Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Sunday, July 31, 2011

The Truman Show (Peter Weir, 1998) – 8.5/10

Una fantástica historia can una excelente narrativa y fantásticas actuaciones. The Truman Show parece salida de la mente del escritor existencialista de nuestros tiempos, Andy Kaufman, pero no, el merito es de Andrew Niccol (Gattaca, 1997 y muchas más). Un verdadero espectáculo, esta cinta es un clásico inmediato.

La ficha IMDB.

Truman Burbank (Jim Carrey) es un vendedor de seguros con una hermosa esposa (Laura Linney), un muy buen amigo en Marion (Noah Emmerich) y una vida si bien no perfecta, bastante buena. En su pasado hay un par de momentos tristes, la muerte de su padre (Brian Delate) y la desaparición de su primer gran amor, Lauren (Natascha McElhone). En su presente, hay algo que no se siente del todo bien. Es que Truman es el primer ser humano cuya vida entera, cada minuto, cada segundo, cada evento, es parte de un programa de televisión.

La premisa de la historia es fascinante. Fascinante no solo en sí misma, que es de por sí bastante interesante, sino también desde una perspectiva social, y desde una perspectiva humana. Por el lado social, The Truman Show expone el fenómeno del reality show llevado al extremo. Cuando la cinta apareció, el concepto no era nuevo, pero estaba en plena explosión. La idea de una vida donde la privacidad no existe, una vida donde todo (TODO) existe con tal de complacer a un público sediento de intensidad que no puede tener en su propia vida es explotada en todo tipo de emisiones televisivas (y ahora en internet también, por supuesto). The Truman Show levanta una pregunta interesante ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar en nombre del entretenimiento? Tanto productores como consumidores somos responsables por programas televisivos cada vez mas demenciales (Relapse de A&E por ejemplo) donde no hay ninguna idea detrás del entretenimiento, tan solo el deseo de distracciones banales. La idea de un ser humano cuya vida entera, su día con día, la muerte de sus seres queridos, todo, está destinada a satisfacer ese deseo no parece tan descabellada…y eso es patético.

Desde la perspectiva humana está la aun más interesante cuestión del propósito de la existencia y de la existencia de Dios. Si la escena final de la cinta no es indicio suficientemente evidente, The Truman Show cuestiona la idea de un Dios que ha creado a seres vivos y los ha expuesto al dolor de la existencia solo porque si. Por supuesto no se trata tanto de cuestionar la existencia de Dios, como de cuestionar nuestro rol en un mundo creado para nosotros, sin consultarnos. La siempre difícil cuestión de saber que hacer cuando la verdad es innegable. Truman hubiese podido ignorar los indicios, hubiese podido bajar la cabeza y seguir adelante. Finalmente todo estaba diseñado para que las cosas fuesen aceptables. Afuera, para parafrasear a los Caifanes, nadie estaría para cuidarlo. Pero salir es la única decisión valida, aunque la tentación de quedarse es fácil de entender.

Aun más allá, la cinta pone en evidencia algunas de las prácticas de comercialización sin fin de los medios, con el continuo product placement en la vida de Truman (no muy alejado del continuo product placement en nuestras vidas). Así como, o quizá solo soy yo, una denuncia al estilo de vida americano, que habría que dejar de llamar así, porque es cada vez más prevalente en nuestras sociedades. Un estilo de vida artificial, protegido, lleno de salidas fáciles y conformismos.

Lo mejor de The Truman Show es que si bien las ideas de fondo son tan poderosas que dominan la cinta el merito técnico no desaparece. Las actuaciones, en particular de Truman, su esposa y su amigo, son fenomenales. También Ed Harris en el rol del productor del programa es genial.

La narrativa es igualmente extraordinaria. La historia avanza antes de que entendamos nada, dando solo pequeños indicios de que algo está mal, primero con una sutileza magistral, y cada vez creciendo más y mas. Para cuando la dimensión real de la ficción es completamente revelada, la suspensión de la incredulidad es ya total, los creadores fueron capaces de llevarnos de la mano poco a poco, hasta que todo fuera creíble. El merito de Peter Weir y de Andrew Niccol es innegable.

Que la cinta no hubiese sido hecha por Andy Kaufman, David Fincher, o cualquiera de los sospechosos comunes (ósea ellos dos más Michel Gondry y Spike Jonze) es también una bocanada de aire fresco. Quiere decir que hay más autores con ideas y con el talento para explorarlas.

The Truman Show es todo lo que el cine debe ser, propositivo conceptual y formalmente, profundo, divertido y honesto.

Everything is Illuminated (Live Schreiber, 2005) – 6/10

Pasada la sorpresa de saber que Sabertooth dirigió esta película, Everything is Illuminated se disfruta bastante. Quizá lo más interesante es la fantástica fotografía y la presencia de Eugene Hutz (vocalista de Gogoll Bordello). Si bien el guion y la dirección parecen haberse quedado un poco cortos comparados con la historia, puede ser que eso hubiese sido modificado con subtítulos que estuviesen en sincronía con la imagen.

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Jonathan Safran Foer (Elijah Wood) es un joven judío con un desorden obsesivo compulsivo bastante fuerte, quien decide viajar a Ucrania para encontrar un pedazo de su pasado. Ahí es guiado por Alex, un joven con aspiraciones de grandeza, y su abuelo con todo y perro desquiciado, Sammy Davis Junior, Junior. Las personalidades de cada uno, y sus conflictos, florecen mientras buscan el pueblo de donde surgió la familia de Jonathan.

Los personajes son sin duda el mayor atractivo de esta película. La historia es conmovedora, pero no traer realmente nada nuevo a una situación que se ha narrado una y otra vez. No que no deba narrarse de nuevo desde otra perspectiva, pero esa nueva perspectiva solo puede venir de una mirada individual y aunque esto es lo que intenta hacer Everything is Illuminated, simplemente no lo logra muy bien. No parece que eso venga del material original, parece más bien que el guion o dirección no pudieron encontrar el equilibrio entre avanzar la historia, y desarrollar los personajes.

Jonathan con su necesidad de tener mementos de absolutamente cualquier evento es fascinante. Por supuesto encaja perfectamente con su pequeña misión, su necesidad de tener una relación física con su pasado que a su vez parece ilustrar el conflicto de su pueblo. Una nación errante, sin nada firme a que estar atado.

Alex, obsesionado con un sueño americano mal entendido, incapaz de entender porque alguien se obsesionaría por su pasado, refleja también la situación de su pueblo, de cualquier pueblo atrapado entre un presente arraigado en el pasado y el lujo el glamur que pareciera necesitar el entierro de la tradición.

Hay imágenes realmente hermosas en la cinta, como los campos de girasoles, o, por supuesto, las colecciones de Jonathan y de Augustine. Pero también los momentos en el auto, la primera cena entre los tres personajes, momentos llenos de emoción, cuya fotografía lo refleja.

About a Boy (Chris Wietz, Paul Weitz, 2002) – 4.5/10

Otra comedia romántica cuyo final carece de sentido. Un par de momentos agradables y destellos de honestidad con un personaje completamente rebasado por las circunstancias, eso es quizá lo único que detiene a un ser humano normal de patear el monitor ante los dos chamacos que parecen estar pidiendo a gritos una patada en la entrepierna. Rachel Weisz también hace la situación más soportable.

