Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Friday, May 13, 2011

Breve encuentro (Alan Bridges, 1974) – 7.5/20

Una película lenta y sutil sobre una relación adultera intensa, pero que nunca será realizada. Con dos monstruos sagrados del cine en un papel totalmente inusitado. Toda en delicadeza, miradas y sentimientos retenidos, la película cuenta una historia que la nobleza de los personajes no deja nunca volverse sórdida.

Ficha IMDb

Anna (Sophia Loren) , una mujer de casi cuarenta años, italiana de origen, lleva una vida tranquila en una ciudad pequeña de Inglaterra con su esposo Graham (Jack Hedkey), sus dos hijos y la joven, Else ,que atiende la casa. Volviendo un día de su trabajo benévolo en la oficina de servicios sociales de la gran ciudad mas cercana, Winchester, la ayuda el Doctor Alec Harvey (Richard Burton) cuando una piedrita le entra al ojo. Después de un encuentro imprevisto la semana siguiente, a la hora del lunch, en el parque publico, se volverán a ver cada miércoles en la cafetería de la estación. Y, una plática llevando a la otra, un paseo llevando al otro, terminaran enamorándose. El día en que, finalmente, se encuentran en el departamento de un amigo del doctor, los interrumpe el regreso adelantado del dueño. Y la relación, que hubiera podido volverse habitual, y hasta evolucionar hasta un matrimonio con instalación en Nueva Zelanda, se terminará ahí.

Con la cafetería de la estación como punto focal, o, como lugar de encuentro y de separación los andenes donde se separan vidas y destinos, con largos paseos en el campo, la película nos muestra una pareja que casi nunca se toca, sin ningún abandono físico, que habla finalmente muy poco. Pero el talento del director y de los actores nos hace entender, en los silencios, las miradas y la intensidad de algunos movimientos, toda la fuerza del sentimiento que nace y va creciendo.

Las tomas de los andenes, con planos largos nos introducen a la mirada del que ve alejarse el ser amado. Y, en la escena final del adiós, la desdicha de la mujer, que llega demasiado tarde para ver el tren del que se va para siempre y para intercambiar una ultima mirada, toma vida en el furor de un tren Express que pasa a lo largo del andén a toda velocidad. A tal punto que, durante una fracción de segundo, pensamos en el suicidio de Anna Karenina. Pero solamente el pelo será agitado por la tormenta. Quedará una imagen inclinada del andén. Imagen subjetiva y simbólica de una mente a punto de derrumbarse, habiendo perdido todo punto de referencia.

Una película de la época de antes de las escenas de sexo. Pero tan intensa, si no es que más.

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