Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Thursday, November 28, 2019

3001 : Run and Become (Sanjay Rawal, 2018) – 7.5 /10


La búsqueda de la transcendencia a través del correr es el tema de esta cinta documental. Testimonios de cuatro casos distintos de esta búsqueda a través del mundo no logran transmitir realmente la emoción de un esfuerzo sobre humano. Sin embargo, son cuatro historias fuera de lo común.

Ficha IMDb

El punto de partida y explicación del título es la carrera de súper resistencia Self-Transcendence 3100 Mile Race ideada en 1996. por el jefe espiritual originario de la India , emigrado en Estados Unidos en los años 60, Sri Chinmoy se trata de recorrer 3100 millas , unos 5000 km en el barrio de Queens, entre junio y agosto. Esta distancia equivale el trayecto de la costa este a la costa oeste de Estados Unidos, más once maratones. El tiempo límite es de 52 días seguidos durante los cuales se debe correr un mínimo de 100 millas al día, entre las 6 de la mañana y las 12 de la noche. Como la meta de Chinmoy era llevar a sus corredores a un estado de meditación extrema, se le ocurrió hacerlo lo más aburrido y monótono posible : una milla equivale a dos vueltas a la manzana . Siempre la misma manzana , 5649 veces. La única fantasía es que se cambia de sentido cada día.

De los doce participantes del año 2016 en que se filmó, Rawal escoge a un participante , Ashprihanal Aalto , un cartero finés de unos 40 años que tiene que caminar kilómetros para su trabajo, lo que le sirve de entrenamiento. La participación de Aalto al Canyon de Chelly Ultramarathon ,  una carrera en el desierto navajo establece el contacto con el organizador de esta , Shaun Martin quien corre solo una distancia de 100 millas en un día, en conmemoración de lo que hizo su padre cuando niño.

Sin relación aparente, los otros dos casos de corredores extremos son el cazador Gaolo de Kalahari en Botswana ; y el monje budista Gyoman-San del Monte Hiei en Japón.  

La carrera de Aalto en un Queens de agosto con días extremadamente calurosos seguidos de días de lluvia torrencial y relámpagos se sigue de principio a fin , desde el momento en que el director de la carrera, Rupantar Russo les enuncia las reglas a los competidores: aquí obedecen, si les digo que se acabó, se acabó. Entenderemos después por qué. Conforme avanzan los días y giran los corredores, pasan los 52 días. Los participantes tienen que comer mínimo 10 000 calorías al día, tienen que tomar líquidos, pero están tan exhaustos que no se les antoja nada. Como caso paralelo al finés y para resaltar la dificultad del asunto, seguimos a Shamita, una chelista vienesa , asistida por su esposo que la obliga a comer, beber, descansar. Ella es la muestra visible de la imposibilidad de la carrera ya que tendrá que renunciar al cabo de unos días , obligada por su médico . En el momento de la fatal llamada telefónica que le impone la orden, su mirada está vacía. Shamita está fuera del alcance de los humanos. Ya no está en este mundo. Pero Aalto sigue, con el algunos más, en particular el ucraniano Yuri Trostenyuk quien terminará ganando la competencia ese año.  

La filmación de la carrera neoyorquina es entrecortada por conversaciones de los protagonistas con amigos o parientes, y por momentos de las carreras en las otras tres partes del mundo.

Un tema recurrente en los cuatro casos es la muerte : Ashprihanal Aalto encontró las enseñanzas de Sri Chinmoy después de la muerte de su madre, cuando tenia unos 22 años. El contacto con esta sabiduría de meditación y contemplación le aportó una cierta paz y sobre todo una admiración devota para el gurú, lo que lo llevó a la carrera, en la que participó quince veces, ganando ocho. La conversación de Shamita , la corredora austriaca , con su hija y su esposo muestra las reticencias de la hija que, veinte años antes, vio a su madre en el umbral de la muerte por deshidratación , en una carrera de ultra distancia. En cuanto a Shaun, la muerte es lo que arriesgó su padre cuando huyo del internado donde tenían a los niños navajo para integrarlos a la sociedad gringa , impidiéndoles cualquier contacto con su gente, sus tradiciones y su propia lengua.  Martin padre huyó corriendo con unos compañeros : 100 millas es la distancia que recorrió para llegar a la casa de su familia. Las condiciones del desierto, de los cañones, sin tener nada que comer y beber , ponían a esos niños en real peligro de muerte. Cada año , Shaun recorre la misma distancia en homenaje a su padre, en enseñanza para sus hijos, sobre la fuerza , la tradición, la cultura del pueblo navajo.

Los bushmen del desierto Kalahari tenían la tradición de cazar corriendo detrás de los animales. Ahora que su territorio de caza ha sido convertido en reserva ecológica, la caza esta prohibida. Al tratar de mantener la costumbre, se arriesgan a ser arrestados. Tienen que hacerlo a escondidas. El moderno interés en las especias animales y en las zonas ecológicas ha llevado al olvido de las culturas ancestrales. Ahí uno puede plantearse la pregunta de lo que es más valioso : las especies animales, los ecosistemas, o las culturas humanas. Es la puerta abierta a un gran debate.

Los monjes budistas japoneses pueden, sin que sea obligación, lanzarse al reto de correr durante 1000 días en las montañas boscosas , a lo largo de 7 años mientras siguen con las actividades del convento. Esta hazaña llamada kaihogyo es una forma de oración. Solo 46 lo han logrado desde el principio de este ejercicio en 1585. Los días de caminata se acompañan de días de ayuno de contemplación, de oración en determinados puntos. El monje que no logre acabar su reto tenia que suicidarse . El ultimo monje que tuvo éxito en este reto espiritual fue Yusai Sakai , de 60 años, en1987 . Hay que reconocer que la obligación del suicidio ha sido eliminada de las reglas .

El tema de la cinta es impresionante , digno de una admiración infinita. Pero Rawal no ha sabido provocar la emoción que ese rebasamiento de los limites suscita de forma natural en cada uno de nosotros. Por culpa de una forma de filmar demasiado fría, por una distancia con los personajes, tal vez una superficialidad de las palabras, por algo demasiado descriptivo en los diálogos de cada uno de los protagonistas con sus allegados, algo falla. Tal vez la decisión de presentar en alternancia cuatro casos de corredores que buscan una transcendencia de índole diferente hizo perder la fuerza de las intenciones. Resulta extraño que ver un simple video de algunas escenas de final de maratón (¡solo 42, 190 km ¡) pueda sacarle las lagrimas a uno, mientras que el sufrimiento de Ashprihanal , de Shamita o Gyoman no provoca esa emoción, aun cuando hablan del significado espiritual de esta oración en movimiento.

Las imágenes de 3100-Run and Become no tienen una belleza fuera de lo común . Es cierto que una manzana en Queens no es especialmente pintoresca. Pero la sabana africana es fotografiada sin chiste. Los segmentos dedicados al monje japonés y al corredor navajo sacan su belleza de los mismos paisajes, impresionantes en el caso de los cañones de Arizona con sus oros de sol intenso, o con los verdes y las linternas del bosque japonés , sobre los cuales se realza el blanco del traje budista, los pies envueltos en telas inmaculadas en sus sandalias de paja , el extraño sombrero largo . En esos dos casos, la belleza viene de los que se enseña , no de la forma de enseñarlo.

De la misma forma, lo impresionante de la cinta viene del tema contado, no del arte cinematográfico.


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