La Ficha IMDB

Will Freeman (el insoportablemente encantador Hugh Grant) es un soltero empedernido que vive de las regalías de un hit musical creado por algún miembro de su familia. Jamás ha tenido un trabajo y jamás ha tenido que preocuparse por nadie. Marcus (Nicholas Hoult) es un niño confundido quien intenta lidiar con su crónicamente deprimida madre (Natalia Tena). Sus vidas se cruzan y todos aprendemos una valiosa lección.

Es cierto que por momentos la soledad de Will es algo con lo que uno se puede identificar, pero el personaje carece de ese “algo” que lo haga de verdad carismática e interesante. Sus momentos de conexión con el joven Marcus se sienten artificiales, y no hay realmente nada que pueda enseñarle. Quizá esta idea tenga algo de merito. Como lo demuestra la escena en el espectáculo de talento de la escuela, quizá el punto es que no es necesario ser el mejor para mejorar la vida de alguien. No dejo de sentir sin embargo, que Will, inclusive al final de la cinta, sigue siendo un imbécil que no se esfuerza por nada.

Marcus, por otro lado, es realmente insoportable. No recuerdo como era yo a los 12, ciertamente no era un campeón, pero me cuesta trabajo pensar que fuese tan molesto como el muchachito en cuestión. No es tanto que tiene problemas en la escuela, es simplemente su comportamiento en general el que es repulsivo.

El personaje es interesante solamente por su relación con su madre, quizá la única persona que se siente real en la película. No porque es triste, sino porque esa situación en la que esta, dividida entre esta tristeza aplastante, y el honesto deseo de hacer lo correcto por su hijo. La solución a ese conflicto también se siente fácil, pero queda en claro que el esfuerzo es continuo, que las cosas son mejores solo porque existe la voluntad de hacerlas mejores.

Sí, me reí un par de veces, o más bien sonreí. Pero nada más, a bueno, también sale Rachel Weisz y eso siempre es bueno.

Mallrats (Kevin Smith, 1995) – 5.5/10

El segundo largometraje de Kevin Smith, parte del llamado View Askewniverse, Mallrats sigue, otra vez, las desventuras de un par de muchachos confundidos que intentan poner en orden su vida sentimental, en este caso, la locación es un centro comercial. Un excelente antecesor del cine de Judd Apatow, no es el mejor esfuerzo de Smith, pero están ahí algunos destellos de honestidad que la hacen interesante, sobre todo como parte de algo más grande.

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TS (Jason Lee) acaba de ser dejado por su novia Brandi (Claire Forlani) después de que, indirectamente, puso en riesgo el programa de concursos de su suegro. Brodie (Jason Lee) también es dejado por su novia, Rene (Shannen Doherty) por ser, básicamente, un bueno para nada. Refugiados en el centro comercial intentaran recuperar a sus respectivas chicas en un estilo tan 90s que duele. Por supuesto, para lograrlo necesitaran la ayuda de, así es, Jay (Jason Mewes) y Silent Bob (Kevin Smith).

Ver a Mallrats como una cinta auto-contenida es difícil. Por supuesto, los personajes y actores recurrentes del universo View Askew lo hacen difícil en sí mismo, pero sobre todo, se siente más como un ejercicio en camino a algo más grande. O quizá esa es solo la impresión resultado de haber visto ya eso más grande que sigue.

Hay algunos gags divertidos en la cinta, por supuesto, pero la mayoría de ellos se sienten forzados. La adivina con el tercer pezón, o el momento jedi de Silent Bob están tan exagerados que no se disfrutan. Los momentos de honestidad brutal tampoco son de lo mejor. La confesión de amor de TS debía haberle valido una patada en la entrepierna más que cualquier otra cosa. El gran momento de Brodi, por otro lado, si me dio risa. En, una vez más, un ejercicio que llevara en otras cintas a cosas mas interesantes.

En general, Jay, Silent Bob y Gwen (Joey Lauren Adams) tienen las interacciones mas divertidas. Y por horrible que parezca, el chiste recurrente alrededor del personaje de Ben Affleck, quien gusta de tener relaciones sexuales en un lugar muy incomodo, es de lo mejor de la película. Eso dice mucho acerca del calibre de la cinta.

The Hangover (Todd Phillips, 2009) – 5.5/10

Una apología a la pachanga irresponsable con duración de dos horas, varios chistes predecibles, un chiste verdaderamente hilarante, Heather Graham, un chinito en la cajuela y nada más. Seria agradable vivir en un universo donde fuese difícil explicar el éxito de esta película, pero no, en realidad es completamente comprensible.

La ficha IMDB

Doug (Justin Bartha) está a punto de casarse y por lo tanto habrá una despedida de solteros en Las Vegas. El grupo está compuesto por: Phil (Bradley Cooper) el líder, atrapado en un monótono matrimonio; Stu (Ed Helms) el inhibido, preso en una relación del infierno y Alan (Zach Galifianakis) el súper extraño futuro cuñado de Doug hay quien hay que incluir para quedar bien. Después de una noche de alcohol en exceso y una que otra droga consumida por accidente, la banda despierta para descubrir que Doug ha desaparecido. La única manera de encontrarlo a tiempo para la boda es recordando lo que paso la noche anterior. No es muy diferente a “La Risa en Vacaciones”, salvo por el presupuesto. Y Heather Graham.

Es cierto que la cinta consigue arrancar risas durante toda su duración, pero la verdad es que la mayoría de los chistes se ven venir como 15 minutos antes de que sucedan y solamente hay dos momentos realmente sorpresivos. El primero es cuando Mr. Chow (Ken Jeong) salta semidesnudo de la cajuela del auto para golpear a quien se encuentre cerca, para después desaparecer en el horizonte (su regreso hace menos divertida la situación). El segundo, que sucede primero, es cuando Stu le da tremendo golpe al bebe misterioso con la puerta del taxi. Completamente espontaneo e hilarante, tanto así que no seria sorpréndete descubrir que ni siquiera era parte del guion.

Fuera de la aparición de Heather Graham y de Zach Galifianakis que puede ser divertido interpretándose a sí mismo como lo hace siempre que esta frente a las cámaras no hay mucho más que decir. Finalmente no se necesita más. En una sociedad tan reprimida como la que rige los mercados en nuestros días, esta re-invindicación del niño adulto toca las fibras de los muchachos simplemente porque insinúa la posibilidad de una borrachera sin precedentes y, por supuesto, sin consecuencias.

The Blind Side (John Lee Hancock, 2009) – 4.5/10

Leigh Anne Tuohy (Sandra Bullock) es perfecta. Su vida es perfecta, su familia es perfecta, su esposo es perfecto, su casa es perfecta. Sus amigas son un poco menos perfectas, pero está bien porque eso nos ayuda a ver lo realmente súper perfecta que es ella. En algún momento de esta súper perfección decida adoptar a un adolescente con muchos problemas pero gran talento deportivo, en gran medida por su alto índice de “instinto de protección”. Dicen que la cinta está basada en una historia real.

