Entre tragedia social y noir belga, una historia de niños y vidas perdidas.
Ficha IMDb
En un pueblo tranquilo en las Ardenas belgas transcurren las vacaciones de Navidad del año1999. Antoine Courtin, 12 años, (Jérémie Senez) se levanta temprano cada mañana para ver a su mama Blanche (Sandrine Bonnaire) antes de que se vaya a trabajar con su jefe, Andrei Kowalski (Arben Bajraktarai) quien pasa por ella en su camioneta. Después, Antoine se reúne con su amigo Rémi de 4 años (Léo Lévy) y la chica de la que está secretamente enamorado, Émilie (Pauline Sakellaridis). Acompañan a la niña a hacer algunos encargos, pasan a casa del Doctor Dieulafoy (Philippe Torreton) para devolver un devolver un libro y tomar prestado otro : Antoine es un apasionado de medicina y sueña con ser médico.
Después los dos niños se meten al bosque cercano donde Antoine ha construido una cabaña con unas ramas caídas. Su gran proyecto es enseñársela a Emilie. En sus expediciones los acompaña el perro de Rémi, galopando atrás de la pelotita que le avientan.
Pero esta tarde a Antoine le espera una mala sorpresa al volver : la chica de sus sueños se está basando en una banca con el chico más popular del pueblo. Furioso y triste, Antonino le lanza la pelota al perro, sin ver que lo hizo en dirección a la calle. Y sucede lo inevitable : un coche lo atropella. Mientras el conductor, alcalde del pueblo (Yoann Blanc ) unos vecinos y Antoine contemplan asombrados al animal agonizando, sale el dueño, Michel Desmedt (Charles Berling), padre de Rémi y Emilie, con su carabina y una bolsa de plástico negra ,dispara y mete el cadáver en la bolsa, que avienta encima del montón de ¡bolsas que esperan el camión recolector.
Al día siguiente, Antoine esta destruyendo su cabaña cuando Rémi viene a molestarlo con sus preguntas Antoine, enojado con la vida, con Emilie y con el padre de Rémi, le avienta una rama, el chico cae, se golpea la cabeza en una piedra y queda inmóvil. Antoine no sabe une hacer, busca una solución. La única que encuentra es esconder el pequeño cuerpo en una hendidura del suelo entre rocas.
Y pasan los tres días de angustia, de investigación y de búsqueda. Ni la policía, ni los habitantes organizados en brigadas de búsqueda logran nada. Antoine toma somníferos de su madre y el doctor lo salva in extremis. Se detiene al Señor Kowalski por haberse visto su camioneta parada en el bosque. La noche después de Navidad, una tormenta de fin de mundo se abate sobre la región. Antoine y su mamá ven desde su escalera como el agua sube dentro la casa, como los árboles rompen las ventanas. La tempestad y las ráfagas son tan fuertes que no parecen reales. Al día siguiente, el pueblo es zona de guerra y el bosque está medio deforestado. Se abandonan las búsquedas del pequeño.
Quince años después, Antoine (Pablo Pauly) viene a pasar unos días con su mama antes de partir para una sino en Egipto. Ha realizado su sueño : es médico. Una pequeña fiesta está organizada en honor al doctor quien se retira, quedando el pueblo sin médico. Ahí asiste Emilie (Margot Bancilhon), ahora libre de novio y deseosa de quitarse la comezón del viejo amor de niños. La trampa está lista para atrapar a Antoine. La explotación del bosque se reanuda y se encuentra el pequeño cuerpo de Rémi con un cabello encima, probablemente de su asesino. Nada más falta esperar que aparezca en el sistema el mismo ADN. Emilie , embarazada amenaza a Antoine con una prueba de paternidad, Solo le queda a este casarse y acepar la consulta del doctor, quien, desde el intento de suicidio, entendió todo
Algunos años después, en otra noche de Navidad, Antoine, con esposa, niño y madre, recibe un extraño regalo del Señor Kowalski ; el reloj que había perdido en el bosque. Ese día, detuvo su camioneta porque lo vio salir del bosque ese día, le contó a su mama y todos se callaron.
Una vida entera de silencios, para proteger a un niño en realidad inocente del accidente que le costó la vida a su amigo. Un adulto que paga con su sueño su involuntario crimen de niño, su momento de enojo.
Como si no hubiera pasado nada, solo se perdieron tres días de búsqueda, y una vida completa . Por una pobre historia de amor y celos infantiles.
Las interpretaciones delicadas, discretas, de los adultos que saben, que entendieron, que protegen sin decir nada, son un gran hallazgo de esta película que hace un poco pensar en los hermanos Dardenne o en un Claude Chabrol sin ironía. Una historia callada como los grandes bosques en la frontera entre Francia y Bélgica. Una prueba de amor que nunca se delató. Una tormenta natural que vino a exteriorizar la tormenta emocional vivida por un niño incapaz de manejar o de expresar lo que le pasó.
Esta pequeña película conmueve y deja un sabor nostálgico de un mundo provincial, alejado de preocupaciones modernas y todavía cercano de profundos y silenciosos valores humanos, donde el castigo, por ser invisible a la mayoría, no deja de ser implacable.
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