Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Friday, September 30, 2011

Mi parte del pastel (Cedric Klapisch, 2011) – 5.5/10


A partir de una idea interesante, el contraste entre el mundo de los traders que hacen y deshacen las empresas y el mundo de los trabajadores que sufren las consecuencias de las grandes operaciones financieras, Klapisch no logra mantener la coherencia de su historia y realiza más una secuencia de escenas que una película consistente.

Ficha pastelera aqui

Cuando France ( Karin Viard ) se encuentra sin trabajo, al igual que sus compañeros de la fabrica en Dunkerque, intenta suicidarse el día del cumpleaños de una de sus tres hijas. Al recuperarse, decide ir a París a probar suerte, dejando a las chicas al cuidado de su hermana, Josy (Audrey Lamy) .

En paralelo, vemos la vida de Steve Delarue (Gilles Lellouche) en Londres, como uno de los traders más agresivos de su compañía. Su jefe lo manda de vuelta a París para implementar la oficina francesa, haciéndole brillar la perspectiva de un posible regreso a Londres como director general.

France, de nombre significativo, una vez en París, toma un curso de capacitación para empleadas domesticas, favor que le hace el tío de un amigo. Para esto, tiene que hacerse pasar por inmigrante del este. Lo que nos da una cómica escena extravertida de falso acento ruso. Así que, además de ser sensible, es divertida y trabajadora. Es, sin discusión, el personaje bueno de la película.

Claro, France va a ser la empleada de Steve. Pero queda poco claro bajo que condición: ¿vive en su casa? ¿Renta un departamento? ¿Come? ¿Duerme? Tratándose de una película que se pretende realista, da muy poca información.

Steve es un personaje desagradable. Les grita a todos, y tratándose de mujeres, utiliza. Como lo ejemplifica el caso de la joven modelo que se lleva a Venecia en su avión personal y que desencadena su ira o al menos su mal humor al decirle que no piensa acostarse el primer día. El hombre le aplica la ley del silencio. Desayuna con su periódico y sin esperarla, y después se sale de la góndola. Total. La chica cede. Él es, sin discusión, el personaje malo de la película.

Cuando su ex esposa le deja, o mejor dicho , le avienta a Alban (Lunis Sakji ), su hijo de unos 4 años porque ella se va quien sabe adonde, el pobre necesita de la ayuda de su empleada. Y le paga un salario extraordinario. La complicidad crece. Hasta le explica en que consiste su trabajo. Y como, con un clic puede hacer subir y bajar el valor de las acciones, y hasta desaparecer una empresa.

La complicidad se irá haciendo más evidente durante un viaje a Londres con todo y niño, y una cena importante donde la empleada le hace de acompañante rusa. Hasta que pasan la noche juntos. ¿Otra película romántica de amores ancilares? No ¡Todo fue una apuesta! Y ella descubre casi al mismo tiempo que él hundió su fábrica y los puso a todos en la calle. De ahí la venganza….

Pero lo más interesante ocupa la menor parte de la película. Y la revelación de la apuesta acostadera le quita fuerza a la decisión de France que uno no sabe bien a bien si es venganza sentimental o laboral.

En resumen, una muy interesante actuación de Karin Viard, que acabamos de ver como doble joven y proletario de Catherine Deneuve en Mujeres al poder. Interpretación regular de Gilles Lellouche, guión con muchos huecos. Un resultado finalmente bastante fallido aunque se deja ver sin aburrirse.

Sunday, September 25, 2011

Clue (Jonathan Lynn, 1985) – 7/10

Es imposible llegar con muy altas expectativas a una película de los ochenta basada en un juego de mesa. La idea es bastante ridícula. Salvo quizá porque Clue es el mejor juego de mesa jamás inventado en la historia del universo conocido y por conocer. Y al final no importa, porque Clue, la película, resulta ser bien divertida.


La ficha IMDB

Seis desconocidos son invitados a una cena en una lujosa pero aislada mansión. Resulta que sin saberlo, todos están conectados y ahora se ven envueltos en una misteriosa serie de asesinatos y lo único que saben es que uno de ellos es el culpable.

El concepto es sencillo: tomar el juego de mesa que tiene en sí mismo un importante componente narrativo, y usar la mayor parte de elementos posibles en una película. La cinta explota los elementos del juego lo más posible, aunque estén al límite de sin sentido. Muchas de las risas vienen precisamente de los bonitos recuerdos que uno tiene de jugar el juego. La frase final es por supuesto la culminación: Lo mato un tal con tal arma en tal lugar. A, cuantos recuerdos.

Eliminando el factor nostálgico, lo cual es difícil siendo que la película es de hace más de 15 años, Clue tiene por si misma bastante merito. Se podrá decir muchas veces (y en realidad en toda época) pero ahora que la bromas de tono sexual y/o escatológico dominan el panorama, es refrescante ver una comedia blanca, con chistes tontos que da mucha pero mucha risa.

El tono está establecido desde el inicio, y todos los actores hacen un excelente trabajo prestándose por completo al sin sentido de las situaciones y, sobre todo, de los diálogos. Los intercambios son rápidos y nadie se detiene a esperar las risas del público, lo que hace del resultado final todavía más divertido, y de la acumulación de chistes bobos una delicia.

Además de los increíbles diálogos, el guion y la dirección se encargan de agregar pequeños detalles en cada momento que agregan otra dimensión a la cinta. La verdad es que no pasan más de 60 segundos sin que uno tenga que reír sin parar, y después sentirse un poco avergonzado por lo infantil de la situación.

Lejos de ser una gran contribución intelectual, Clue hace honor al material original y es bien bien bien divertida.


Arirang (Kim Ki Duk, 2011) – 8/10

Arirang es una de dos cosas: sea un brutal ejercicio de honestidad que no se detiene ante nada con tal de revelar las cosas como son, sea un patético ejercicio de autocomplacencia cuyo objetivo es elevar la figura del director por encima de propias inseguridades. Realmente podría ser cualquiera, pero la historia fílmica de Kim Ki Duk me hace votar por la primera opción.

La raquítica ficha IMDB

Escrita, dirigida, actuada, editada y hasta musicalizada por Kim Ki Duk, Arirang es un documental o un drama que expone al director frente a su propia lente, revelando sus inseguridades, sus miedos y motivaciones.

Tras un accidente que pudo costarle la vida a la estrella de su última cinta, Dream (2008) y de que dos de sus asistentes decidieran aceptar jugosos contratos sin él, Kim Ki Duk se recluye en una cabaña alejado de todo. Después de casi tres años encerrado, decide hacer una cinta de sí mismo, en un intento por entender porque necesita, pero no puede, hacer cine.

No es difícil ver porque habría personas que considerarían Arirang como una cinta auto complaciente o como dijera ya un crítico en Cannes (parafraseando), una cinta equivalente a los videos que los adolescentes ponen de sí mismos en You Tube. Pero la verdad es que durante los primeros tres cuartos de la cinta esta idea apenas y se formo en mi cabeza.

La mayor parte de la película se siente sincera, honesta y brutal. Parece que Kim Ki Duk no está dispuesto a darse ninguna concesión en sus conversaciones consigo mismo. Hay momentos de superficialidad, hay momentos donde claramente el director se miente a sí mismo, y a nosotros. Pero el mismo está ahí para no quitar el dedo del renglón, para seguir empujando hasta las lagrimas, hasta las últimas consecuencias, para revelar un poco de lo que realmente está pasando en su mente.

Aunque algunos comentarios den lugar a ciertas dudas acerca de su humildad, el amor que Kim Ki Duk le tiene al cine no puede ser cuestionado y es claro que hay una poderosa necesidad de contar historias.

Al final, la cinta se siente como una historia, con imágenes y montajes diseñados para provocar una reacción, de una manera que coquetea con la manipulación. La secuencia final, fotos de Kim Ki Duk, es la que pone en duda el valor de todo el trabajo.

A pesar de esto, Kim Ki Duk ha demostrado ser uno de los, sino es que el mas, sensible director de cine de los últimos tiempos. Eso le da el beneficio de la duda y deja a Arirang como una obra de brutal honestidad. Un ejercicio que quizá todos debiésemos practicar. Además, la manera desgarrada en que Kim Ki Duk interpreta el himno no oficial de su nación no puede fingirse; y aunque fuese actuado, que importa, todo el sentimiento está ahí.

Monster Club (Toshiaki Toyoda, 2011) – 8/10

Una historia acerca de la soledad y la tristeza. Más que nada, una historia humana increíblemente bien contada, con una fantástica fotografía y sonorización. Monster Club es profunda y contemplativa y además de dar uno que otro susto, lo deja a uno preguntándose qué es lo que realmente importa en esta vida.

