Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Saturday, December 29, 2012

The Hobbit: An Unexpected Journey (Peter Jackson, 2012) – 6.5/10

Aunque la estrategia es claramente un atentado a las carteras de todos los fanáticos de la fantasía y los elfos, esta adaptación del clásico de Tolkien bien vale la pena y el dinero que costara ir a ver las tres partes

La ficha IMDB




El simpático Bilbo (Peter Freeman) se ve enredado en una aventura mas grande de lo que jamás pensó cuando le mago Gandalf (Sir. Ian McKellen) lo elige para ser el ultimo miembro de un grupo de enanos, liderados por el rey Thorin (Richard Armitage) que buscan recuperar su antiguo hogar, la montaña que capturo el dragón Smaug.

Para bien o para mal, Peter Jackson es un fan del trabajo de Tolkien. Su colosal esfuerzo trajo a la vida la obra mas conocida de Tolkien: la trilogía de The Lord of The Rings (2001,2002, 2003). Esas tres películas que en sus versiones extendidas duran 3 horas cada una definitivamente hace honor a la obra original y son la pura emoción. No solo eso, sino que Jackson se las arreglo para casi por si mismo crear la industria fílmica de su país.

A nadie le sorprendió entonces que Jackson se tomara como misión personal contar la historia del Hobbit Bilbo Baggins antes del Lord of The Rings, y para bien o para mal, lo hace como todo un fan.

Peter Jackson quiere hacernos creer que son necesarias tres películas de casi tres horas cada una, haciendo prueba de una fantástica incapacidad de síntesis. Los fantásticos lo agradecen (mos) hasta cierto punto, porque siempre hay mas que ver de este universo fantástico y entre mas horas mejor, pero la verdad es que esta primera entrega definitivamente peca de clavarse demasiado en el detalle y volver redundantes muchas escenas (¿cuantas veces el orco blanco va a decir la misma frase antes de que entendamos que quiere a Thorin muerto?). Es posible decir que 3 películas de dos horas (o un poco menos) cada una, hubiese sido un trago mas fácil de pasar. Si, había momentos inevitables como la interacción entre Bilbo y Gollum (Andy Serkis) donde el detalle se agradece, pero otros completamente inútiles como el prologo que pertenece (en los libros y las películas) a Lord of The Rings y esta ahí solo para complacer a los fans…sin sentido.

Quizá por este afán de estrechar todo los detalles, la cinta sufre de algunos momentos que se sienten como inconsistencias. Destaca por ejemplo la verbosidad elegante del jefe de los orcos bajo tierra quien tiene discursos (y una voz) que en nada corresponde a lo que hemos visto de este universo. Solo para justificar un par de risas y 10 minutos más en esa secuencia.

A pesar de esas faltas (graves como son) la cinta cumple con el requisito primordial que estaba más en riesgo: no es aburrida. Hay suficientes momentos de acción, detalles interesantes, momentos de tensión y demás montañas rusas de emoción que hacen que las 3 horas pasen rápido. No es que pasen muchas cosas, otra vez, todo se extiende innecesariamente, pero pasan de tal forma que no se aburre uno, tan sencillo como eso.

Mucho ayuda por supuesto la historia original, mas los detalles de acción que la cinta agrega. Otra cosa que funciona muy bien es el excelente trabajo de producción, en particular el arte en general. El diseño de los personajes es fantástico. Cada uno de los enanos refleja su distintiva personalidad en sus ropas, armas y accesorios. Como en The Lord of The Rings, cada ciudad y paraje tiene su encanto por el cuidadísimo trabajo en cada detalle. Es muy fácil perderse en este universo que se siente realmente como tal.

Hay que hablar de la apuesta del equipo por filmar el todo en 48 cuadros por segundo a pesar de las críticas de la comunidad fílmica. Todas esas críticas son acertadas, la película se ve más como video casero en su textura y todo resulta demasiado digital, al grado que por momentos uno se sorprende de lo buenos que son los modelados virtuales y tiene que recordar que son actores y paisajes reales. Sin duda es un problema, pero puede que si sea un paso necesario en la evolución del cine, pues finalmente consigue una buena integración con los muchísimos efectos digitales. Aun así, hay algunos de esos efectos que todavía destacan más que un frijol entre arroz blanco…pero por simple cuestión de números esto tenia que pasar.

Las fallas que se temían para The Hobbit están todas ahí, pero también sus virtudes y estas terminan siendo más. Así, que, venga Mr. Jackson, veamos las otras dos partes.

Wednesday, December 26, 2012

El castillo de la pureza (Arturo Ripstein , 1973) - 7.5 /10

Un encierro familiar. Una secta reducida a cinco personas y situada en plena ciudad. Dieciocho años de malos tratos, tortura mental, explotación. La locura de un hombre pero también de una familia. Con excelentes actores, de Diana Bracho a Claudio Brook, pasando por Rita Macedo y la joven Gladys Bermejo o Maria Rojo.

Ficha IMDb
 
Inspirada de un hecho real que sucedió en la ciudad de México y acabó en 1959 con el arresto de Rafael Perez Hernandez por secuestro de sus seis hijos, la cinta tiene un guión impecable de José Emilio Pacheco y Arturo Rispstein, centrado sobre la personalidad de Gabriel Lima (Claudio Brook). Nos destila de poco en poco la locura que posee a este padre de familia, convencido de detener la verdad. Verdad sobre el mundo, sobre los conocimientos y las religiones, sobre el pasado de su mujer Beatriz (Rita Macedo) y las intenciones ocultas de todos.
 
Para proteger a sus hijos, a quienes dio nombres idealistas, para no dejarse invadir por las invenciones del cristianismo, Utopía (Diana Bracho en su primer papel en el cine), 18 años, Porvenir (Arturo Beristáin) dieciseis o diecisiete, y Voluntad (Gladys Bermejo), unos ocho o diez años, les tiene prohibido sali , ya que el mundo está lleno de maldad y vicios.
 
