Primera parte de la trilogía de Antoine Doinel adulto. Cuenta la vida profesional y sentimental del personaje con una visión irónica sobre los comportamientos humanos.
Ficha robada a IMDb
Antoine Doinel, niño en les 400 coups, es ahora un joven adulto. Quien acaba de pasar por la experiencia, un fracaso, de la vida militar.
Su primera visita, después de ser liberado, es para las prostitutas de la Place Clichy, con quien debe tener una relación a las 5 de la tarde, en nombre de sus compañeros de celda. Esta tarea ejecutada, aunque no tan eficiente como se podía esperar, se dirige a la casa de la familia de Christine (Claude Jade) con quien se ha estado carteando durante su tiempo de servicio militar. Pero parece que ella no tenía tanta prisa de verlo.
Su vida profesional no va a ser muy brillante. Primero trabaja, sobre recomendación del padre de Christine, el señor Darbon, (Daniel Ceccaldi), como portero de noche en un pequeño hotel. Actividad que le da tiempo para leer a su amado Balzac (recordemos el altar a Balzac en Les 400 coups), y en particular Le Lys dans la vallée.
Pero su debilidad de carácter le hace perder el empleo, ya que se deja influenciar por un detective privado, Monsieur Henry (Harry Max) para que un esposo sorprenda a su mujer con otro.
Segundo empleo, la agencia de detectives, bajo la dirección de Monsieur Blady (André Falcon). Esto va a permitir un desfile de personajes extraños e interesantes.
Primer cliente: Monsieur Albani (Albert Simono), el hombre del guante negro, con planos cercanos a su mano desnuda acariciando la mano guantada. La búsqueda de su amigo perdido llevará a Doinel a un cabaret donde el amigo prestidigitador (Jacques Delord) hace una presentación con cuerdas, al mismo tiempo que narra un extraño cuento, lleno de poesía.
Segundo cliente, Monsieur Tabard, dueño de una tienda de zapatos (Michel Lonsdale, magnifico de talento, con un falso desprecio hacia si mismo mezclado con inocente superioridad) quien quiere saber porque no lo quieren. Para este caso, se va usar un "periscopio", o sea Doinel trabajando como ayudante de ventas.
Para que todo parezca natural, se hace un examen a los cinco que han contestado a la oferta del puesto: la prueba consiste en envolver una caja de zapatos. Gana el empleo Doinel, aunque su envoltura sea la peor de todas. Ahí también, la voz neutral de Lonsdale y su aparente objetividad hacen maravillas Pero una vez en la zapatería ,nuestro joven en busca de aventuras va a conocer a Mme Tabard, Fabienne, (Delphine Seyrig), Amor a primera vista. Admiración, subyugación, hipnosis. La llamada telefónica para hacer su informe después del primer encuentro es una maravilla de texto completamente fuera de contexto, sin ningún sentido práctico, pero totalmente literario, usando palabras y frases de otro siglo. Doinel ha encontrado a su Madame de Mortsauf. Ya está viviendo le Lys dans la vallée en carne propia. Mme Tabard, elegante, delgada, culta, distinguida, altanera tal vez, con esta voz de otro mundo, a la vez preciosa (como las Preciosas del siglo 17) e irritante, que arrastra ligeramente las silabas, suave y seductora. Fabienne sabe, porque ha oído las conversaciones de las vendedoras, que Antoine está enamorado, y juega con eso. La escena del café, lenta, cada quien tardando lo más posible para poner el azúcar, revolver, examinar al otro (bueno, él a ella), esperar. Y finalmente, Fabienne le pregunta al joven si le gusta la música. Y él contesta: "Oui, Monsieur". Es una maravilla de tensión, de suspenso, y se resuelve en la huida del culpable, corriendo en las escaleras, los pasillos, acompañado por una música de película policiaca.
El empleo de Doinel terminará cuando deberá confesar a su jefe que es el amante de Mme Tabard, a quien otra detective ha estado vigilando. Otro momento maravilloso: gracias a tres puertas entreabiertas, tres escenas distintas se desarrollan al mismo tiempo en pantalla. Dos se pueden ver: una detective, Catherine (Catherine Lutz ) trata de deshacerse de un colega demasiado insistente, Monsieur Henry, quien introdujo a Antoine a la agencia, está investigando algo por teléfono. Una escena se oye: la discusión entre el director y Doinel. La voz directoral sube. Se oye un golpe sordo: el viejo empleado ha caído al suelo, muerto. Tal Oedipe, Antoine confesó que durmió con su madre, y mató a su padre. Tiene que abandonar la agencia.
Terminará técnico en televisiones, y en la cama de Christine, quien ha descompuesto el televisor familiar a propósito.
El tema de la persecución detectivesca permite varias escenas, divertidas : el entrenamiento, siguiendo a un joven de forma tan evidente que esta pide la intervención de la policía, o la narración por Antoine a Madame Darbon ,mama de Christine (Claire Duhamel ) de su encuesta de la tarde : la baby sitter que deja los gemelos con una concierge para ir a Pigalle a bailar en un cabaret de strip tease. Por eso la mama no entiende la palidez de la piel de sus niños si van al parque todas las tardes.
Tambien permite a Truffaut introducir un personaje misterioso, sin sentido: el desconocido de gabardina (Serge Rousseau) que sigue a Christine hasta proponerle matrimonio y prometerle un amor siempre leal. Augurio, tal la pitonisa, de las infidelidades que bien podrían presentarse si se casa con Doinel.
Pero la película es también reflejo del año en que fue filmada: 1968. Se empieza a rodar en febrero, unos meses antes de que estallen los sucesos de Mayo. De hecho, Truffaut fue bastante informal en el rodaje ya que estaba militando para restablecer a Henri Langlois como director de la Cineteca francesa, cuando el ministro de cultura André Malraux había decidido correrlo. Por eso, los créditos de principios se presentan sobre la imagen de la entrada de la cineteca, cerrada por rejas que impiden el acceso. Varias escenas de la película son casi improvisadas porque Truffaut escribía al último momento los diálogos y los actores no tenían tiempo de aprendérselos.
El amor de Truffaut a la ciudad de Paris se nota en el principio, como en Les 400 coups con un recorrido viendo a la Torre Eiffel, y a todo lo largo de la cinta con los paseos en los parques, y la escena de persecución detectivesca sobre una banqueta, muy ancha como las avenidas cercanas al Arco del Triunfo.
El titulo Baisers volés proviene de la canción de Charles Trenet que se oye durante los créditos de principio. Antoine le roba un beso a Christine en el sótano cuando van por una botella de vino para la cena. La escena será repetida en las películas de la trilogía. La relación entre Antoine y Christine es un juego de escondidillas,entre peleas, reconciliaciones, explicaciones. Para terminar por une propuesta en matrimonio mediante papelitos durante el desayuno.
Pero el personaje del hombre extraño confirma las dudas que el espectador había intuido: ¿esta relación podrá funcionar?
No comments:
Post a Comment