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Michael Oher (Quinton Aaron) es un muchacho enorme con gran aptitud para los deportes, pero nacido en la miseria con una madre drogadicta. A pesar de vivir en un barrio bien mala onda el muchacho ha sido capaz de mantener si nobleza, en gran parte gracias a la ayuda de su vecino que le deja dormir en su sillón cuando las cosas andan mal. Total que gracias a ese vecino el muchacho tiene oportunidad de ir a una prestigiada escuela, bueno también gracias a la ambición del sistema por tener a un jugador de elite. En una de esas la millonaria familia Tuohy lo adopta y le enseña el valor de la familia.

La cinta está basada en la historia real de Michael Oher, quien al parecer es muy talentoso en el fino deporte del futbol americano. No se trata aquí de cuestionar su talento o lo complicada que fue su niñez. No hay duda que tuvo que pasar por mucho para llegar a donde está. Y sin duda que la familia Tuohy es increíblemente noble e hizo algo increíblemente excepcional, y humano, al ayudar al joven Michael. Pero The Blind Side no es la historia de estas buenas personas. The Blind Side es una ridícula caricatura.

Todo está presente en el mix. Los profesores escépticos pero llenos de buena voluntad, contra punteados por el profesor maloso de quien depende al final que las cosas salgan bien para Michael. El niño simpático que agrega el comedic relief con chistes tan genéricos que cuesta trabajo no patear el monitor, y la adolescente confundida que finalmente entiende que su popularidad no es más importante que el mensaje de amor y solidaridad de la cinta. La amenaza desde el sistema que se presenta casi al mismo tiempo que la amenaza desde el pasado y el momento culminante en que todo sale bien y si eso incluye tomas del evento como sucedió en realidad.

Tantos estereotipos que para el final de la película Sandra Bullock ya no cae bien y uno solo puede desear que alguien le patee la espinilla para inyectar algo de honestidad a un personaje que hubiese podido ser simpático si no fuera tan unidimensional.

Y al final la pregunta, ¿la moraleja de la historia es que el trabajo duro trae recompensas, que debemos ser solidarios, o que sin limosnas los más desafortunados nunca dejaran de serlo?

Howard the Duck (Willard Huyck, 1986) – 4.5/10

Basada en el personaje de Marvel Comics, Howard the Duck es de lo más cotorra. No hay mucho que agregar para describir las aventuras de un visitante de otra dimensión que es exactamente como la nuestra, salvo que los habitantes de la tierra son patos humanoides; salvo que la secuencia final es tan 80s que cuesta trabajo creerlo.

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Un experimento científico resulta en que Howard el pato (Chip Zien en la voz y como 10 individuos turnándose el traje) es traído desde su dimensión hacia nuestra tierra, donde conoce, y se enamora de, Beverly Switzler (Lea Thompson) una aspirante a rock star con mucho talento y mucho corazón. Juntos intentan regresar a Howard a su dimensión de origen, pero antes deben salvar a la Tierra de una horrorosa creatura que llego gracias al mismo experimento.

Esta es una de esas cintas que no pretende nada más que ser una distracción momentánea, y lo logra de manera excepcional. Quizá el momento más emocionante de la cinta es ver a Lea Thompson, mejor conocida por ser la novia de McFly en la saga de Back to the Future (Zemeckis, 1985), en unas ropas completamente ochenteras, como parte de una banda completamente ochentera. También es placentero toparse con Tim Robbins, como el torpe amigo de Beverly que termina siendo una buena persona.

Resulta difícil saber si fue intencional, pero la facilidad con la que los personajes aceptan la cantidad de absurdeces en la trama es hilarante. Por supuesto, la ficción necesita de la suspensión de incredulidad, y eso quiere decir aceptar al pato y al monstruo extra dimensionales, pero lo campantes que están todos a su alrededor, o la placida conversación entre las creaturas de otra dimensión y Beverly en el dinner, o el aeroplano de escape son demasiado.

La secuencia final por supuesto se lleva las palmas. En el más puro estilo de los ochentas, la banda de “rock” (quizá debería haber más comillas ahí), con Howard al frente, cierra la película ante miles de fans, tocando una melodía que hace referencia directa a la cinta y si, todo se termina con un freeze frame lleno de emoción y sentimiento.

Evangelion 2.0 – You Can (Not) Advance (Masayuki, Tsurumaki, Anno, 2007) – 8.5/10

La segunda parte de la reinterpretación de Neon Genesis Evangelion da un paso importante en contar la historia de una manera diferente. A diferencia de You Are [Not] Alone, You Can [Not] Advance se aleja de la narrativa de la serie, contando los sucesos de una nueva forma e introduciendo elementos nuevos a la mitología de Evangelion. De pronto esta “actualización” parece valer la pena.

La ficha IMDB.

NERV recibe a dos nuevos elementos. Por un lado Asuka Langley (Yuko Miyamura), la eficiente piloto alemana, llega junto con la unidad 02. Al mismo tiempo Ryoji Kaji (Koichi Yamadera) regresa para continuar con el plan secreto que le ha encargado Gendo Ikari. Mientras lidian con sus considerables conflictos internos, Shinji, Asuka y Rei (Megumi Hayashibara) descubren también la fuerza de sus sentimientos.

Mientras You are [Not] Alone se limita a sintetizar el inicio de la serie, You Can [Not] Advance toma esas bases y lleva a los personajes en una nueva dirección, sin dejar de explorar los temas de fondo que hacen a Evangelion tan interesante.

Desde una perspectiva narrativa, la presencia desde este punto en la historia de los otros niños aumenta la tensión y crece enormemente la perspectiva épica de la historia. Además, la presencia de Kaji y los secretos de Gendo son traídos al frente y hacen a estos personajes aun mas (si, aun mas) interesantes que en la serie original. Las preguntas en relación a los planes de NERV y SEELE crecen y resultan en aquello a lo que toda narrativa aspira: No podemos esperar para saber que pasa después.

Desde la perspectiva del fondo, la dinámica entre los tres chamaquitos también es mucho mas explicita y mientras en la serie la timidez de Shinji imponía sutilezas e insinuaciones, ahora él mismo es mucho más abierto y así también los sentimientos afloran fácilmente. Los miedos de Asuka, sus inseguridades y necesidades son explicitas y si bien esto puede parecer no tan bueno, el hecho de que suceda tan pronto en la historia, es señal de que será empujado al extremo.

La relación de Shinji y Rei también cambia completamente, ahora que Rei está dispuesta a aceptar sus sentimientos hacia Shinji y él está listo para actuar de manera acorde, resultando en una escena increíblemente intensa tanto emocional como visualmente.

Además, la secuencia de presentación del Eva 02 es increíble, pero no tan impresionante como cuando los tres Evas tienen que coordinarse para vencer al Ángel. Simplemente por eso, ya valió la pena esta serie.

Evangelion 1.0- You are [not] Alone (Masayuki, Tsurumaki, Anno, 2007) – 6.5/10

La primera parte de una reinterpretación de la legendaria serie de televisión ideada por Hideaki Anno se aleja poco de la primera parte de la serie. Si bien la noción de que Neon Genesis Evangelion necesite de una actualización me parece risible, el hecho de que esta actualización, al menos en esta primer entrega, se limite a agregar elementos de CGI es una verdadera decepción. Sin embargo, sigue siendo Evangelion y eso cuenta para mucho.

