Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Friday, September 30, 2011

Mi parte del pastel (Cedric Klapisch, 2011) – 5.5/10


A partir de una idea interesante, el contraste entre el mundo de los traders que hacen y deshacen las empresas y el mundo de los trabajadores que sufren las consecuencias de las grandes operaciones financieras, Klapisch no logra mantener la coherencia de su historia y realiza más una secuencia de escenas que una película consistente.

Ficha pastelera aqui

Cuando France ( Karin Viard ) se encuentra sin trabajo, al igual que sus compañeros de la fabrica en Dunkerque, intenta suicidarse el día del cumpleaños de una de sus tres hijas. Al recuperarse, decide ir a París a probar suerte, dejando a las chicas al cuidado de su hermana, Josy (Audrey Lamy) .

En paralelo, vemos la vida de Steve Delarue (Gilles Lellouche) en Londres, como uno de los traders más agresivos de su compañía. Su jefe lo manda de vuelta a París para implementar la oficina francesa, haciéndole brillar la perspectiva de un posible regreso a Londres como director general.

France, de nombre significativo, una vez en París, toma un curso de capacitación para empleadas domesticas, favor que le hace el tío de un amigo. Para esto, tiene que hacerse pasar por inmigrante del este. Lo que nos da una cómica escena extravertida de falso acento ruso. Así que, además de ser sensible, es divertida y trabajadora. Es, sin discusión, el personaje bueno de la película.

Claro, France va a ser la empleada de Steve. Pero queda poco claro bajo que condición: ¿vive en su casa? ¿Renta un departamento? ¿Come? ¿Duerme? Tratándose de una película que se pretende realista, da muy poca información.

Steve es un personaje desagradable. Les grita a todos, y tratándose de mujeres, utiliza. Como lo ejemplifica el caso de la joven modelo que se lleva a Venecia en su avión personal y que desencadena su ira o al menos su mal humor al decirle que no piensa acostarse el primer día. El hombre le aplica la ley del silencio. Desayuna con su periódico y sin esperarla, y después se sale de la góndola. Total. La chica cede. Él es, sin discusión, el personaje malo de la película.

Cuando su ex esposa le deja, o mejor dicho , le avienta a Alban (Lunis Sakji ), su hijo de unos 4 años porque ella se va quien sabe adonde, el pobre necesita de la ayuda de su empleada. Y le paga un salario extraordinario. La complicidad crece. Hasta le explica en que consiste su trabajo. Y como, con un clic puede hacer subir y bajar el valor de las acciones, y hasta desaparecer una empresa.

La complicidad se irá haciendo más evidente durante un viaje a Londres con todo y niño, y una cena importante donde la empleada le hace de acompañante rusa. Hasta que pasan la noche juntos. ¿Otra película romántica de amores ancilares? No ¡Todo fue una apuesta! Y ella descubre casi al mismo tiempo que él hundió su fábrica y los puso a todos en la calle. De ahí la venganza….

Pero lo más interesante ocupa la menor parte de la película. Y la revelación de la apuesta acostadera le quita fuerza a la decisión de France que uno no sabe bien a bien si es venganza sentimental o laboral.

En resumen, una muy interesante actuación de Karin Viard, que acabamos de ver como doble joven y proletario de Catherine Deneuve en Mujeres al poder. Interpretación regular de Gilles Lellouche, guión con muchos huecos. Un resultado finalmente bastante fallido aunque se deja ver sin aburrirse.

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