La ficha IMDB

Ryochi (Eita) vive aislado en una cabaña, lejos de todo. Su única ocupación es enviar bombas a los altos mandos de grandes empresas y cadenas de televisión. Un día, Ryochi se topa al fantasma de sus hermanos, Kenta (Ken Ken) muerto en accidente de motocicleta, y Yuki (Yôsuke Kubozuka); quien se suicido en esa misma cabañita. Ryochi ahora debe enfrentarse a sus propios monstruos internos, lo cual resulta más complicado que enviar bombas por correo.

El discurso inicial de Ryochi relativo al estado de la sociedad actual vale, por sí solo, la entrada al cine. No es que sea la primera vez que una pieza de ficción toca el tema. Monster Club ni siquiera es la más cruda o visceral crítica al sistema socio-político en el que estamos atrapados. Pero la manera en que esta presentado, la simpleza de las palabras, lo clara de la exposición, sumado a las imágenes de la vida que vive Ryochi le dan al discurso un peso particular. La manera de concluirlo es también poderosa, con la bomba terminando la conversación de forma inequívoca.
Francamente, la película hubiese podido continuar por esa línea hasta el final y yo hubiese estado satisfecho. La combinación del lirismo de las imágenes con lo honestas de las palabras es fenomenal. Simplemente fenomenal. Pero no era ahí donde el director quería dejar las cosas; porque después aparece el monstruo.

El diseño de las creaturas es increíble, sencillo pero completamente original y el suficientemente desagradable como para elevar la tensión, pero no tanto como para que se vea barato. Las escenas con ellos, las apariciones y los sueños muestran mucho del mundialmente famoso talento de los japoneses para el cine de terror, en particular el uso de la música y la sonorización eleva las secuencias a niveles que contrastan con el tranquilo inicio.

El discurso en ese momento deja de ser social y se torna personal. La historia de la familia de Ryochi es definitivamente trágica y es impresionante como las maneras de lidiar con ella se sienten naturales, aunque sean tan diferentes para cada uno de los hermanos, incluida la joven Mikana (Mayuu Kusakari).

Sin quitar el merito a la lucha social, creo que Toyoda revela una verdad importante: toda ideología tiene en su raíz una realidad personal, individual. Parece egocéntrico, pero al final, lo que cada quien tiene son sus propios problemas. Ryochi se convirtió como sus hermanos en un monstruo porque no tenía otra manera de lidiar con el dolor. Ese dolor, esa tristeza y el aislamiento que le siguió, es el punto de la cinta, y Toyoda hace un excelente trabajo en transmitirlo.

Inside (DJ Caruso, 2011) – 5/10

Un comercial de una hora que se extendió a través de varios días, Inside es un “filme social” patrocinado por dos grandes marcas de tecnología. Aunque como película no tiene mucho de original (es decir, está al nivel de un thriller gringo cualquiera); la manera de presentarlo y los fenómenos que presenta, intencionalmente o no, son interesantes.


No hay ficha IMDB, pero que tal la mismísima cinta aquí

Christina Perasso (Emmy Rossum) es una muchachita como cualquier otra, pero es secuestrada y puesta en una habitación sin ninguna señal del mundo exterior. Excepto por su laptop de una marca específica, impulsada por un microprocesador de otra marca específica. Gracias a una conexión intermitente al internet, Christina usa las redes sociales para enlistar la ayuda de harta gente para resolver el misterio de su secuestro y, con suerte, salvarle la vida.

¿Por qué demonios el secuestrador dejaría la laptop y el internet? No importa, le cine gringo nos ha acostumbrado a tanto demente tan particular que uno asume que estas cosas deben ser así. Simplemente no importa. Como no importan algunos otros de los agujeros en la historia, que francamente no están muy alejados de los agujeros que uno pagaría por ver en pantalla grande. Lo interesante de Inside no es la historia, sino como está contada.

Dividida en capítulos que Christina grababa en su laptop y publicaba en Facebook, la cinta se presento a los internautas como una realidad, con la esperanza de que la emoción fuera tal, que miles y miles de jovencitos estuviesen al pendiente de los eventos y se quedara grabada en su mente la marca de la laptop y del microprocesador que la impulsa. Así, la gente debía pensar que Christina era una persona real, realmente secuestrada por un individuo que realmente la dejo en la habitación con la laptop y una conexión a internet.

Por momentos la narrativa era más interactiva, no solo pidiendo ayuda en general u ofreciendo pistas, sino que llego al nivel un tanto descarado de pedir “Me Gusta” para uno de los videos; conseguir cierto número de clics a la manita en Facebook era la única manera de garantizar que el maloso le diera de comer a su víctima.

Como concepto publicitario no está nada mal. Recuerda definitivamente a la campaña de Marvel Comics para Secret Invasion usando MySpace. Es básicamente el mismo concepto. Que no está mal. Sería interesante ver cuáles fueron los resultados; es posible suponer que no muy buenos, vista la falta de comunicados de prensa revelando los números finales de la campaña.

Uno podría suponer que no fue un rotundo éxito porque la gente vio a través de la mentira y entendió rápidamente que era pura ficción. Ojala sea el caso. Algunos de los comentarios en las redes sociales dejan en claro que hay gente que pensaba que todo era real. Y eso dice algo bien horrible acerca de la sociedad en que vivimos, al menos los amigos del norte.

Hay personas haya afuera que creen que es posible que alguien secuestre a una muchachita y la deje por una semana comunicarse con el mundo exterior, y que se burle de ella y la policía no pueda hacer nada y que él o ella, el inocente en cuestión, es la única salvación para esta muchachita. Hay alguien que piensa que la ficción que ve todas las semanas en CSI o Law and Order no es ficción.

Si hay alguien que cree que es posible, quiere decir que es posible; quiere decir que la línea entre la ficción y la realidad esta, de verdad, desapareciendo. Y no de una buena manera.

Millenium Actress (Satoshi Kon, 2001) – 8/10

El increíble director de anime Satoshi Kon logra una joya más en Millenium Actress. Una cinta profundamente humana y emotiva que consigue no solo ser eso y un agasajo visual, sino también un tributo a lo sensacional que es el cine.

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Genya Tachibana (Shôzô Îzuka) ha conseguido por fin un sueño de toda su vida: entrevistar a la famosísima Chiyoko Fushiwara (Miyoko Shôji, Mami Koyama, Fumiko Orikasa – dependiendo de la época); una actriz a quien no solamente el idolatra. Chiyoko narra su historia en el cine y poco a poco, las líneas entre el presente, el pasado y la fantasía desaparecen.

La maestría que Satoshi Kon poseía sobre su medio es imposible de describir en palabras. Aunque Millenium Actress no tiene la majestuosidad visual de Perfect Blue (1997) o de Paprika (2006), sigue siendo un deleite para los ojos, una historia envolvente, una narración emocionante y, quizá más que las otras dos, increíblemente conmovedora.

La historia de Chiyoko es definitivamente de un romanticismo difícil de creer. Pero es solo un pretexto, una metáfora ni siquiera demasiado elaborada del deseo creativo que empuja al artista. Un deseo que poco tiene que ver con la fama y la fortuna que le siguen como consecuencia. Chiyoko busca algo, y su búsqueda la convierte en una actriz, y el hecho de que ve en cada film la oportunidad de acercarse más, de entender aquello que busca la convierte en una gran actriz.

La metáfora funciona bien sin ser abrumadora; las rivalidades y los contratiempos están ahí, los seguidores, sin quien los artistas no podrían sobrevivir. Por supuesto, al final Chiyoko lo revela todo, y nos dice claramente que no es a su revolucionario desaparecido a quien ama; es el hecho de buscarlo lo que importa.

Como siempre, la dirección, el diseño de personajes y toda la dirección de arte en general son fantásticos. Es impresionante como Satoshi Kon podía hacer cintas de gran escala tan cómodamente como cintas más intimas, como Millenium Actress.

Desde cualquier punto de vista, una verdadera joya.

To Die For (Gus Van Sant, 1995) – 6.5/10

Con una cantidad de talento impresionante, To Die For es una cinta interesante que explora ideas que eran quizá más impactantes a mediados de los noventa de lo que serian ahora, pero que no dejan de ser relevantes como conceptos en nuestra sociedad obsesionada con la imagen. Excelentes actuaciones y una solida historia hacen de esta película una que vale la pena ver.