Los seres humanos son una plaga repugnante, a la imagen de las ratas que se dedica a exterminar, inventando nuevos venenos. Y probándolos sobre los animales enjaulados que mantiene en su casa. Los hombres se propagan en forma incontrolable y peligrosa, por culpa de las mujeres y su deseo irrefrenable de placer. Solo un hombre superior como él puede guiar, educar y reeducar. Es jefe de fabricación, inventor, administrador, maestro, padre y esposo. Vende los raticidas y compra los víveres, decide de los horarios de actividad y de sueño, controla todas las puertas. Hasta los huecos que manejó en las paredes para observar. Tiene llaves para todo, escondidas en cajones. Tiene en el sótano calabozos para encerrar a los hijos cuando, según él, se portan mal: hablan durante la comida, expresan una opinión indeseada, hacen ruido.
 
Ellos obedecen. No conocen a otra cosa, saben que el mundo exterior puede tener bellezas, como el mar, solamente porque su madre les contó de su vida de antes. Un día se atreven a salir a la calle, para ver cómo es afuera. Lo único que alcanzan a ver es el camión de la basura.
 
La madre hace la ropa, prepara la comida, se viste y maquilla para gustarle a su esposo. Lo admira. Y espera los momentos en que él la usa para su satisfacción sexual. A veces protesta cuando él la acusa de su comportamiento inmoral "con todos los hombres" que conoció antes de él. A veces se atreve a proteger a sus hijos cuando él les pega demasiado fuerte. Pero no puede hacer mucho más.
 
Después de horas de fabricación de raticida, de comidas de papa y chayote, de clases y regaños, sin contar las horas de calabozo, en una casa sin espejos, calendarios ni relojes, los niños se han convertido en zombis. Únicos momentos de vida, los juegos en el patio cuando el padre ha salido a vender. Juego sin juguetes, escondidillas, gallina ciega, o simplemente dejarse mojar por la lluvia. Porque llueve. Todo el tiempo, y las gotas caen formando líneas verticales que son más barrotes.
 
Pero los niños crecen. Llega la adolescencia y los dos mayores empiezan a tocarse, hasta la noche en que el padre, al hacer su ronda, no los encuentra en sus camas. Están acariciándose en el viejo coche. Golpes, calabozos.
 
Pero el talento de Risptein está en que contrapone al mundo de la vieja casona, el mundo exterior. El mundo reservado al hombre: calles con gente, tlapalerías a donde va a entregar su mercancía. Puesto de tacos donde come carne, burdel donde tiene sexo con una prostituta. Gabriel el obsesionado con la pureza de los demás no es tan puro.
 
A medida que sus hijos crecen, siente que pierde su fuerza, se siente amenazado y reacciona aumentando su control, agrediendo cada vez más a su esposa, y culpándola de todo, amenazando claramente con matarla a ella, por el mal ejemplo que da, matarlos a todos. Hasta que la hija mayor se empieza asustar mucho y trata de mandar un mensaje al exterior.
 
Llega el momento en que Gabriel pierde totalmente el control hasta de él mismo. Empieza a encerrarse en un estado de regresión. Se auto lastima: se pica con un alfiler hasta sacar sangre. Se mece sobre sí mismo como niño retardado.
 
Rispstein y Claudio Brook nos regalan un retrato de locura machista, de delirio de grandeza y de poder, fascinante. Con diálogos escasos. En el marco perfecto de una casa vieja, a punto de derrumbarse. La familia Lima constituye una secta perfecta, encerrada, aislada, con su gran sacerdote que tiene poder de control sin límites, más aun cuando es el único que lo asume, directamente, sin intermediarios. Sin delegar a nadie cualquier parcela de su poder. Y sin correr el riesgo de verse algún día reemplazado o discutido por uno de sus lugartenientes.
 
Como en los casos reales de sectas, cuando se ven amenazadas del exterior, Lima reacciona frente a la llegada de la policía con el suicidio colectivo: prende fuego a la casa.
 
Cuando finalmente el verdugo familiar es arrestado y madre e hijos pueden volver a la casa, en parte destruida por el fuego, guardan silencio y solamente pueden contemplar los vestigios de dieciocho años de sus vida, de encierro, materializado en las latas colgadas junto al zaguán para señalar cualquier intento de salida. ¿Como se puede vivir después de esto?

M.Butterfly (David Cronenberg, 1993) – 8.5/10


Historia de una pasión sobre fondo de ópera. Como Madame Bovary, un diplomático francés se deja atrapar en una relación pasional porque es igual a lo que marca el arte. Vive la realidad de lo que pudo ser la obra de Puccini. Sin darse cuenta que es presa de una manipulación política. La intensidad de sus sentimientos es tal que lo transforma totalmente, hasta llevarlo a la muerte
 
Ficha IMDB
 
Podría ser el relato de una gran historia de amor inspirado por el arte, aquí la opera. O podría ser simplemente la historia de un occidental que se enamora de una oriental. De un diplomático seducido por una hermosa espía mandada por su gobierno a extraerle información política y estratégica. Y de hecho, es eso. Porque sucedió en la realidad, cuando China era todavía un país cerrado al mundo, con intenciones política muy extremistas, cuando el mundo todavía se dividía en dos partes, la capitalista y la comunista y Francia aparecía como un país intermedio entre el país de Mao y el gran tigre de papel, Estados Unidos.
 
Pero Cronenberg no esta muy interesado en los asuntos de política o en las historias de amor, por apasionadas que sean. Él busca los extremos, lo enfermizo. Lo monstruoso tal vez.
 