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Shinji (Megumi Ogata) es un adolescente temeroso, con una autoestima por el suelo resultado del sentimiento de abandono y las escasas interacciones con su padre, Gendo (Fumihiko Tachiki). Shinji es también el elegido para operar la unidad 01 de Eva, la única defensa contra los Ángeles que están a punto de atacar la tierra y cambiarlo todo. Ahora Shinji debe lidiar con su padre, su adolescencia y el fin del mundo.

Superar el increíble logro que fueron los 26 episodios de televisión es algo casi imposible. La calidad de la animación, de la dirección, del guion…La manera en que fondo y forma trabajan juntos en esa serie para contar una historia profunda, humana, honesta al mismo tiempo que intrigante, emocionante y divertida; es algo impresionante, una verdadera obra de arte. La idea de que la historia necesitaba “actualizarse” es francamente ridícula. Es una historia tan humana y con una narrativa tan lograda que seguirá siendo relevante por mucho, mucho tiempo. Que los creadores y el estudio quisiesen sacar mas ganancias de la de por sí ya increíblemente redituable creación, eso me parece mas creíble.

You are [not] alone sintetiza los primero episodios de la serie, saltándose algunos detalles y cambiando ligeramente ciertos puntos en la historia. Personalmente siento que la esencia persiste, pero es quizás porque he llenado los huecos yo mismo – sería interesante ver la reacción de alguien no familiarizado con la serie original.

Muchos de los elementos de animación de la serie original fuero reutilizados, aunque la más notable adición son los ángeles ahora totalmente en CGI, hay también algunos otros cambios, acercado la dirección de arte a una estética más actual, más abstracta y dinámica.
Los mismos genios que crearon la serie están al mando de la cinta, aunque Anno ha tomado un rol más secundario, así que la calidad está claramente ahí, pero no parece que You are [not] alone tuviese realmente una razón para existir.

El Estudiante (Roberto Girault, 2009) – 3/10

Una de esas cintas que tiene como objetivo no contar una historia, no explorar un tema social o personal, ni siquiera pasarla bien; sino solamente abusar de situacione ssentimentaloides para que el publico termine pensando que se sintió algo. ¿Qué? Es lo de menos. El Estudiante es una película sentimentaloide sin ningún merito técnico, con personajes sin dimensión y sin chiste alguno.

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Chano (Jorge Lavat) es un caballero retirado, felizmente casado y con dos hijas. Un día decide que es momento de ir a la universidad y estudiar algo. En el proceso, se encuentra con las dudas de algunos de sus seres queridos, el apoyo de otros, un profesor maloso y un grupo de muchachos a quienes ayudará a ser mejores personas. Efectivamente, es tan predecible, sin chiste, curci y como parece.

El Estudiante está plagada de sentimentalismos baratos. Chano es francamente perfecto y su matrimonio esta salido de la peor tradición telenovelera mexicana. Los conflictos son de risa, siendo cada uno más falso que el anterior. Desde el profesor malo como el solo, hasta los estudiantes nobles pero confundidos; todos los personajes carecen de dimensión y se encuentran en situaciones tan gratuitas como predecibles.

El final es completamente absurdo y prueba que en realidad no hay una estructura, o una historia que contar, sino que simplemente pasan cosas. Lo que si es que Guanajuato es una ciudad bien bonita.

Friday, July 22, 2011

Fama ( Kevin Tancharoen , 2009), 2.5/10


Poco baile, poco talento, mucho canto. Una mezcla de todas las artes, que convierte la película en un espectáculo musical tipo Broadway de mala calidad. Con mucho hip-hop para hacer moderno. Donde todos hacen de todo. Y, por lógica consecuencia, lo hacen mal. Y una historia totalmente aburrida.

Ficha IMDb

Casi tres décadas después de la versión original dirigida por Alan Parker (y que luego derivó en una también popular serie de televisión, de 1982 a 87) llega este mediocre remake .

No vi la película pero recuerdo muy bien la serie y sus personajes : Coco quiera ser una estrella de la canción; el moderno tecladista Bruno se la pasaba discutiendo con el clásico y gordito, siempre de mal humor, profesor Mr. Shorofsky ; Leroy canalizaba toda su energía en la danza. Y vaya energía y talento.Cada uno vivía su pasión, alumnos y maestros: la maestra de literatura inglesa, el maestro de teatro. Olvidé los nombres pero los sigo viendo. Uno salía del episodio deseoso de cantar, de bailar y enojado de no tener ningún talento.

Cuando una película trata acerca de la pasión que un personaje tiene por hacer algo, el film contagia al espectador por ese algo. Pero aquí, nada. Uno se aburre a lo largo de una historia con un montaje de lo más tonto que solamente alude rápidamente a las situaciones personales de cada uno. Según un esquema bastante fácil: primer año, adaptación ; segundo año, trabajo; tercer años, intentos de conseguir la fama afuera, en el cine, la televisión, haciendo un disco o una película. Cuarto año: caída de los sueños: el productor de cine desapareció con el dinero, la actriz se da cuenta que se quieren aprovecharse sexualmente de ella….

Los personajes son planteados de una forma totalmente superficial. No tienen carácter ni real talento. Y sobre todo, pasan de un “talento” a otro. Los actores cantan, los músicos clásicos cantan jazz. Los bailarines clásicos bailan tap . Todo mundo hace de todo. Pero sobre todo, cantan, o algo parecido. Porque ninguno tiene mucha voz. ¿Y las demás artes? : la música clásica, la ópera . No hay orquestras, no hay ballet. No hay ensayos, repeticiones, trabajo. Todo lo que hace la vida cotidiana de los artistas.

Ni siquiera parece haber sentimientos o energía vital en estos jóvenes, que sienten aman, se disgustan, como niños chiquitos.Y todos terminan siendo participes de algo que se parece a una película de Walt Disney para adolescentes tontines.

Al otro lado del corazón (John Cameron Mitchell. 2010) – 7.5/10

Becca (Nicole Kidman) y Howie (Aaron Eckhart) han perdido a su hijo hace ocho meses. En un lapso de algunas semanas, asistimos a eventos claves para la resolución del duelo. Adaptada de una obra teatral de David Lindsay-Abaire, la película sigue un ritmo pausado, muy propio a la convalecencia que viven los protagonistas, acompañados por la madre de ella, en duelo también, y la hermana en la espera de un bebe.

Ficha IMDb

La película esta claramente hecha para Nicole Kidman, quien cumple con todas las expectativas: encuadres, luces, enfoque, todo hace de ella el centro de la película. Si bien los sentimientos y las problemáticas de los demás personajes están claramente expuestos, todos están relacionados con los suyos y su evolución.

Ella trata de borrar todo rastro del niño fallecido: sus dibujos en la puerta del refri, su ropa. Se deshizo del perro, responsable en cierta forma del accidente. De la terapia grupal. Trata que su esposo haga lo mismo. Quitar el asiento del coche, dejar de ver los videos. Hasta, sin querer, borra uno del teléfono. Más radicalmente aún, pone la casa en venta. El, en cambio, se aferra a todo lo que queda del pequeño.