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Suzanne Stone (Nicole Kidman) es una chica bien que, a pesar de no ser particularmente brillante, está decidida a alcanzar su sueño de ser una personalidad de la televisión. Cueste lo que cueste. En el camino, decide casarse con el simpático Larry Maretto (Matt Dillon); pero la idea de una familia feliz que él tiene se opone a las aspiraciones de Suzanne. Así que ella seduce a tres adolescentes confundidos para que lo quiten del camino.

La idea de lo peligroso del sueño artificial de muchas personas, de ser estrellas de televisión, sea lo que sea que eso signifique se ve envuelto por supuesto en la historia clásica de la ambición personal que termina destruyéndolo todo. Lo que es realmente interesante y que ayuda a To Die For a cobrar otra dimensión es la manera en que la historia es narrada. Si bien gran parte del peso narrativo lo carga la historia en si misma contada un poco a forma de flashback, un poco como la narración de los personajes; el peso emotivo está en la introducción a cada uno de esos segmentos narrativos. Como en una especie de documental, los personajes cercanos a Larry cuentan la historia desde su perspectiva. A esto se suman cortes de un talk show con los padres de la pareja y un video que la propia Suzanne dejo grabado justo antes de intentar huir cuando está claro para todos que ella es la culpable.

Esto es también algo interesante. No hay en ningún momento duda de que es lo que va a pasar ni de quien es la culpable. Es decir, no solo es evidente desde la perspectiva narrativa, sino que Gus Van Sant no quiere distraer al público con una pretensión de suspenso. El qué y el quién no son lo importante. Lo importante tampoco es realmente el cómo; aunque es interesante; es el por qué el importante.

Al poner a todos los personajes frente a la cámara, revelando su percepción del evento directamente, Gus Van Sant explora esta extraña relación que la televisión (y ahora el internet) ha desarrollado con la noción de privacidad. Todo queda ahí revelado; inclusive los peligros de un sueño en apariencia inocente. La conclusión de la historia, no tanto la muerte de Suzanne, sino las consecuencias para los demás personajes refuerza esta idea.

Si bien interesante, la historia y dirección no son impactantes. Lo que si esta fuera de este mundo son las actuaciones. Cada uno de los actores da vida completa a su personaje. Nicole Kidman es fantástica, pero Matt Dillon hace también un gran trabajo. Joaquin Phoenix hace un extraordinario trabajo como el adolescente asesino y confundido; y Casey Affleck, como otro adolescente, no se queda atrás.
To Die For es una gran cinta con un interesante concepto, bien explorado; pero sobre todo, con excelentes actuaciones que llevan el resultado final a otro nivel.

Sunday, September 18, 2011

Caddyshack (Harold Ramis, 1980) – 3.5/10

Una comedia Americana clásica; en el sentido de que es de hace bastante años y parece requisito para todos al norte del rio bravo haberla visto. Caddyshack es apenas graciosa, aunque algunos de los chistes si son divertidos. Lo más interesante s que por primera vez hay evidencia de que Chevy Chase si fue, en algún momento, gracioso.

La ficha IMDB

Danny (Michael O’Keefe) es un adolescente bastante normal que trabaja como caddy en un prestigioso club de golf. Danny es el punto central de una serie de enredos que incluyen a un pretencioso juez (Ted Knight), un vulgar ricachón (Rodney Dangerfield), un tipo bien a todo dar (Chevy Chase), una señorita de moral archí-relajada (Cindy Morgan) y un rarísimo jardinero (Bill Murray) obsesionado con derrotar a una ardilla de tierra bailarina.

Básicamente, en Caddyshack hay cosas que pasan una después de la otra y están conectadas simplemente porque las personas a quienes les suceden están en relativa proximidad geográfica. Parece que hay una historia, pero realmente no es así; aunque para ser francos, una comedia así no necesita tanto una historia como una excusa para contar sus chistes; así que eso no es realmente un problema.

La mayoría de los chistes son predecibles y cubren todos los clichés necesarios: sexo, alcohol, drogas, humillación de los ricos y pretensiosos, excreciones corporales y ardillas de tierra bailarinas. La cinta depende completamente del carisma de los actores. O más que carisma, de su habilidad de hacer lo mismo que hacen siempre y de ser, en si mismos, graciosos. Más de uno lo consigue con cierta facilidad, notablemente Chevy Chase, que por primera vez su entrega de los diálogos funciona bien; pero aun así, el resultado final está demasiado en canon como para merecer mas que una risita aquí y allá. Quizá en su época fue más relevante, pero ahora, no lo es.

Nada memorable, salvo quizá la ardillita bailarina.

Fists of Legend (Gordon Chan, 1994) – 7/10

Una interpretación más del ficticio héroe chino Chen Zhen, Fists of Legend cuenta con la fantástica mancuerna del kung fu compuesta por Yuen Woo Ping diseñando las secuencias de acción y Jet Li ejecutándolas. A pesar de una historia que a veces se interpone a las secuencias de acción, esta película se disfruta de verdad.

La ficha IMDB

Durante la segunda guerra entre China y Japón, Chen Zhen (Jet Li) es un estudiante Chino en Japón, enamorado de una japonesita (Shinobu Nakayama). Chen Zhen debe regresar a casa cuando se entera que su maestro ha muerto en un combate; pero pronto descubre que fue envenenado por unos tramposos japoneses. En medio de conflictos familiares y personales, Chen Zhen vengara a su maestro y restaurara el honor de una nación.

Chen Zhen había sido encarnado ya por Bruce Lee en Fists of Fury (Lo Wei, 1972), y seria encarnado después en el cine y la televisión por diversos actores. El personaje termino tomando un poco vida propia; como es de esperarse, el profundo mensaje nacionalista de su historia tiene seguramente mucho que ver con ello.

Yuen Woo Ping ha dicho que la secuencia de acción que enfrenta a Chen Zhen contra todo el dojo japonés es una de las que esta más orgulloso. Es fácil ver por qué. La secuencia tiene una violencia y brutalidad que no se ve siempre. No se trata de los borbotones de sangre que el cine chino tanto apreciaba en los 80s, sino una brutalidad cruda que resulta impactante. No que fuese falsa, tiene sentido que un individuo enfrentándose a 15 recurriera a ese tipo de movimientos. Pero más que eso, la secuencia esta súper bien lograda, mostrando la superioridad de Chen Zhen y la variedad de sus movimientos, agiles y precisos. Una secuencia increíble que por sí sola vale la película; aunque es una lástima que suceda tan pronto.

La batalla entre Chen Zhen y su amigo de la infancia, el perturbado Hou Ting-An (Chin Siu Ho), también es interesante, y divertida con el pequeño guiño al estilo de pelea de Bruce Lee.

La pelea final es también brutal e interesante, aunque eso de hacer que Chen Zhen recuerde las enseñanzas del maestro japonés está un poco pobre, sobre todo porque no se refleja necesariamente en la manera de pelear de Chen Zhen, y más aún porque él mismo estaba impartiendo esa enseñanza ya antes.

Pero eso es solo un detalle, y Fists of Legend tiene lo que debía tener: excelentes secuencias de kung fu.


Shanghai Noon (Tom Dey, 2000) – 6.5/10

Explotando la conjunción de varios fenómenos exitosos, notablemente la explosión del cine de kung fu en los estados unidos, mas aun con comedia, y la formula de la “pareja dispareja” que Jackie Chan ejecuto genialmente en Rush Hour (Ratner, 1998); Shanghai Noon logro ser una película bien pero bien divertida.

La ficha IMDB

La princesa Pei Pei (Lucy Liu) escapa a América para librarse de un engorroso compromiso y tediosas obligaciones, pero para su sorpresa es secuestrada por un chinito malvado Lo Fong (Roger Yuan). Chon Wang (Jackie Chan) se une a la expedición de guardias imperiales enviados a salvarla, pero una serie de peripecias lo obligan a aliarse con el bueno para nada Roy O’Bannon (Owen Wilson). Juntos hacen historia en el viejo Oeste.

Con Once Upon a Time in China and America (Sammo Hung Kam-Bo, 1997) quedo claro que cine de kung fu y de época es una fórmula ganadora, simplemente por lo cotorra que resulta la combinación. Si a esa fórmula se le agrega una dosis de Jackie Chan y un tantito de Owen Wilson, la verdad es que no hay falla.

Lo excelente de la cinta es que, exacto como Rush Hour, le apuesta a los puntos fuertes de cada actor. Jackie Chan dando patadas y haciendo caritas y Owen Wilson hablando. Hablando y hablando. Sin ser increíblemente original, el resultado es súper divertido y definitivamente vale ver la cinta al menos un par de veces.

