Si
la novela estaba bastante discutible, tenia la ventaja de mostrar algo del
interior de su personaje principal. En la cinta que el autor adaptó de su
propio libro, no queda nada y el realizador parece más interesado por su actriz
protagónica que por la historia que cuenta. El resultado es una triste cinta
aburrida y falsa.
Ficha IMDb
Alexandre (Vincent Perez) vive más o
menos feliz desde hace cinco años con su novia compañera futura esposa Laure(Marine Delterme ).Tal vez la relación se este hundiendo en una cierta monotonía, como lo da a
sospechar el regalo de un par de pantuflas, iguales, lo veremos después, a las
que la mama de Laure le regaló a su esposo. Pero Alexandre siempre tiene la
libertad de escaparse a la orilla del mar, adonde se traslada en su cochecito
convertible y con todos sus animales , a la casa de unos amigos de edad más
avanzada, Monsieur Ti (Gérard Séty) y su
esposa Maude (Micheline Presle ) .
Al llegar una noche, es sorprendido por una sombra que entra por la ventana y
camina sobre las manos. Es Fanfan (Sophie Marceau). Es acróbata de circo y
estudiante en la escuela de perfumería donde Maude enseña. Es también la nieta
de la pareja. Debe su sobrenombre a su carácter alegre y audaz y a sus botas de
cuero rojo largas como las del héroe de capa y espada Fanfan la Tulipe.
Alexandre se enamora de inmediato, pero decide que
esta historia de amor no puede caer en la rutina. Para mantener la intensidad,
decide nunca declarar su amor, y nunca intentar el menor acercamiento físico,
de modo a mantener siempre la tensión de la seducción. Eso lo lleva a momentos
sumamente románticos como una velada en un estudio de cine, donde viste a su
amada y a él mismo como en la Viena de fin de siglo, bailan un vals romántico,
o a sesiones de shopping acrobático, viajes de noche hasta la playa para que
Fanfan pueda despertar a la orilla del mar. Todas esas sorpresas tienen
obviamente consecuencias nefastas sobre sus finanzas, lo que no le impide
rentar el departamento junto al de Fanfan, reemplazar la pared por un espejo de
dos vías, de modo a vivir con ella sin que ella lo sepa.
La cinta, al no tener ninguna explicación sobre la
historia previa de Alexandre y su miedo hacia el amor, causado por un trauma de
la infancia, trata de construirle un carácter fantasioso y algo bohemio. Pero
parece muy artificial verlo viajar con todos sus animales, en particular su
cabra y tener un cocodrilo en su departamento parisino.
Se fundieron varios personajes, se cambiaron y finalmente
no tienen ni sentido ni profundidad. Los nuevos atributos que se dieron en particular
a Fanfan, la acrobacia circense y la escuela de perfumería permiten unas
escenas que resaltan el encanto físico de Sophie Marceau, permiten algunas
fases que quieren ser humorísticas y no logran ni siquiera hacer sonreír.
Todo suena falso. Claro, la decisión de Alexandre
de mantener el amor en una eterna etapa de seducción es falsa. Pero la
redacción en primera persona de la novela, las idas y vueltas del personaje
entre el deseo y la auto represión, los pretextos y explicaciones que se da a sí
mismo, las mentiras que hace a los demás y que analiza en su fuero interno, le
daban algo de interés y, sobre todo, diseñaban, tal vez sin que el autor lo
quisiera, el retrato de un ser profundamente perverso y manipulador.
La novela se permite también jugar con los nombres:
(por cierto, el personaje lleva el mismo nombre que su autor), con los personajes
literarios, con el cine. Ya no queda nada de eso en la cinta y parece que el
autor y el director no son la misma persona.
Claro, en esos años 90’s, Sophie Marceau y Vincent
Perez estaban en la cima de su éxito y su poder de seducción. El acababa de ser
el Christian de Cyrano de Bergerac(Jean-Paul Rappeneau 1990) y ella L’étudiante
de Claude Pinoteau (1988), estudiante que, curiosamente, presenta un examen
en la misma sala de Actos de La Sorbona donde se filma una escena de Fanfan, por cierto, con la misma distracción
e incapacidad de la estudiante que en Fanfan.
Extraño, ¿no?
Todo eso para llegar a la conclusión que esta cinta
es una sensiblería cursi y comercial.
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