Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Sunday, August 29, 2021

The Postard Killings (Danis Tanovic, 2020) – 7.5/10


En el genero de los asesinos en serie, esta cinta nos lleva a distintas ciudades europeas siguiente un misterioso asesino de jóvenes parejas, con el padre de una de las víctimas. Se deja ver, aunque no tenga el rigor de otras cintas de este genero. 

Ficha IMDb

Mientras pasan su luna de miel en Londres, los recién casados Kimberly (Maryam Grace) y Thomas Stevenson (Ryan O’Sullivan)  están encontrados muertos en una extraña puesta en escena, donde les faltan partes del cuerpo.  El padre de la joven, Jacob Kanon ( Jeffrey Dean Morgan ), detective en Nueva York , viaja con su exesposa Valérie (Famke Janssen) al lugar de los hechos, pero la policía local, bajo la responsabilidad austera del investigador Rupert Pearce (Steven McIntosh) no lo deja participar en la investigación. Decide continuar por su cuenta mientras la madre de Kimberly vuelve a casa.

Descubre que un doble crimen con las mismas características tuvo lugar unas semanas antes en Madrid ,y que fue precedida por el envío de una extraña tarjeta postal a un periodista gringo que vive en la ciudad. A punto de viajar allá, se entera de un crimen parecido en Múnich. 

Paralelamente a la investigación de Kanon, seguimos a una linda joven pareja, Sylvia (Naomi Battrck), apasionada de arte y Mac Randolph (Ruairi O’Connor ), que se topan en el tren con un holandés, Pieter Holl (Dylan Devonald Smith) lleno de tatuajes y demasiado amistoso. Todo lleva a pensar que él es el asesino viajante. Prefieren mantener su distancia, pero lo vuelven a encontrar en Stockolm donde se reúne con su novia Nienke (Sallie Harmsen), la artista tatuadora. 

Mientras tanto, Kanon progresa gracias sobre todo a un detective de la policía de Múnich, Klaus Bublitz (Joachim Król)  más abierto que los británicos. Poco a poco se van dibujando las características del asesino, más bien, de la pareja asesina. 

Dessie Lombard (Cush Jumbo), periodista gringa radicada en Stockolm recibe entonces una postal.   Kanon y Bublitz se trasladan allá. Cuando Pieter y Nienke están encontrados muertos en una isla del estuario de Stockolm, y con la gorra de lana de Kimberly, el espectador entiende quiénes son los asesinos. Sin embargo, Kanon no tiene todavía esta información. Su esposa lo ayuda desde Nueva York : va a visitar la mansión abandonada del padre de los “Randolph” , nombre falso que tomaron los asesinos al registrarse en los hoteles europeos. Gracias a la vecina, se entera de algunos secretos de la familia diabólica : el multimillonario Simon Haysmith (Denis O’Hare), fue encarcelado por fraude fiscal según una denuncia de su hijo Simon, como venganza por la educación extremadamente severa que les impuso a él y su hermana Marina, con visitas obligadas de museos. Son hijos de su esposa rusa y parecen envueltos en un amor incestuoso. Poco a poco el rompecabezas se va armando. El destino final de San Petersburgo parece obvio y Kanon estará en el camino para detenerlos. O no. 

La cinta, adaptada de la novela de 2010 de James Patterson, estadounidense, y Lisa Marklund, sueca, empieza como muchas : papá, detective gringo, vuela en defensa de su hija perdida, raptada, maltratada en Europa. La diferencia aquí es que la pobre hija ya está muerta. La teatralización de las víctimas, parecida a un cuadro es un llamado a establecer referencias. Esto en realidad podría ser suficiente si las pinturas de Goya o Caravaggio fueran más reconocibles. Para reforzar el sistema serial, hay que agregar el hecho que ciudadanos americanos viviendo en Europa reciban tarjetas con breves frases alusivas a diferentes etapas amorosas, y la selección de sólo parejas jóvenes, dando la impresión de que el asesino-artista envía mensajes para explicar su comportamiento. Eso será la pista psicológica para que los detectives encuentren la identidad y las motivaciones de los culpables. Una motivación familiar, amorosa e incestuosa que finalmente no lo es. 

La cinta tiene algo del cine noir escandinavo, con lo despiadado y retorcido de los crímenes, como las novelas de Stieg Larssson y algo de los clásicos detectivescos gringos, sin explotar totalmente las características de ninguno, lo que la deja un poco al borde de algo que podría funcionar mucho mejor. Sin embargo, sabe despertar el interés y mantenerlo, sobre todo en la secunda parte. Sin embargo, se puede lamentar que no se haya aprovechado el itinerario de las jóvenes víctimas, de los asesinos y de los detectives para enseñarnos algo de las ciudades donde ocurren los crímenes. Casi todas las escenas pasan en espacios cerrados que finalmente se parecen todos. 


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