Ficha IMDb
Esta película retoma una idea que ya hemos visto: contar los orígenes de una persona famosa. Contar lo que pasó antes que esta persona se vuelva interesante. Tal vez para mostrarnos que la niñez de los famosos se parece a la de cualquiera. Y que cada espectador hubiera podido volverse tan importante como la persona de quien nos cuentan la vida. Es decir, para hacernos soñar por un momento, o hacernos entender que todos somos unos incapaces ya que nunca logramos que nos distingan.
Para acabar pronto, el relato de las infancias se ha vuelto imprescindible. ¿Será un azar ? pero todos han tenida infancias infelices. Y el principio de Coco se parece mucho a los principios de Piaf en La Môme (O. Dahan – 2007) : el campo, principios del siglo, pobreza y abandono. Educadas lejos de una familia. Después de la secuencia de introducción: abandono, infancia en el convento, vemos la secuencia de explicación del sobrenombre, Coco: titulo de una canción que Gabrielle y su hermana cantaban en una taberna para ganarse algo de dinero. Es también la introducción al sueño de las señoritas Chanel: trabajar en el music-hall.
Después de eso, tendremos la vida en un castillo con el primer amante. Y una relación de desprecio-estima-rebelión. Después, la relación sentimental con el adinerado hombre de negocios inglés. (¿Será coincidencia?, pero todos son ricos.) Y los primeros sombreros y los primeros intentos, fracasados, como cantante. Y terminaremos con la imagen clásica de “Mademoiselle” : telas lisas, líneas sencillas, cadenas doradas y vueltas de perlas. Para culminar en el traje sastre.
Un cúmulo de clichés, de trajes extraños que quieren enseñarnos la creatividad y audacia de Chanel desde su juventud, la mueca persistente de Audrey Tautou, que no nos ha probado hasta la fecha su talento como actriz y quien ha podido imponerse solamente gracias a la originalidad y frescura de las imágenes de Le fabuleux destin d’Amélie Poulain (Jean-Pierre Jeunet – 2000) .Talvez se pueda rescartar del desastre a Emmanuelle Devos y los magníficos sombreros anteriores a Chanel. Pero, ahí también, es muy difícil olvidar la fabulosa secuencia de las carreras en Ascot en My fair Lady (George Cukor – 1964)
No comments:
Post a Comment