Primera parte, tres horas, grandes actores y grandes momentos. Lo que sobresale son las estrategias de grupos de poder y la fuerza del jefe. Con todos los rituales alrededor de él, obediencia, respeto. Todo llevado por un Marlon Brando monumental.
Ficha IMDb
Todo empieza por una fiesta, el matrimonio de la hija, Connie ( Talia Shire) a finales del verano 1945 en Nueva York. Tal circunstancia permite la presencia de aliados y sujetos, permite en la sombra del despacho tomar decisiones, escuchar peticiones, concretar acuerdos. La voz apagada, las mandíbulas bajas, la mano lenta de don Vito Corleone (Marlon Brando) son memorables. Uno sueña con tener tal poder con tal economía de medios. Estar en la cima, darse a entender y obedecer con una sola mirada.
Un partido de ajedrez se está jugando alrededor de él, en los negocios y en la familia. Los hijos, Connie y.Sonny (James Caan) están presentados rápidamente. El consigliere Tom Hagen, (Robert Duvall), hijo adoptivo, los empleados y sicarios, los protegidos. Y el hijo menor, discreto y aislado de los demás, de regreso de la guerra, Michael (Al PAcino) con su novia estadounidense Kay (Diane Keaton) .
Se definen los principios: no mesclar las drogas, y los medios: hacer una oferta que no se puede rechazar. La vida parece a veces simplemente familiar: escenas de comidas, juegos con los niños.
Hay grandes escenas: el caballo en la cama, la muerte de Carlo Rizzi (Gianni Russo) esposo de Connie y traidor. Y sobre todo, la toma del poder por Michael, el día en que se vuelve padrino en el sentido católico, se vuelve padrino en sentido mafioso y elimina a la competencia. El montaje de esta secuencia es impresionante y, tal vez, el momento cima de la cinta.
Hay un ritmo relativamente lento, como de algo que se está preparando, de una rutina, aunque con sus momentos fuertes en violencia, antes de un gran momento. Porque es también el fin de una época y de un estilo. Este padrino Vito tiene valores que ya van a desaparecer en el mundo moderno. Como se verá en la segunda parte.
Es un gusto ver a al pacimos joven, a Diane Keaton aunque horriblemente vestida, como niña grande.
De la música de Nino Rota ni se habla: ha logrado permanecer en las memorias durante cuarenta años.
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