Las secuencias de acción tienen momentos bien originales, que como siempre con Jackie Chan, logran un muy buen balance de acción y comedia. La primera batalla contra los indios americanos es buenísima, y Jackie Chan con la herradura amarrada al laso es simplemente mortal. La secuencia final tiene demasiadas cosas sucediendo a la vez, lo que hace que peleas interesantes terminen sufriendo de la falta de atención, pero casi ni se nota.

Una joyita que definitivamente hace que cualquiera se anime casi desde la secuencia inicial.

Rush Hour II (Brett Ratner, 2001) – 7.5/10

La tarea de sobrepasar la primera entrega de Rush Hour era casi imposible. Es difícil decid que Rush Hour 2 logro este cometido, pero no hay duda de que, por lo menos, esta al mismo nivel. Harta diversión, acrobacias bien padres y chistes bien cotorros. Otra hora y media de sana diversión garantizada.

La ficha IMDB

Lee (Jackie Chan) y Carter (Chris Tucker) están en Hong Kong para disfrutar de unas merecidas vacaciones; pero se ven enredados con un mafioso bien malo que es responsable por la muerte del papa de Lee. Y esa es suficiente excusa para combinar patadas y chistes.

Esta vez hay un nuevo guionista, Jeff Nathanson, pero los niveles de irreverencia en los diálogos permanecen, y Chris Tucker tiene más de un dialogo que lo hacen a uno doblarse de risa. Puede ser que empiece a sentirse que algunas situaciones están un poco forzadas, lo cual terminara siendo el triste destino de la tercera parte (Ratner, 2007); pero siguen siendo divertidísimas.

La inclusión de Zhang Ziyi y de Roselyn Sanchez hace a la producción mucho más interesante visualmente y ver a Don Cheadle por alguna razón da mucha risa; pero por supuesto siguen siendo Jackie Chan y Chris Tucker quienes cargan con todo el peso de la cinta. Que no debía ser mucho, porque será una gran sorpresa descubrir que no se la pasaron re-bien en la filmación.

Otra vez, nada de contenido, pero suficiente diversión que compensa y rinde cada una de las muchas veces que se ve.

Rush Hour (Brett Ratner, 1998) – 7.5/10

Jackie Chan, junto con Yuen Woo Ping, ya había demostrado en Hong Kong lo formidable de la combinación del kung fu con chistes blancos. Rush Hour lo lleva a un nuevo nivel con la inclusión del elemento “pareja dispareja”, poniendo junto a Jackie al graciosísimo negrito Chris Tucker. Hora y media de sana diversión garantizada.

La ficha IMDB

La hija del Cónsul chino (Tzi Ma) es secuestrada en china. El detective chino, amigo de la familia, Lee (Jackie Chan) decide ir a investigar, pero los arrogantes americanos lo quieren fuera del camino, así que asignan al despreciado agente Carter (Chris Tucker) para que lo mantenga lejos de la acción. Pero Lee y Carter, después de las necesarias riñas internas, unirán sus fuerzas y bocotas para resolver el crimen.

Jackie Chan en las patadas y Chris Tucker en la voz nasal, junto con un gran guion de Jim Kouf y Ross LaManna es todo lo que uno hubiese imaginado y más. Puede parecer redundante, pero la habilidad de Tucker para decir estupideces a una gran velocidad jamás podrá ser sobre estimada y se combina perfectamente con la capacidad de Chan para hacer acrobacias a gran velocidad (que jamás podrá ser sobre estimada tampoco).

La historia tiene las suficientes complicaciones para ser entretenida y la escala es perfecta para mantener el todo emocionante. Rush Hour es una muy buena película de acción que se disfruta más y más cada vez que se ve.

La verdad es que no hay mucho más que decir. Excelentes líneas y excelente coreografía. Imposible cansarse de esta cinta.

Rush Hour 2

Megamind (Tom McGrath, 2010) – 5/10

Una vez más una animación en 3D es utilizada para contar una historia a partir de un twist de los principios fundamentales de las historias de superhéroes. El cambio en cuestión es original, pero muchos de los chistes son variaciones de cosas que se han visto ya. Lo interesante aquí es que los personajes terminan siendo humanos, y si bien las escenas de acción no son increíbles, los chistes no están mal.

La ficha IMDB

Hace muchos muchos años, un planeta lejano sufrió la aniquilación total. Un científico prominente consiguió salvar a su hijo, enviándolo en una nave espacial hacia la tierra. En realidad eso paso al mismo tiempo en dos planetas distintos y tanto Metro Man (Brad Pitt) como Megamind (Will Ferrell) llegaron a la tierra. La suerte quiso que uno tuviese una bonita infancia y otro no y esto junto con otras circunstancias hicieron de uno un héroe y delo otro un villano. Después de años de rivalidad Megamind por fin logro vencer al queridísimo Metro Man; pero ahora su vida carece de sentido y todo aquello en lo que creía cambiara.

Hay un límite en el número de veces que el origen de Superman puede ser parodiado y aun resultar gracioso. Tristemente para Megamind, ese número ya fue superado; así que la historia de origen de los personajes es poco interesante. El resumen de sus infancias tiene algo que recuerda a la excelente película de las Powerpuff Girls (McCracken, 2002), pero eso es quizá solamente porque sucede en una escuelita. Fuera de eso hay poco que decir de la primera parte de la película, salvo que es predecible.

No es tampoco que lo que sucede después de la desaparición de Metro Man sea completamente inesperado, pero al menos se siente que están pasando cosas. Si, los clichés se repiten y los personajes entran a la perfección en sus roles; pero de todos modos es agradable ver la evolución de Megamind e ir descubriendo los pequeños detalles que ponen en claro que simplemente se trata de un buen tipo, aunque algo confundido.

Las escenas de acción no son realmente emocionantes y la animación, sin ser mala, no es tan poco nada que provoque la necesidad de ver la película otra vez. Lo mejor de Megamind es que los personajes principales tienen conflictos que, en la escala adecuada, son los suficientemente validos como para que los papás no se sientan completamente desconectados de la cinta.
Nada formidable, simplemente un poco de entretenimiento.

Singles (Cameron Crowe, 1992) – 5.5/10

Comedias románticas hay muchas, y la diferencias entre ellas son mínimas si es que acaso existen. Singles es otra comedia romántica (más romántica que comedia) que por lo menos tiene algo de personalidad que facilita su digestión. Además, hay cameos de un par de leyendas del grunge.

La ficha IMDB

Linda (Kyra Sedgwick) es una exitosa profesionista a quien le han roto el corazón más de una vez. Steve (Campbell Scott) es un exitoso profesionista a quien le han roto el corazón más de una vez, pero quien además vive en una unidad habitacional al más puro estilo de Melrose Place. Sus vecinos son un rockero fracasado (Matt Dilon), una señorita fascinada con el rockero (Bridget Fonda, yeah) y una devoradora de hombres ansiosa por encontrar el amor (Sheila Kelley). Cada uno de ellos emprenderá un viaje para dejar de ser solteros.

No es que Singles sea mala, o buena, sino que tiene poco de realmente original o diferente si se le compara con otras cintas del estilo. Quizá un elemento a su favor es que no se detiene en una complicación habitual para dificultar el proceso de enamoramiento entre los personajes principales. A diferencia de una confusión causada por un amigo bien intencionado o por una mentirilla blanca, Linda y Steve se embarazan y después de un accidente, pierden al bebe. Más brutal de lo que uno esperaría.

A pesar de este triste evento y de un relativamente honesto periodo de depresión, las cosas se resuelven con cierta facilidad sin penetrar realmente en el problema. Mucho de esto tiene que ver con el intento de contar las historias de todos los personajes con un símil de peso equivalente. La verdad es que los personajes secundarios terminan distrayendo más que enriqueciendo la historia principal.

Mucho del éxito de la cinta radica en el soundtrack bien grunge y en ser una de las primeras películas en dirigirse a la llamada Generación X de una manera que dicha generación podía entender.

Singles entretiene como una película buena onda con un final feliz para todos menos para el rockero medio mala onda, pero está bien porque su final mediocre no parece molestarle; así como a la cinta parece venirle bien no ser más que un ratito de distracción.

The Train (John Frankenheimer, 1964) – 6.5/10

Una cinta de acción de los buenos viejos tiempos, con un final hilarante por lo predecible que es. Al mismo tiempo, The Train es una película que dice de manera explícita algo que es importante decir: la historia de un pueblo vale, el arte de un pueblo vale. La labor creativa es sin duda una que hay que preservar y por la que vale la pena luchar.

