Agradable película de entretenimiento. Sobre un tema de moda actualmente: la gastronomía y los grandes "chefs" de cocina. Que no se busque mucho más. Algunas ideas de platillos tal vez.
Ficha IMDb
El titulo en francés juega con la palabra "chef". Hacer algo "comme un chef" significa hacer lo muy bien, como un experto en la materia, la que sea. En este caso, el personaje es capaz de cocinar perfectamente bien, y además, como un gran jefe de brigada de cocina.
La película esta muchas veces a punto de caer en la farsa por la actuación del papel secundario, que tal vez es el principal, ya que Jacky Bonnot (Michael Youn) es él que ocupa más tiempo de pantalla y quien cocina de maravilla. Afortunadamente, Jean Reno sabe quedarse en los límites de una actuación realista. Pero Youn se pasa el tiempo sobreactuando ,casi a lo payaso , además de estar muy maquillado.
La historia es muy banal: el asunto profesional, intriga principal, se complica con las historias sentimentales: Alexandre Lagarde (Jean Reno) con su hija Amandine (Salomé Stévenin) , a pocos días de presentar su examen de doctorado sobre la influencia de los escritores rusos fantásticos sobre los novelistas franceses del siglo XIX, lo que a su papa lo vale un comino. Y capaz de cenar una hamburguesa encargada por teléfono; Jacky con su novia embarazada Béatrice (Raphaelle Agogué)
En la galería de personajes aparece el joven jefe de empresa Stanislas Matter (Julien Boisselier) que se cree superior a años de experiencia, grita, regaña, impone y después no teme mentir cuando se da cuenta que la realidad no va a donde él quiere.
Inevitable el renacimiento amoroso del cincuentón que encuentra un amor tardío en un restaurante de provincia. Afortunadamente, esta desviación de la trama se mantiene discreta. Artificial también, y esperado en el ritmo de cualquier comedia para exportación: todas las situaciones problemáticas encuentran su solución el mismo día : Alexandre conserva su restaurante, Béatrice da a luz, Jacky le pide matrimonio y se vuelve jefe de cocina, Alexandre asiste al examen de su hija.
La receta funciona. La comedia divierte. Pero no es cocina de altos vuelos. Un aperitivo nada más.
La película no pretende ser seria pero toca asuntos serios: lo que está pasando con la cocina y la gastronomía. Lo artificial y lo comercial. Cocinar los platillos tradicionales está mal visto. Cocinar platillos sencillos y "normales " no se vale más. De ahí el significado del magnífico desayuno que Alexandre le prepara a su hija la mañana de su examen., con estos hermosos bizcochos: brioche cake con pasitas, chocolatines., que huelen tan rico recién horneados, que se hacen con amor para los hijos y que se deben preparar como siempre porque el olor y el sabor son los de los años pasados y de la niñez. y si no se hacen igual no tienen su poder mágico.
Se presenta también el asunto de los chefs que se asocian, y asocian su nombre con las marcas de productos en conserva o congelados. Ahí juega el mercadeo basado sobre la fama, y el esnobismo por el nombre conocido y la foto sobre el empaque. Es lo mismo en el caso de los grandes nombres que se exportan como marca y se vuelven franquicias. Como puede ser el restaurante de Fulano Conocido si él no está presente durante la elaboración.
Las modas de nuevas formas de cocinar tampoco escapan a la ironía del director: "nouvelle cuisine", "cuisine fusión" o lo último: "cuisine molecular". El punto común es, además de los esnob, la pequeñez de las porciones. Está bien que la obesidad es un problema de salud mundial. Pero no se debe de olvidar que el primer objetivo de la comida es nutrir y dar energía y el segundo es dar placer. Con una cucharita no basta.
Pero otro tema delicado en Francia es el famoso mito de las estrellas otorgadas por los críticos culinarios. En 2003, se dio el caso de Bernard Loiseau según dicen, se suicidó porque su restaurante perdió una estrella. Lo que ponía en riesgo el valor de su imperio restaurantero en la bolsa
Total que Comme un chef es una película agradable peo con un gusto ligeramente amargo.
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