Condenado a muerte por la explosión de una bomba que mató a dos niños, un miembro del KKK es defendido, contra su voluntad, por su nieto, cuyo padre se suicidó al enterarse del crimen. El tema daba para una película intensa en el aspecto sociopolítico o moral. Pero nada ocurre.
Ficha IMDb
Ficha IMDb
La cinta se balancea entre:
-una relativa pintura del sur de Estados Unidos: casas coloniales, racismo, KKK...
-una investigación que, después de 15 años y varias apelaciones, encuentra extrañamente nuevos elementos sobre los verdaderos responsables de las bombas y que intenta nuevas estrategias para conseguir que la ejecución no se lleve a cabo.
-Una historia familiar donde el abuelo, Sam Cayhall (Gene Hackman) es responsable de la infelicidad de sus dos hijos. Lee (Faye Dunaway), vive alcoholizada en su gran casa, el padre del nieto abogado, Adam (Chris O’Donnell, sin absolutamente ningún interés histriónico), suicidado. Los dos niños vieron como el padre mataba a sangre fría al padre del mejor amigo, negro, de su hijo, después de una disputa de niños por un juguete extraviado.
- un alegato contra la pena de muerte (relato de una ejecución fallida de otro reo en la cámara de gas, planos muy cercanos y eternos durante la ejecución del protagonista)
-un historia de políticos más interesados por su reelección que por el interés de los ciudadanos o por la ética.
Pero todo y cada uno de esos temas queda muy superficial.El guion es bastante flojo; muchos detalles no cuadran. Ya señalamos el encuentro tardío de las relaciones del acusado con el "Comité de Soberanía", revelado por un agente del FBI, en servicio en el momento de los hechos y quien, de repente, decide hablar revelando que los miembros del KKK eran pobres campesinos sin educación utilizados por los famosos Comités.
¿Porque el cómplice y verdadero culpable, un cierto RW sigue dominando a Sam? ¿Porque ese no lo denuncia? ¿Porque los miembros del Klan están afuera de la prisión esperando la ejecución?
La evolución del personaje interpretado por Gene Hackman es bastante burda: de arrogante, mal educado, prepotente al principio, negándose a hablar y a colaborar a su defensa, se vuelve humano, deseoso de contemplar el amanecer; casi le pide disculpas a su guardia negro. Al final escribe cartas a las familias de sus víctimas. Casi llora al despedirse de su nieto. Tropieza al entrar a la cámara.
La evolución del personaje interpretado por Gene Hackman es bastante burda: de arrogante, mal educado, prepotente al principio, negándose a hablar y a colaborar a su defensa, se vuelve humano, deseoso de contemplar el amanecer; casi le pide disculpas a su guardia negro. Al final escribe cartas a las familias de sus víctimas. Casi llora al despedirse de su nieto. Tropieza al entrar a la cámara.
El final, con planos muy cercanos a sus ojos, su boca, sus lágrimas, su sufrimiento es un momento de melodrama bastante fácil.
Total, una película cuyo único objetivo sea tal vez eso: abogar contra la pena de muerte. Pero los medios intelectuales son muy poco consistentes y el llamado al sentimentalismo fácil resulta molesto por manipulador.
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