Unas
escenas de persecuciones impecables, una narración bastante simple y unos
personajes mas interiorizados y sufrientes, la huella del director es bastante visible
en esta secunda entrega de las aventuras del renegado Ethan Hunt.
Ficha IMDb
Después de unos planos vertiginosos del Señor Hunt
(Tom Cruise) escalando a manos libres unas paredes verticales del Gran Cañón,
se tiene que volver a las cosas serias. Un virus genéticamente modificado llamado
Quimera ha sido robado por el maléfico Sean Ambrose (Dougray Scott), para
efectos de venta multimillonaria, acompañado de su antídoto.
A cada héroe le hace falta su enemigo, a cada bueno,
le hace falta su malvado. Hunt es obviamente el bueno, el valiente, el rápido,
el eficiente. El malo es muy malo y los dos se disputen la hermosa mujer, Nyah Hall
(Thandie Newton), una ladrona profesional quien ha sido un tiempo amante del
malo. Todo esto bajo las ordenes de Swanbeck (Anthony Hopkins), enunciadas en
una escena española bastante desubicada e inverosímil.
El estilo de John Woo es muy reconocible y el
director logra imponerlo y distinguirse de lo que podrá verse como un modelo definitivo:
el estilo de Brian de Palma en Mission: Imposible (1996). Woo es un poeta de la imagen, la invade con elementos absolutamente
innecesarios, como palomas, vientos, nubes, cámara lenta. Sus personajes son
individuos sensibles antes que ser héroes de acción. La contradicción entre sus
emociones y sus misiones los hace sufrir, los detiene un tiempo antes de que se
lancen a toda velocidad. Y las escenas de acción concebidas por Woo son dignas
de sus orígenes chinas hongkongianas: irreales, demenciales, interminables. Son
coreografías totalmente fuera de la realidad.
Es cierto que la intriga es muy simple, pero al menos
es lógica y los episodios se relacionansin confusion. Los socios de Hunt,
Luther Stickell (Ving Rhames) y William “Billy” Baird (John Polson ) no tienen todavía
el papel importante que tendrán en las películas siguientes, y que permitirán efectos
irónicos o hasta cómicos. Hay que reconocer que, en esta secunda aventura,
todos se toman muy en serio, empezando por Ethan Hunt y por su interprete (y productor)
el señor Cruise.
El uso las mascaras, es una herencia fiel a franquicia,
pero utilizada con total libertad y exceso, se vuelve la marca tangible de la
idea directriz: la necesidad de lo negro para resaltar lo blanco, del antihéroe
para resaltar al héroe. En cada momento, hay una mascara que pude engañar y
desengañar. No hay realidad segura.
La critica ha sido muy despiadada con esta cinta, considerándola
como la peor de la serie. Sin embargo, es la que deja mas recuerdos por unas
escenas muy espectaculares. La pregunta que plantea es si lo que cuenta es la originalidad
o la conformidad con la franquicia.
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