La película explora los límites. Limites de género para empezar. ¿Dónde empieza lo femenino? Esta hermosa mujer, encarnación de la feminidad por excelencia, (porque la opera es eso, exaltación de lo femenino, de lo pasional, del amor hasta sus ultimas consecuencias), de la pasividad, de la sumisión, es en realidad hombre. Song Liling (John Lone) tiene voz de soprano, como castrato. Tiene ropa asexuada, amplio pantalón de seda, y larga túnica. Y es cantante en la opera de Pekín. Pero en esta tradición, como en el teatro No o Kabuki, o como lo era en el teatro griego antiguo, solo los hombres actúan.
 
Es un proceso de iniciación, de transformación, lo que empieza. Desde el principio Liling insiste en que Gallimard (Jeremy Irons) no sabe nada y que ella lo va a educar.
 
Poco a poco, conforme avanza en su historia de amor, lo vemos cambiar de comportamiento en la sociedad diplomática, volverse más seguro de sí mismo. El amor lo transforma, le da vida. El hombre apagado y torpe se vuelve el centro de las conversaciones, platica, alardea, fuma, hace bromas. Y todos lo escuchan. Hasta Frau Baden (Annabel Leventon),la mujer a quien todos los hombres desean, sabiendo que no se deja tocar por ninguno, lo invita y se le entrega . Directamente, sin tapujos. Sin "modestia "ni recato. En su trabajo también se transforma, de triste contador, es promovido a vice cónsul y trabaja directamente con el embajador Toulon (Ian Richardson) .
 
A esta evolución evidente corresponde una escena simbólica: caminando una noche, Gallimard se topa con un viejo chino quien recoge libélulas. Dialogan sin entenderse cada uno en su idioma, y el viejo le regala al occidental fascinado una "Butterfly".
 
Al mismo tiempo, China se transforma. El tema político es muy presente. Primero en la forma de vestir: todos los chinos llevan pantalón café o gris y camisa blanca de manchas cortas. Salvo los funcionarios con su uniforme azul y su gorra. Cronenberg nos deja muy en claro y muy rápido que Liling trabaja para el gobierno al entregar la información que sustrae de Gallimard a la camarada Chin ( Shizuko Hoshi) . Pero es el momento en que Mao necesita darle un nuevo aliento al su movimiento, su ideología que va perdiendo fuerza. Los jóvenes serán la base: "Guardias rojos", "Revolución cultural","pequeño libro rojo", manifestaciones en las calles con quema de lo viejo, sea ropa, arte, libros. Campos de reeducación para los intelectuales. Cambio del teatro: la opera de Pekín presenta ahora intrigas políticas, y los magníficos trajes son ahora uniformes. El maquillaje (motivo de una larga toma en los vestidores la primera vez que Gallimard va a ver a Liling) ha desaparecido. Los actores-cantantes interpretan de forma realista a obreros, estudiantes y campesinos. El arte, la sublimación se han ido.
 
Transformación de Europa, Francia en particular porque en mayo del 68, la juventud es por el maoísmo, y las manifestaciones en las calles de Paris se hacen con el pequeño libro rojo , la bandera roja y el retrato de Mao.
 
Pero volvamos al aspecto intimo, el proceso de alienación de un hombre: La relación con Liling se desarrolla sobre un ritmo y bajo condiciones impuesta por la mujer, Ella maneja en los encuentros y en sus cartas un vocabulario de otra época, como de novela del siglo XIC o de película romántica. Pretendiendo que son los modos de ser de China, antiguos pero que se han mantenido en la sociedad actual. Como las bicicletas que invaden las calles. Recato, honor, modestia, pureza. Nunca enseñar su cuerpo. Establece una separación entre cuerpo y sentimientos. El corazón quiere ignorar lo que hace el cuerpo. Y el cuerpo nunca se desvela .Así la cantante atrapa en una telaraña al occidental fascinado por la revelación de lo que piensa ser otra cultura, la verdadera China a la que no acceden los extranjeros.
 
Las apariciones del ser amado son siempre dramáticas: llega con el bebe, y es arrestada. Después en Francia, llega al departamento, en la noche, enfundada en una gabardina beige, la cabeza envuelta en una pañoleta y con guantes, como surgida de Casablanca o Quai des Brumes. Con su voz profunda de femme fatale. Es misteriosa, siempre se esconde, se escurre, y así alimenta el deseo, al no entregarse completamente. Le da a Gallimard la posibilidad de perderse al no encontrarla nunca.
 
El epilogo tiene dos partes: la revelación al mundo y a Gallimard de lo que fue el engaño. Primero en una versión oficial, abierta, visible por todos y traída a las esferas oficiales con el juicio. Pero después viene la revelación intimas. En el transporte a la prisión, Liling revela su amor y su cuerpo. Pero Gallimard no puede aceptar el contacto con la realidad. Necesita seguir en su propia opera. Y tendrá que cumplir hasta el final con su sueño. Él mismo se vuelve Butterfly, se vuelve obra de arte, en un acto teatral que es puesta en escena de su transformación de hombre a mujer: kimono, maquillaje, peluca, forma de hablar, de moverse. La educación por y en Butterfly ha culminado. Y debe acabarse en la muerte con el espejo. Recuerdo de la escena del principio cuando su esposa, en el espejo del dormitorio, jugaba a cantar Madame Butterfly, abanicándose con una revista femenina.
 
En planos cercanos a la boca pintada, en los trazos del maquillaje de la cara, como los de la antigua Opera de Pekín, pero ahora vistos en el diminuto espejo, no los grandes del camerino, por se trata ahora de un asunto intimo y ya no de un arte para el público, Cronenberg nos atrae dentro de la vertiginosa pérdida de identidad, o de la encarnación finalmente lograda de una identidad soñada. Liling no era la mujer inalcanzable, lo que escondía con una inventada modestia bajo sus ropas, no era la eterna feminidad, sino un real cuerpo masculino. Ahora le toca a Gallimard llevar a cabo la transformación total de la libélula.

