Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Wednesday, January 23, 2019

99 francs (Jan Kounen, 2007) - 8,5/10


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Después de leer la novela de Frederic Beigbeder, uno podía esperar lo peor en los excesos y el mal gusto. Pero la cinta de Kounen sorprende agradablemente gracias a su ritmo, su creatividad, su ironía, la mezcla de géneros y el uso de varios estilos y técnicas. El talento de Jean Dujardin le agrega una pizca, o cucharón, de sarcasmo nada despreciable.

Ficha IMDb

Octave Parango (Jean Dujardin) es creativo en la agencia de publicidad, comunicación se dice ahora, Rossling & Witchcraft, de fama y tentáculos mundiales. Octave tiene 33 años, un salario impresionante más prestaciones, un departamento de 500 m2 y nueve cuartos, en un barrio elegante, ropa, zapatos, lentes, de los diseñadores más lujosos. Restaurantes en boga, Cocaína de la mejor. Chicas. La vida perfecta en la cual ya no hay nada más que desear. Sin embargo, Octave tiene una mirada muy crítica sobre su trabajo y la gente que maneja el mundo de los productos y sus imágenes. Es más, quiere que le despidan, con indemnizaciones, para tener tiempo para escribir un libro de denuncia contra el mundo de la publicidad.

Por cierto, la cinta empieza por el suicidio del personaje quien se precipita en una caída interminable, una noche de tempestad, desde lo alto de un anuncio espectacular que invita a la vida paradisiaca de una isla tropical.

Un tour guiado en segway nos invita a seguir à Octave en el maravilloso edificio la Ross, en el cual Octave en voz off y en persona nos introduce a los principales actores de la empresa y de la aventura comercial que se está llevando a cabo. Marc Marronnier (Antoine Basler) es el director creativo, Art Director, en “americano”, AD. Muy talentoso, ideó hace años un eslogan exitoso. Pero ya no se dice eslogan, se dice título. Marc tiene una vida de familia por lo que tiene que cuidar laboriosamente sus finanzas. Charlie Nagoud (Jocelyn Quivrin) es comercial, pasa su tiempo buscando los videos pornográficos más obscenos. Jeff, o sea Jean-François Marolles (Patrick Mille) es el director comercial. El tiene la responsabilidad de llevar la cuenta de la firma Madone, con la promoción de su nuevo producto, un yogurt light. Para eso debe darle satisfacción al director marketing de la multinacional, Alexandre Duler (Nicolas Marié).

En una solemne junta, en un solemne salón, con gigantesca mesa central de madera pesada, en un edificio presuntuoso de estilo neoclásico, Charlie y Octave presentan una propuesta de spot, absurda y totalmente incomprensible. Ante la incomprensión y el rechazo, Octave tiene un ataque de impaciencia, de ira, o de sobredosis.

La infelicidad de Octave se ve acentuada por la ruptura con su amada Sophie (Vahina Giocante) quien tuvo la mala idea de embarazarse y desear conservar al bebé.

Después de una estancia en clínica de desintoxicación, Octave vuelve al trabajo y al rodaje del anuncio Madone, en Miami, según una trama improvisada en cuestión de minutos con Charlie, que califican como “boñiga”. La modelo es la magrebí Tamara (Elisa Tovati), call-girl de altura, casi amante de Octave, de piel un poco oscura para un anuncio de yogurt, según el señor Duler. Pero eso se puede corregir en la edición. Acabada la filmación, Charlie y Octave dejan rienda suelta a sus instintos acelerados por todas las sustancias absorbidas, y manejan como locos en la noche de Miami. En la novela, acompañados por Tamara, van a asesinar salvajemente a una anciana, accionista de la Ross. En la cinta, “solamente “atropellan a una mama con su bebé. Después de volver a Francia, nombrados en conjunto a la dirección de arte de la firma, están arrestados, lo que lleva Octave a lanzarse del techo para escapar: escena del principio. Se aplasta sobre la Jaguar de Duler que estaba invitando por teléfono Tamara a cenar.

¿Todo se acabó? ¡No! Versión alterna para un grupo selecto de espectadores: llevan una vida feliz en sus nuevos puestos, y Octave puede vengarse de la empresa al lanzar su versión alternativa, obscena y sarcástica, y del anuncio Madone, y desaparecer en una isla paradisíaca, donde Sophie lo alcanzará con su bebé para que vivan eternamente en la felicidad. Esta escena, retocada, es utilizada para un anuncio espectacular que vende los méritos de una empresa petroquímica: “Bienvenidos a un mundo feliz”, él del suicidio de Octave al principio.

