Una película que carece totalmente de interés, por falta de guión, de dirección y de actuación.
Ficha IMDb
El agente retirado de los servicios secretos estadounidenses, Bryan Mills (Liam Neeson) sale en ayuda de su hija Kim (Maggie Grace ) que voló a paris para una vacaciones con su amiga. Una vez alla, mientras hablaba por teléfono con su padre en Los Angeles, fue secuestrada, lo que le padre oyó impotente . Desde entonces, no hay señales de vida. Al poner sus pasos en los pasos de las chicas y al volver a contactar su ex compañero de misiones, Jean-Claude Pitrel (Olivier Rabourdin), ahora director adjunto de la DST, el servicio de inteligencia del Ministerio del Interior, en un lujoso departamento con hermosa esposa y lindos niños, cae sobre una red de trata de mujeres extranjeras, manejado por la mafia albanesa.
La cinta va de peleas en persecuciones, sin verdaderas justificaciones, en una narración vacía, casi sin diálogos. Lo único que se busca es el carácter espectacular de las escenas. Ni siquiera están bien coreografiadas o bien filmadas. Unas imágenes de chicas encerradas y drogadas quieren despertar la compasión o la indignación, pero se vuelven repetitivas.
Papá encontrará a su hijita imprudente, a cambio de unas magulladuras, ni siquiera una fractura. Los buenos siempre ganan, es bien conocido.
Liam Neeson no expresa nada, salvo tal vez un enojo permanente que se traduce en voz y mímicas agresivas, siempre las mismas.De todas formas, casi no habla. Los demás, cuando hablan, tienen una voz totalmente impersonal.
La historia es tan previsible que es casi estúpida y un insulto a la inteligencia del espectador. Sorprende que Luc Besson sea uno de los autores del guion. A pesar de ser tan poco original, la cinta fue muy exitosa, al punto de tener dos secuelas : Taken 2 ( Olivier Megaton - 2012) y Taken 3 (Olivier Megaton – 2014), con los mismos actores protagónicos ; papá, mamá e hija. Pero en distinctos paises.
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