Asimismo, ella no soporta que su madre (Dianne Wiest) haga comparaciones con la muerte de su propio hijo, y le cuesta mucho aceptar el embarazo de su hermana.

Nicole Kidman es brillante en las escenas donde deja aflorar las impaciencias, hasta la intolerancia hacia el genero humano: los padres que se aferran a la idea que Dios se llevó a su hijo porque quería otro ángel “¿Por qué no se hizo uno? ; la familia en la fiesta de cumpleaños en el boliche ; la madre que no quiere comprarle un dulce a su hijo en el súper.

Etapa convenida en toda película de este tipo, la separación entre los esposos cuando Howie se deja llevar con Gaby ( Sandra Oh ) , compañera en la terapia de grupo, adicta a este desde años sin poder soltar el apoyo que representa y abandonada finalmente por su esposo. Después de fumar un poco de hierba con ella en el coche, como adolescentes, esta a punta de sucumbir a sus encantos (es cierto que se ve mas seductora que en Grace Anatomy).

Más sorprendente, el proceso muy personal de acercamiento al adolescente responsable del accidente, Jason (Milles Teller, muy interesante), chico melancólico y solitario, estudiante serio de preparatoria. Nada que ver con las imágenes tradicionales del joven reventado y rebelde. La verdad de los hechos, de las circunstancias del chico en el momento del accidente, de sus sentimientos, se van desvelando poco a poco en una “domesticación” reciproca (“apprivoiser” decía el Principito), sin nada que se pueda interpretar de forma equivoca o confusa. Salvo las primeras etapas que hacen pensar a un asecho enfermizo ya que no sabemos quien es este joven del transporte escolar al que Becca observa y sigue . Con mucho respeto y aceptación de parte de cada uno, sin que ninguno abandone su lugar y su rol. Los encuentros en el parque, frente a un espacio abierto de pasto, y la comunión en la lectura de “Rabbit Hole”, el comic escrito por el chico, le permiten a la madre encontrar su propia conejera, un universo paralelo donde existe la felicidad, o al menos la paz.

Un final feliz porque es reconciliación con el esposo, con la familia, con los amigos. Es salir de la conejera para aceptar la vida social. Conservar lo que se quiere realmente: el conyugue, la casa, el perro. Tener confianza en que “algo se les ocurrirá” para seguir adelante. Porque, como dice la madre de Becca, la muerte de alguien querido deja como un tabique en el bolsillo, que uno lleva a todas partes, todo el tiempo, cuyo peso cambia según los momentos, y que es lo único que la vida deja en lugar del ser perdido.

Observaciones muy sensibles y certeras, en los momentos lentos como en las explosiones, actores muy justos en sus interpretaciones, diálogos muy acertados y sin caer nunca en la sensiblería hacen de Rabbit Hole una película que vale mucho la pena.

¿Que tal Bob ? ( Frank Oz , 1991) – 6.5/10


What about Bob? Es una comedia ligera que usa, como muchas otras, de la oposición entre dos caracteres. Una trama original, pero sin grandes complicaciones. Con un Bill Murray fantástico.

Ficha IMDb

Bob Wiley (Bill Murray) , un niño grande, solo, lleno de miedos, con la única compañía de su pez, que lleva colgado del cuello, no puede enfrentar la vida sin su querido Doctor, el eminente Leo Marvin (Richard Dreyfuss), autor de un exitoso libro de auto-ayuda : “Baby steps”. Las vacaciones de este lo ponen en una situación insoportable, tiene que verlo, hablar con él . Esta necesidad le da todas las fuerzas, todas las osadías : mentir, inventar, actuar, viajar.

Y lo logra. Encuentra la magnifica residencias junto al lago donde el amado Leo pasa sus vacaciones con su esposa, la discreta, linda, atenta, bien educada (y sobre todo paciente), Fay. (Julie Hagerty) , el pequeño Sigmund (obviamente) (Charlie Korsmo), de 6 a 8 años , obsesionado por la muerte, siempre vestido de negro, que reflexiona como un adulto y le tiene miedo al agua. Y la hija, totalmente normal, Anna ( Kathryn Erbe, que conocemos comeoEames, la compañera de Vincent d'Onofrio en Law and Order- criminal intent) .

Bob se gana la simpatía de la familia, con su inocencia y su gran sonrisa, su forma entusiasta de manifestar su emoción, su satisfacción frente a los regalos que le da la vida: la comida de Fay, navegar con los amigos de Anna, (atado del mástil como Ulises), jugar con Siggy al sindrome de Tourette, o sea decir groserías.

Todo bajo los ojos severos del doctor, rígido en sus shorts, sus tenis impecables, su sombrero de paja y sus calcetas altas. Obsesionado por su próxima aparición en televisión y por sus principios familiares y profesionales, él es el ridículo. Ha impuesto rituales a su familia, formulas hechas, diálogos con muñecos a la imagen de cada miembro de la familia. Y demás técnicas válidas en el consultorio, pero que él ha transferido a las relaciones familiares. Al contrario, Bob permite a la familia vivir por fin con espontaneidad.

Pero su exceso de espontaneidad le roba al doctor el estrellado durante la entrevista televisiva. Y a este, se le zafa un tornillo. Se tiene que deshacer de Bob, :su vida, su prestigio, su lugar mismo en la vida estan en juego. Lo lleva a un hospital psiquiátrico, pero Bob seduce a todos. Solamente queda la “terapia de muerte”...

Una fotografía clara, brillante, casi hyperrealista para la vida “perfecta" de la familia Marvin a la orilla del lago. Un poco al estilo “Stepford Wifes”. (Fay es una Stepford Wife, paciente, tierna, vestida con colores claros, recatada)

Pero el final es totalmente burlesco. Se sale de control y se vuelve absurdo de querer ser demasiado cómico. Cuando Leo sale de su letargo en medio de la ceremonia de boda de Bob con la hermana del doctor, el espectador ya no tiene ganas de reír porque ya es demasiado. De hecho, desde el momento (el ultimo tercio de la película) en que el doctor se vuelve más importante que el paciente, y se muestra mas enfermo que él, la película cae en un cómico burdo, exagerado y fácil (el gag de la llanta ponchada y del lodo), con un Richard Dreyfuss sobre-actuado.

Parece que quisieron compensarle a Dreyfuss la oportunidad dada a Murray al principio. El problema es que Dreyfuss no tiene para nada la capacidad expresiva de Murray, su sutileza, la riqueza de sus expresiones y su flexibilidad corporal. Esta ternura dulce y triste , entre risa y lagrima, esta manera de jalarnos a un sentimiento al mismo tiempo que nos hace entender que no es serio.

Dreyfuss echa a perder todo el ambiente particular que Murray había logrado instalar en la película.

Trainspotting (David Boyle, 1996) - 9/10


Es la historia, adaptada de una novela de Irvine Welsh, de un grupo de amigos. Resulta que estos son drogadictos, y escoceses. Lo que lleva a distorsiones en las percepciones, un cierto alejamiento irónico a la realidad, unas imágenes espectaculares al mismo tiempo que poéticas, situaciones locas y diálogos divertidos.

