Una producción lujosa al servicio de una narración deficiente. Lástima que se desperdicie tanto dinero y tanta publicidad para una cinta que no aporta mucho sobre el tema anunciado por el titulo.
Ficha IMDb
La cinta empieza con la fiesta de compromiso de Amada Diaz. (Mabel Cadena)), hija ilegitima del presidente omnipotente Porfirio Díaz (Fernando Becerril) con una indígena antes de casarse con Luz (Paulina Alvarez Muñoz), con Ignacio de la Torre y Mier (Alfonso Herrera), ambicioso joven político. La joven tiene claramente rasgos indígenas lejos del ideal de belleza de estos tiempos, piel blanca, pelo y ojos claros. El en cambio es el joven ideal : alto, guapo, con bigote triunfante. Como regalo de boda, obtiene de su suegro su designación como diputado.
Un buen día, le llama la atención un joven que trabaja en las mismas oficinas, Evaristo Rivas (Emiliano Zurita). Conforme la vida conyugal se va desagregando, a base de ausencias y fracasos en la cama, una relación empieza entre los dos hombres. Ignacio de la Torre Introduce a su amante a un circulo masculino exclusivo : el Club de los 42. Organizan veladas, fiestas, conciertos. También orgías.
El ojo vigilante del presidente nunca está lejos, “aquel dios que todo lo mira”, ayudado por el jefe de policía Felix Díaz (Rodrigo Virago), quien es nada más nada menos que su propio hermano, observa las ambiciones políticas de su yerno que pretende al puesto de gobernador, pero también está atento a las desgracias matrimoniales de su hija y las actividades “inmorales” del esposo. La buena sociedad empieza a sospechar y a hablar.
La fiesta anual del Club de los 42 prevista para el 17 de noviembre será un baile donde la mitad de los asistentes vestirán de mujer. En el momento cumbre de la fiesta irrumpe la policía y arresta a todo mundo. En la madrugada los acusados de “afrenta a la moral y las buenas costumbres”, ya que la homosexualidad no es delito, están llevados al puesto de policía, en sus ropajes de fiesta y en frente de la muchedumbre que los insulta y les avienta de todo. Acaban barriendo la plaza frente al edificio, bajo las burlas. Claro, el yerno del señor presidente es extraído del grupo. Los artículos en los periódicos mencionarán solamente a “41 maricones”. Algunos de los detenidos, los que no tienen bastantes palancas, serán trasladados a estados del sur del país para cumplir con trabajos forzados.
Un presupuesto impresionante permitió una producción de lujo a cargo de Daniela Schneider) : vestidos en las telas las mas opulentas y respetuosas de la moda del porfiriato. Lo más notable es el uso de lugares en la ciudad de México, muy rica en construcciones de esa época, como en edificios de la Colonia. Cantina La Opera, actual Museo Nacional de Arte, con su monumental escalera y sus pasillos, iglesia Santo Domingo y su magnifico retablo. Pero lo mas impresionante es la casa que fue del arquitecto Rivas Mercado, autor del Ángel de la Independencia y padre de Antonieta Rivas Mercado. La casa fue restaurada hace poco y es actualmente centro cultural. El equipo de producción la amuebló y la decoró con un exceso de floreros, sillones, plantas, según el gusto recargado de una burguesía en auge . Es literalmente un gusto pasear en medio de estas ventanas, pianos, camas, escaleras, vitrales… La fotografía de Carolina Costa resalta la belleza de estos interiores con largos planos secuencia y elegantes encuadres.
Reconocida esta cualidad de la película, hay que enlistar todos sus defectos. Para empezar, su relación con los hechos históricos. En realidad, no hay fuentes oficiales sobre un evento que se trató en términos periodísticos de caricatura, vehiculando las ideas morales dominantes con las circunstancias políticas. No hay lista de los participantes, incluir al yerno del presidente y poner en evidencia su homosexualidad fue probablemente una buena oportunidad para atacar al presidente. El cuidado que un hombre joven, guapo y rico le daba a sus apariencias, lo que hoy llamamos “metrosexual” no es prueba de preferencias sexuales. Otro rumor políticamente orquestado fue un enamoramiento entre Ignacio de la Torre y Emiliano Zapata, quien trabajaba como caporal en la Hacienda de La Torre.
