Inspirada por el famoso libro de cuentos de Boccaccio, escrito en el siglo XV, la cinta escoge nueve de ellos para ilustrarlos. El resultado es bastante desigual y presenta hoy signos de cansancio.
Ficha IMDb
En Nápoles. Andreuccio da Perugia (Ninetto Davoli), joven mercader rico, atraído a su casa por una joven que pretende ser su hermana, cae a las letrinas; la falsa hermana le roba todo su dinero. Al huir, es reclutado por unos ladrones, para meterse a la tumba de un obispo y sacar las riquezas, pero se queda con un anillo de rubí.
Maporecchio logra que unas monjas lo empleen como jardinero. Como pretende ser sordomudo, ellas le exigen servicios sexuales, convencidas que no las delatará. Cuando la madre superiora se une a la solicitud, Maporecchio protesta por el exceso de demanda, lo que las religiosas celebran como un milagro.
Peronella (Angela Luce) esconde a su amante en una gran tinaja cuando vuelve su esposo inesperadamente. Pretende que es comprador de la tinaja a muy bien precio, a condición de que el esposo la limpie muy bien por dentro. Mientras el esposo trabaja duro, la mujer y el amante-falso-cliente, ahora fuera de la tinaja, se dedican a lo suyo, con las palabras de estimulo de la mujer, validos tanto para el esposo limpiador como el amante.
Ciappelletto (Franco Citti) el cobrador de deudas al punto de morir y ser abandonado por unos compañeros usureros, confiesa pecados espectaculares y acaba absuelto y celebrado como santo.
Un discípulo (Pier Paolo Pasolini) del famoso pintor Giotto, es un borracho, goloso, afeminado, y pinta la gente del pueblo, obscena, fea, alrededor de la Virgen (Silvana Mangano) .
La joven Caterina de Valbona (Elisabetta Genovese) invita a su enamorado Riccardo a pasar la noche en el techo de la casa. En la mañana , el padre la sorprende con la mano sobre el “ruiseñor” de su amante. Aprovecha la situación para concluir un matrimonio ventajoso.
La noble Lisabetta esta enamorado de un mozo de los establos , Lorenzo. Los tres hermanos de Caterina se llevan a Lorenzo de caza y lo matan. Su fantasma revela a la joven donde está enterrado y ella acude a desenterrar la cabeza que planta en una maceta de albahaca para tenerla siempre en su ventana.
El sacerdote Gianni (Guido Alberti) es invitado a casa de un amigo campesino. Para acostarse con la hermosa esposa de este, Gemmata , pretende que puede convertirla en yegua, muy útil para el trabajo de campo, y después devolverla a su forma humana. Así puede plantarle una cola enfrente del esposo.
En este tono de albur y burla a la Iglesia, el matrimonio y la moral siguen los demás cuentos escogidos por Pasolini entre los cien que escribiera Boccaccio entre 1349 et 1353. Son cien porque los cuentan diez personajes, una al día cada uno, durante los diez días que pasan en una colina afuera de Florencia presa de la peste negra de 1348. Cada personaje tiene un tema o un estilo particular y las historias están presentadas dentro de un marco narrativo. Pasolini utiliza a Boccaccio con bastante libertad para su propio fin, provocar polémica. Eran los años setenta, en la ola de las revueltas políticas ,sociales, morales e intelectuales del sesenta y ocho.
Un cuento escapa de esta tonalidad burlona, es la historia de Lisabetta, casi desprovista de diálogos y con una dimensión trágica . Este tema del amor más allá de la muerte, del amor adorador casi fetichista se volverá a encontrar en la católica Reina Margot de Dumas, quien conserva la cabeza de su amante protestante La Mole después de su ejecución, y a quien imitará Mathilde de la Mole, su lejana descendiente y amante de Julien Sorel en Le Rouge et le noir de Stendhal (1830).
Fue probablemente en su tiempo una cinta provocativa, en particular por enseñar escenas de sexo muy explicito y sobre todo partes intimas tanto femeninas como masculinas, pero más abiertamente las masculinas . En esos años, eso no se hacía. Y probablemente les gustó a los intelectuales quienes gustaban de provocar los tabúes, sobre todo en un país tan católico y conservador como Italia.
Hablando de catolicismo, la burla a las ordenes religiosas, curas o monjas, es muy directa, pero eso es un tema tradicional en la literatura desde la Edad Media y está presente en el libro de Boccaccio, como lo será en su imitación francesa, el Heptameron, escrito en 1559 por la hermana del rey Francisco I, Margarita de Navarra ( que no es la Reina Margot de Alexandre Dumas). De la misma forma, el primer cuento, aventuras de Andeuccio en las letrinas, muy escatológico, corresponde a un tipo de cómico que no disgustaba aun a la gente más refinada.
Formalmente, para los estándares actuales, la cinta parece casi obra de amateur : los cuentos se suceden sin ninguna transición, con solamente un cambio de lugar y de actores. Las interpretaciones son por lo demás muy torpes, dando una imagen del pueblo del sur de Italia como bastante tontos, al limite de la imbecilidad.
La impresión que queda es la de un trabajo no terminado, con buenas ideas, con algunos actores muy hermosos y una cierta inocencia , un poco infantil. Algo muy fiel a la mentalidad de la época de Bocaccio son los huertos, con las vides en arboles, que propician una sombra deliciosa. La cámara se hunde en ella y nos da la impresión de casi tocarla , como un remanso de frescura y de limpieza en un país caliente y sucio.
Tal vez se puede salvar eso : se muestra una sociedad totalmente alejada de la imagen que uno se hace generalmente de la Italia del Renacimiento : hermosas iglesias, pinturas delicadas, ropajes pesados y elegantes, joyas extraordinarias. Pasolini muestra un pueblo de la ciudad o del campo que vive día a día y aprovecha cada oportunidad de placer y de risa, sin intención oculta intelectual. Un pueblo sencillo y universal, como lo revelan tantas caras, cofias, camisas que se ven en las pinturas de Brueghel el Viejo, quien vivió en el siglo XVI, kilómetros al norte, en Flandes : El combate de Carnaval y Cuaresma, Matrimonio paisano, Los cazadores en la nieve, La parábola de los ciegos, Baile de casamiento.
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