Monday, December 24, 2012

Cesare deve morire (Paolo y Vittorio Taviani, 2011) – 6.5/10


Este documental sobre la representación de Julio Cesar de Shakespeare por los reclusos del penal de máxima seguridad de Rebibbia fue ganador del Oso de Oro en el Festival de Berlín.
 
Ficha IMDb
 
Lo desconcertante en esta película es que no usa las técnicas usuales en un documental: no hay entrevistas ni comentarios en voz off. Se oye solo el texto de Shakespeare y alguna que otra reflexión del director, muy discreto por cierto, o de los mismos reclusos-actores. Al punto que se podría pensar que se trata de una película de ficción.
 
Empieza y casi termina por la escena final de la tragedia de Shakespeare: la muerte de Brutus. Y con los saludos de los actores muy aplaudidos. Esto en color. Colores naturales de una sala de teatro, muy oscuros.
 
El centro de la película relata los seis meses de preparación para esta representación que parece ser única. Todo pasa dentro del penal y se filma en blanco y negro. Se crea un ambiente que recuerda a algunas películas de Pasolini, por el mundo masculino, sin esperanzas, con planos cerrados a las caras.
 
El ambiente sin salida se sugiere con la presencia casi permanente de las puertas. Doble puerta para cada celda, vista de afuera, en una toma inmóvil y repetida mientras cada interno es devuelto y doblemente encerrado en su espacio personal. Pero también puertas abiertas durante los ensayos, que pueden desarrollarse en los pasillos, los patios, la biblioteca ; puertas que simbolizan que el teatro, el arte es un medio de escape a la soledad y el encierro, una forma de abrir los espacios.
 
La identidad de los reclusos-actores es dada por ellos mismos en los ejercicios impuestos para las audiciones, escena muy larga porque los vemos a todos siguiendo las directivas, pero cada quien según su personalidad y en su dialecto. Después se presenta algo parecido a la ficha personal de cada uno: fotografía, edad, identidad, duración del encarcelamiento y motivo. Narcotráfico, mafia, asesinato. Todos tienen que cumplir mínimo quince años.
 
La ausencia de comentario, aunada al talento actoral de los reclusos hace pensar en una adaptación moderna del texto de Shakespeare, un puesta en escena de Julio Cesar cuyo director habría decidido que la cárcel, con sus grupos , sus jefes y redes de poder, es una buena metáfora para la vida política de la Roma antigua.
 
No se muestran repeticiones del texto y casi nunca interviene el director. Así que parece "verdadero" cine con "verdaderos" actores. La obra teatral va avanzando al ritmo de la historia de ambición y traición entre Julio Cesar, Antonio, Brutus, su amigo Cassius, Los actores internos son vistos de afuera, en forma objetiva, si acercamiento a su vida personal. Hombres cerrados, robustos. Dicen el texto sin vacilación, con un natural extraordinario, como si fueran sus propias palabras. A veces, algún incidente interrumpe por un momento: una frase del personaje recuerda a una situación personal e impacta tanto al actor que necesita un tiempo de descanso. O un asunto entre dos reclusos se va a arreglar en el pasillo. Solo una noche se llena con voces off, de hombres pensando en sus familias, sus hijos, en lo que sería la vida afuera.
 
Por lo demás, siempre vemos las caras duras, maduras, tensas, de hombres que han vivido experiencias que no se pueden compartir. Y cuya única razón de existir en la película es el texto que están interpretando.
 
La representación es un éxito, es también una victoria para un grupo que no tenía mucho que enseñar de positivo a sus familias. Pero también es evasión durante seis meses. Olvidar que viven en prisión. Como dice uno de los reclusos al final, después de volver a entrar cada uno en su celda, detrás de su doble puerta: "Después de que encontré el arte, esta celda se convirtió en prisión."
 
Pero, para algunos, fue el principio del escape literario: varios se dedicaron a escribir y publicaron sus libros.

Jagten (Thomas Vinterberg – 2012) – 8/10



Premio a la mejor interpretación masculina en Cannes, esta película es la demostración de la maldad que pueden contener una aparente inocencia y la voluntad de hacer el bien. O como un hombre puede ser víctima más allá de todo juicio legal. El peso de las buenas consciencias y las buenas intenciones.
 
Ficha IMDB

La sociedad escandinava tiene fama de ser más moderna, liberal que las del sur. Pero Vinterberg nos muestra una sociedad muy masculinizada, con rituales y prácticas de grupos encerrados. Caza, cenas con borracheras, apuestas a quien se aventará al agua helada de un lago en noviembre. Hombría.
 
En esta sociedad, un hombre, Lucas (Mads Mikkelsen), de unos 40 años, aunque bien integrado y con fuertes lazos de amistad, no es exactamente igual a los demás. Divorciado, extraña mucho a su hijo adolescente Marcus (Lasse Fogelström) y desea volver a tenerlo junto a él. También su trabajo se pude ver como una debilidad. Al menos, eso pretende su ex esposa. Es asistente en una guardería, único hombre en un ambiente femenino.
 
Las escenas en la escuela muestran muy bien desde el principio todas las circunstancias que ponen a un adulto en situaciones peligrosas con niños chiquitos, empezando con el baño y los niños que piden que se les limpie. Y establecen claramente que el personaje es inocente.
 
Cualquier actitud de un maestro puede ser interpretada como excesiva: jugar implica contacto físico. Tomar de la mano, abrazar para consolar.
 
