Una comedia muy ágil sobre un tema grave: la celebridad. Los actores se interpretan a sí mismos, o mejor dicho a la imagen de sí mismos. Y son excelentes como sabemos que son.
La cinta obtuvo el Premio al guion en Cannes 1994.
Ficha IMDb
Michel Blanc (Michel Blanc) famoso actor francés actual está en un mal momento. Lo atacan, lo critican, lo hostigan. Se siente muy cansado sin saber muy bien que le pasa y su gran amiga y vecina Carole Bouquet (Carole Bouquet) no puede hacer mucho por él sino escucharlo.
Cuando el actor llega al festival de Cannes, resulta que ya había cancelado su viaje y su reservación de hotel, y que Charlotte Gainsbourg (Charlotte Gainsbourg) está enojada porque le propuso un papel para después quitárselo y ofrecérselo a otra. De vuelta a París, se ve acusado de violación por Josiane Balasko (Josiane Balasko).Además, su agente (Dominique Besnehard ) lo acusa de aceptar, a sus espaldas, contratos mediocres de animación publicitaria en supermercados. Para colmo, Régine (Régine) la animadora de las noches parisinas, le prohíbe la entrada a su restaurante por mal comportamiento.
El no recuerda nada, no entiende nada. Como es su actividad favorita, a pesar de su imagen de actor cómico, empieza a angustiarse y a dudar de su equilibrio mental.
Después de consultar a un psicólogo, acepta la invitación de Carole a su casa de campo en el sur. Y ahí se entera de que anima una promoción comercial en el supermercado. Carole y él van a ver. Entienden la razón de todos los malentendidos: Michel Blanc tiene un doble, un hombre exactamente igual a él. Este tal Patrick Olivier (Michel Blanc) ha contado a toda su familia que él es el actor, el único Michel Blanc. Carole y el verdadero Michel logran obtener más informaciones, con la intención de levantar una queja. Pero las cosas se complican porque el falso no está decidido a dejar de sustituir al verdadero. Es más, se infiltra en la vida de Michel y vive completamente su vida. La única opción será entonces ensuciar la buena imagen que el público tiene del actor, asaltando una joyería en la plaza Vendôme. Pero ahí también, la gente piensa que se trata de un rodaje y que nada es en serio.
Apartado de su propia vida, humillado por sus propios amigos, hasta la misma Carole Bouquet, Michel Bblanc ya no sabe qué hacer, cuando se encuentra con Philippe Noiret (Philippe Noiret) quien lo invita a un picnic nocturno y muy sabroso en un pequeño bote en medio de un lago y le explica que mejor vale tomarse la situación con calma. Los dobles pueden hacer el trabajo mientras los verdaderos actores descansan. La vida merece disfrutarse.
Todo acaba en un juego de cine dentro del cine: Román Polanski (Román Polanski) está filmando en el café Fouquets de los Campos Elíseos y les propone a los dos compinches hacer un pequeño trabajo de extras, lo que aceptan, a cambio de un jugoso salario.
La idea original nació de una situación real vivida por Gérard Jugnot, amigo de Blanc, y quien aparece en la cinta: un doble usurpó su identidad y participó en animaciones publicitarias en supermercados, lo que llevó Jugnot a una acción judicial.
Sobre una tonalidad al principio ligera por todos los quiproquos, y el gusto de ver a famosos actores interpretándose a sí mismos, la cinta plantea la cuestión de la invasión de la vida privada de las celebridades. Muy interesante resulta la escena en que Michel y Carole , al penetrar en la vida del doble y por consiguiente del público , se ven perseguidos casi como ídolos o santos, hasta que Carole provoca un milagro : un paralitico se levanta y habla.
¿Los famosos son personas? ¿O son solamente una imagen? Más famoso el actor, más los espectadores creen conocerlo y saber sobre él más que él mismo. Confunden los papeles con la realidad. Michel Blanc director utiliza muy bien a sus colegas al hacerles interpretar la imagen más accesible de ellos: Carole Bouquet la distinguida. Philippe Noiret el hedonista, Josiane Balasko la poco delicada. Ahí están todos los del Splendid, los que, jóvenes, se juntaron en Les bronzés font du ski (Patrice Leconte -1979)
La cinta está llena de colores, por la forma de vestir "artista" de todos. Los diálogos son ágiles, divertidos.
Es un placer reconocer a la vuelta de un pasillo o de una calle a un famoso que aparece por unos segundos. Se siente entre todos ellos una complicidad y una diversión al jugar juntos , en un juego que denuncia cuan prisioneros pueden ser de su cara conocida y de la opinión ,muchas veces superficial o hasta falsa que el público se va formando , basándose en los personajes que han interpretado y no en las personas que son y que permanecen desconocidas.
Las máscaras engañan y pueden llegar a lastimar. Pero todo eso es pura comedia .nada serio.
Aunque…en algún rincón del cerebro quedan las frases de crítica al cine, a los actores, a los espectadores, unos por flojos y faltos de imaginación, otros por estúpidos .Se adivina que a algunos les gustaría hacer una gran limpieza en el mundo del cine.
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