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Adaptado de una novela de David Foenkinos,
que no se distingue por la profundidad de su análisis, la cinta es un agradable
divertimiento sobre el mundo editorial, conforma de investigación casi
policiaca. Con diálogos agiles y divertidos, sirve todo para el lucimiento de
sus dos actores principales.
Ficha IMDb
Desde su prestigiosa emisión literaria, Infinitif Jean-Michel
Rouche (Fabrice Luchini) hace y deshace el éxito de los autores. El joven Fred
Koskas (Bastien Nouillon) lo vive en carne propia para su primera novela La
bañera. Su esposa Daphné Despero (Alice Isaaz), joven editora de la
prestigiosa casa Gallimard tiene la suerte de encontrar durante sus vacaciones
en Bretaña un rincón insólito en una biblioteca de pueblo: la biblioteca de los
manuscritos rechazados. Entre las centenas de manuscritos destinados al olvido,
uno llama su atención: Las ultimas horas de una historia de amor,
dedicado a una cierta M. El autor es Henri Pick, fallecido hace dos años y que
dedicó su vida a preparar pizzas. Su esposa nunca lo vio leer ni escribir. El
libro es un éxito y Jean-Michel Rouche invita a la esposa, Madeleine Pick (Josiane
Stoléru) y la editora a su emisión. Sin embargo, expresa abiertamente sus dudas
sobre la autenticidad del libro y del autor, sobre todo por los conocimientos
que demuestra sobre la vida y obra de Pushkin, mezclando los últimos momentos,
herido en un duelo, de su agonía que acompaña la agonía de una pasión.
A raíz del escandalo provocado por una actitud fuera
del guion de su productor, Rouche pierde su trabajo, su esposa Brigitte (Florence
Muller) rompe con él y lo manda a vivir en un hotel. Pero Rouche está
determinado a probar que tiene la razón y que Henri Pick nunca escribió nada.
Se lanza en tren y autobús hasta el Finistère, esta región donde acaba la
tierra en Bretaña. Como buen investigador sigue pistas, interroga, deduce, se
equivoca. Sorprendentemente recibe la ayuda de la hija del Sr Pick, Joséphine (Camille
Cottin) convencida que su padre sí escribió la novela.
Juntos recorren un largo camino de encuentros, con la
bibliotecaria Magali Roze (Marie-Christine Orry , que se enamoró del creador del
cuarto de los manuscritos rechazados Jean-Pierre Gourvec (Marc Fraize), con la
esposa rusa de este , Ludmila Blavitsky
(Hanna Schygulla) con un club de lectura de novelas policiacas ,
La cinta presenta en tono nada pretencioso una crítica
divertida y sin embargo acertada de los fenómenos de moda literarios, con la curiosidad
voyerista y la explotación comercial de cualquier detalle de la vida de los autores,
con el poder desmedido de los criticos literarios y los presentadores de las
grandes emisiones televisivas, tradición muy francesa, desde Apostrophes de
Bernard Pivot en los años setenta hasta la actual Grande librairie de François
Busnel. La explicación final de la verdad, muy a la manera de Hercule Poirot,
revela los secretos muy manipuladores de las estrategias de marketing con todos
los estereotipos que vehiculan.
Pero lo que deja el mejor sabor de boca, la impresión
dominante que uno se lleva de esta cinta, es la complicidad de dos actores que
disfrutan el juego de gato y ratón de sus personajes, lanzados juntos a la
misma aventura por motivos opuestos. Sus intercambios verbales entre
antagonismos, coqueteos, amistad naciente, son un gusto por su agilidad y su malicia.
Fabrice Luchini ya no busca brillar a toda costa, se ha vuelto menos exuberante,
reservado. Más “normal”. Envejece con tranquilidad y talento. Camille Cottin le
devuelve la pelota con talento y no se queda atrás en cuestión de presencia
actoral y seducción.
La cinta logra sus tres objetivos: cinta policiaca
sin cadáver, observación sociológica y comedia sentimental. Y unas puntadas
contra el estilismo de algunos autores: Marguerite Duras es pretexto a un
divertidísimo pastiche de parte del critico- detective.
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