Una niña, Klara (Annika Wedderkopp) se siente sola, porque sus padres no le prestan mucha atención, porque se pelean, porque su hermano mayor es demasiado adolescente, y volcado en sus propios amigos, con, tal vez, algo de homosexualidad. El maestro es paciente, tiene tiempo, tiene un perro. Se vuelve objeto de amor. Y, como el vocabulario del amor que ha oído de su hermano es de lo más soez, ella lo usa para denunciar al maestro el día que este la rechazar porque ella, con la torpeza de una niña de cinco años, quiso, sin saber exactamente lo que hacía, pasar los límites en las demostraciones afectivas.
 
Vinterberg expone muy claramente los elementos que la niña utilizará para montar su acusación, en une forma muy espontanea, de proceso creativo, sin pensar a más, para simplemente expresar su malestar del momento.
 
Pero lo irremediable está hecho y la maquina se echa a andar. Lucas cae poco a poco en la red de la desconfianza, con una directora de escuela, Grethe (Susse Wold), deseosa de hace el bien, y convencida, como lo dictan los nuevos valores educativos, que "los niños siempre dicen la vedad". Lucas se ve acusado de pedofilia. Y todos se vuelcan en contra de él. Los padres de familia de toda la escuela, las maestras. Su novia Nadja (Alexandra Rapaport) lo deja. Su mejor amigo, Theo (Thomas Bo Larsen) padre de la niña acusadora, no le cree. A pesar de que la niña haya retirado su acusación. La población entra en una ola de histeria colectiva, no ve la realidad, se ciega totalmente. Porque el grupo siempre tiende a expulsar al individuo que podría amenazar su cohesión y su buena conciencia.
 
Solo su abogado, padrino de su hijo, conserva los pies en la tierra. Marcus, quien ha venido a vivir con su padre, se encuentra también objetivo de la agresividad del pueblo: le prohíben entrar al supermercado. Forma indirecta de exponerlos a la muerte por falta de alimentos.
 
Finalmente el proceso judicial no prospera porque los "testimonios" acusadores de los niños de la escuela no concuerdan con la realidad: Lucas no tiene sótano donde haya podido atraerlos.
 
Vinterberg utiliza mucho los primeros planos, observando con atención el drama de su personaje principal, servido por una interpretación profundamente dolorosa de Mikkelsen. Y la confianza total de la pequeña Klara se volverá encierro, miedo e incapacidad a detener lo que ha provocado sin querer. La niña es maravillosa de belleza nórdica, dorada, angelical. Figura misma de la inocencia. Pero también de la impotencia.
 
Finalmente la clave de la película sea tal vez en la última escena: caminando solo en el bosque durante la primera caza del año siguiente, Lucas recibe un disparo. Cuando se voltea a ver de dónde proviene, ve a contra luz la silueta de su hijo. Sucede muy rápido, a punto que el espectador se puede preguntar si vio bien. Como el personaje, fragilizado después de tanto odio, puede preguntárselo.
 
Pero así se justifica este largo epilogo de "un año después", cuando sin transición, todo está bien, cuando Lucas es aceptado de nuevo a participar en reuniones familiares y de amigos, con su hijo, con su novia que ha vuelto con él. Toda esta re-aceptación parece poco natural después de tal rechazo que tuvo que soportar. ¿Como la opinión de todo un grupo puede cambiar de tal forma? Es la gran celebración anual de la abertura de la temporada de caza. La primera para Marcus, quien recibe su primer rifle. Es "el momento en que los niños se vuelven hombres".
 
La escena final muestra que las heridas a la masculinidad no cicatrizan, que el hijo, ahora adulto, hombre, no puede aceptar en su vida la mancha de este padre con fama de pedófilo. O sea, no completamente hombre. Y que debe vengar un honor de masculinidad dura y fuerte.
 
O sea, los moldes de géneros y comportamientos, aparentemente abiertos y liberales en los países del norte, siguen igual de rigurosos e intransigentes. El mal no reside tanto en la fuerza del rumor (en este caso la película de Vintenberg sería solo otra película sobre la perversidad, y la perversión, de la moralidad), sino en la intolerancia hacia cualquiera que no vive exactamente según las reglas de su comunidad. Intolerancia que puede destruir hasta el amor entre personas tan cercanas como lo han sido padre e hijo durante los momentos más difíciles. Esta mal es más profundo y, finalmente, mucho más difícil de desarraigar.
 

Cosmopolis ( David Cronenberg, 2012) – 7/10

Un hombre joven pero obsesionado por la muerte y la decadencia atraviesa Nueva York en su limosina hasta llegar a su peluquero. En su viacrucis se topará con amantes, médicos, fanáticos. En un paso lento de carroza fúnebre.

Ficha IMDb

Carroza fúnebre, ciudad de cataclismo invadida por pordioseros, manifestantes y ratas. Packer (Robert Pattinson) y sus visitantes parecen ser los sobrevivientes de un mundo acabado.

Haber escogido a Robert Pattinson como protagonista ayuda mucho a establecer un ambiente de fin de mundo: la cara pálida del actor no expresa nada, lo que conviene perfectamente bien al personaje de Eric Packer alejado de toda contingencia, de toda realidad. Acepta lo que se le presenta y contempla todo con una mirada vacía, despreciativa, altiva. Gélido, el joven asusta con su físico a la vez elegante y lívido, soberbio y prepotente, impecable como su limosina blanca y súper equipada. Inacessible a cualquier sugerencia, el niño mimado y testarudo quiere cortarse el pelo en el sur de Manhattan y punto.

En su limo recibe visitas, como emperador romano en su litera. Y como emperador romano vive el fin de una civilización decadente.

Como se aburre todo el tiempo, se mete de lleno en el cualquier nuevo tema que le trae cada visitante: arte, salud, sexo, tecnología. Se trate de Juliette Binoche, Abdul ayoola, Emily Hampshire…. Pero solo por un tiempo. Antes de pasar instantáneamente a otro tema. O de bajar un momento para comer con su novia – esposa de quien vive separado, Elise (Sarah Gadon), hermosamente fría.