Un mensaje antes de los créditos finales recuerda que se podría reducir a la mitad el hambre en el mundo … con 10% de dinero gastado en la publicidad.

El libro de Beigbeder, quien hace una breve aparición en la cinta como azafata, muy violento en su vocabulario, muchas veces obsceno, tiene una estructura muy clara en seis partes, siguiendo las personas de la conjugación. El procedimiento queda en la cinta, aunque muy discretamente y permite darle énfasis a ciertos personajes o enfoques.

Los ataques nominales, con alusiones no disfrazadas a productos, campañas, eslóganes, le valieron a Beigbeder su despido de la firma Young & Rubicam disimulada bajo el nombre Rossling & Witchcraft, así como Madone es la transformación transparente de la multinacional agroalimentaria Danone. Las explicaciones de los principios ideológicos, psicológicos y comerciales de las campañas publicitarias constituyen una denunciación violenta, tan eficaces como los estudios, muy serios de Jean Baudrillard:  La sociedad de consumo (1970) y Naomi Klein: No logo (20.0).

La cinta hace alusiones abiertas a marcas de moda: Hugo, Boss, Vogue, Castorama, Motorola, Mercedes, Pioneer, Gucci, Coca Cola, citas claras a anuncios como el mítico de Ridley Scott para Mac Intosh en 1984, eslóganes, músicas. ¿Como no sonreír nostálgicamente al escuchar la música de las pantimedias Dim de los años setenta u ochenta? Una banda sonora muy extensa utiliza con la misma pertinencia a Tchaikovski, Strauss, Haendel, Chostakovitch, Hans Zimmer para Ladelgada línea roja (Terrence Malick – 1998) o Umebayashi para In the Mood for Love (Wong Kar-wai - 2000).

El montaje, los juegos de encuadres, los cambios de ritmo no dejan respirar, cada instante trae una nueva sorpresa. La escena más espectacular es la loca carrera nocturna en Miami, que mezcla animación psicodélica y humanos, en colores y sonidos chillantes. La presentación del estilo de vida de Octave y de los productos que consume recuerda Fight Club (David Fincher - 1999) o American Psycho (Mary Harron - 2000): es un catálogo con etiquetas y precios. De la misma forma, la presentación de los empleados de la Ross le pone a cada uno su código de barras, y Marc Marronier hace literalmente un anuncio comercial para presentar las cualidades de la empresa para la cual trabaja. La secuencia del anuncio para chocolate tipo Kinder, tan parecido al los que vemos a diario, es una maravilla de demolición.

El talento de Jean Dujardin hace maravillas. Su fineza en el sarcasmo ya vista en los Oss 117: El Cairo nido de espías (Michel Hazanavicius -2006) y Rio ya no contesta (Hazanavicius -2008) con el personaje de Hubert Bonisseur de la Bath, espía ridículo y presumido y su capacidad de cambiar de apariencia, de estilo, parecen no tener límites. Se renueva en cada instante. Muestra una autosatisfacción mezclada de asco: irresistible.

La película es exactamente lo contrario de la boñiga que denuncia: es una alucinante mina de ideas, de humor, el director juega con maestría y cinismo de todas las técnicas visuales.

Friday, January 18, 2019

Vox Lux (Brady Corbet, 2018) – 6.5/10


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A pesar de una prestación hiperbólica de Natalie Portman y de muchos efectos de luces y lentejuelas, la cinta no deja de ser muy superficial y casi aburrida por su falta de consistencia narrativa.

Ficha IMDb

En 1999, Celeste (Raffey Cassidy), alumna de secundaria, vive el horror de una masacre. Un compañero, Ethan( Fred Hechinger) entra al salon de clase y dispara. Céleste sobrevive con una bala en la cadera. Con la ayuda de su hermana Stacey (Stacey Martin) compone una canción para recordar a sus compañeros fallecidos; la canta en un memorial; la canción da la vuelta a Estados Unidos, volviéndose un himno a la paz, la solidaridad, la esperanza, la resiliencia. Celeste es ahora un símbolo. Como los símbolos pueden atraer bastante bien el dinero, un empresario (Jude Law) se dedica a convertir a la joven en un ídolo mercantil de pop music.