La ficha IMDB

Ante la inminente llegada de las fuerzas aliadas a Paris el Coronel Von Waldheim (Paul Scofield) decide saquear el patrimonio artístico de Francia, ponerlo en un tren y mandarlo a Alemania. Para conseguir esto, miente y engaña inclusive a sus propios superiores, incapaces de entender el valor del cargamento. Labiche (Burt Lancaster) es el líder de un escuadrón americano que es designado, después de harta peripecia, para salvar ese patrimonio, a pesar de que definitivamente no entiende porque es importante.

La historia de la producción es curiosa: Lancaster había invertido algo de su propio dinero en la cinta y estaba empeñado en que fuese un éxito, después del fracaso comercial de su trabajo previo. Por eso, la cinta tuvo que cambiar de director y Frankenheimer llegó haciendo peticiones irracionales, que los productores tuvieron que cumplir, incluyendo un Ferrari y control total sobre la edición final.

The Train es entretenida en sí misma y tiene más de un momento emocionante y/o cotorrón. Por supuesto es casi imposible esbozar una sonrisa ante algunos de los momentos inocentones que parecen insípidos comparados con las multimillonarias producciones de hoy día; pero nada que le reste valor a la experiencia.

La diferencia realmente interesante esta en el número de veces en que Labiche intenta detener a su enemigo y fracasa. Hoy en día es generalmente el maloso el que tiene que levantarse e intentar vencer a su némesis una y otra vez. Aquí, más que cualquier otra cosa, el atributo principal de Labiche es su necedad.

Aunque eso por supuesto levanta una pregunta interesante: ¿Quién es el maloso? Claro, Von Waldheim es alemán y quiere robarse las pinturas, pero a diferencia de su contraparte, entiende el valor del arte y su acto es un acto de admiración y amor, mientras que Labiche no solo había propuesto simplemente destruir el todo, sino que lo único que hace es obedecer órdenes. Por supuesto la pregunta termina siendo irrelevante cuando uno considera la solución, efectiva y muy gringa, que usa Labiche para concluir el debate.

En Terrains Connus (Stéphane Lafleur, 2011) – 6.5/10

Es difícil explicar que hace de En Terrains Connus una película que vale la pena. Si uno se detiene a pensar simplemente en la historia o la narrativa la conclusión más evidente es que no pasa nada; y en parte es cierto. Aun así, hay algo en los personajes y en la excelente fotografía que hacen de esta película algo que muchas quisieran ser: conmovedora.

La ficha IMDB

Benoit (Francis La Haye) es un perdedor que vive con su padre, cuya novia apenas lo soporta y el hijo de esta lo desprecia completamente. Maryse (Fanny Mallette), su hermana, está en un matrimonio que si bien no es emocionante, tampoco es particularmente mal; pero ella se siente atrapada. Un día un misterioso visitante (Denis Houle) visita a Benoit y le anuncia que viene del futuro con una advertencia: Maryse va a morir en un accidente automovilístico por una tormenta. Cuando Maryse anuncia que ha decidido hacer un corto viaje al norte, Benoit decide acompañarla, aunque no precisamente para salvarla.

La fotografía de En Terrains Connus es fantástica. Tiene esa estética depurada y esa aura de paz y armonía que solo las cintas hechas en los rincones fríos del mundo tienen. Acorde con la vida de los personajes, no hay movimientos violentos, no hay grandes escenarios, hay más bien una impenetrable quietud constante, una pasividad que parece esconder algo, bueno o malo.

A pesar de los irracionales que son sus actos, los personajes principales generan cierta empatía, inclusive lastima, y uno quiere consolarlos, y hacerlos sentir bien. Sobre todo Benoit, quien claramente no tiene la más mínima idea de qué demonios está sucediendo.

La critica que podría hacérsele a En Terrains Connus es que no sucede nada, hay una secuencia de eventos, pero nunca hay una clara explicación de que motiva a los personajes, ni hacia donde van las cosas. Quizá este también sea el merito de la cinta. Es tan solo un momento lo que muestra; un instante intimo que al final, por alguna razón, parece relevante. Mas una experiencia sensorial que intelectual, termina siendo a pesar de todo conmovedora.

Cedar Rapids (Miguel Arteta, 2011) – 3.5/10

Insípida y predecible, Cedar Rapids es el tipo de comedia que solo es aceptable ver cuando uno se encuentra en una construcción sin salidas practicas, como por ejemplo un avión. Ed Helms y, sobre todo, John C. Reilly son generalmente divertidos, Anne Heche siempre causa una impresión y Sigourney Weaver es Sigourney Weaver; pero ni todo su poder combinado logra salvar esta película.

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Tim Lippe (Ed Helms) es un tímido vendedor de seguros que siempre queda en segundo lugar para todo. Un suceso desafortunado lo hace el único candidato de su compañía para la convención anual en la región donde el premio mas cotizado es el certificado triple diamante que su compañía ha obtenido tres años seguidos. Una vez ahí, Tim aprenderá mucho acerca de los negocios, la vida y el amor gracias a los deschavetados vendedores de seguros a su alrededor.

Tristemente no hay mucho que decir. Por lo menos 75% de los chistes se ven venir 10 minutos antes de que sucedan, y de los pocos que son inesperados, la mayoría no son graciosos.
Siempre es interesante ver como Hollywood explora el tema de la llegada a la madurez. El inocente Lippe, enfrentado a la cruel realidad, se ve forzado a crecer más en un fin de semana de lo que lo hizo en toda su vida. Pero como sucede generalmente, el director toma la salida fácil y no hay ningún momento realmente valioso desde una perspectiva humana. Por supuesto hubiese sido un error esperar eso; lo que resulta en una cinta que se aproxima más a una pérdida de tiempo que a cualquier otra cosa.

Cedar Rapids es el tipo de comedia llena de situaciones que lo hacen a uno pensar “eso tenía todo para ser gracioso” y sin embargo es apenas, o ni siquiera, divertido.

La gran pregunta es por supuesto, ¿qué demonios estaba pensando Sigourney Weaver cuando firmo el contrato?

The Vagabond (Charles Chaplin, 1916) – 7/10

Es bien fácil caer en los estereotipos y repetir lo que parece ser sentido común. En el caso de Chaplin, es fácil decir que era un genio y que su talento como cómico y contador de historias es irrepetible. Es fácil decirlo porque la mayoría de la gente estaría de acuerdo aun sin haber visto una sola de sus cintas. La cosa es que, después de ver su trabajo es aun más fácil decirlo, porque verdaderamente el tipo sabía lo que hacía.

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Un violinista vagabundo (Charles Chaplin) se enamora de una muchachita gitana (Edna Purviance) a quien le va re mal. El violinista la rescata, pero para su desgracia un pintor se la topa en el bosque y decide pintarla. Si bien el pintor no es el amor que la muchachita esperaba, si es la razón por la cual la acaudalada madre de la señorita descubre que sigue con vida. La familia se reúne, y el violinista encuentra no solo el amor sino también a una rica suegra.

Pareciera que siempre hay que salir a la defensa del humor blanco en estos días donde es fácil provocar la risa con chistes escatológicos o referencias sexuales. La cosa es que, si bien ambos son divertidos, el humor blanco siempre tendrá la simpatía agregada que provoca la inocencia.

The Vagabond es bien divertida con las secuencias aceleradas y los movimientos torpes del personaje principal. Además, la narración funciona a la perfección porque la historia (francamente tan simple o tan compleja como la mayoría de las comedias románticas de nuestros tiempos) fluye con facilidad y se entiende a la perfección.

Charles Chaplin se convirtió en una leyenda por una razón, y la razón es que sus cintas, o al menos The Vagabond, se entienden y se disfrutan aun casi 100 años después de su creación.

Once Upon a Time in China and America (Sammo Hung Kam-Bo, 1997) – 7.5/10

Después de un par de entregas sin Jet Li como Wong Fei-Hung, la saga de Once Upon a Time in China se vuelve interesante otra vez. Ahora con Sammo Hung Kam-Boen la dirección, la cinta es divertida y llena de acción. Aunque no logra superar a la segunda parte de la serie, definitivamente le saca provecho a lo aprendido con el tiempo.

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Wong Fei-Hung (Jet Li), la Tía Yee (Rosamund Kwan) y Club Foot (Xin Xin Xiong) viajan a América para apoyar a So (Kwok-Pong Chan) quien ha abierto una clínica en los Estados Unidos. Sin embargo, después de un accidente Fei-Hung pierde la memoria y se une a una tribu de indios americanos. Al mismo tiempo, la comunidad china tiene que lidiar con un alcalde corrupto y una pandilla de ladrones.

Once Upon a Time in China and America es la menos seria de la serie, y eso era de esperarse puesto que el gordito Sammo Hung estuvo a cargo de la dirección (aunque Tsui Hark sigue involucrado, ahora como productor). Aun así, como siempre, hay un pequeño mensaje nacionalista y motivacional, aunque no tiene el mismo peso que en las primeras dos entregas.