La limosina avanza. Él hace "surplace". Aunque no quiera, tiene algunas obsesiones y/o fobias: el precio del yuan, tener sexo, cortarse el pelo.

Nada le hacer perder de vista su objetivo. Ni las advertencias de su guardaespaldas,Torval (Kevin Durand) ni el hecho de que la rata se vuelva moneda de curso legal. Sigue buscando lo que llama equilibrio, hasta darse cuenta, después de un examen médico, dentro de la limosina, tan inconfortable para el espectador como para el personaje, que la asimetría es la clave de la belleza.

Al final de su lento recorrido encerrado en su nave, casa, o ataúd, después de ver esta pintarrajeada, bombardeada con pasteles, sucia, después de matar al guardaespaldas Torval con su propia pistola después de pedirle pronunciar el código secreto para que pueda disparar, Packer llega por fin a lo que parece ser la vida, el origen, las raíces. El peluquero lo recibe con los brazos abiertos, le da de comer lo que sobra de sus propios alimentos, le habla de su niñez y de cuando lo traía su papa. Convidan al chofer negro. Y los dos hombres normales intercambian recuerdos de sus tiempos pasados de taxistas. Sin escucharse el uno al otro. Historias de la vida real, de hombres pobres, que trabajan sin cesar para alimentar a sus familias.

Ahora sí Packer está en contacto con el mundo de la calle. Parece gustarle y decide seguir con el chofer para dejar la limosina en su garaje. El yuppie esta al aire libre, expuesto a todo. En particular a la amenaza de muerte que Torval le había anunciado desde la mañana. Y sucede.

La ultima parte de la pedicura es una larguísima escena en un departamento abandonado, lleno de viejos aparatos, viejas computadoras, con un hombre apartado él también del mundo. Pero al otro extremo de la escala social. Benno Levin (Paul Giamatti) ex empleado de Packer, ha sido despedido y desde entonces vive marginado con la obsesión de vengarse del dueño que nunca supo nada de su existencia. Larga escena de palabras, interrogaciones trascendentales. Muchas palabras y movimientos alrededor de los numerosos objetos en las habitaciones diminutas. A la imagen del mundo de Packer.

¿Al final que pasa? la cinta acaba con la pistola de Levin apuntando a la sien de Packer...

Una película muy lenta, difícil, a veces horripilante, a veces hipnótica, sofocante, siempre desafiante.

Quantum of Solace ( Marc Forster , 2008 ) – 4/10



Después de ver Skyfall, resultaba interesante ver la anterior película de la serie con Daniel Craig. ¡Pero qué decepción! Nada que ver…Una historia sin lógica. Una sucesión de escenas muy movidas pero sin gran relación.

 
Parece que se conservó solamente lo más superficial de las películas de acción : escenas de peleas muy rápidas, locaciones espectaculares: Siena durante el Palio, una pequeña ciudad austriaca con un magnifico teatro. El desierto boliviano. Y el director manifiesta un gusto repetido por el montaje alterno de acciones que no tienen aparentemente nada que ver.

Pero los personajes, con una psicología de lo más básica o desprovistos de ella, resultan difíciles de entender. ¿Por qué hacen lo que hacen? ¿Por qué está donde están? ¿Por qué un personaje de la película anterior, René Mathis (Giancarlo Giannini) acepta de repente volver? En un momento, se nos hace creer que Bond actúa para vengar a Vesper, su amor de Casino Royale . Pero no logramos caer en su juguito.

No se entiende muy bien como porque Bond llega a ciertos lugares: la ciudad en Austria, Haiti, Bolivia.

La secuencia de ópera es interesante con doble, triple centro de atención: el escenario, los hombres diseminados en el público, que comunican por audífonos. ¿Pero como supo Bond que las bolsitas de regalo a los VIP contenían el aparatito? ¿Y, para empezar, como supo que se iban a encontrar ahí?

Las escenas de acción, muy destructivas (el incendio en el hotel Perla de las Dunas) son un poco gratuitas en una historia poco hilada. El objeto de deseo del malo, el agua, es, ciertamente, nuevo, y totalmente en la onda ambientalista actual. Pero sinceramente Dominic Greene (Mathieu Amalric) no da el ancho para ser un malo. Y el sentimentalismo de las explicaciones de la chica Bond, Camille Montes (Olga Kurylenko) quien quiere vengar la muerte de su madre a manos del malísimo General Medrano (Joaquin Cosio), no logran conmover ni hacer creíble o necesario su personaje.
Hasta los actores parecen no saber muy bien porque están ahí, inclusive M (Judi Dench ) se ve un poco tiesa y poco interesada en el asunto.

The Firm (Sydney Pollack, 1993) – 5/10


Clásica historia de la imaginación de John Grisham, donde se oponen buenos y malos, aunque los malos se vean muy bien. Un hombre joven, guapo, honesto y lleno de buenas intenciones se ve atrapado en las redes de unos abogados corruptos pero de cara recomendable. Un buen suspenso, pero un poquitín largo para los gustos de hoy.


Ficha IMDb

Al joven y talentoso Mitch McDeere (Tom Cruise) le hacen, justo cuando está terminando sus estudios de Leyes en Harvard, una magnifica oferta de trabajo: salario inesperado, 96 000 dólares al año, préstamo muy accesible para comprar una casa, coche deportivo. Con su esposa Abby (Jeanne Tripplehorn), maestra de kínder, se mudan a Memphis.
 
Rápidamente la pareja se da cuenta de que la firma, "Bendini, Lambert y Lock ", con mucha amabilidad, lo controla todo, incluso la vida personal, actividades de fin de semana, amistades y trabajo de las esposas.
 
