La angustiante historia del serial killer escondido atrás del yuppie seductor. Punto común entre los dos: la obsesión por las apariencias. Un thriller espeluznante y divertido. Una gran interpretación, un suspenso perfecto.
Ficha IMDb
Patrick Bateman, (Christian Bale), 27 años, guapo. Elegante, distinguido. Una imagen de portada de revista o de anuncio para perfume. Trabaja en un lujoso edificio de Wall Street. Rico, inteligente, como todos sus amigos. Inteligente, parece serlo, pero nunca lo vemos trabajando. Relaciones, bares, restaurantes, coche, chicas, es lo que vemos de él. Y sesiones extenuantes de ejercicios.
Pero Patrick es un desequilibrado esquizofrénico, psicópata asesino, torturador, antropófago,...
Sus amigos, tan falsos, y talvez tan inexistentes como sus crímenes. el único personaje que parece real parece ser el policía ,Wiliam Dafoe, y talvez su secretaria, hasta que entra a la vida personal y asesina de Patrick.
Una banda sonora muy interesante y adaptada a los humores del personaje.
Además la música intra-diegética se usa no solamente para definir el ambiente de la escena, sino también como argumento para contribuir a la caracterización de. Es notorio que, en sus encuentros con las chicas, al mismo tiempo que va preparando la escenografía, y les da instrucciones para el desarrollo del juego que plantea, les va dando toda una conferencia sobre el músico, las características de las piezas que están escuchando. Lo que dice es un texto de portada de disco. De la misma forma que, cunado se baña, nos explica que productos usa y sus propiedades.
Otras veces la música es típica de una escena de terror y nos permite identificar desde antes cuales son las intensiones del personaje. Burlándose así de los usos y costumbres de los cineastas. Lo que vuelve a lo mismo: la necesidad de actuar según un código preestablecido.
Belleza de las imágenes que, según las modas actuales, van al minimalismo. Muebles, ropa, comida. Toda la secuencia inicial en el restaurante con los platillos, sobre platos blancos, en porciones diminutas, pero dispuestas con arte. La cocina ya no es comida, es estética.
La yuxtaposición de varios temas en la misma imagen, cuando auditivo y visual se contradicen: gritos de la película porno, con abdominales obsesivos, con un plato de fruta: kiwi, fresas en primer plano. Culto para la imagen y obsesión.
Contraste entre las imágenes muy claras, luminosas de su departamento: grandes ventanales. Muebles blancos, paredes amplias vacías, y lo oscuro de las calles donde levanta sus victimas. Y sobre todo con la escena de confesión. Plano cercano, cara roja sudorosa, movimientos y expresiones descontroladas.
La obsesión por la imagen que uno proyecta: donde comer, como obtener una una mesa, el precio de los trajes, lo impecable del corte de la ropa, del corte de cabello, del rasurado. Y del cuerpo. Por eso la obsesividad de lo ejercicios. Siempre ser perfecto de acuerdo con lo que se espera de uno.
La escena maravillosa de las tarjetas de presentación con el análisis preciso de sus componentes: calidad del papel, tipo de fuente, tinta, disposición. Por que, como su nombre lo indica, la tarjeta presenta a su dueño. Da una imagen, exterior pero que sobrevive a la presencia física, que la transciende, y la vuelve eterna.
Obviamente, uno puede matar por eso.
Lo más divertido de eso siendo que, aparentemente, el hombre no mata a nadie. Todos estos crímenes son alucinaciones, deseos reprimidos. Escape a la presión de ser perfecto.
Por eso, a la secunda visión, la película resulta tan divertida. Ya no asusta. Claro que es una risa un poco particular, un poco torcida.
Ficha IMDb
Patrick Bateman, (Christian Bale), 27 años, guapo. Elegante, distinguido. Una imagen de portada de revista o de anuncio para perfume. Trabaja en un lujoso edificio de Wall Street. Rico, inteligente, como todos sus amigos. Inteligente, parece serlo, pero nunca lo vemos trabajando. Relaciones, bares, restaurantes, coche, chicas, es lo que vemos de él. Y sesiones extenuantes de ejercicios.
Pero Patrick es un desequilibrado esquizofrénico, psicópata asesino, torturador, antropófago,...
Sus amigos, tan falsos, y talvez tan inexistentes como sus crímenes. el único personaje que parece real parece ser el policía ,Wiliam Dafoe, y talvez su secretaria, hasta que entra a la vida personal y asesina de Patrick.
Una banda sonora muy interesante y adaptada a los humores del personaje.
Además la música intra-diegética se usa no solamente para definir el ambiente de la escena, sino también como argumento para contribuir a la caracterización de. Es notorio que, en sus encuentros con las chicas, al mismo tiempo que va preparando la escenografía, y les da instrucciones para el desarrollo del juego que plantea, les va dando toda una conferencia sobre el músico, las características de las piezas que están escuchando. Lo que dice es un texto de portada de disco. De la misma forma que, cunado se baña, nos explica que productos usa y sus propiedades.
Otras veces la música es típica de una escena de terror y nos permite identificar desde antes cuales son las intensiones del personaje. Burlándose así de los usos y costumbres de los cineastas. Lo que vuelve a lo mismo: la necesidad de actuar según un código preestablecido.
Belleza de las imágenes que, según las modas actuales, van al minimalismo. Muebles, ropa, comida. Toda la secuencia inicial en el restaurante con los platillos, sobre platos blancos, en porciones diminutas, pero dispuestas con arte. La cocina ya no es comida, es estética.
La yuxtaposición de varios temas en la misma imagen, cuando auditivo y visual se contradicen: gritos de la película porno, con abdominales obsesivos, con un plato de fruta: kiwi, fresas en primer plano. Culto para la imagen y obsesión.
Contraste entre las imágenes muy claras, luminosas de su departamento: grandes ventanales. Muebles blancos, paredes amplias vacías, y lo oscuro de las calles donde levanta sus victimas. Y sobre todo con la escena de confesión. Plano cercano, cara roja sudorosa, movimientos y expresiones descontroladas.
La obsesión por la imagen que uno proyecta: donde comer, como obtener una una mesa, el precio de los trajes, lo impecable del corte de la ropa, del corte de cabello, del rasurado. Y del cuerpo. Por eso la obsesividad de lo ejercicios. Siempre ser perfecto de acuerdo con lo que se espera de uno.
La escena maravillosa de las tarjetas de presentación con el análisis preciso de sus componentes: calidad del papel, tipo de fuente, tinta, disposición. Por que, como su nombre lo indica, la tarjeta presenta a su dueño. Da una imagen, exterior pero que sobrevive a la presencia física, que la transciende, y la vuelve eterna.
Obviamente, uno puede matar por eso.
Lo más divertido de eso siendo que, aparentemente, el hombre no mata a nadie. Todos estos crímenes son alucinaciones, deseos reprimidos. Escape a la presión de ser perfecto.
Por eso, a la secunda visión, la película resulta tan divertida. Ya no asusta. Claro que es una risa un poco particular, un poco torcida.
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