Quince años después, la cinta no ha envejecido. Sigue igual de fuerte esta historia de un amor apasionado, de malentendidos, de generosidad en medio de la guerra. Todos los actores son perfectos. Unas locaciones hermosas y bellamente filmadas. Adaptada de la novela de Michael Ondaatje, la cinta obtuvo el Óscar a mejor película en 1996, así como el Óscar a mejor papel secundario a Juliette Binoche, entre otros
Ficha IMDb
África, el desierto, arqueólogos, en medio de la investigación llevada por un cartógrafo húngaro, el conde László Almásy (Ralph Fiennes), aterrizan los esposos Clifton, Geoffrey (Colin Firth) y Katherine( Kristin Scott Thomas).László huye de ella, él es reservado, taciturno. Ella es hermosa, segura de sí, refinada, seductora. Hasta que el dejará aflorar la perturbación que ella le provoca.
El descubrimiento hecho por el conde de la Cueva de los Nadadores , una antigua cueva en medio del desierto, decorada con figuras estilizadas, de personajes nadando, pinturas que datan de tiempos prehistóricos, es un momento clave en la narración del acercamiento entre los dos enamorados, de la misión pacifica de los arqueólogos, del papel principalmente económico de los esposos Clifton.
El conde nunca se separa de un volumen de Heródoto, considerado como padre de la historia, pero también gran viajero, en el cual apunta y dibuja. Este libro servirá de guía cuando, quemado a muerte, será trasladado a Europa, y cuidado por Hana (Juliette Binoche), enfermera canadiense, quien se quedará con él en un monasterio en ruinas en la Toscana.
Avanzan en paralelo la historia actual, últimos días de la segunda guerra mundial, y la historia de amor adúltero de Katherine y Lázsló, recuerdos evocados por el cartógrafo quien vive sus últimos días, al hojear su libro. Pero la llegada de David Caravaggio (William Dafoe), ex operativo de inteligencia canadiense, perturba el curso de los recuerdos, al integrar parte de la historia de este, un personaje no muy claro, con tráficos poco honestos y que perdió los dos pulgares al ser torturado por los alemanes, según él a causa de la traición de Almásy. El relato del moribundo, quien explica como cedió sus mapas en cambio de ayuda para Katherine a quien había dejado sola y herida de muerte en la cueva, le permitirá perdonar.
La historia actual se ve enriquecida por el amor naciente entre Hana y Kip (Naveen Andrews, el Sayeed Jarrah de ‘Lost’) ,desactivador de minas indio de origen sij, quien sirve en el ejército británico, un hombre a quien el acercamiento diario con la muerte y el peso de la responsabilidad han vuelto muy prudente en asuntos del corazón, sentimientos y amistades.
La revelación de los frescos de Piero della Francesa en la iglesia, el paseo del hombre herido bajo la lluvia, son escenas que, aparte de ser hermosas, son testimonios de la generosidad desinteresada en momentos difíciles. El tiempo compartido entre enfermera y paciente, los cuidados de ella, y las confidencias de él, llevan a los dos a un alivio, una paz física y mental que les permitirá pasar suavemente a la etapa siguiente. Se curan recíprocamente.
La pasión, destructiva, toxica, y a la vez liberadora, de Katherine y.Lázsló. es maravillosamente expresada por Ralph Fiennes y Kristin Scott Thomas, presas de una atracción que los rebasa totalmente. Tratan de evadirla, callarla o se dejan llevar. Se arrepientan y piensan en los demás. Sufren y se reconcilian. Los dos acaban calcinados, física y moralmente.
De una hermosa novela salió una magnífica película, que sabe despertar una profunda y duradera emoción en el espectador.
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