Los señores directores son hombres maduros y serios y las oficinas lujosas. Pero pronto se presenta alguien demasiado amable y experto para ser inocente : Avery Tolar (Gene Hackman). Toma bajo su ala protectora y profesional al joven. Lo lleva a comer y lo prepara para su examen final. Hasta lo lleva con él a una cita de trabajo, con un cliente muy importante en las Islas Caimán. O sea, le da entrada y confianza para un caso delicado. Y en la noche, Mitch se deja seducir en la playa por una pobre doncella a la que asaltan y casi violan. Sin saber que alguien esta en la sombre tomando fotos que podrán eventualmente servirle a la firma como arma de chantaje .
 
Pero al mismo tiempo que la pareja empieza a desconfiar de la firma, que se inmiscuye cada vez más, Mitch es contactado por el FBI .El agente Wayne Tarrance (Ed Harris) le explica básicamente el motivo : el bufete trabaja para la mafia de Chicago. Y las muertes de unos empleados en la explosión de un bote en las Islas Caimán no fueron accidentales. Lo llevan con el jefe Denton Voyles (Steven Hill) y le piden colaborar. Lo que hará pero buscando no salirse nunca de la ley, para garantizar la validez de las acciones para un futuro juicio, y su propio porvenir como abogado honesto. El descubrimiento oportuno y fortuito de la práctica de la sobrefacturación por el bufete a todos sus clientes le dará las armas necesarias para atacar en completa legalidad.
 
Como agregados a la trama, intervienen el hermano del abogado, Ray (David Strathairn) y un amigo de este, Eddie Lomax (Gary Busey), investigador privado, asesinado en presencia de su secretaria y novia Tammy ( Holly Hunter) , la cual apoyará a Mitch durante su investigación.
 
Tom Cruise actúa con buena voluntad y bastante energía. Jeanne Tripplehorn , como su esposa, con sentimiento. Ed Harris con profesionalismo y seriedad. Pero él que domina el reparto es sin discusión Gene Hackman , con su apariencia de bonachón que esconde algo, de gato que juega con el ratoncito y disfruta antes de comérselo. Se luce sobre todo en la parte de seducción- manipulación (¿cual es realmente su motivación?) con Abby, durante el último viaje a las islas Caimán.
 
Un buen suspenso en la última parte de la película: copiar e imprimir documentos (muy moderno hace veinte años, ahora todos lo hacemos a diario) con persecución en el acuario, en el tren aéreo.
 
Una película de suspenso y leyes, honesta, bien hecha, pero con demasiados detalles, demasiado explicita. La mente del espectador actual está ya acostumbrada a las intrigas de conspiraciones y chantajes y sabe entender los sobreentendidos.


Seven Psychopaths (Martin Mc Donagh, 2012) – 8/10

Como inventar juntos un guion, como actuarlo, vivirlo. Los vasos comunicantes de la creación, entre imaginación y realidad. En medio de amistad, amor, y delirante delincuencia. Segunda pelicula de martin Mc Donagh, realizador de la genial In Brugges ( 2008).

Ficha IMDB
 

El triangulo de personajes principales tiene en realidad dos cabezas dominantes. El primero es Marty (Colin Farrell) el guionista, irlandés y alcohólico, en busca de personajes, siete porque así lo reza el título que se dio antes de empezar. El segundo es Hans (Christopher Walken), hombre mayor, que va cada día a visitar en el hospital a su esposa, quien trata de sobrevivir a un cáncer. El punto de encuentro entre ellos es Billy (Sam Rockwell), amigo de los dos. Con el segundo, maneja un "negocio" de rapto de animales, perros de preferencias. Al sustraerlos a sus sueños y después devolverlos como inocentemente encontrados, la felicidad que provocan es tal que ni siquiera tienen que pedir rescate. Con Marty, colabora a proporcionarle ideas para su famoso guion que no prospera. Y que mejor forma que idear y realizar hechos sangrientos que saldrán en los periódicos, de los cuales Marty adaptará su libro.

Así se van abriendo los paréntesis de las historias de los siete psicópatas, algunos creados por Billy y otros encontrados gracias a anuncios en el periódico, otra genial idea de Billy. Esto complica un poco la estructura de la película porque mezcla la vida real de Marty escribiendo, y su vida con su novia, la vida real de Hans y Billy con sus actividades caninas, la vida real de Hans con su esposa en el hospital, las historias verdaderas de los criminales y las adaptaciones guionescas que de ellas hace Marty.

Hasta el día en que todas las historias se mezclan porque Hans y Billy tienen la mala suerte de raptar Bonny, el diminuto Shih Tzu (vaya nombre para una raza de perros) de un enorme mafioso, Charlie (Woody Harrelson). Persecuciones, muertes, torturas, se suceden a ritmo implacable, en escenas hilarantes, con diálogos incisivos, irrespetuosos.

Cada personaje tiene su manía: Marty el alcohol y la escritura, Hans su esposa, Billy matar e impulsar a su amigo en su escritura, Charlie, su amadísimo perro. A veces llega a lo absurdo, pero este absurdo que proviene de la persecución obstinada de una lógica. Y de una creatividad que no se deja detener por nada.

El guion de Marty, a medida que se escribe, va escribiendo la película que vemos. Asistimos a una realización en dos niveles. La historia dentro de la historia es la historia misma.

Situaciones cómicas. Diálogos irreverentes, incisivos. Situaciones graves, sentimientos profundos. Personajes locos pero tan empáticos. Qué tristeza que se mueran casi todos. Y más, que tristeza que Marty termine de escribir su guion.

Thursday, December 20, 2012

Léon (Luc Besson, 1994) - 8/10


Un clásico definitivo, Léon es una obra impactante en sí misma y por la gran influencia que ha tenido en creadores de todos géneros. Luc Besson, escritor y director, es de los pocos, sino el único, directores franceses que entienden el cine de acción mejor inclusive que muchos gringos.



