Una película olvidada de la Nouvelle vague, entre cinta policiaca, película noir y retrato psicológico de un hombre perseguido por sus propios fantasmas de la guerra. con una fotografía muy cuidadosa en blanco y negro, un ritmo pausado que se vuelve angustiante, una dirección sobria y un equipo de excelentes actores .
Ficha IMDb
Por un sweater olvidado, Michel Jussieu (Maurice Ronet) se ve envuelto en una misteriosa historia de crimen. Tuvo la desgracia de encontrarse en el lugar incorrecto y en el momento incorrecto. No tiene nada que ver que la víctima, los asesinos ni con el motivo. Pero vio y escuchó algo. La situación lo pone de repente en contacto con un pasado que lo angustia, con una culpabilidad que nunca lo abandonó a pesar de encontrarse del lado de los buenos, más aún, de los que ganaron.
Una tarde, a las siete en punto, Michel entra en un bar con el propósito de recoger el sweater que olvidó la noche anterior. El lugar está completamente oscuro, tropieza con un cuerpo. En la luz deslumbrante de la puerta que se abre en el fondo, ve una silueta femenina que habla con un hombre. En este momento, lo golpean en la cabeza. Al despertarse, ha olvidado lo que vio y oyó.
El policía austero que lo interroga, el comisario Malterer (Sacha Pitoëff) tiene todo para impresionar : su seguridad, todas las informaciones que tiene sobre la víctima, un tal Yvain, y sus actividades por lo menos desagradables, los lazos y antecedentes políticos de todos. Jussieu intuye que el policía sabe mucho más que él y la presencia permanente del meticuloso asistente, el inspector Mercier (Michel Lonsdale) igualmente eficiente y frio, lo pone en situación de inferioridad. Pero lo peor para él es el recuerdo que de repente se avivó, de lo que pasó 15 años antes. En tiempos de la ocupación alemana, fue resistente. Lo arrestaron y torturaron en la sede de la Gestapo de la avenida Victor Hugo. Jussieu acabó denunciando a sus camaradas. El traductor, Loineau (Jean-Claude Darnal) que ayudó al general alemán era muy joven. Las ultimas palabras del oficial Von Henkel ( Léon Alkenbaum) fueron a la vez trágicas y cínicas : los amigos ya habían sido arrestados y la delación de Jussieu era innecesaria . Fue sólo para degradarlo como ser humano. Días después, durante un traslado, pudo escapar y se encontró en medio de la liberación de Paris. Todo volvió a la normalidad. Los colaboradores fueron juzgados, los resistentes eran héroes. Se supo quien fue el delator que permitió el arresto de los camaradas del grupo, fue juzgado y ejecutado. Michel podía sentirse liberado de su culpabilidad.
Pero, a pesar de su carrera exitosa como productor de cine, de su matrimonio feliz con Elsa (Françoise Brion), hija de un ministro, de su vida familiar equilibrada, de su hija lista y adorable, de la amistad que perduró con su mentor de la Resistencia, Pierre Malet (Raymond Gérôme) ahora director de una famosa galería de arte, Michel Jussieu vive con el peso de su pasado. Cuando fue llamado como testigo por el joven traductor en su juicio por colaboración, le costó seguir el consejo de Malet y mantenerse al margen.
Ahora, va a pasar sus días haciendo su propia investigación policiaca para tratar de entender quiénes son los responsables de la muerte de Yvain y por qué. ¿Cuál fue el papel del guarda espaldas Eddy Soulinas (Jacques Santi) y de su novia Eléonore Germain ( Nicole Berger) presentadora en el cabaret, utilizada para presionar al testigo involuntario? ¿Cuál fue el motivo político? ¿0 económico? Al descubrir poco a poco la verdad, entiende que todos son gente despreciable y que merecen que los denuncie.
Simon Moretti (Marc Eyraud) realizador de una película , intelectual, sombría, hipnótica, al estilo de Marguerite Duras o de Jean Cocteau, le da sin saberlo la clave definitiva. Jussieu tiene por fin la oportunidad de limpiar su culpa.
Pero las fuerzas políticas avanzan ciegamente. El final, justo cuando Jussieu había alcanzado una cierta paz, es una respuesta trágica que parece ordenada por la absurdidad humana.
Toda la narración está impregnada por el ambiente particular de los años posguerra cuando las sospechas seguían en el aire : ¿Quién colaboró? ¿Quién resistió? ¿Quién fue resistente de la ultima hora, sólo para aprovechar que el viento cambió? En los años sesenta, Francia estaba tratando de darse la oportunidad de un nuevo comienzo, regalándose una nueva constitución, una nueva república, la quinta, liderada por el general de Gaulle. Es cuando empezaban los movimientos de independencia en África viniendo precisamente a amenazar este frágil equilibrio nuevo con las intervenciones armadas de la OAS.
Jacques Doniol-Valcroze fue en 1951 uno de los fundadores de los Cahiers du cinéma, biblia de la Nouvelle Vague pero realizó pocas películas. En La dénonciation muestra grandes cualidades de dirección y un talento para usar de la fotografía, los encuadres y la música para construir un ambiente muy particular .
La cinta gana poco a poco en intensidad, acompañada por la voz en off de Laurent Terzieff, quien explica con sensibilidad las etapas en el sufrimiento de Jussieu. De la misma forma que el hombre del grupo de extrema derecha se va acercando peligrosamente a Elsa, sin miedo a ser reconocido, la angustia se encierra sobre el que trata de ser un hombre honesto, un alma buena en el sentido de Brecht, un hombre con principios. Veinte años antes, Michel ha fallado a un ideal humanista y, aunque su decisión no haya en realidad tenido consecuencias, el sabe que actuó mal.
Se instala y se vuelve poco a poco obsesivo un juego de gato y ratón entre el comisario Malterer y Jussieu, cada uno ignorando qué sabe realmente el otro, y en qué medida sabe que el otro sabe: Jussieu no puede dejar de ir a ver al comisario, de hablar con él, de justificarse frente a él, repitiendo su situación frente al oficial alemán. Malterer, como Von Henkel, está ayudado por un eficiente asistente : al traductor de antes, Loineau, hace eco el policía de hoy, Mercier.
La música de Georges Delerue, acostumbrado ilustrador sonoro de tantas películas delos años sesenta, sabe ser de suspenso como apoyo a la intriga policiaca, clásica para la profundidad psicológica, y jazz para el ambiente noir.
Maurice Ronet era entonces el seductor de moda, ya muy famoso. Pero supo escoger películas difíciles donde su voz grave contrarrestaba su expresión amable que podía en un instante cambiar a severa. Memorable sería su interpretación del Fuego fatuo de Drieu La Rochelle, (Le Feu follet , Louis Malle – 1966) ; pero ya había demostrado su talento con su interpretación del asesino perfecto de Ascenseur pour l’échafaud (Louis Malle - 1958 ) y su poder de seducción casi equivalente al de Alain Delon , como se comprobó en Plein Soleil (René Clément - 1960), historia psicológicamente perturbadora de una rivalidad masculina al mismo tiempo que intriga policiaca, inventada por Patricia Highsmith.
La dénonciation ganó una Concha de Plata al mejor director en el festival de San Sebastián en 1962. Después, desapareció de las pantallas y de las memorias. Es una lástima porque es una pequeña obra de arte.
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