Ficha IMDb

El hilo narrativo es enunciado, a lo largo de la película, por la voz off del protagonista Mark Rendon (Evan Mac Gregor) : sus esfuerzos para salir de la droga, tener una relación amorosa, rehabilitarse y conseguir un trabajo. Todo eso ayudado o impedido por sus amigos : Begbie (Robert Carlyle, él de Full Monthy - 1997), presa de crisis de violencia, Spud (Ewen Bremmer), Sick Boy (Johnny Lee Miller), fanático de películas de James Bond (Obvio, ya que Sean Connery es escocés), Tommy (Kevin Mac Kidd) , quien se graba haciendo el amor con su novia, Diane ( Kelly Macdonald) y su bebe.

Se podría decir que es una estética de la drogadicción. Ya que la vida y las preocupaciones de estos jóvenes parecen girar alrededor de ésta. Y que su visión del mundo, sus prioridades derivan de esto. Mark sumiéndose en el excusado para recuperar dos pastillas, Mark solidario con Diane cuyo bebe acaba de morir y preparándole una dosis pero, primero se sirve el mismo.

La película juega con las imágenes, los colores, los encuadres, el montaje: la escena de la entrevista de trabajo de Spud, quien se ha preparado antes con la absorción de droga para estar menos tenso; Con el ritmo en la escena de Begbie en el bar, cuando el tarro de cerveza sale volando y se queda en el aire.

Planos muy cercanos y nítidos: la preparación de la cuchara de heroína, la vena donde se hace la inyección, el fondo de la jeringa que se vaciando.

Estamos casi siempre en una visión subjetiva de los personajes: lo que explica los juegos de distorsión de la imagen y su locura o poesía extrema. Todo menos una visión realista.

Una secuencia absolutamente extraordinaria es la de Mark encerrado por sus padres en su cuarto, alucinando: las paredes se mueven, se acercan y se alejan, el cuarto cambia de forma, el bebe muerto flota en el techo, su cabeza girando como en El Exorcista.


Algunas escenas son de un cómico cercano al mal gusto: el despertar entre las sabanas manchadas y la pelea con la madre que quiere a fuerza lavarlas, terminando en una explosión escatológica.

David Boyle usa también de un cómico mas fino como en la secuencia donde Mark empieza una vida seria, de traje, en una agencia inmobiliaria en Londres. Es un documental de promoción turística, con todo lo típico de Londres a ritmo rápido, con musica alegre.

Al final, Mark se queda con el dinero y termina enunciando la larga lista de todo lo que va a tener para volverse como nosotros, en una enumeración que recuerda a la Complainte du progrès (1954) de Boris Vian.

Una película para ver y volver a ver. Porque cada escena, cada imagen es el punto de partida para una evasión : en la risa, en la poesía, en la musica , en las referencias a otras películas. O simplemente en la admiración por un gran dominio de las técnicas del cine.

Minority report (Steven Spielberg – 2002) - 7.5/10


La trama no es en si muy original a parte de la prevención de los crímenes. Pero la creación de un mundo futuro, la creatividad, provenientes del relato de Philip K. Dick (1956), o de la mente de Spielberg, propone al espectador una cantidad de innovaciones que lo llevan de sorpresa en sorpresa.

Ficha IMDb

El guión sigue dos hilos narrativos: la prevención de los crímenes en la sociedad futura, en 2054 por un lado, y la intriga montada por el jefe para quedarse al frente del servicio de pre-crimen, una vez que este se vuelva un servicio oficial.

La segunda es poco original: Lamar Burgess (Max von Sydow) organiza un crimen mostrar la eficiencia de su organización y quedarse a la cabeza.su adversario. Ya hemos vista eso más de una vez.

En cambio, el primer tema da pie a una inventividad genial de parte de Spielberg y sus coloboradores técnicos. Empezando por los Pre-Cogs, tres seres psíquicos, flotando, cuyas visiones informan de los crímenes unos minutos antes de que sean cometidos. La Unidad de Pre-crimen, dirigida por John Anderton (Tom Cruise) es dotada de poderosos sistemas que permiten visualizar sobre pantallas de cristal transparente las imágenes que transmiten sus cerebros. Y Anderton, con guantes especiales, juega con las pantallas. Parece ser un director de orquestra o un pintor. Llama la atención el efecto de transparencia, transmitido por estas pantallas de cristal y por el gran huevo liquido donde flotan les Pre-Cogs : la unidad de Pre-crimen no tiene secretos, todo esta al descubierto, crímenes, intenciones, medios utilizados.

Pero lo más interesante es, como en Blade Runner (Ridley Scott - 1982)., también adaptado de un relato de Philip K. Dick, la invención total de una sociedad: los coches que circulen gracias a un sistema de Levitación magnética, en un sistema de tres dimensiones y pueden ser dirigidos a distancia, y sobre todo el sistema universal de reconocimiento por los ojos, que elimina toda necesidad de tarjetas de identificación, de claves secretas, de passwords. ¡Que practico! Y que permite ubicar a cada uno de los habitantes en cualquier momento. ¡Que horror! Personalizar las publicidades ¿Divertido!? Y las arañas localizadoras, que, soltadas en un edificio de departamentos pobres, caminan rápidamente a buscar el dueño de los ojos identificados con Anderton. Siguiendo su progresión, atravesamos todo el edificio, piso por piso, e vemos al vida no tan moderna e ideal de sus habitantes, cuyos ojos las arañas escanean uno tras otro. También están las películas caseras holográficas, que Anderton se pasa en forma repetitiva: su hijo a muerto en forma trágica. O los pequeños propulsores en la espalda para desplazarse.

Como los Pre-Cogs ven el futuro crimen que cometerá el propio Anderton, él tiene que evitarlo. El encuentro con la doctora Iris Hineman (Lois Smith), que diseñó el sistema, en un extraño invernadero, con angustiantes plantas vivientes, le aprenden que una solución puede ser encontrar en la mas inteligente de los Pr-Cogs , la mujer, Agatha ( Samantha Morton) , una información alterna : lo que pudiera pasar. Eso es el Minority Report, una probabilidad infinita de que los Pre-Cogs hayan dado una información incorrecta. Se puede comparar a la pequeña porción de elección que nos da nuestro libre albedrío frente al enorme peso del destino, de la herencia biológica o psicológica. Pero desgraciadamente, no es el caso del crimen de Anderson. Su crimen realmente ocurrirá . Y debe combatir el sistema revertiendo cada uno de los progresos tecnológicos . Primer paso, operación de los ojos.

Danny Witwer (Colin Farrell), funcionario representante del gobierno con su traje apretado, de hombreras demasiado anchas, solo un poco, su cuello de camisa almidonado, hace pensar en la moda de los años cuarentas, cuando sistemas totalitarios dominaban parte del mundo . Su papel en la película no resulta realmente imprescindible. Solamente nos hace entender desde el principio que Pre-crimen podría desaparecer si se le encuentran fallas de funcionamiento. Hace contrapeso a los anuncios publicitarios que alaban la eficiencia del sistema en la ciudad de Washington y lo que esta en juego para el director Burgess : pasar a nivel nacional.