La ficha IMDB.

Mathilda (Natalie Portman) es una precoz pre-adolescente que debe vivir en el infierno de su disfuncional familia. Cuando la familia entera de Mathilda es asesinada por los hombres del policía corrupto Stansfield (Gary Oldman) su único refugio es el departamento de su vecino, Léon. Léon (Jean Reno) es un infantil asesino a sueldo cuyas únicas conexiones son con su planta y con su jefe, Tony (Danny Aiello). Mathilda, empeñada en vengarse por la muerte de su hermano, entabla una relación con Léon para que este le ensene a matar. Por supuesto, las vidas de ambos cambian completamente.

Léon es una de esas películas que hay que ver y volver a ver. No porque sea compleja o difícil de entender; no es el caso para nada. Sino porque es muy disfrutable, porque los personajes son tridimensionales y bien interesantes y porque está extremadamente bien contada. Léon es una película de acción excelente y además inteligente.

El guion es fantástico en su capacidad de mantener la tensión y el conflicto aun fuera de las secuencias de acción. Pero su mayor merito está en la construcción de los personajes. La oposición entre Mathilda y Léon es fantástica. Mathilda es una niña, pero su imagen es tan sexual que más de un momento es de verdad incomodo. Tiene una familia numerosa pero está completamente aislada, salvo por su hermano a quien quiere más que a nada. Es extrovertida y en apariencia no le tiene miedo a nada y no le importa nada. Léon es un asesino cuyo único vicio es su vaso de leche todas las noches, todas las mañanas. Su comportamiento es tímido, huraño. En todo sentido es como un niño cuya única familia es el hombre que le asigna gente a quien matar. Juntos, Léon y Mathilda son un adulto y un niño, pero solamente porque cada uno tiene partes de ambos. El maloso es extraordinario también. Definitivamente con mucho menos volumen que los personajes principales, Stansfield no solo genera antipatía, sino que da hasta miedo. En solo unos momentos queda claro que su compas moral esta más que fuera de tono, sino también que es completamente impredecible. Algo que espanta, pero que también lo contrapone muy bien al calmado y calculador Léon (además de sus ropas blancas opuestas a las negras de Léon).

Otro gran merito es que esos personajes están representados por fantásticos actores. Jean Reno hace un gran trabajo y su acento le ayuda a dar vida a este tímido sujeto, completamente fuera de este mundo. Gary Oldman hace un excelente trabajo también y crea un villano que será el estándar para malosos futuros por mucho tiempo. Su locura esta clara en cada gesto, cada arrebato y cada silencio; a pesar de su relativo poco tiempo en pantalla, su presencia se resiente siempre. Natalie Portman es simplemente genial. Como camina entre la inocencia y la sensualidad provoca casi tanto miedo como Gary Oldman. Es imposible imaginar esta increíble producción con otro equipo.

Después de eso por supuesto hay que mencionar lo increíbles que son las secuencias de acción. El frio y calculador Léon enfrentándose a frenéticos dementes o confundidos policías resulta en balaceras sensacionales que son un agasajo visual. A tantos años de distancia, el ataque de la policía al departamento de Léon, o el primer trabajo que lo vemos realizar siguen siendo de lo más emocionantes.

Y el final es brutal. El final es de los mejores finales de todos los tiempos. Un final digno de estos personajes y esta historia. Un gran final para una gran película.

The Watch (Akiva Shaffer, 2012) – 3/10


Una película con Ben Stiller y Vince Vaughn es solamente un pretexto para ver a un grupo de adultos diciendo estupideces y hacer pensar a la audiencia que sus amigos no son tan buenos como deberían ser. The Watch cumple con esta expectativa y nada más.

La ficha IMDB.


Evan (Ben Stiller) es el arquetipo del habitante de suburbia: políticamente correcto, comprometido con su comunidad, y demasiado asustado como para lidiar con la realidad de su hogar, en su caso, su incapacidad para tener hijos, que es lo único de lo que su esposa Abby (Rosemarie DeWitt) puede hablar. Cuando uno de sus empleados es asesinado, Evan crea un grupo para patrullar el vecindario. A él se unen tres tipos más aburridos que otra cosa: Bob (Vince Vaughn), Franklin (Jonah Hill) y Jamarcus (Richard Ayoade). El grupo entonces descubre que su pacifico suburbio es el epicentro de una invasión alienígena y ellos son la última línea de defensa.

La calidad de una película como The Watch en realidad solo puede medirse por la cantidad y volumen de las carcajadas, y por que tanto se aleja de los estereotipos del género. En este caso, hay hartas risas pero no abundan los momentos inesperados. Como suele ser el caso son los actores y su habilidad para repartir diálogos absurdos a gran velocidad los que dan resultados. Stiller y Vaughan son una buena mancuerna y juntos tienen sus momentos durante The Watch. A pesar de que siempre es el mismo personaje,  Jonah Hill también es bastante hábil en el fino arte de decir estupideces a gran velocidad, por lo tanto, queda bien en el equipo. El recién llegado Richard Ayoade no contribuye demasiado a la dinámica, pero eso quizá tenga más que ver con su papel que con su habilidad como comediante.

La historia tarda bastante en desarrollarse y aunque parezca evidente, la historia de alienígenas es solo el pretexto para adentrarnos en las vidas de estos personajes, tanto así que la mayoría del tiempo en pantalla poco tiene que ver con la invasión interestelar. Demostrando una vez más que el merito en estas películas no está ni de lejos en la historia o la narrativa, sino solamente en quienes aparecen en el cartel.

The Watch es entretenida, pero nada más; aun para el género se queda más bien corta.