Cuando la serie Unorthodox llama la atención sobre un caso real, resulta interesante ver el documental realizado a partir de testimonios de primera mano sobre la misma situación de judíos jasídicos que dejan la comunidad .
Ficha IMDb
Si la serie de Netflix Unorthodox de Anna Winger y Alexa Karolinski (2020), basada sobre la experiencia real de Deborah Feldman, que contó en su libro Unortodox: The Scandalous Rejection of My Hasidic Roots tiene el talento de “novelizar” la joven vida de su protagonista, sus experiencias negativas en Brooklyn, su llegada a Berlín y al mundo “normal”, el documental de Grady y Ewing resulta mucho más arduo de seguir.
Se trata básicamente de momentos de testimonios de sus tres personajes reales que las realizadoras siguieron durante tres años para observar cómo transcurre la adaptación al nuevo mundo.
Etty es una mujer casada, joven, que ya tiene siete hijos, y trata de escapar de los malos tratos de su esposo. Apoyada por el grupo Foodsteps, liderada por Lani Santo, quiere obtener el divorcio. Pero la organización perfecta y el control total de la comunidad de Williamburg en Brooklyn la deja sin ninguna oportunidad. A lo largo de los años, han aprendido a utilizar a su favor los mínimos detalles de la ley estadounidense. Además, tienen excelentes abogados que pueden pagar muy bien gracias a los buenos ingresos de sus miembros. Sin contar con un sentido de comunidad muy profundo que levanta un muro infranqueable delante de la mujer que pretende salir y obtener la custodia de sus hijos. Etty logrará obtener una visita semana de una hora con sus hijos.
Ari ha sufrido abusos durante su niñez, pero nunca tuvo la posibilidad de ser escuchado. Salió de la comunidad antes de la edad acostumbrada del matrimonio y cayó en adicciones. Su mayor felicidad fue encontrar Wikipedia y la posibilidad de aprender.
Luzer Tersky es un actor que se fue a Los Ángeles, tiene una reflexión más avanzada sobre el funcionamiento de la comunidad, como una secta que prepara todo para imposibilitar la adaptación al mundo exterior. Los salientes caerán en la delincuencia, la indigencia o los comportamientos adictivos, y terminarán probablemente por volver, siendo entonces el ejemplo viviente de que salirse del camino trazado tiene consecuencias nefastas.
Como lo dice Esty en la miniserie, la misión de la comunidad jasídica es volver a poblar la gran familia judía para compensar los 6 millones de muertes del Holocausto. One of Us lo confirma : las reglas de la comunidad son una respuesta a la herida ocasionada por el régimen nazi. Son la única forma de seguir juntos, protegidos, dentro de fronteras geográficas, sociales y culturales. Ahí las mujeres se dedican a su única utilidad : hacer niños. Lo que la comunidad garantiza a cambio es precisamente el apoyo total para los que están adentro : escuelas, ayuda económica, solidaridad, hospitales, policía, intervención inmediata en caso de necesidad. Más el sentimiento de pertenecer a una familia que se reúne para cada ocasión religiosa o civil :bodas, funerales, celebraciones a lo largo del calendario . Los une también el uso de un idioma ya casi olvidado.
Pero esta solidez de la comunidad obliga a abdicar toda libertad individual, a poner de lado cualquier sentimiento o anhelo personal. Nada de educación, nada de información, nada de romance. Hay una meta clara y es obligatorio sacrificar su individualidad para que el objetivo común sea alcanzado.
One of Us se aleja totalmente de todo aspecto sensacionalista y folklorista. No aporta ninguna información sobre el estilo de vida cotidiana de los jasídicos, a diferencia de Unorthodox que enseña paso a paso las formas de vestirse, de rezar y comer, la preparación física y moral de la futura novia, el desarrollo de la boda con todos los ritos y costumbres que la acompañan. One of Us se limita a enseñar a los miembros en la ciudad, en el entorno normal de la vida en Nueva York, en medio de gente en short, fumando, platicando. De paso, se menciona la fuerza política que representan por su numero elevado de electores, y las ayudas que les da la ciudad de Nueva York.
One of Us se concentra en escuchar los testimonios de los que han logrado salir, y el relato de lo que les cuesta, del precio a pagar y de lo que extrañan. La libertad tiene un precio enorme. Si hay cuestionamiento de algún dogma y de muchas costumbres, no hay rechazo a la fe fundamental judía. Tal vez esté ahí el defecto de la cinta : los tres salientes de la comunidad tienen motivos : esposo abusivo, abusos sexuales en la niñez, que son traumáticos, pero no son inherentes a los usos de la comunidad jasídica. Parece que la focalización adoptada por las realizadoras se aleja de lo que pretenden denunciar. Desgraciadamente el abuso por parte de un esposo o de un guía espiritual no se da únicamente en esta comunidad.
En Unorthodox se trata mas bien de una incapacidad a aceptar las formas de vivir, incompatibles con un proyecto de vida individual. Si los cuatro personajes huyen, Esty parece dueña de una solidez interna que le permite ir hacia adelante mientras que los tres protagonistas de One of Us se ven atrapados en una red que no los deja cortar con su pasado. Eso se transmite en una estructura de repetición, de volver una y otra vez sobe las mismas situaciones, las mismas palabras, una incapacidad de soltar lo que ha lastimado. Pero tal vez sea eso el ultimo recurso para denunciar las marcas que deja el haber pertenecido a una secta.
Quedan solo algunas concesiones al sensacionalismo visual como las imágenes de filas de hombres con sus enormes sombreros frente a la ciudad moderna y sus rascacielos, lejos, del otro lado del rio, del otro lado del mundo.
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