Como todo mundo dedicado a la delincuencia, Pre-Crimen tiene su prisión, la sala de Confinamiento, donde los criminales, en un estado de semi-coma, enfundados en trajes tipo espacial, encerrados verticalmente en tubos transparentes verticales, ven pasar ante sus ojos sus crímenes una y otra vez. Y son miles los tubos que se pueden sacar del suelo y salir a la vista, como para consultar un expediente.

Tal vez Spielberg haya querido hacer su propio Blade Runner, tal vez la musica de John Williams no sea digna de recordar, acompañando honestamente unas imágenes sorprendentes. Talvez los actores no sean monstruos de talento histriónico. Pero queda una película de ciencia ficción fascinante, con efectos técnicos sobresalientes, llena de detalles sobre la realidad futura.

Friday, July 15, 2011

El defensor (Brad Furman , 2011) - 3.5/10


The Lincoln lawyer no es un drama, no es una película sicológica o de critica, no tiene suspenso ni buenos actores. Salvo tal vez William H. Macy, pero lo matan muy rápido.

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Otra película de juzgados. O de coches. Ya que el abogado en cuestión, Mickey Haller (Matthew Mc Conaughey) pasa la mayor parte de su tiempo en su magnifico Lincoln. Todos sabemos que, desde que se inventaron los teléfonos celulares, ya no es necesario tener una oficina fija.

El caso principal es él de Louis Roulet (Ryan Philippe), acusado de agresión física y sexual contra una prostituta. Pero es rico, y capaz de todo, inclusive de amenazar a su abogado cuando este se da cuenta de la verdad.

Un poco de amistad con el ex policía investigador Frank Levin (William Macy), muy útil para hacer aparecer nuevos datos sacados de la manga. Un poco de amor con la ex (Marisa Tomei), un poco de sentimientos paternales con la hija. Un poco de complicidad interracial, con el chauffeur negro y con un cliente de hace algunos años, latino, Jesus Martinez (Michael Peña), que resultará ser clave para la resolución del caso.

Por lo demás, nada muy original, todo muy convenido y sin sorpresas. Y, sinceramente, Mathhew Mc Conaughey, no es lo que se pueda llamar un gran actor.

Wednesday, July 13, 2011

El cuarto poder (Costa Gavras. 1997) – 6.5/10


En Mad City , Costa Gavras , a raíz de una información para nota roja, analiza sin piedad el poder de la televisión y sus manipulaciones. También le da a John Travolta la oportunidad de una interpretación diferente y muy interesante.

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Costa Gavras nos ha acostumbrado a películas fuertes de denuncia, contra los generales griegos (Z-1969) contra el régimen socialista de Checoslovaquia (L’aveu - 1970) las intervenciones estadounidenses en America Latina (Etat de siège - 1973; Missing - 1982 ) siempre con una figura actoral fuerte : Y Montand, Jack Lemmon , y con musica de Mikis Theodorakis, griego y mucho tiempo exiliado, como él.

En Mad City, pone en tela de juicio el cuarto poder, los medios de comunicación. En este caso particularmente la televisión y sus noticieros, obviamente mas fuerte actualmente que la prensa escrita, y mas impresionante que el radio. Escoge a dos actores conocidos, Dustin Hoffman y John Travolta. Le permite a John Travolta explorar una faceta poco conocida de su talento: encarna a Sam Baily, guardia de un pequeño museo de provincia a quien, debido a problemas económicos, la directora Mrs Banks (Blythe Danner) tuvo que despedir. El único vigilante que se quedo es Cliff, negro. Max, con las responsabilidades de cualquier hombre de su edad, casado, padre de dos hijos, con una casa hipotecada, decide pedir una segunda oportunidad a su jefa, y, para darle mas peso a su demanda, se lleva una carabina y una mochila llena de dinamita. Y, por torpe, le dispara a Cliff quien, al final de la película morirá de su herida.

Resulta que por ahí pasaba Sam Brackett (Dustin Hoffman) , ex importante reportero, caído en desgracia por herir en publico el orgullo de Kevin Hollander, reportero estrella (Alan Alda) . El asunto le parece ser la oportunidad perfecta para volver al éxito televisivo. Al mismo tiempo que le dará al pobre guardia, totalmente rebasado por la maquina que ha puesto en marcha, consejos y fama, tratando de ganarle la simpatía de la audiencia, organiza todo para ganarse publicidad para si mismo. Pero no contaba con la astucia de la jerarquía, de Kevin Hollander, de los ejecutivos, de los dueños de la cadena televisiva, de la policía.

Al utilizar a Larry King en persona, Gavras le da a su película un sello de autenticidad, probando que el funcionamiento de los medias, tema de su película, es verdadero, en caso que el espectador lo vea como ficción pura.

Gavras logra hacer una película de suspenso, con los cambios sucesivos de poder, y el columpio en el cual pone a sus dos personajes. La suerte cambia de lado en todo momento, el poder pasa de mano en mano, por un lado entre Sam y Max, pero sobre todo entre los diferentes niveles del cuarto poder. Todos ellos influyen sobre el público, amontonado enfrente del museo, o en sus casas, o frente a la casa de Sam. Y el comportamiento de la multitud obliga, dicen, a la policía a actuar. Cada uno juega sus cartas. Y la victima termina siendo el guardia.

Gavras muestra bien el uso que hacen los medios de todos y cada uno: padres, esposa, amigos. Cortando, editando los testimonios para obtener lo que necesitan en función de la reacción que quieren obtener. Gran lección para el espectador: lo que vemos en pantalla televisiva no significa nada porque no tenemos nunca el contexto. Hasta los más honestos se dejarán afectar, transformar, como la joven asistente de Max, Laurie (Mia Kirshner), quien termina obedeciendo a las ordenes superiores, y hasta cambia su apariencia, perdiendo toda sencillez y espontaneidad para volverse sofisticada y codiciosa.

Travolta interpreta perfectamente el hombre promedio, bueno y sencillo, victima a la vez de la situación económica y de su educación limitada. Torpe, generoso con los niños: les da acceso a las maquinas expendedoras del museo, y, en la noche, les cuenta historias de jefes indios, bajo los ojos del SWAT quien observa desde el techo y, sin oír lo que dice, interpreta sus movimientos como amenazantes para los chiquitos cuando estos, en realidad, estan fascinados.

Talvez esta película de Costa Gavras se siente menos fuerte en su crítica que las anteriores, menos política, porque no ataca a un objetivo preciso, localizable histórica y geográficamente. Pero tiene una función política en el sentido literal de la palabra: se trata del funcionamiento de la “polis” la urbe, la sociedad que nos rodea, en la que vivimos, cuyo funcionamiento nos afecta y, sobre todo, del funcionamiento de la cual debemos ser parte conciente.

Submarino (Thomas Vinterberg, 2010) - 8/10


Sobre los lazos inquebrantables entre dos hermanos que , a pesar de los años, no pueden ser separados, a pesar de llevar vidas completamente alejadas. Una obra maestra de uno de los fundadores del grupo Dogma.