El hecho es que Ignacio de la Torre tenía su residencia muy cerca de la Cuarta Calle de la Paz donde la reunión tuvo lugar, después de pedir permiso a la policía, porque era obligación, Actualmente Colonia Tabacalera, muy céntrica, era entonces limite de la ciudad, lo que permitía ser discretos. Pero la atención de la policía fue llamada por la presencia de varios carruajes distinguidos, fuera de lugar en tal zona, lo que dio la idea de averiguar lo que pasaba en esta casa. Y, a las 5 de la mañana irrumpieron en la fiesta. No hubo nada organizado, y menos a ordenes del hermano del presidente, que, por cierto, en esos días estaba en misión diplomática en Chile y, de todas formas, fue jefe de policía a partir de 1904.
En el tema más intimo de la historia de la vida cotidiana, se filtraron varios errores o anacronismos sobre las costumbres de una mujer rica de la época probablemente para acentuar un aspecto psicológico que se le quiso dar a la vida de Amada, pero en base a las formas actuales de vivir. Para subrayar la pasión que debería haber existido en una noche e boda, se deja a la novia sola para desvestirse frente a su esposo. También, en los días posteriores, se le muestra comiendo sola, pasando sus tardes bordando o tocando el piano, sola en su salón. Una mujer de sociedad nunca estaba sola, la rodeaban amigas, primas, damas de compañía, lo que no significa sentimientos sinceros, pero sí compañía.
Todo el problema de la cinta está ahí : se quiso hacer una película sobre un hecho real de principios del siglo XX con un enfoque del siglo XXI. Se acentuó una vida individual, la de Ignacio de la Torre. Por eso se cuenta su vida matrimonial, su ambición política y su vida sentimental en medio de un triangulo amoroso. De hecho, el personaje de Evaristo parece ser inventado a fines cinematográficos. Este eje lleva a varias pistas : la soledad y frustración de Amada, las directivas del Señor presidente. Estas dos vertientes llevan a la vigilancia permanente ordenada por Porfirio Díaz y ejecutada por el policía Felix Díaz. El tercer aspecto lleva al tema de los 42, dejando el incidente que debería ser central como desenlace de un aspecto de la vida de Ignacio. Lo que fue un “fait divers” se transforma en el momento que acaba destruyendo una historia de amor. La cinta no trata de los 41, quiénes eran en realidad , lo que los llevó a la fiesta…. De hecho, no hubo tal “club de los 42”. Estaban 42 en esta fiesta, por circunstancias del día. La gente, sociedad y periodistas, se rio del “baile de los 41” porque fue una muestra de la inmoralidad de los ricos.
La cinta provoca un cierto malestar por su forma de enseñar la homosexualidad masculina : da la impresión de que todos los ricos, jóvenes y no tanto, de México eran homosexuales. Que pasaban sus noches en fiestas entre hombres. Cuando lo más probable es que tenían que aparecer en actos sociales de todo tipo, y con esposas. Estaba bien visto tener una amante o visitar las casas de tolerancia, de cierto nivel obviamente, no el burdel de la esquina. Era parte del “estatus” . Por otra parte, había círculos cerrados a las mujeres, como el Jockey Club, como todavía hay en ciertos países, para que los señores pudieran platicar a gusto de asuntos importantes o no tanto, fumar y beber. No significa que los que frecuentaban estos salones eran homosexuales.
¿Los encuentros entre señores a fuerza tienen que ser en orgías? Hay algo de voyerismo en la forma de presentar las fiestas, cuerpos desnudos, movimientos afeminados, Queda una sensación de exageración y finalmente de falta de respecto que no está tan alejada de los artículos del Hijo de Ahuizote y de las caricaturas de Guadalupe Posada sobre los “41 maricones”.
Al querer banalizar un suceso, sacarlo de la acusación de inmoral de la época, se le convierte en algo precisamente fuera de lo normal por su carácter excesivo. Al querer ridiculizar el rechazo a la homosexualidad, se ridiculiza finalmente a esta. Además, la repetición de escenas del mismo tipo : sin diálogos, con música incidental y con una trama sin real interés para la narración provoca una sensación de insistencia gratuita, meramente visual.
El incidente del 17 de noviembre de 1901 llamó la atención en su tiempo y sigue alimentando el inconsciente homofóbico y machista del México actual. El número 41 sigue aludiendo a la homosexualidad y el 42 hace alusión implícita a los invertidos. La homofobia persiste, sólo se ha vuelto más hipócrita. Una cinta bonita, hecha para gustar a un publico internacional y superficial, es otra hipocresía, de lujo, para darse buena consciencia y pretenderse superior a la gente de hace un siglo, que no tenía los medios de información y reflexión que se tienen actualmente. Superficialmente atractiva, esconde una actitud no muy honesta.
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