Las escenas de acción están muy bien logradas, y la ambientación en el viejo oeste hace de cada situación de batalla un agradable momento pintoresco, sobre todo por el uso de props propios a la época. Jet Li, Xin Xin Xiong y Jeff Wolfe (como Billy, el vaquero buena onda) logran batallas bien emocionantes y muy bien filmadas, aunque falta algo de la tensión extrema en las tomas que hicieron tan emocionantes las primeras dos partes de la serie.

Lo caricatural de las situaciones también agrega a la diversión. Los indios americanos y los vaqueros completamente en su rol, así como los chinitos completamente estereotípicos. Pero las palmas se las lleva el maloso líder de los bandoleros (Joe Sayah), quien en su tiempo libre gusta de caminar por el bosque en las noches y matar lobos por diversión.

Cotorra y llena de acción, con Linktodo y las escenas que claramente no estaban en el presupuesto inicial (evidenciadas por el total cambio de película en la filmación, sin intento de disimular), esta película es la pura diversión.

Once Upon a Time in China

Once Upon a Time in China II
Once Upon a Time in China III

Once Upon a Time in China III (Tsui Hark, 1993) – 6/10

La tercera parte de la serie Once Upon a Time in China reúne una vez a Tsui Hark con Jet Li, aunque en esta ocasión (todo indica que) falta Yuen Woo Ping; y se nota. Esta es la más blanda de las entregas de la saga que tienen a Jet Li en el rol principal; y aunque sigue siendo una película llena de buena acción, la verdad es que se queda corta comparada con lo que vimos antes.

La ficha IMDB

Para demostrar su poderío ante las fuerzas extranjeras, el gobierno chino decide lanzar un torneo para premiar a la mejor escuela de artes marciales; juzgándolas de acuerdo a su ejecución de la tradicional danza del dragón. Al mismo tiempo, hay un triangulo amoroso, un complot internacional, un maloso bien maloso y hartas patadas.

El mensaje nacionalista de todas las cintas de la serie está bien presente en esta entrega, y una vez más es interesante porque no hay una obediencia ciega sino una puesta en duda de políticas que pudiesen beneficiar la imagen de un país perjudicando su salud interna. Sobre todo hay un mensaje de lo impresionantemente papa que es Wong Fei Hung (Jet Li).

Las escenas de acción son interesantes, como casi siempre con Jet Li y/o Tsui Hark, pero en esta ocasión resultan por momentos demasiado confusas o, sobre todo, abrumadoras, pues hay muchas secuencias con multitudes de personajes y no suficientes combates uno a uno. Eso dicho, las peleas que involucran a Club Foot (Xin Xin Xiong) están bien padres y lo hacen a uno preguntarse si por fin alguien podrá vencer a Fei Hung (pero no).

La segunda entrega de la serie (Tsui Hark, 1992) fue my criticada por ser “confusa”. No me parece que sea el caso; pero esta tercera parte tiene demasiadas cosas sucediendo al mismo tiempo, tanto en la historia como en cualquier momento en la pantalla. La ambición de contar una historia interesante parece haberse puesto en el camino del equipo, impidiéndoles contar una historia interesante.

Definitivamente Once Upon a Time in China III se queda corta comparada con sus antecesoras, pero sigue teniendo momentos que hacen que valga la pena.

Once Upon a Time in China
Once Upon a Time in China II

Once Upon a Time in China and America

Once Upon a Time in China II (Tsui Hark, 1991) – 8/10

La secuela a la increíble Once Upon a Time in China es aun mas increíble. A la triada mágica de Tsui Hark, Yuen Woo Ping y Jet Li se unen Donnie Yen como el maloso y Jackie Chan cantando la legendaria canción Un hombre debe mejorarse que gracias al mundo del cine estará por siempre asociada con el legendario Wong Fei-Hung.

La ficha IMDB

En una visita a Cantón Wong Fei-Hung (Jet Li) descubre la existencia del Loto Blanco, un grupo religioso que busca expulsar a los extranjeros de China a través de la violencia; pero más que otra cosa, el Loto Blanco es una acumulación de fanáticos que aterroriza la ciudad. Fei-Hung también conoce a Sun Yat-sen y le ayuda a sobrevivir, garantizando la revolución (no hay evidencia de que el verdadero Fei-Hung jamás conoció a Sun Yat-sen, pero hay rumores) y se enfrenta al comandante Lan (Donnie Yen) empeñado en detener a Sun Yat-sen.

Una vez más el mensaje nacionalista chino está presente en esta bonita secuela; sin embargo otra vez es difícil negar el lado positivo. En esta ocasión, Tsui Hark y su pandilla se esfuerzan por demostrar los riesgos del fanatismo y la importancia de la reflexión propia, aun frente a situaciones donde es difícil ver la salida.

El atractivo de esta cinta no es ese, por si alguien aun lo pensaba. Otra vez el atractivo es el increíble trabajo estético de Tsui Hark y su equipo. Las dos confrontaciones entre Jet Li y Donnie Yen son quizá de las mejores jamás filmadas, con un excelente uso del espacio y una fotografía excelente.

También la batalla entre Fei-Hung y el Loto Blanco es memorable. Claro que tiene un tono un poco chusco, con el simbólico altar que ambos bandos se empeñan en conservar; pero también tiene su dosis de drama e intensidad. Sobre todo, tiene movimientos espectaculares que lo obligan a uno a ver la secuencia por lo menos dos o tres veces seguidas.

Once Upon a Time in China 2 toma todo lo bueno de su antecesora y lo mejora, lo que la convierte en una verdadera joya que es un claro ejemplo de porque nos gustan tanto las cintas de kung fu.

Once Upon a Time in China

Once Upon a Time in China III
Once Upon a Time in China and America

Once Upon a Time in China (Tsui Hark, 1991) – 7/10

Uno de los mejores equipos jamás formados en términos del cine de kung fu es sin lugar a dudas el compuesto por Tsui Hark en la dirección, Yuen Woo Ping en la coreografía y Jet Li en la actuación. Once Upon a Time in China es un verdadero agasajo visual y que además de todo cuenta con una historia relevante.

La ficha IMDB

Wong Fei-Hung fue un legendario artista marcial, medico y revolucionario quien vivió en China en una tumultuosa época. Su vida ha sido adaptada en numerosas ocasiones para el cine y la televisión. Once Upon a Time in China es una de esas adaptaciones. En esta aventura, Wong Fei-Hung (Jet Li) y su grupo para-militar se ven envueltos en un conflicto con facciones de abusivos gobiernos extranjeros instalados en China, bandidos y otros malosos. Todo al mismo tiempo que Fei-Hung intenta lidiar con sus sentimientos hacia la Tía Yee (Rosamund Kwan) quien ha adoptado demasiadas costumbres occidentales.

Los temas profundamente nacionalistas (al límite de la propaganda) no son ajenos al cine Chino. Está claro el fuerte control que el gobierno tiene en toda producción cultural y el cine no es ajeno a esto. Por otro lado, es imposible negar que hay algo positivo en estos discursos. La manera en que los personajes en Once Upon a Time in China reflexionan sobre su situación nunca es la absoluta caricatura que uno podría esperar. Si, los malos son extranjeros y chinos sumisos y corruptos; pero los héroes son personas que reflexionan acerca de su realidad y sobre todo que están dispuestos a tomar acción para que las cosas sean como ellos suponen deben ser.

Wong Fei-Hung por supuesto está completamente idealizado, es no solo un medico excepcional, sino también un peleador sin igual y un tipo realmente sensato. Pero queda claro que estas virtudes no son accidentales y que el tipo ha trabajado mucho para conseguirlas. Quizá esta sea la más importante diferencia entre este y los héroes occidentales (excepto Batman por supuesto).

Desde una perspectiva meramente estética, Once Upon a Time in China es fantástica. Las coreografías de Yuen Woo-Ping son sensacionales; y si bien de vez en cuando se ven los cables, es un pequeño precio a pagar por tomas continuas de acrobacias increíbles desde ángulos intensos pero que no ocultan la acción. Además de eso, aun en los momentos tranquilos, la fotografía de Arthur y Bill Wong es de 10.


Once Upon a Time in China II
Once Upon a Time in China III
Once Upon a Time in China and America

Captain America: The First Avenger (Joe Johnston, 2011) – 6.5/10

La última pieza necesaria para que finalmente Marvel lance la esperadísima Avengers. Aunque Captain America definitivamente se siente como una pieza del rompecabezas, es mucho menos que con Thor (Branagh, 2011), al grado que la cinta se disfruta en sí misma y consigue ser emocionante y divertida.