Ver ficha IMDb

La película empieza con una toma subjetiva desde el punto de vista de un bebe: su pequeña mano bien cerrada alrededor de un dedo de una gran mano, con toda la confianza y toda la entrega. Uno de los pocos momentos de ternura de esta película particularmente dura en lo que a sentimientos se refiere.

Este bebe es el tercer hijo de una madre alcohólica y ausente. Los dos hermanos mayores , de mas o menos 13 y 16 años lo cuidan bajo la dirección del mayor, Nick (Sebastian Bull Sarning) , en medio del desorden , de botellas vacías, de suciedad. La relación con la madre es sin indulgencia, hasta brutal de parte de los hijos (la escena del calentador eléctrico en el charco de orina para sacarla de su letargo) , sin ninguna atención de ella hacia ellos. Revierten todo su afecto y sus cuidados sobre el pequeño, hasta el punto de bautizarlo después de buscarle un nombre el directorio telefónico. Pero, después de una noche de locura: alcohol, musica y baile, encuentran al bebe muerto. Pantalla negra.

Años después, nos encontramos con el mayor, Nick (Jakob Cedergren) en un refugio, engañando su desesperanza a golpe de cerveza, levantamiento de pesas, y alguna que otra relación sexual con su vecina. Lleva consigo un numero de teléfono en un papelito ; a cada rato marca el numero pero nunca logra pronunciar una palabra, lo que acentúa su desesperación a punto, un día, de golpear el puño en la caseta. Cuando vuelve a encontrar a Iván (Morten Rose), hermano de su exnovia, lo toma bajo su protección, a pesar de los extraños hábitos de este: desea, asecha mujeres, sin nunca llegar a establecer una relación. Al volver de una visita a un departamento, que entendimos ser el de su hermano, se encuentra con que Iván acaba de matar a la vecina. Pantalla negra.

El tercer episodio le corresponde al hermano menor (Peter Plaugborg), el del departamento, el del numero de teléfono. Vive con su pequeño hijo Martín (Gustav Fischer Kjaerulff) en la viudez, la miseria, el desempleo, la heroína. En este tramo de vida se hacen presentes elementos que permiten comprender que es el mismo tiempo que la segunda parte, emisiones de televisión, incluso escena de calle con Nick. Pero todo visto según el punto de vista del hermano menor. A punto de llegar al fondo de la miseria y perder la custodia de su hijo, le llegará un dinero inesperado por la herencia de la madre (encuentro de los dos hermanos en el funeral y papelito con numero telefónico a Nick) pero la heroína acabará con esa cantidad, llevando al desafortunado padre a prisión por trafico.

Una nueva esperanza nacerá cuando los hermanos se encuentran en prisión, cada uno de un lado de una reja. Pero, el mayor es amputado de la mano y el chico se suicida. dejando al pequeño Martín al cuidado de su tío, quien le promete al niño contarle de donde viene su nombre.

Y la película se cierra sobre la escena del bautismo del bebe que, ahora si vemos completa: el bebe se llamaba Martín.

Así la estructura en cuatro partes claramente anunciadas (como en Anticristo de Lars von Trier, pero sin título) hace funcionar la primera como un prologo que contiene todo lo que decidirá del futuro de los tres personajes, y de todos que se compartirán sus vidas: adicciones, incapacidad de encontrar la paz y una vida normal, a pesar de un intenso deseo de amar.

Poca musica. Muchas escenas en exteriores, en la calle, en la vida real.

Un relato sombrío, sobrio, sin efectos de patetismo, sin lágrimas. Pero lleno de sufrimiento. Con actores remarcables de intensidad.

Mi otro yo (Jodie Foster, 2011) – 6.5/10


Todo se vale para salir de la depresión, hasta una ridiculez como un muñeco de peluche. Pero la enfermedad mental afecta a todos alrededor del enfermo y su curación también desestabiliza. Jugando con las tonalidades, la observación de los detalles y la justeza de las interpretaciones, Jodie Foster nos da una película muy interesante.

Ficha IMDb

La depresión es un enemigo muy potente, venido de quien sabe donde. Después de tratar de enfrentarla con todo tipo de terapias, con pastillas, doctores, alcohol y grupos, Walter Black (Mel Gibson) tratará de engañarla con un muñeco de peluche. El hombre se pone a un lado y deja que el castor tome la palabra. El animal le habla y habla en su lugar. Walter abandona la batalla y deja que otro pelee por él. ¿Cobardía o suprema sabiduría? Pero resulta.

Jodie Foster utiliza varias tonalidades para su película, lo que le impide caer en una monótona historia melodramática o en una lección de autoayuda.

La escena de la tentativa de suicidio es totalmente cómica: llevando el muñeco a una muerte segura Walter trata de colgarse con su corbata del cortinero de la ducha, que obviamente se cae. Perdidamente borracho, arrastra hasta el balcón corbata, cortinero, cortina y muñeco. Acabará bajo la televisión, con muñeco en mano, ya que este se negó a acompañarlo en la muerte.

Los medios utilizados por el hijo mayor, Porter,(Anton Yelchin) para checar si se parece a su padre , para erradicar la semejanza, están entre lo cómico y lo dramático. La búsqueda atenta de rasgos semejantes al padre con líneas de post-its pegados en la pared lo pone al borde de la compulsión, o sea de la enfermedad mental . O la pared que poco a poco se va agujerando bajo los golpes de cabeza de desesperación. Hasta ver el cielo a través. O ver el cuarto desde afuera. Como asomarse a lo que puede suceder dentro de una cabeza. ¿Es para reír? ¿O para llorar? ¿O para asustar?

La escena más impresionante es de corte fantástico, cuando el muñeco cobra literalmente vida y defiende su derecho a existir. Parece que ha entendido que su compañero lo va a sacrificar porque la familia lo exige. Pelea épica. El castor vence al hombre (excelente dominio de Gibson como si fuera a la vez extensión de su cuerpo y un cuerpo independiente). Única solución, digna de un cuento de Maupassant: matarlo. Construcción de un ataúd en reducción para el animal malvado, pero, ya que no puede soltar el brazo humano, para el brazo tambien.

Foster usa también del registro patético serio, con el personaje de Norah (Jennifer Lawrence) , personaje que alude al tipo, frecuente en el cine estadounidense, de la cheerleader, clásico de high school, como la de Belleza Americana. En realidad, todo lo referente a este personaje femenino es sobre el mismo tono: la muerte del hermano, el dolor que hay que expresar, el talento escondido. La escena del discurso, momento de clichés de éxito (:”la vida te abre las puertas, tu puedes…" etc), da lugar al cliché inverso: la vida apesta pero no estas solo para sortearlo. Como una puesta en abyme de la situación del padre: la depresión apesta pero encontró un compañero, el castor.

De ahí la toma de conciencia del hijo de lo que su padre a hecho. Esto lleva a la última escena, para sacar pañuelos : padre e hijo en un prolongado abrazo, bajo la mirada de la madre quien, discretamente, se queda en la puerta. Reconciliación . Escena final…

En realidad, este último cuarto de hora de la película hace decaer el interés por falta de originalidad. Pero queda una película sobre el sufrimiento, que muestra que cualquier truco o trampa que se puede hacer para escapársele, o hacerlo un poco más soportable vale la pena. Un poco lo que dice Woody Allen en Whatever works.