Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Wednesday, August 12, 2020

The Gentlemen (Guy Ritchie, 2019) - 9 /10


 Una comedia sangrienta e irreverente. Sobre fondo de mariguana. Con actores excelentes y distinguidos.  Una diversión de altura.


Ficha IMDb

 

Un extraño fotógrafo más bien paparazzi, o periodista de segunda, muy hablador (Hugh Grant)  viene a proponerle a Raymond (Charlie Hunnam), brazo derecho de Mickey Pearson ( Matthew McConaughey) un contrato multimillonario para su jefe.  Lo que ofrece ese tal Fletcher es básicamente una genial narración. Es que tiene información muy secreta pero muy valiosa. El que tiene enfrente tiene también información : datos y también un cadáver en el sótano. La noche va a ser larga y muy entretenida.

 

Pearson es un gringo que llegó hace muchos años a estudiar a Inglaterra . Aprovechó para cursar materias un poco paralelas, en particular una especialización en mariguana: producción, promoción, distribución. Gracias a su excelente producto, logró instalar un imperio aprovechando los castillos de la campiña inglesa cuyo mantenimiento oneroso lo llevó a un sistema de patrocinio cultural con respetables familias. A cambio de generosas cantidades lo dejan utilizar sus sótanos. Ahí tiene plantíos de mariguana tecnológicamente muy avanzados. Su esposa Rosalind ( Michelle Dockery ) dirige un taller automotriz donde trabajan únicamente mujeres, y que puede dar todo tipo de apoyos estratégicos.

 

Pero, ganado por la nostalgia del país de sus orígenes, Pearson decide vender la empresa. Ya encontró comprador. Mejor dicho, escogió un comprador : Mathew (Jeremy Strong) y le propone el negocio en 200 millones de libras. Para convencerlo del alto valor del negocio, Pearson lleva a Mathew a visitar una de las granjas. Pero resulta que poco después esta es atacada por un grupo de raperos negros . La operación es obviamente difundida en la red con un fantástico éxito. Esta “publicidad” va a bajar considerablemente el valor del negocio a vender.

 

A ese embrollo se van a sumar una joven de buena familia que se fue a consumir en un edificio abandonado y que hay que devolver a sus papás,  un chino ,Wang Yong (Togo Igawa) también interesado en el negocio , que sirve de intermedio entre Pearson y Mathew, el entrenador Colin Farell) de los cuatro músicos y unos cuantos personajes accesorios. Todo eso provoca una complicación tremenda, unas peleas frenéticas, una larga narración, unas fotos con zoom larguísimo, una casi violación y sobre todo unos diálogos de lo más divertidos. Claro que esos diálogos no son políticamente correctos al punto que algunos críticos los ha tachado de racistas y xenofóbicos.

 

Todos los personajes tienen una distinción fabulosa. Clase, porte, elegancia. Disfrutan de wiskis carísimos, de cortes de carne deliciosos y jugosos, de trajes de tweed y cachemira de los mejores sastres,  todo que identifica al autentico gentleman tan british.  Tienen cultura y tienen sobre todo una facilidad de palabra abrumadora. En esa categoría quien sobresale es Hugh Grant . Lejos ya del joven enamoradizo de las cintas que lo volvieron famoso: las comedias Cuatro bodas y un funeral (Mike Newell - 1994), Notting Hill (Roger Michell - 1999), ha madurado mucho y tiene mucha más profundidad, mucha más malicia en sus ojitos detrás de sus grandes anteojos. Frente a él, Charlie Hunnam juega el papel del que no habla mucho , observa siempre y piensa antes de cualquier movimiento o cualquier palabra. O, tal vez, tenía todos sus movimientos y los del adversario previstos de antemano. En este partido de juego de ajedrez no se sabe quién lleva la ventaja.

 

Un personaje secundario pero definitivo es el del entrenador con sus pants de cuadritos escoceses, que asume con mucha entereza y mucha buena voluntad su papel maternal-educativo-protector con sus pupilas. Les inculca valores de exigente disciplina, sentido del honor y asume toda responsabilidad por las tonterías que hayan hecho ellos. A raíz de eso, se encuentra implicado en acciones poco honestas. Tiene que ensuciarse las manos para limpiar los errores de los suyos. Es de lo más divertido ver al grupo de los músicos boxeadores , todos con su ropa de tela escocesa de diferentes colores o diseños, que llegan siempre al momento indicado para salvar la situación . Este personaje del Coach recuerda un poco las películas de los hermanos Coen : es inocente al punto de parecer estúpido, pero deja entender muchas verdades en medio de su tontería, con un tino perfecto.

 

La cinta es un laberinto,  una muñeca rusa, un juego de narración dentro de la narración dentro de la narración. Es una película que se está haciendo conforme avanza, pero contiene muchas películas posibles porque en cada momento se puede volver hacia atrás y cambiar la dirección. Al mismo tiempo, la película final, la que vemos, contiene también alusiones a películas conocidas.

 

Vale por los complicado de su argumento, un caos perfectamente organizado que resulta totalmente lógico y coherente, por la riqueza de sus diálogos y, sobre todo, por unas interpretaciones excelentes. Una maravilla de humor negro y de juego con el cine.

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