Después de dos cintas Chris Columbus decidió que sería demasiado hacer una tercera; es lo mejor que le pudo haber pasado a la saga. Alfonso Cuarón logra un impresionante balance entre las bonitas imágenes y la esencia de los personajes, quizá la única cinta en la serie que lo logra casi tan bien como los libros.
La ficha IMDB
Otro año, otro conflicto para Harry Potter (Daniel Radcliffe) y sus amigos. En esta ocasión el famoso villano Sirius Black (Gary Oldman) ha escapado de la prisión mágica Azkaban y se dirige a Hogwarts para asesinar a Harry. Pero como siempre, las cosas no son lo que parecen.
The Prisoner of Azkaban es uno de los mejores libros de la serie porque cambia el ritmo. Antes de este libro hubo dos aventuras más o menos aisladas con los mismos personajes; algo como una serie de televisión americana. A partir de este, la historia se convierte en una saga, más cercana a una serie animada japonesa, con una verdadera dirección general. Así que mucho de lo emocionante de la cinta viene, otra vez, del material original.
Pero dicho eso, la cinta en si misma tiene muchísimos meritos. Las actuaciones, para empezar, comienzan a volverse interesantes. Emma Watson como Hermione tiene ya una verdadera personalidad, pero la cinta se la llevan David Thewlis como el atormentado pero súper buena onda profesor Lupin y, sobre todo, Gary Oldman como Sirius Black. La locura en los ojos de Black esta siempre ahí, mezcla de tristeza e ira, y su capacidad para saltar de una a otra, de estar cegado por la venganza a derrotado por la nostalgia es impresionante.
Cuarón hace un real esfuerzo cinematográfico, utilizando travellings y tomas en picada que salen de la norma del cine americano en general y le dan a una cinta llena de diálogos y momentos de introversión una verdadera dimensión dinámica.
Pero lo mejor es sin duda su increíble trabajo en los detalles. Desde la toma inicial de Harry jugando con su varita mágica a escondidas en su cama (así es) hasta las interacciones entre Ron (Rupert Grint) y Hermione, pasando por los diálogos con los otros muchachos, esta cinta logra de verdad mostrarlos como lo que son: niños sumergidos en una situación que los sobrepasa. Que es como muchos adolescentes se sienten seguramente. Y todo está en los detalles, en mostrar el dormitorio de Gryffindor lleno con las risas de adolescentes, a los malosos de Slytherin jugando bromitas o simplemente poniendo a los estudiantes en ropa de calle, no en uniforme de maguito.
The Prisoner of Azkaban no es la mejor adaptación en la serie, pero es sin duda la mejor película.
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