 La división de la cinta en tres partes puede parecer cita-homenaje a Lars von Trier, pero es más bien un pretexto-justificación a las lagunas-elipsis de la narración. Tres episodios de violencia publica: el atentado en la escuela, inspirado por los sucesos de Columbine, Colorado en 1999, y tantos que siguieron; el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York en 2001, y un ataque en una playa europea ,son el detonador de cada episodio-etapa de la vida profesional de Celeste (Natalie Portman). De su vida personal casi no se habla: ¿Por qué se quedó su hermana con ella? ¿Cuál es exactamente su papel? ¿Cuándo nació esta hija, Albertine (Raffey Cassidy)?

Parece que le tiempo en la cinta salta de un episodio a otro. Sin establecer puentes. Celeste en un momento tiene una personalidad y un comportamiento. El carácter de la adolescente no tiene nada que ver con la adulta famosa. La cinta no logra explicar o mostrar la evolución. La inocencia desapareció, lo que es normal, pero la nueva persona, rígida, intolerante, egoísta, la que habla sin dejar espacio al otro, la cínica, no se instaló de golpe. Y los sucesos violentos exteriores no son suficientes para explicar la brutal transformación.

La tercera parte, con una Celeste adulta, dedicada totalmente a la promoción de su nuevo disco Vox Lux , quiere yuxtaponer la vida personal y la vida profesional : Celeste en su papel de madre es igual de intolerante e impositiva que en su papel de cantante. Impone su presencia, sus explicaciones, la expresión de sus sentimientos. No deja ningún espacio para nadie. Exige compasión y comprensión, pero es incapaz de darlas. La interpretación de Portman hace de ella un monstruo porque es una interpretación compuesta de estereotipos. Es artificial en su exageración. Sin ninguna sutileza o composición interpretativa, Natalie Portman actúa con las mímicas y tonalidades de un papel falso. Se va a lo fácil: exagerar. Celeste se revuelca en la victimización, la auto compasión, física por la bala que sigue alojada en su cuerpo diez y siete años después, sentimental por su situación de madre soltera, heredera de un oscuro error de juventud, jamás explicado. De la misma forma, la interprete se queda en la superficialidad de una interpretación que se arriesga a volver ridículo su personaje, por lo poco creíble de su grandilocuente y caricaturesca sobreactuación

La presencia de un narrador en off, en la voz de Willem Defoe, convierte la historia en un tipo de cuento de los tiempos modernos, y parece proponer una moralidad: la violencia exterior nos convierte en lo que somos. Somos víctima del mundo que nos rodea. Tal vez sea finalmente eso el tema de Vox Lux. No tenemos interioridad, somos una forma hueca que se deja ocupar por el estimulo mas fuerte que se nos presente. O será eso la descripción de los artistas populares, los que llenan los estadios de reflectores y espectadores enloquecidos.

Es inevitable hacer un paralelo con el Black Swan (Darren Aronofsky – 2010): misma hipérbole en el artificio, el maquillaje, el traje, la expresividad. el olvido de la persona hasta el sacrificio para producir un objeto artístico efímero. pero Brady Corbet no supo sacar de su personaje y de su interprete la fuerza maléfica del artista poseído por la obra. como una bailarina, Celeste es disfrazada, disimulada bajo mascaras, cabello pintado, brillantina, lentejuelas. en el Cisne negro, esos excesos contribuían a la poesía, en el sentido propio, a la creación de la belleza. El sufrimiento era necesario para llegar a la transfiguración, a la muerte y renacimiento del ave fénix. Aquí esos elementos subrayan lo plástico, la artificialidad sin verdadero objetivo. Inclusive la coreografía del espectáculo final es poco original y muy repetitiva.

Celeste la cantante es un producto fabricado con mucho color, brillantez y movimiento. Celeste la mujer-hermana-madre es una persona hueca, que mueve mucho la cara y los labios, pero no expresa nada. Sus palabras son repeticiones de frases previsibles: “Mis canciones cada vez son peores, pero cada vez se veden den más.”; “Todo el mundo quiere algo nuevo y vacío.”

Mucho ruido, muchos colores, mucho brillante, para cubrir un vacío que ni siquiera inspira a conocerlo mejor. Un mundo falso que cubre una falsa profundidad.