Una cinta para niños no tan niños ya que maneja referencias culturales y mensajes más sutiles que lo que acostumbran las cintas que buscan un público fácil
Ficha IMDb
Conor (Lewis MacDougall) vive prácticamente solo en una casa medió abandonada. Tiene que responsabilizarse por su ropa, su comida, llegar solo a la escuela donde por cansancio o simple distracción se dedica a dibujar más que a escuchar la clase. Su aparente debilidad le atrae los malos tratos de un grandulón quien lo pega y humilla con el apoyo de su grupito de admiradores.
De noche,Conor tiene a las 2:06 en punto pesadillas donde trata de no soltar a su madre, Kate (Felicity Jones) quien se está cayendo a un foso.
Ese día, al llegar a casa, se encuentra con un proyector de cine: su madre y el pasarán la tarde viendo King-Kong en la versión blanco y negro de 1933, la versión que el padre de Kate amaba.
Esa noche ya tarde mientras está dibujando, toda la casa se sacude por la llegada de un inmenso árbol. Es el árbol que Conrad puede ver desde su ventana, el del cementerio arriba de la colina, junto a la pequeña iglesia. El monstruo árbol le propone contarle tres cuentos y que Conor cuente el cuarto. Conor no quiere escuchar nada pero el monstruo lo obliga.
Mientras la vida real se complica por la falta de éxito del tratamiento de la madre, por la indiferencia del padre (Tobby Kebbell) quien ya tiene una nueva familia en Californiana y no quiere embarazarse con Conor más que el tiempo de las vacaciones. Y por la insistencia de la estricta abuela (Sigourney Weaver) a llevarse al niño a vivir con ella, en una casa donde no hay espacio para un niño y sus juegos. Y, claro, siguen los maltratos en l escuela.
En medio de tantas complicaciones, contrariedades, Conor, guiado por el árbol, como King Kong gigante y terrorífico al mismo tiempo que protector, logra poco a poco reconocer y aceptar su dolor, expresarlo, lidiar con él y alcanzar un nivel de entendimiento con la realidad y has personas que lo rodean.
El final que no es para nada un final fácil, le da a la vez que una explicación para la aparición del árbol, un consuelo, y un espacio para vivir.
Lo que puede parecer una historia moralizadora, o de auto ayuda, tradicional, se aleja en cada momento de lo esperado. Los cuentos del árbol, narrados en magnificas acuarelas, presentan personajes que no son lo que parecen. Conor se queda cada vez perplejo ante un desarrollo de caracteres y significados que no entiende realmente porque van en contra de las categorías mentales y morales acostumbradas. Las buenas obras tal vez no sean tan buenas,y las malas tal vez tengan consecuencias útiles para los demás. Así va Conor entendiendo el mundo y sus propias dificultades.
La belleza de los dibujos, la excelencia de las actuaciones (sin olvidar la voz de Liam Neeson), las emociones matizadas, una música perfecta, hacen de esta cinta un cuento para grandes y no tan pequeños, que sabe entretejer los mundos interiores de cada personaje, transmitir sutilmente los talentos y los gustos de generación en generación. Estamos cada uno hechos de lo que vivieron y amaron los que hoy nos aman. Nos van a legar esa herencia, aunque nos dejen algún día. La riqueza que nos dieron, quedará con nosotros para consolarnos, acompañarnos y darnos fuerza.
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