Divertida comedia de acción, que se burla abiertamente de los James Bond. Un buen momento de distracción, que no necesita activar demasiado las neuronas.
Ficha IMDb
En un sótano invadido por las ratas y sus excrementos, unos empleados de la CIA hacen posibles las misiones de los agentes enviados a los cuatro puntos cardinales. Gracias a su alta tecnología, les pueden avisar de lo que los espera, mandarles una oportuna bomba que aplaste a sus enemigos, cortar la electricidad o producir cualquier tipo de diversión.
Así, Susan Cooper (Melissa McCarthy) es la encargada de darle todo el apoyo al super-agente Bradley Fine (Jude Law), guapo y altamente convencido de sus talentos. Obviamente Susan esta secretamente enamorada de su hermoso agente. El tamaño de su eficiencia es proporcional al tamaño de su cuerpo, y la belleza de su héroe es igual de falsa que sus talentos. Sin ella, él nos sería nada.
Cuando Fine desaparece, ejecutado en directo por Rayna Boyanov (Rose Byrne) , hija y sucesora de su padre en los negocios, Susan se ofrece para una misión de reconocimiento en Europa. Lo que ofusca al agente Rick Ford (Jason Statham) lleno de ideas más descabelladas la una que la otra.
Apoyada por su amiga Nancy (Miranda Hart),Susan se lanza a la acción encubierta. Pero las circunstancias, al mismo tiempo que le presentarán en los momentos menos deseados al odioso, vanidoso e incapaz Rick, la pondrán en primer plano para intervenir en contra de la terrible Rayna.
El humor es directo, muchas veces vulgar, sobre todo en palabras. La cinta juega con los contrastes, entre Susan gordita, y su amiga del alma Susan , alta y flaca, y dotada de un acento divertidísimo. Otro contraste entre la torpe pero eficiente Susan y la delgada y elegante Rayna , con diez kilos de cabello sobre la cabeza, odiosa de arrogancia.
La cinta se burla claramente del glamour de los James Bond, de las traiciones de los agentes dobles, o triples, o tal vez leales. Los créditos de inicio son una delicia. Las locaciones, de Paris a Budapest, pasando por Roma y una hermosa casa de campo en Bulgaria, están muy bien aprovechadas, para escenas de persecuciones, peleas que juegan con la velocidad, de los vehículos o de la cámara.
Uno se divierte, siente ganas de viajar, olvida sus kilos de más. Todo para sentirse bien.
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