Extraña película, que parece olvidada por los sitios de análisis o critica, remake de una famosa película, fantasía colorida sobre un momento histórico trágico.
Ficha IMDb
Desde la primera escena, la cinta ostenta lo que van a ser sus directrices : utilizar el contexto histórico, verlo por el lado pequeño, deslumbrar con colores vivos. En resumen, quitarle toda seriedad al tema y satisfacer a los mirones.
Todo empieza el 14 de Julio de 1789, en una fiesta campestre, mientras los parisinos están tomando la Bastilla. Una sociedad selecta disfruta de los placeres del verano en un día de campo. Comen, chismean, coquetean. La joven Caroline de.Bièvre (France Anglade), 16 años, quiere retener la atención del hermoso Gaston de Sallanches (François Guérin), mientras su futuro esposo, escogido por su padre el conde de Bièvres (Vittorio de Sica) para que lo deje libre de emigrar a Prusia, Georges Berthier (Bernard Blier) abogado serio y convencido por las ideas modernas, trata de discutir seriamente los argumentos de los Estados Generales, que reúnen delegados de los tres “Estados” del país : Iglesia ,Nobleza y Tercer Estado, el “pueblo”. A nadie le interesan las ideas, a todos les interesan las sensaciones. Gaston seduce a todos y. Caroline tiene que aceptar sus condiciones : casi una violación, pero el amor acepta todo. Sin embargo, se casa con Berthier, sin dejar de suspirar por Gaston ,aun sabiendo que esta mantiene una relación con Isabelle de Coigny ( Karin Dor).
Los cambios en la política y la llegada al poder de Robespierre ponen a Berthier en posición de perseguido por lo que Caroline debe huir para salvar su cabeza, mientras el Señor Guillotin (Henri Virlojeux) desarrolla su practica invención, muy útil para un régimen que necesita eficiencia y rapidez en su proceso de limpieza ideológica. Caroline en su camino hace varios encuentros que la obligan a someterse a experiencias poco agradables, como puede ser la ayuda interesada de un cochero (Charles Aznavour), entre otros. Una estancia en la Conciergerie, prisión parisina donde los nobles esperan su juicio y su ejecución expeditas, lo pone en presencia ,otra vez, de Isabelle de Coligny y de Gston que le compra una semana de descanso en la Pension Belhomme, administrada por el Doctor Belhomme ( Gert Fröbe y frecuentada por aristócrata como los Van Krift (François Chaumette, Jean-Pierre Darras) y Boismussy (Jean-Claude Brialy), destinado a la guillotina para el día siguiente La llegada triunfal de Bonaparte ( Pierre Vernier) permitirá a Gaston y Caroline vivir amores felices. Mientras tanto, Isabelle ha sido ejecutada, y Berthier ha desaparecido…
La cinta de De La Patellière es el remake declarado de la cinta de Richard Pottier (1951) con Martine Carol, dotada de una belleza y un nivel actoral realmente superiores a los de France Anglade. Se entiende que el director quiso aprovechar el éxito de Angélique, marquise des Anges ( Bernard Borderie – 1964), adaptación de las novelas de Anna y Serge Golon, con Michèle Mercier, Robert Hossein, y muchos grandes actores, y filmada en hermosas locaciones de castillos conocidos. Las aventuras de Angélique y su esposo, primero odiado, y después amado con locura, se desarrollan a lo largo de cinco películas muy exitosas, y recrean el ambiente de la época de Louis XIV . La ultima de estas películas salió en 1968 y De La Patellière supo aprovechar el éxito del genero de aventuras histórico-sentimentales, al mismo tiempo que daba satisfacción a nuevos gustos de un publico más liberal en tiempos de contestación del orden, político, educativo, moral. Caroline chérie juega con las alusiones eróticas, las faldas levantadas y los escotes profundos. La joven es una víctima inocente pare voluntaria de una serie de ataques sexuales a los que se somete sin saber-sabiendo, en una mentalidad que quiere recordarnos a la pintura y la literatura del siglo XVIII, entre Relaciones Peligrosas (Choderlos de Laclos) y Justine o los Infortunios de la virtud (Sade), así como las películas de Vadim con Brigitte Bardot (Le vice et la vertu – 1963). France Anglade tiene el mismo tipo de belleza física que Brigitte Bardit y Michèle Mercier.
De la Patellière retoma la película de Pottier, adaptada de una novela de Cécil Saint-Laurent publicada en 1947, enorme éxito y seguida de dos secuelas. Quiso juntar dos recetas pero no funcionó realmente y su Caroline ha quedado en el olvido, tal vez por el estilo exagerado que le quiso dar para distinguirse de sus modelos : el uso de los colores chillantes en los trajes y las decoraciones, unos interiores lejos de cualquier realismo o siquiera verosimilitud, unos muebles sin sentido. Los diálogos no tienen nada interesante, quieren ser divertidos pero no hacen reír, ni siquiera sonreír. Las actuaciones suenan artificiales, a pesar de un reparto bastante interesante, y las demostraciones físicas de France Anglade ni seducen, ni enternecen.
Fantasía colorida, vacía, fácilmente olvidada.