Ficha IMDB
El triangulo de personajes principales tiene en realidad dos cabezas dominantes. El primero es Marty (Colin Farrell) el guionista, irlandés y alcohólico, en busca de personajes, siete porque así lo reza el título que se dio antes de empezar. El segundo es Hans (Christopher Walken), hombre mayor, que va cada día a visitar en el hospital a su esposa, quien trata de sobrevivir a un cáncer. El punto de encuentro entre ellos es Billy (Sam Rockwell), amigo de los dos. Con el segundo, maneja un "negocio" de rapto de animales, perros de preferencias. Al sustraerlos a sus sueños y después devolverlos como inocentemente encontrados, la felicidad que provocan es tal que ni siquiera tienen que pedir rescate. Con Marty, colabora a proporcionarle ideas para su famoso guion que no prospera. Y que mejor forma que idear y realizar hechos sangrientos que saldrán en los periódicos, de los cuales Marty adaptará su libro.
Así se van abriendo los paréntesis de las historias de los siete psicópatas, algunos creados por Billy y otros encontrados gracias a anuncios en el periódico, otra genial idea de Billy. Esto complica un poco la estructura de la película porque mezcla la vida real de Marty escribiendo, y su vida con su novia, la vida real de Hans y Billy con sus actividades caninas, la vida real de Hans con su esposa en el hospital, las historias verdaderas de los criminales y las adaptaciones guionescas que de ellas hace Marty.
Hasta el día en que todas las historias se mezclan porque Hans y Billy tienen la mala suerte de raptar Bonny, el diminuto Shih Tzu (vaya nombre para una raza de perros) de un enorme mafioso, Charlie (Woody Harrelson). Persecuciones, muertes, torturas, se suceden a ritmo implacable, en escenas hilarantes, con diálogos incisivos, irrespetuosos.
Cada personaje tiene su manía: Marty el alcohol y la escritura, Hans su esposa, Billy matar e impulsar a su amigo en su escritura, Charlie, su amadísimo perro. A veces llega a lo absurdo, pero este absurdo que proviene de la persecución obstinada de una lógica. Y de una creatividad que no se deja detener por nada.
El guion de Marty, a medida que se escribe, va escribiendo la película que vemos. Asistimos a una realización en dos niveles. La historia dentro de la historia es la historia misma.
Situaciones cómicas. Diálogos irreverentes, incisivos. Situaciones graves, sentimientos profundos. Personajes locos pero tan empáticos. Qué tristeza que se mueran casi todos. Y más, que tristeza que Marty termine de escribir su guion.
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