Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Saturday, November 13, 2021

The Death of Stalin (Armando Iannucci, 2017) - 8.5/10


Hilarante y crítica, una narración de las horas antes de la muerte del líder soviético y de los pocos días antes y durante su funeral.


Ficha IMDb

Los deseos de Josep Stalin (Adrian Mcloughlin ) son ordenes : quiere escuchar un concierto, se tendrá que volver a tocar para poder grabarlo. Inmediatamente y bajo la vigilancia de unos soldados poco amables. Quiere mandar algunas personas a Siberia, o que desaparezcan, Beria (Simon Russell Beale) se encargará. Quiere divertirse en su datcha, comer, tomar hasta emborracharse, quiere contar chistes, ahí están sus “amigos”  leales y obedientes : Beria, Malenkov (Jeffrey Tambor), Nikita Krushchov (Steve Buscemi), Nikolai Bulganin (Paul Chahidi) ….

La fiesta acabada, el hombre de hierro se encierra en su cuarto. Al día siguiente, lo encuentran en el piso, incapaz de moverse . ¿Estará muerto? Llamada urgente a los más próximos, los altos mandos del Politburó.  ¿Quién se atreverá a tomar decisiones? A qué medico llamar si el padrecito de los pueblos mandó a los mejores a mejor lugar, entiéndase el Gulag, o a mejor vida. Ya no hay médicos que puedan ayudar. ¿Esperar a que llegué la muerte? 

Y cuando esta por fin llegó, hay que pasar a la organización del funeral, del velorio, avisar al pueblo, organizar un homenaje nacional, popular y oficial, sobre todo, organizar la sucesión. El primer secretario del Partido Comunista, Nikita Kruschov, toma en sus manos la selección de los que podrán tener un papel, reintegrando a Molotov que Stalin había puesta en su ultima liste de enemigos. Cada quien por su cuenta, apartar a los demás, utilizando los buenos métodos de eliminación enseñados por el jefe. Acercamientos, confrontaciones, palabras melosas o punzantes, juego de masacre y de ajedrez, baile innoble y divertido. Quien empuja más fuerte tiene probabilidad de quedarse más tiempo, quien sabe traer aliados puede tener más peso. Se llama a la familia : la hija Svetlana ( Andrea Riseborough), el hijo. Vasily( Rupert Friend) alcohólico incontrolable. Se aparta al Ejercito Rojo, haciendo de lado al mariscal Zhukov (Jason Isaacs), héroe de la resistencia de Stalingrado a los alemanes. Finalmente, Beria será acusado de traición y ejecutado. Espectador de todas esas maniobras se prepara Brejnev (Gerald Lepkowski), el futuro leader de la Unión Soviética. 

La cinta no es clase de historia, sobre todo porque el tono no es nada serio, pero bien puede servir como punto de partida para entender los hechos históricos y, sobre todo, el peso del que llamaron El hombre de acero, el tsar rojo, el que llevó a su final la Revolución de 1917, que transformó para siempre a Rusia, con métodos bastante discutibles y una seguridad implacable, que le permitió compensar la inferioridad provocada por sus origines provincianos y populares, sus dificultades para hablar en publico. El hombre que era voluntad pura y nunca dudó cómo actuar para mantener su poder. 

La cinta es adaptada de una novela gráfica francesa de Fabien Nury y Thierry Robinla y tiene la misma visión sarcástica y de humor negro de alguien cuya distancia con el tema permite todas las libertades. Probablemente alguien que ha sufrido bajo el reino de Stalin no puede burlarse así de la burocracia que dominó el país durante largos años de terror, organizando purgas, juicios artificiales, infames sistemas de denuncias . con una eficiencia jamás igualada. Tal vez sólo un director, actores, autores extranjeros podían jugar de esta forma con una realidad todo menos que risible. 

El gobierno de Putin prohibió el estreno de la cinta en Rusia : ¿por falta de respecto hacia las grandes figuras de la historia rusa? ¿por miedo a que renazcan viejas pasiones? ¿o porque hay ciertos parecidos entre su gobierno y los años soviéticos? De todas formas, dice mucho sobre la fuerza que puede tener una cinta, por más sarcástica y aparentemente poco seria que sea. O tal vez, precisamente por esa razón. 


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