Una interpretación sobresaliente de Johnny Depp, como no se había visto en mucho tiempo, para caracterizar al criminal que la policía de Boston dejó libre de hacer todo lo que se le antojaba, con la condición de servirle de informante sobre los secretos de la mafia italoamericana. Una cinta un poco larga y tediosa pero con un actor fascinante.
Ficha IMDb
James “Whitey” Bulger (Johnny Depp) era hermano de Billy Bulger (Oscar Benedict Cumberbatch). Ambos crecieron con John Connolly (Joel Edgerton). Billy se convirtió en senador del estado de Massachusett. Connolly fue agente del FBI, con el objetivo muy claro de limpiar las calles de Boston de la mafia italiana. Para eso, el mejor medio que encontró fue pactar, a partir de 1975, con Whitey: este le pasaba información pero, como no pensaba renunciar a sus lucrativas actividades delictivas de mafioso irlandés, obtuvo que el FBI se hiciera el distraído cuando su grupo se lanzaba en una operación. Con eso, logró imponer su dominación sobre la ciudad y construir un emporio criminal. Ambos ganaban: unían fuerzas para eliminar a un enemigo común: la mafia italiana.
Tráfico de armas, de droga, chantaje, intimidación, tratos con el IRA, muy presente en la irlandesa Boston, las actividades de Bulger eran variadas, pero todos llevaban su marca de violencia implacable, fría,
La alianza acaba por salir de control, Whitey se vuelve cada vez más sanguinario para mantener sus intereses, la posición de Connolly se vuelve cada vez más difícil de sostener frente a un FBI que empieza a dudar de sus decisiones.
Johnny Depp se transforma totalmente para interpretar a su personaje. Es cierto que el maquillaje, el peinado y la vestimenta de cuero negro ayudan, pero la mirada glacial, el cuerpo tieso, la frialdad del actor componen una interpretación sumamente inteligente, que provoca a la vez desprecio, terror, malestar y fascinación en el espectador. Su Whitey es tan malvado, tan siniestro, que parece más allá de los valores morales, es un ángel del mal, con poder ilimitado, sin nada que lo detenga.
Lo decepcionante de la cinta es una narración demasiado larga, que le quita relieve a sus diferentes momentos. Parece que la historia podría seguir y seguir, acumular las peripecias. Y eso le quita intensidad. El ritmo es uniforme, salvo los momentos de violencia física cada vez más escalofriante del protagonista. Un episodio sucede al otro: organización, desarrollo, obstáculo, solución.
La historia real, la fuerza de Depp, y el talento de los demás actores, daban para hacer algo del estilo Goodfellas (Scorcese, 1990). Desgraciadamente, no se supo aprovechar la oportunidad y lo que queda es solo, una excelente película de Johnny Depp.
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