Otra comedia romántica cuyo final carece de sentido. Un par de momentos agradables y destellos de honestidad con un personaje completamente rebasado por las circunstancias, eso es quizá lo único que detiene a un ser humano normal de patear el monitor ante los dos chamacos que parecen estar pidiendo a gritos una patada en la entrepierna. Rachel Weisz también hace la situación más soportable.
La Ficha IMDB
Will Freeman (el insoportablemente encantador Hugh Grant) es un soltero empedernido que vive de las regalías de un hit musical creado por algún miembro de su familia. Jamás ha tenido un trabajo y jamás ha tenido que preocuparse por nadie. Marcus (Nicholas Hoult) es un niño confundido quien intenta lidiar con su crónicamente deprimida madre (Natalia Tena). Sus vidas se cruzan y todos aprendemos una valiosa lección.
Es cierto que por momentos la soledad de Will es algo con lo que uno se puede identificar, pero el personaje carece de ese “algo” que lo haga de verdad carismática e interesante. Sus momentos de conexión con el joven Marcus se sienten artificiales, y no hay realmente nada que pueda enseñarle. Quizá esta idea tenga algo de merito. Como lo demuestra la escena en el espectáculo de talento de la escuela, quizá el punto es que no es necesario ser el mejor para mejorar la vida de alguien. No dejo de sentir sin embargo, que Will, inclusive al final de la cinta, sigue siendo un imbécil que no se esfuerza por nada.
Marcus, por otro lado, es realmente insoportable. No recuerdo como era yo a los 12, ciertamente no era un campeón, pero me cuesta trabajo pensar que fuese tan molesto como el muchachito en cuestión. No es tanto que tiene problemas en la escuela, es simplemente su comportamiento en general el que es repulsivo.
El personaje es interesante solamente por su relación con su madre, quizá la única persona que se siente real en la película. No porque es triste, sino porque esa situación en la que esta, dividida entre esta tristeza aplastante, y el honesto deseo de hacer lo correcto por su hijo. La solución a ese conflicto también se siente fácil, pero queda en claro que el esfuerzo es continuo, que las cosas son mejores solo porque existe la voluntad de hacerlas mejores.
Sí, me reí un par de veces, o más bien sonreí. Pero nada más, a bueno, también sale Rachel Weisz y eso siempre es bueno.
La Ficha IMDB
Will Freeman (el insoportablemente encantador Hugh Grant) es un soltero empedernido que vive de las regalías de un hit musical creado por algún miembro de su familia. Jamás ha tenido un trabajo y jamás ha tenido que preocuparse por nadie. Marcus (Nicholas Hoult) es un niño confundido quien intenta lidiar con su crónicamente deprimida madre (Natalia Tena). Sus vidas se cruzan y todos aprendemos una valiosa lección.
Es cierto que por momentos la soledad de Will es algo con lo que uno se puede identificar, pero el personaje carece de ese “algo” que lo haga de verdad carismática e interesante. Sus momentos de conexión con el joven Marcus se sienten artificiales, y no hay realmente nada que pueda enseñarle. Quizá esta idea tenga algo de merito. Como lo demuestra la escena en el espectáculo de talento de la escuela, quizá el punto es que no es necesario ser el mejor para mejorar la vida de alguien. No dejo de sentir sin embargo, que Will, inclusive al final de la cinta, sigue siendo un imbécil que no se esfuerza por nada.
Marcus, por otro lado, es realmente insoportable. No recuerdo como era yo a los 12, ciertamente no era un campeón, pero me cuesta trabajo pensar que fuese tan molesto como el muchachito en cuestión. No es tanto que tiene problemas en la escuela, es simplemente su comportamiento en general el que es repulsivo.
El personaje es interesante solamente por su relación con su madre, quizá la única persona que se siente real en la película. No porque es triste, sino porque esa situación en la que esta, dividida entre esta tristeza aplastante, y el honesto deseo de hacer lo correcto por su hijo. La solución a ese conflicto también se siente fácil, pero queda en claro que el esfuerzo es continuo, que las cosas son mejores solo porque existe la voluntad de hacerlas mejores.
Sí, me reí un par de veces, o más bien sonreí. Pero nada más, a bueno, también sale Rachel Weisz y eso siempre es bueno.
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