría reprochar ciertos excesos. Su Florence es ligeramente demasiado inocente y ridícula. Provoca la risa por sus actitudes de niña mimada, pasada de peso y mal vestida, por momentos casi senil. Catherine Frot le daba algo de misterio y la trama inventada por Gioannoli llevaba a un contexto en la historia política, cultural y de la historia de la psicología en Francia, que hacía de Marguerite el punto de encuentro para varios enfoques de análisis. La Florence de Frears, que quiere ser más cercana al personaje real tiende a ser solo eso, un personaje egocéntrico y un poco tonto alrededor de quien todos adopten un papel, sea de apoyo, de crítica, de burla, de defensa. Y ella es y quiere ser claramente la diva, en todos los sentidos. La diva que sufre en silencio. 

Es finalmente un personaje muy poco complejo, mientras él de St Clair ofrece facetas más interesantes, que el actor inglés supo aprovechar para componer un personaje mucho más profundo. 
Otro personaje de segundo plano pero fundamental en la locura cantante de Florence es su pianista , Cosmé McMoon, interpretado por Simon Helberg , que da una gran sorpresa en la pantalla grande después de ser el ingeniero espacial apegado a la voz de su tiránica mama en The Big Bang Theory. Da mucho gusto verlo en un papel (casi) serio. 

Dicho eso, Florence Foster Jenkins  es un gran momento de placer, por el enorme talento conjugado de actores, director, diseñadores de vestimenta y decoraciones de interior, unidos todos en la misma dirección: la recreación de la vida de un ser único, en su locura y su riqueza y en su tiempo. 

Tuesday, March 14, 2017

I.T. (John Moore, 2016) - 6.5/10

Una cinta para apagar todos los aparatos electrónicos, los sistemas de vigilancia, alarmas, GPS, y todo eso que, creemos, nos hace la vida más fácil. Con un Pierce Brosnan que, sin perder todo su poder de seducción, se torna más paternal y familiar.

Ficha IMDb

Mike Regan (Pierce Brosnan) ha logrado, a base de trabajo, volverse muy rico y potente, además de vivir su pasión: la aviación. Está a punto de lanzar una nueva actividad de su empresa cuando un pequeño incidente técnico en medio de la conferencia de presentación hace necesaria la intervención de un joven asesor en electrónica muy eficiente.

La vida de Regan es perfecta: hermosa casa, hermosa esposa (Anna Friel), linda hija adolescente (Stefanie Scott) Todos están súper equipados electrónicamente y la casa es inteligente, es decir que tiene todos los sistemas de vigilancia y control posibles, desde las puertas, ventanas, climatización, internet…. Hasta el coche tiene su computadora para el control de los frenos, las llantas y demás. 
Es decir que todo, en la vida de Regan está bajo control. 

Y el joven técnico talentoso Ed Porter (James Frecheville) se vuelve indispensable para ayudar a Regan a manejar sus juguetes. Pero Ed tiene su propia agenda, hecha de celos, envidias, y profunda maldad. Empieza por tratar de ligarse a la hija Kaitlyn y cuando se ve apartado por el padre, se venga, tomando el control a distancia de toda la vida del millonario. La tecnología lo ayudará a inmiscuirse en la vida de los Regan, engañar, amenazar. 

Si la trama no tiene nada de original en esta cinta de acechador, manipulador, lo que la vuelve angustiante, además de un ritmo y un suspenso bastante bien llevados, es el hecho que hoy en día todos tenemos algún dispositivo electrónico que a veces nos sorprende por los que sabe de nosotros, por como cruza información, por como parece más inteligente que nosotros. Teléfono, computadora, tableta, seguridad de casa, cuenta bancaria, todos tienen sus códigos, sus palabras secretas que parecen protegernos pero que son en realidad fáciles de averiguar y nos dejan a la merced de cualquier hacker mal intencionado pero bien preparado.

A pesar de no tener dinero, casa y poder como Regan, podemos sentirnos identificados con ese hombre finalmente bastante normal, a quien su vida, sus bienes y sus seres queridos se le están robados o amenazados.

Porque lo interesante de la cinta es utilizar al seductor, ex James Bond, Pierce Brosnan para interpretar a un hombre de familia, de amigos, trabajador y honesto, cuyo casi único interés en la vida es proteger su círculo íntimo. Ahí reside el secreto del posible (pero aparentemente no le fue tan bien) éxito de esta cinta. El miedo sale del aparatito que tenemos en las manos, que usamos a cada rato, a cual nos volvimos adictos. 

El peligro está dentro de nuestras manos y bolsillos.