Llena de estereotipos y situaciones predecibles, la cinta logra sin embargo ser un buen momento de diversión que une acción y humor, en un estilo refrescante de no tomarse en serio. Con interpretaciones bastante honorables.
Ficha IMDb
Spenser (Mark Wahlberg) , expolicía patrullero, sale de prisión después de una condena de 5 años por agredir a su jefe, el capitán Boylan (Michael Gaston ). Vuelve a vivir a casa de su viejo amigo y entrenador de boxeo Henry Cimoli Alan Arkin) en South Boston. Pero los años no han pasado en vano y tiene ahora que compartir con un nuevo inquilino, Hawk (Winston Duke) su cuarto y su amada perra Pearl. Extrañamente la misma noche, el Capitan Boylan es asesinado y las sospechas van en contra de Spenser. Sin embargo, al día siguiente es encontrado el coche que chocó con el de la victima. Dentro, el cuerpo suicidado del teniente Terrence Graham (Brandon Scales) en casa de quien se encuentra droga. Ahora Graham pasa a ser un muy convincente sospechoso número uno. Pero Spenser se interesa por las declaraciones de la viuda, Latitia ( Hope Olaide Wilson) quien protesta de la inocencia de su esposo. Spenser, Hawk y Henry se lanzan en su propia investigación, ayudados cuando se necesita por Cissy (Iliza Shlesinger ), ex novia de Spenser, malhumorada e invasiva dueña de una clínica- refugio para animales. Las escasas pistas los llevan a un trafico de drogas cuya cabeza es el enorme Big Boy ( Donald Cerrone) adicto a las masacres y las manicuras, ayudado por unos cuantos policías de Boston, pero en competencia con mafiosos dominicanos que decapitan con machetes.
Con un ritmo en general muy tranquilo, salvo en unas escenas de acción bien llevadas, la historia se deja disfrutar por el ambiente relajado, las bromas sencillas, la amistad sin complicaciones. Y sobre todo sin intelectualidad. Funciona a base de diálogos divertidos, de pequeñas sorpresas y de suspenso desplazado. Los personajes brillan por sus contradicciones: el enorme Hawk funciona a base de vegetarianismo y meditación, se ganó a la perra Pearl con masajes. Spenser el héroe tiene pánico a los perros. El ex policía futuro conductor de tráiler actúa como detective, contra su voluntad tal vez, o conforme a su verdadera naturaleza de buscador de justicia.
Es una película a la antigua, que saca partido de sus propios medios, como el tráiler enorme que Spenser sueña con conducir, y por eso está tomando escrupulosamente clases de manejo, los talentos de Cissy y su mal humor. Eso compensa la simpleza de la historia.
Es uso de la música puede ser bastante humorístico como Sweet Caroline durante la primera pelea, regalo de despedida carcelario.
Los caracteres son estereotipos, tienen en el fondo una cierta inocencia y recuerdan a la fantástica pareja de Mel Gibson con Danny Glover en Arma Letal (Ronald Donner – 1987, 1989, 1992, 1998). No se derraman litros de sangre , los machetazos no se ven. Se prefieren los puños a las pistolas o las navajas. Los códigos del genero se respetan, en toda tranquilidad. Republicana en su moral de ley y orden, la cinta se permite jugar con las obligaciones políticamente correctas : los malos muy malos son latinos, el malo grandote es negro pero compensado por un grandote negro muy bueno. El principal personaje femenino es una histérica, pero muy buena gente y es compensada por la viuda trabajadora y decidida a conseguir justicia para su esposo. Y el malo que ocasionó todos los problemas desde hace 5 años, Boyle el capitán corrupto, es también un golpeador de mujeres. Así que, en un aparente desorden y caos, todo se viene compensando y el bien triunfa, de la mano de la gente humilde y de buena fe, mientras burócratas y altos rangos se dejan corromper.
El personaje de Spenser proviene del novelista Robert B Parker quien escribió 40 libros dedicados a su héroe detective privado. Una serie televisiva con Robert Ulrich fue todo un éxito en los años 80.
Una película que no se toma en serio, pero cumple muy honestamente su propósito de distraer con acción.
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