Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Monday, November 18, 2013

Le dernier jour d’un condamné (Michel Andrieu, 2002) – 6/10

Cortometraje adaptado de la novela, corta también de Víctor Hugo. No tiene, ni de lejos las cualidades de la obra original. 

No hay fiche IMDb

Veinticinco minutos son poco pero se podían tomar decisiones narrativas que le hubieran dado más fuerza a la película. Da una impresión poco profesional, como el trabajo de unos estudiantes al final de curso.

Se decidió usar una película blanco y negro, lo que va perfectamente bien con el ambiente claustrofóbico de la novela, haciendo contraste con las interrupciones en colorea alegres del mundo exterior: campo de trigo, árboles. 

Pero la decisión de hacer pronunciar el texto por el actor da una sensación de teatro, de espectáculo. Al mismo tiempo que la voz de Aymeric Demarigny es muy monótona, sin emoción a parte una tristeza siempre igual. 

No hay cambio de lugar cuando, en la novela, los tres lugares permiten establecer el ritmo de tres actos, cada uno con su final dramático. y acercarse geográficamente al lugar de la ejecución. 

No se siente ella paso del tiempo, cuando la escritura de Victor Hugo permite sentir como se distorsionan los días, las horas, los minutos conforme se acerca la hora fatal. 

En la película se decidió dejar al hombre siempre solo. Los diversos encuentros en la novela permiten entender la sensibilidad del prisionero al contacto con los demás, sean gente insensible, malvada o su hija de tres años  que no lo reconoce porque su papa era más guapo, y además le dijeron que ya se murió. Los demás lo rechazan o lo horrorizan. Sin hablar de los espectáculos abominables que ofrecen como el aherrojamiento de los condenados a los trabajos forzados o la canción en argot. 

Temas que anuncian lo que serán Los Miserables, treinta años después. 

En verdad esta película no tiene ninguna fuerza, ninguna emoción, cuando la brevedad hubiera podido ser una forma de hacer pasar la tragedia del condenado. No transmite el horror, la angustia que Victor Hugo transmite en el diario íntimo de su condenado anónimo. 

Lo único que se salva es la música que acompaña los momentos a color, compuesta por René-Marc Bini y Xavier Desandre- Navarre . Es a la vez intensa, extraña y harmoniosa. Es lo más fuerte de la cinta.

No comments:

Post a Comment