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Steve Rogers (Chris Evans) es un diminuto muchacho cuyo espíritu de justicia y voluntad inquebrantable le valen ser seleccionado como parte de un proceso experimental para crear un súper soldado. Tras la muerte del científico a cargo del proceso (Stanley Tucci), Rogers se convierte en poco más que una mascota del gobierno, pero ese mismo espíritu y el riesgo de perder a su mejor amigo lo hacen convertirse en el héroe que siempre debió ser y enfrentarse al perverso Red Skull (Hugo Weaving, yeah!)

Lo primero que hay que decir es que las cintas de acción no deben verse en 3D. Son esas cintas las que están “diseñadas” para el 3D, pero la verdad es que una cinta filmada en 3D, con rápidos movimientos de cámara, o de los personajes o de cualquier cosa, simplemente no se disfruta. Así que no se si las secuencias de acción en esta cinta son buenas o malas, porque es casi imposible distinguir nada de nada.

Dicho eso, la narrativa en general está bien llevada y a pesar de que la cinta cuenta con todos los estereotipos tanto en términos de personajes como de eventos, el producto en general se disfruta bastante. Sin ser nada espectacular, la fotografía y la dirección de arte cumplen con su trabajo y las actuaciones hacen lo propio. Salvo Hugo Weaving que destaca del resto, como siempre, como un magnifico villano.

Dicho eso, el guion es quizá un punto débil, que se siente precisamente mas en relación a Weaving no tiene muchos momentos para brillar. El plan malévolo del Red Skull es poco interesante y es, aquí va, sobre todo un pretexto para que el universo Marvel se sienta como un universo. Lo más triste es el final anti-climático, que se siente claramente como la antesala a algo más, y no como el final de una historia, que es lo que debería ser.

Es por supuesto curioso el tráiler para Avengers que se incluye después de los créditos. Se siente exactamente como los mega eventos de Marvel en los comics. Falta ver si funciona, desde la perspectiva de mercadotecnia, pero sobre todo para la historia.


Gladiator (Ridley Scott, 2000) – 6.5/10

Rusell Crowe interpreta a un tipo duro que es mejor que todos en todo sentido y lo demuestra a golpes. Joaquin Phoenix es un desquiciado y patético emperador enfermo de poder. Ridley Scott dirige una película de acción con hartísimo presupuesto y un sub-texto pobremente disimulado acerca de la grandeza de la democracia americana. Gladiator es lo que toda cinta gringa aspira a ser; y además de todo es disfrutable.

La ficha IMDB

Commodus (Phoenix) es el hijo del emperador romano Marcus Aurelius (Richard Harris), que decide asesinar a su padre cuando descubre que no heredara el trono. También decide asesinar a quien su padre había elegido como sucesor, el increíblemente perfecto Maximus (Russell Crowe). Pero Maximus escapa y se convierte, por azares del destino, en gladiador. Esos mismos azares le harán vengarse y cambiar la historia del imperio romano.

Tanto Crowe como Phoenix son geniales en sus papeles dentro de Gladiator. Crowe es noble y decidido, con ojitos tristes pero llenos de determinación. Su falta de emoción durante toda la cinta, aun cuando está muy triste, funcionan bien con el personaje. Phoenix por su lado es una vez más sorprendente, capturando la esencia del joven emperador evidentemente perturbado, con momentos entre él y su hermana (Connie Nielsen) que son francamente incómodos, como debía ser.

Fuera de eso, esta cinta tiene todos los estereotipos necesarios, todos los momentos cliché y todas las salidas fáciles que se pueden esperar de una cinta cuyo director se apellida Scott.
Definitivamente me sigue emocionando la primera aparición de Maximus en el coliseo en Roma y su última pelea contra Commodus. Pero sobre todo, sigue siendo bien emocionante su muerte y lo épico que resulta todo el asunto. Una cinta bien gringa que es una bonita manera de pasar un par de horas.

Sleuth ( Kenneth Branagh, 2007) - 8/10


Un duelo inglés. Al principio por una mujer. En realidad entre dos edades, dos culturas, dos egos. Remake de una película de Joseph Mankiewicz (1972) en la cual Michael Caine actuaba como el joven amante de la esposa de Laurence Olivier.

Ficha IMDb

Michael Caine, madurado, envejecido toma el lugar de Laurence Olivier y Jude Law toma el papel de Michael Caine, Lo que resulta divertido si se piensa que el mismo Jude Law repitió en 2004 el papel ocupado por Michael Caine en Alfie.

Con diálogos agresivos de Harold Pinter, premio Nobel de literatura en 2005, el encuentro violento de los dos personajes se vuelve evidente. El decorado ultramoderno de una casa “inteligente” donde todo es dirigido por control remoto, luces, puertas, sistema de vigilancia, materializa una obsesión paranoica del control.

Los tres actos, o tres sets, para retomar la terminología tenistica usada por los dos personajes, muestran las victorias sucesivos de cada uno . El primer acto termina por la falsa muerte del amante, quien toma su revancha en el segundo acto y acabará definitivamente vencido en el tercero.

El motivo del afrontamiento, la mujer, desaparece poco a poco de las conversaciones y vuelve a aparecer solamente en forma esporádica como un arma para reavivar las heridas de orgullo.

¿Pero, de verdad es importante cuando lo verdaderamente en juego es la oposición entre el hombre viejo, culto, famoso, reconocido, dominante y astuto, y el joven que tiene a su favor únicamente eso, su juventud y su belleza? Uno despues del otro, inventanel juego, haciendo que el otro siga, imantandose reciprocámente.

En el segundo set, asistimos aun juego de teatro dentro del teatro, con un Jude Law excesivo, a la manera de Johnny Depp, actuando, para jugar mejor al gato y al ratón, interpretando un falso inspector frente a un falso asesino (ya que él sabe perfectamente que el escritor no lo ha matado). Y haciendo después un impresionante strip-tease de maquillaje.

En el tercer acto, el escritor vuelve a ocupar la posición de superioridad, en un juego de seducción homosexual, sincero o engañoso, pero de todas formas desesperado.,El joven se deja seducir o también actúa para ganar tiempo . ¿O por curiosidad?

Porque todo es falso en este enfrentamiento. Como falsos son los decorados, los colores, las paredes y el minimalismo exagerado.

Mujeres al poder (Francois Ozon, 2010) - 8/10

A partir de una obra de teatra muy exitosa en su tiempo, Francois Ozon se divierte y nos divierte con una recreación de la Francia de los años 70, con actores muy bien dirigidos, con un humor muy sutil. Seguramente la disfrutarán más los que han vivido esos años 70 al recordar alguna que otra melodía, formas de vestir, frases o hasta inflexiones de voces familiares.

Ficha setentera en IMDb

Barillet y Gredy escribieron la obra de teatro Potiche en 1980 para Jacqueline Maillan, muy popular actriz con una presencia, una voz y un carácter muy fuertes. Dos años después, el papel fue de Danielle Darrieux, mujer más bien fina y delicada, y una de las actrices apreciadas por Francois Ozon (Ocho mujeres).

Catherine Deneuve, la actual Suzanne, es como una mezcla de las dos. Más elegante que una, pero más fuerte que la otra. Y el papel le queda a la perfección. Es completamente la mujer en sus cincuentas en los años 70. Ama de casa, con algo de actividades personales (jogging en la mañana y libreta de versos), con unos momentos de rebeldía pasajera en contra de su esposo que la confine en su papel de adorno (una “potiche” es un bonito florero inútil, demasiado grande para ponerle flores, un poco estorboso, pero bonito). Pero finalmente muy contenta de cocinar, llevar su casa y lucir ropa bonita.

El esposo tirano, Robert Pujol (Fabrice Lucchini), es odioso. Despreciativo con todos, autoritario con los trabajadores, avaro en la gestión de la empresa, y machista con la secretaria. Ozon ha logrado contener a Luchini el barroco, el parlanchín y excesivo. Resulta totalmente creíble.

Los dos hijos del matrimonio, la hija Joelle (Judith Godrèche), con su pelo a la Farah Fawcett , y su sumisión a su esposo, el hijo Laurent (Jérémie Renier) , con sus pantalones y suéteres apretados y su mechón estilo Claude Francois, y descubriéndose gay, antes de que se usara esta palabra, son el complemento perfecto y casi histórico del matrimonio. Pero la más espectacular es la secretaria Nadège Dumoulin (Karin Viard) ,que evolucionará paralelamente a su nueva jefa y se emancipará del poder de su jefe.

No olvidemos al oso Depardieu (¿Todos esos kilos son suyos o le pusieron unas almohadas, porque ahora si que da miedo su gordura) . Por fin, el papel le queda. El alcalde comunista, fiel a sus ideales en su pequeño departamento con fotos en las paredes: él con Georges Marchais, secretario general del partido Comunista Francés en sus años gloriosos. Y fiel a su amor perdido: la mismísima Suzanne.

Para no olvidar que estamos en un comedia de embrollos, el hijo esta enamorado de la hija del pastelero, que tal vez es hija del esposo. Pero la madre le hace creer al padre que probablemente es hijo del alcalde. Pero finalmente ya no sabe porque ella también tuvo sus momentos de recreo, y , ya que hijo se va por el lado homosexual, bien podría ser que el nuevo novio sea hijo de la madre con el notario……

Pero, mientras tanto y aprovechando que el padre estaba enfermo y después convaleciente en un crucero, la Señora ha tomado el control de la empresa (que por cierto viene de su propio padre), con todo y nueva colección de paraguas, con nuevos baños, con proyectos de comercio con China (China se abre al mundo en los70!). Sin olvidar sus pieles y perlas, ya que, si los tiene es gracias al trabajo de los obreros y es normal que disfruten viéndolos. Conoce a cada quien desde que eran niños y nadie la puede impresionar.

La señora terminará diputada, en el meeting de la victoria, prometiendo tomar bajo su paraguas protector a sus votantes que le lanzan como grito de apoyo: “Mama!” Y ella baja a cantar en medio de ellos “Que c’est beau , la vie!” . Años 70. Jean Ferrat lo cantaba. Era el cantante casi oficial del partido comunista.

La música de la época esta muy presente : canción nostálgica del romance perdido en el matrimonio: Emmène-moi danser ce soir de Michelle Torr, con el cual Suzanne pirueta en su cocina ; música disco sobre la cual Suzanne y el alcalde se mueven pesadamente y lentamente en el antro prohibido a las mujeres bien. No se hable de los coches, la ropa. Un gran documento sobre los años gloriosos que vivió Francia bajo la presidencia de Giscard D’Estaing, cuando el país empezó a modernizarse lentamente después de la rebeldía de Mayo 68 .

Al compás del amor (Mark Sandrich, 1937) - 5/10


Comedia ligera con Fred Astaire y Ginger Rogers, que no tiene el encanto habitual. Los momentos de danza son pocos y no tienen nada remarcable.

Ficha IMDb

Con un guión de comedia de enredos, con matrimonios secretos, falsos, verdaderos o tramposos, con rumores y quiproquos, pero sin nada verdaderamente divertido, esta película se desarrolla en una compañía de danza clásica, donde lo único clásico son las bailarinas sobre las puntas. Petrov (Fred Astaire), falso ruso, bailarín clásico atraído por la danza de jazz y por una bailarina famosa, Linda Keene (Ginger Rogers), que no tiene ganas de conocerlo, hace todo para seguirla de vuelta a Estados Unidos. Todo mundo se encuentra sobre el barco, lo que da pretexto para algunas escenas de observación divertidas: el paseo de los perros sobre cubierta, cada uno parecido a su dueño.

Por lo que se refiere a bailes, la película resulta bastante pobre con solamente algunos momentos, como la secuencia de baile en patines en Central Park, sin grandes demostraciones de destreza, talento o complicidad entre los dos grandes. Y es una lástima ya que es el único largo metraje de la pareja prodigiosa con música de Ira y George Gershwin.

Quedan los efectos muy de la época en los decorados amplios y altos, en el estilo de los muebles, en la vestimenta.

Pero finalmente, uno acaba un poco decepcionado.

Friday, September 9, 2011

Alfie (Charles Shyer, 2004) - 6/.510


Remake de una comedia de 1966 con Michael Caine, Además del encanto irresistible de Jude Law, Alfie presenta la interesante evolución de un joven cínico y mujeriego hacia un hombre consienten de sus errores y de su soledad. En una comedia agridulce en constante complicidad con el espectador.

Ficha seductora

Para empezar, hay que decirlo, Jude Law es “cute”. Guapo, seductor, y con un acento inglés que derrite a cualquiera. Y además, con una Vespa para su vida personal, y una limusina para su vida profesional. Limusina para los encuentros con Dorie (Jane Krakowski ), Vespa para la madre soltera Julie ( Marisa Tomei).

Seduce no solo por su apariencia tierna y encantadora, pero también por la palabra, ya que no cesa de hablarnos, en voz off, o dirigiéndose directamente a la cámara, mientras la imagen se detiene, o al contrario al mismo tiempo que la acción se sigue desarrollando alrededor de él. Alfie es omnipresente y Jude Law lleva todo el peso de la película, de principio a fin. El discurso, de cínico alarde de sus conquistas y de su cinismo, se vuelve poco a poco más angustiado, amargado. Hasta terminar en la meditación de un hombre por fin adulto.

La angustia le llega por dos lados, el físico y el moral. Físico porque cierta deficiencia, además de poner en jaque sus hazañas “románticas” lo mantiene durante algunos días en la espera d e resultados estudios: ¿tumor? ¿Grave? Y, a modo de oración, o de superstición, nos confía algunos buenos propósitos.

Moral, porque, al tratar de convencer Lonette (Nia Long), la novia de su mejor amigo Marlon (Omar Epps) de volver con este, se deja seducir y pasa la noche con ella. Remordimientos. (Sobre todo que es el momento en que aparecen las deficiencias arriba mencionadas). Para empeorar el asunto, la chica se embaraza y decide abortar.

El ánimo vuelve al conocer una chica magnifica, Nikki (Sienna Miller)pero bipolar y dificil de convivir, lo que lo lleva a correrla sin piedad de su departamento. Y la soledad empieza.

De ahí en adelante, todo se desploma: pierde el mejor amigo. La ex-novia Julie (Marisa Tomei) ya no quiere aceptarlo de vuelta ya que se consiguió un novio. La magnifica y rica cincuentona Liz (S Sarandon) a quien le lleva, en un tardío movimiento de atención y ternura, un ramo especialmente escogido, lo esta engañando…… con uno más joven.

La película sigue una construcción muy sencilla. Primera parte, el gozo, la irresponsabilidad, el conseguir mujeres de todas edades y tipos y deshacerse de ellas después del tiempo, variable, de uso. Alfie gana. Segunda parte: caída progresiva. Perdidas de todo tipo y intentos de recuperar. Rechazo por parte de las mujeres. Alfie pierde.

Algunas canciones compuestas especialmente por Mick Jagger y David Stewart (interesantes créditos finales con muy bonitas fotos de todos los que han participado en la realización de la película.)

Un película entretenida e interesante. Pero habría que ver la original con Michael Caine ya que, hace 30 años, esta temática estaba bastante más provocativa que actualmente.

Las exnovias de mi novio ( Nick Hurran , 2004) -- 4,5/10


Little black book es una comedia bastante inútil, y hasta aburrida, salvo el ultimo cuarto de hora, sobre jóvenes, novios, y programas de televison.

Ficha IMDb

Stacy (Brittany Murphy) acaba de entrar como productora asistente de Kippie Kann (Kathy Bates), presentadora de un talk shaw . Su novio Derek (Ron Livingston), no es muy comunicativo sobre sus relaciones anteriores. Tiene un perro enorme y con problemas intestinales. Durante una ausencia por trabajo del novio, decide investigar la vida anterior del sujeto, empujada por su colega Barb (Holly Hunter). Utiliza los recursos electrónicos (el teléfono celular del novio, el “pequeño libro negro” del titulo) y los métodos y el pretexto del programa televisivo para entrevistas a las exnovias, sobre sus vidas, pero sobre todo sobre su relación con Derek y sus actuales sentimientos hacia él. Al final, ella resultará ser la victima ya que Barb utiliza todo el material para un programa en directo de Kippie, lo que le asegura una promoción.

El director no duda en proponernos, y tomando todo su tiempo, escenas del nivel de alumnos de secundaria: niñas brincando de felicidad, teléfonos aplastados con un palo de hockey, perro con gases.

¿Será esto una fábula con moraleja?: no traten de saben lo que no les quieren decir. Podrían salir lastimados, hasta castigados.

Se podría ver como una critica al cinismo de los talk show o al sensacionalismo de los periodistas (cf Mad City , Costa Gavras - 1997) Eso, si de verdad se le quiere encontrar algún interés a la película.

Las actrices, hasta Kathy Bates, resultan poco interesantes o convincentes. Brittany Murphy al menos es espontanea, lo que no significa talentosa.